Hola bella “señora” cual es tu nombre? Mi nombre? Para qué
quieres saber tanto, si te lo dijera tendría que besarte y a lo mejor no te
gusta. Como no me puede gustar los labios de tan hermosa damisela. No quiero
confundirte, eres alto y guapo. Pero careces de dinero y eso es lo que voy
buscando yo. No me digas eso, yo soy rico de amores y deseos. Eso para mí
carece de valor, no tienes ni coche. Que puedo hacer yo, contigo. Solo el amor
y el deseo de una noche, quieres? Que voy a querer, como crees que he llegado
hasta aquí. No ha sido subida en un
pobre coche de “novato”. Quieres sexo? Cuanto pagas, que me ofreces? Yo no
tengo nada de valor que ofrecerte, solo la satisfacción de una noche
desenfrenada. Yo no quiero eso, yo quiero cerrar los ojos por la noche y
abrirlos en medio del mar, subida en un yate de lujo. Picas muy alto, eres
hermosa, pero quien se cegará de tal forma.
Siguió caminando y caminando, hasta postrarse contra la
barra de un oscuro bar y allí, entabló conversación con el dueño.
Estoy desilusionado, me ha rechazado una “señora” por no
tener dinero ni posesiones. Muchas son así, llevarás al menos para pagar lo que
te estás bebiendo? Creo que sí, a algo llego. Me dejan tranquilo tus palabras,
ya me veía invitándote a marchar. Que pasa? Hay que tener dinero para poder
entrar? Ni tomar puedo ya, sin pensar en el dinero. Que quieres? La vida es
así, tanto tienes, tanto vales. No me extraña que esa “señora” te dijera que no.
Pero tranquilo, que hay algunas que creen todavía en el amor verdadero. No voy
a ponerme de machista ni pendenciero, pero buscan la estabilidad. No se van con
cualquiera, tienes que tener algo de valor y que no sea solo el corazón. Solo
puedo ofrecer un techo y pan con aceite. Poco más, a algunas las he enamorado,
pero no me han convencido como para atarme hasta la muerte. Entonces que
quieres, tienes que seguir buscando y si dices, que enamoras a muchas. Pues por
una que te rechaze………
Vaciló un rato, el local estaba en silencio. Así que siguió
tomando, hasta no poder balbucear su
propio nombre.
Quieres que te diga una cosa, a esa “señora” la enamoro yo.
Soy alto, soy guapo. Así que allá voy. Eh! Un momento, tienes que pagar lo que
te has bebido. Como? Si no llevo dinero, solo te he enredado para beber de
gorra.
El dueño sin vacilar y viendo que había sido una treta, cogió
un bate de béisbol para golpear al hombre, éste salió del local como pudo.
Fueron tres golpes, los que sufrió. Uno en la espalda, otro en el hombro y el
último en la cabeza, pero no le mató. Todo esto con la atenta mirada de la “señora”
que estaba sentada en la terraza de la esquina.
Ven para acá bribón, que te cure las heridas. Gracias “señora”,
pero ya sabes que no llevo dinero. Ya lo sé, pero me haces gracia y te estoy
cogiendo gran estima.
Sonrió y se dejó. Poco a poco se le fue pasando el efecto
del alcohol y sereno vio lo conseguido. Una mujer y bebida gratis, que más
podía pedir el “bribón”. El sueño de una noche, con la bella mujer estaba cada
vez más cerca. Ella se hinchaba y pavoneaba de las peripecias del hombre. Le miraba
de reojo, como si tuviese miedo que se le escapase. Así que poco a poco, se fue
distanciando de la multitud y le ofreció asiento en la terraza.
Siéntate y sedúceme que no tengo nada mejor que hacer.
Así lo hizo y con sus artes de charlatán, consiguió hacer
reir a la “señora”. Ésta, siendo ya
tarde. Le ofreció seguir la juerga en su casa. Cosa que él rápidamente y sin
dar tiempo a titubeos asintió.
La juerga y la locura, se adueñaron de la casa de la “señora”
que hasta quedándose dormida no paró. Acto que él aprovechó, para girarle la
casa y robarle todo lo de valor. Salió por la puerta, sin despedirse. Pero sin
darse cuenta se dio de bruces, con el del bar.
De donde sales tú ahora y que es lo que llevas encima? Eso
no es tuyo. A ti que te importa, me cobro lo trabajado, ya te dije que las
enamoraba. Sí, pero no para robarlas. Ven para acá…
Salió corriendo. El dueño del bar, no pudo alcanzarle. Solo
pudo dar testimonio a la policía, con la compañía de la “señora” que lloraba
por cometer tan grave error. Todo quedo así, ella ni volvió a ver al “bribón” ni sus preciadas joyas. Que sería de tal
hombre, seguro que seguirá por el mismo camino, el camino de la seducción y el
pillaje.
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