miércoles, 26 de mayo de 2021

 

                                                           El beso tardío

Solo, me siento solo en medio de tanta vorágine. Solo, me siento solo dentro de aquello que se llama sociedad, aquella que tanto adoran y que no deja de ser una manera de actuar, de un sistema de vida del cual yo me quiero descartar. Como si fuese un vendaval, me azota la soledad y no me siento a gusto. Pero no quiero, no deseo entrar en la hipocresía y la mediocridad de aquellos y aquellas, que le llaman a uno “amigo”. La palabra “amigo”, se utiliza verdaderamente sin sentido con personas que no pasan de ser ciertos conocidos o desconocidos.

      Reza, ora si sabes, que lo que haces te parece divertido pero no lo es. Tú ya sabes a lo que me refiero no te hagas el tonto, que de tonto no tienes ni un pelo. Me dice cierta voz, que no deja de ser mi propia conciencia.

¡Besos!, qué son besos sino el fluir de todo aquello que compone el amor y el respeto. El  compartir el alma, el fundir en una solo aquello que nos une a la otra persona. ¡Ay!, el amor verdadero es cierto que existe aunque a veces crea uno que es una utopía, algo que no deja de ser maravilloso, pero a la vez tan inalcanzable que me siento solo, muy solo. Será a lo mejor porque pongo el listón demasiado alto, soy tan exigente con mis relaciones que no dejan de ser de solo varios meses, llevándome ello a la melancolía o a la tristeza. A veces y solo a veces, siento la perturbadora sensación de ser acosado, acosado por la gente que no deja de reír o de hablar constantemente. A veces o la mayoría de veces son puras paranoias o imaginaciones mías, que me llevan al borde de la locura. Me acuerdo de mi pasado y me acuerdo de mi presente, sabiendo ya que mi futuro está acabado, terminado por culpa de a saber qué o ciertamente lo sé y soy tan cobarde, que no lo quiero contar. Por eso cojo papel y bolígrafo y todo depende de cómo fluya la energía, de cómo transcurra mi paz, de que mi alma descanse al menos un rato, un momento que no deja de ser de incertidumbre.  

      ¿Qué quieres explicar, que deseas contar para no olvidar? Me martillea la conciencia una y otra vez.

Yo viajaba en el tren, en busca de un destino llamado “ilusión”, ilusión en encontrar esa mujer que me hiciera feliz y yo la hiciera a ella y no querría bajarme de este tren, lleno de gente solitaria con los rostros tristes y casi sin fe o esperanza, sin encontrar esa persona que me una el amor. Sigo mi viaje en un tren de largo recorrido, ese que tanto nos tenían prohibido por ser siniestro o quizás malvado o retorcido y que por sorpresa de todos resultó ser como la manzana  del diablo, que todo es un renacer. Renaces y renazco cada vez que te doy un beso, que como un cálido día de verano nos zambulléramos en las aguas limpias y transparentes de los mares del Sur.

Sobre la mediocridad y sobre la exaltación hay un abismo, en el querer y no querer hay miles de kilómetros de euforia. ¿Qué tren puede llevarnos a la locura y a la alegría?, ¿en qué tren se puede perder el valor del amor de la amistad, del libre albedrío y del carpe diem? Pues bien, no navego en ningún barco de la discordia, voy en un tren, mantén el equilibrio y alucinarás, verás por la ventanilla hasta estrellas de colores. Así se me aparece en mis sueños, tira para adelante Juan que en nada te frenarán, hasta que dándote de cara con la mismísima muerte, sucumbirás al olor de algún perfume femenino. Yo lamenté el no tener ni amor ni la amistad, lo menciono porque no es lo mismo una cosa  que la otra, del aprecio y el afecto se pueden llegar a confrontar con el despecho y el desprecio. ¡Qué más da!, pero si este es llevado sin duda al lugar donde se mezclan los sueños, se pueden perder la realidad con la irrealidad. A mí ya me gustaría tener una chica guapa a mi lado, a mí hoy en día ya me gustaría tener una casa bien grande en medio del campo. Pero qué más da, todo esto es relativo entonces, será entonces cuando desperté de mi sueño o seguí durmiendo. Verdaderamente lo que es la vida es, es  simplemente eso, una película que puede tener un final triste, alguien sabe de lo que hablo.  Lucía hablo del amor y del cariño, hablo de aquello que debía ser la vida. No como la pinta la sociedad que es de fastidiar al prójimo, por el simple hecho de regocijarse en el daño ajeno, todo es relativo y ello me lleva a soñar. Accederán despiertos, a soñar dormidos, a tirar para adelante a tirar para atrás, así sea mi valentía o cobardía. Todo es relativo, incluso según por la calle que cruce tendrá sentido mi destino a la larga, todo funciona así y ahora en mi casa pensaré en dormir un rato la siesta. Para ello necesito algo más que el deseo, fumo un poco de hierba, ello me evade, todo absolutamente todo es para olvidar. Al mirar lo que se vive y lo que vivo, uno se da cuenta de que no merece nada la pena. Pero en fin, así es la vida, así es de cruel que pueden dejarnos tirados en una acequia. Dime hasta donde podrá llegar la alusión al sueño, no todo es un despertar, para venirse a saber adónde.

      Tú ya tienes destino y ese, ese es de las sombras, ¡mala sombra! Vocea en voz alta y grave.

Qué sería de mí, si no fuera por tus buenos ratos, aquellos que me llevan a lo más alto. El tren tiene muchas paradas, pero tú, alma gemela no te bajas en ninguna. Todo es un renacer, cada parada que te quedas conmigo es un no olvido. Cada parada que te quedas conmigo,  es un volver a comenzar, comenzar lo andado, comenzar lo ya vivido. Yo solo sé que te necesito conmigo, yo solo sé que yo sin ti yo no vivo. Qué más da lo que haga, primero está lo que escriba, si todo es así yo solo digo “viva”.

Déjame saborear la vida de tus labios, acércate a mí y abrázame con tus brazos, dejemos que las paradas sigan su curso, al igual que el tren. Deseemos que vaya despacio, para que por las ventanas podemos ver el Sol que no nos confunde, todo es relativo hasta que en una parada te bajas y me dices adiós. Yo ahora entonces, me desconsuelo llorando, saboreando con los dedos el sabor  del carmín de tus labios. No sé en qué parada me tocará bajarme a mí,  pero me agarro fuertemente a la butaca dónde estoy sentado. Pasa el revisor y me mira el billete, qué sorpresa es la mía cuando este resulta ser el tuyo, no el mío, te lo llevaste tú al confundirte de parada. Qué le vamos a hacer, el revisor hace la vista gorda diciéndome que me baje en la en la próxima. Qué puedo rogar a mi esperanza, cuando la otra parada no es otra que mi propio despertar de mis sueños, un sueño llamado realidad en el que faltas tú, hasta en mis recuerdos. Me levanto de la cama, es viernes por fin el último día de trabajo la semana, salgo y hago una parada en el portal.  Me viene un olor peculiar, como si ya lo hubiese olido, es tu perfume de amor que me tiene cohibido, puede ser real o es mentira. Yo solo sé, que yo no sería nada y eso me lleva a la locura.

      Tú, de qué derechos hablas, que dices y maldices. Es Lucía a lo mejor la que me habla, ahora ando confundido.

No hay ser viviente que me diga que estoy equivocado, que no eres real, invoco a todo aquel y toda aquella que me  lleve a conocerte realmente. Subo al tren para ir a mi trabajo, busco asiento y lo consigo, la casualidad del destino hace que la chica de al lado huela como tú, la chica de al lado es la chica de mis sueños. La miro fijamente, ella me sonríe y con ello damos el comienzo a una fuerte amistad, que no sabemos a dónde nos llevará, pero seguro  que al corazón  la flecha llegará.

Un diablo nace dentro de mí, quiérame destino si es el que yo me imagino, el diablo sabe  de hacer dentro de mí, será que ellos de aquellos que solo se intuyen son lo que yo creo. El diablo no nace dentro de mí, soy yo el diablo, soy yo el que habla ahora. Mira la vida ahora que estás despierto, mira realmente por la ventanilla del tren, ese tren que en todas las llamadas que hace al amor aprovechas, ¿qué llamadas tienes en la vida, tres o cuatro a lo largo de la vida?, es así. Solamente así hay que aprovecharlas y no sumirse en la tristeza o en la melancolía.

Como si me arrastrara un pedazo de mi cabeza por el suelo, dándome martillazos me siento, ¿qué será de mí y en qué ciudad será ella, aquella que vi y que empezaba a qué sintiera latir mi corazón como la más bella?

Todo es relativo, todo el destino no está marcado, todo aquello que tú piensas puede ser realmente verdad. Porque solamente hacemos realidad aquello que imaginamos, ya sea  por un amigo o por una novia. Por una mujer, cuando estaba a punto de comenzar una relación creó unos mil demonios a una chica hermosa. El viento del Norte me la quitó todo,  fue un vendaval de tragedia, todo fue lo que fue, yo no creía lo que veía ya que todo estaba en llamas. Ahora despertaba del sueño, son las nueve de la mañana de un domingo cualquiera, la resaca me dominaba y veía que todo lo había lanzado al fuego. Aquellas cartas de amor, aquellas cartas de amistad de jugar partida tras partida, cómo será la vida….

No fueron ellos, todo fue quemado y ahora bien despierto ya lo veo todo ardiendo, es posible que ello que siento es decir un sueño y que ahora despierte, pero queda en que acabe la cosa, La policía me detiene como autor del fuego, creen firmemente que he sido yo el que ha creado tal tragedia, cuando yo no sé qué creer.

Como buen tema de los cambios de la vida, me lleva a ser una tarde un actor de la tragedia, en que como una tragedia griega acaba todo. El tema es que acabo encarcelado y sin casa, sin saber el por qué motivo, pero en fin así acabó todo. La verdad, es que a mi edad, todavía no sé lo que se siente al recibir un beso en los labios, un beso sincero, de esos de tantos que hay pocos.

Cuando salga de la cárcel vagabundearé, seré libre de mis ataduras, pero ya mayor para buscar ciertas aventuras. Andaré por quién sabe dónde, lo único que sé es que ahora escribo desde la prisión, pero no es una prisión normal o sí, aquí al menos me tratan y me intentan redirigir, quién sabe hasta dónde, solo el destino lo sabe. Son solo unos años, después quién sabe, además tengo amigos o al menos conocidos con los que hacer unión y aliarme en los buenos y malos momentos dentro de estas paredes de hormigón.   

Todo amanece y se desvanece, ahora la ilusión aviva en mi alma, ya seré consciente del acto que he cometido, solo al destino le pido una oportunidad. Esa oportunidad quién sabe adónde la encontraré, si será a tu lado o como siempre solo. Viajando en trenes sin destino alguno o dando vueltas como una noria, hasta que esta se pare y me encuentre en la cima. Entonces y solo entonces, diré “viva”, porque seré entre las nubes si no es que el Sol me tapa esa ilusión llamada “vida”, ya que la muerte la tenemos en la mochila y es la última piedra de la que nos desprendemos, para iniciar el verdadero viaje, un viaje también desconocido pero al menos lleno de paz si es que me dejan.

 

 

                                                                                                         

 

martes, 11 de mayo de 2021

 

BODAS DE FUEGO

Un domingo de un noviembre de 1971

Parecía una boda diferente, pero no dejaba de ser una de tantas que no dejan de desfilar por el catolicismo  de un régimen que tiene los días contados. Son las 11:00 de la mañana o mejor dicho, día del mediodía. Yo, el presente, debido a la situación que me envuelve me encuentro aquí esperando, esperando a mi prometida, sin saber si va a venir o me va a dejar plantado. Juan Antonio, que es mi nombre, me encuentro a pie de altar con mi traje de 2.000 pesetas. Me siento un señor, pero no dejo de ser lo que soy, aunque no lo demuestre y no lo muestre, lo llevo oculto dentro de mí Ser. ¿Qué será de mí si no aprendo la lección?, no sabré salir de esta, igual que no sé salir del armario. Yo que siempre lo he tenido claro, me veo abocado a un matrimonio sin amor, todo por el qué dirán, todo por el que hablarán y querer seguir el curso de la vida. Placer incauto, procrear y morir, ese es y será mi destino, si no lo cambia nadie es y será porque no tengo la libertad de hoy en día. Porque no tengo el coraje de decir a los cuatro vientos quién soy y lo que soy en realidad, pero en fin pasan los minutos y no viene. Esbozo una sonrisa hipócrita, esta me la llevo para adentro, creo que me estoy salvando. Pero cuando más pensaba yo que me iba a librar, se abre la puerta y ahí aparece con el padre. Que cualquiera le dice algo, ya que es Brigada de Infantería de Marina, no me lo quiero imaginar si supiera mi verdadera condición sexual. En fin, haré lo que pueda y me esforzaré en conseguir que su hija sea feliz, aunque todo sea un engaño. Todo sea un paripé y una mentira, tendré hijos o al menos intentaré llegar al coito con ella, en verdad no lo sé porque no nos hemos mantenido vírgenes al haber estado con otras personas. Al menos ella para consumar el acto esta noche, no sé si podré, no sé si llegaré ya que como digo mis inclinaciones son otras y eso se nace no se hace.

Es un noviembre lluvioso, hemos decidido casarnos mejor en otoño que en pleno verano, si llueve mejor que mejor porque no es un día para mí muy dichoso. Siendo una persona que ya que no cree en ello, ya que no creo en nada y no sé a simple vista razonablemente digno de justificar.

Yo no me puedo justificar que estoy engañando a todos ellos, me estoy engañando a mí mismo. No hay peor engaño ni peor mentira, la veo caminar ha pasado lento cogido del brazo de su padre, la música para la ocasión se escucha a un volumen alto y lo que tiene que ser un jolgorio, para mí es algo fúnebre de que hoy acabo con mi vida, esa vida que he llevado a doble juego.

Parece que soy escuchado y empieza a llover, ella llega mi altura y el Brigada dándome la mano, acercando esos cinco me da la mano de su hija, él se siente orgulloso y cree que será decisión acertada, ya que yo no estoy muy mal posicionado. Pero ello no quita de que sea todo el engaño acumulado, que llegará un día que acabe todo en una fuerte tormenta de discusión y de decir la verdad. Un engaño que me rasga el corazón y me hace claudicar, aunque me case con ella y en quedarme en la soledad perpetua, todo por no tener las narices, todo por no tener en la suficiente valentía de decir quién soy en realidad, de que alguna vez me escaparé para hacer lo que debo de hacer. Satisfacerme en mis juegos de sexo y amor sí que correspondido, siempre con cuidado ya que luego debo cumplir con ella.

Cosas de la vida, he invitado a la boda a mi mejor íntimo amigo, aquel con el que he tenido algún roce cariñoso y que nos miramos de manera cómplice,  diciéndonos a nosotros solos   ”jamás volaremos al viento”, pero en fin es lo que hay por aparentar todos salimos ganando y aquel que es mi mejor amigo, siempre se presentará en mi casa como tal.

Los días o los ratos que ella no esté, serán bien aprovechados por nosotros dos, porque era deber saber lo que llevamos en privado. Lo miro de reojo, lo veo tan guapo y tan apuesto que daría todo mi Ser, por que ocupara la posición, el lugar y la vida de la que va a ser mi futura esposa. Todo por querer aparentar, no me imagino al Brigada de infantería dándose cuenta de las faltas de respeto a su hija. Ya, en la Iglesia debemos hacer lo que hay que hacer, ya es demasiado tarde. El cura ha empezado ya el sermón, pronto vendrán los anillos, pronto vendrá el desespero y el claudicar en un “si quiero”, en aquello que yo no quiero para mi vida. En fin, es lo que hay, no se puede pedir más al menos tendré una vida normal y la vida esta es la única que vale, porqué volando hacia el viento yo me dejo llevar como una cometa de la que tiran de las cuerdas y yo solo obedezco las órdenes del qué es, ya que él que tira de los hilos. Qué le voy a hacer, me entran ganas de llorar, ellos piensan que es del amor y de la emoción del casamiento. Yo sí, sí sé por lo que es, es porque mi compañero no puede ocupar su lugar. ¡Placer!, la dicha hubiera sido eterno, tendremos que refugiarnos en lo oculto, en la mentira. En fin no escucho al cura, indico que las palabras me resbalan, hasta que llega el momento de firmar, pues sí, no sé si hacer una x o firmar con mi nombre. Nervioso, cojo la pluma de mi compañero y amigo que hace de testigo firmando también así su palabra de no decir ni pío.

Cada latido que me corazón palpita, no es por ella, es por la amistad tan completa que tengo con mi amigo anónimo. Después de firmar los papeles salimos por la puerta, no sé si será el arroz para darnos buena suerte en la vida, una vida que  será la que de ellos solo es la vida y para ello solamente hay un patrón. Bajo las escalinatas de la Iglesia, temblándome las manos y los pies. Si pudiera ser él con el que bajara, sería todo para atrás, maldito el día que la conocí a ella o a él. No sé qué es estar destinado a todos, pero da igual ahora me dirijo hasta la gran comilona. Mientras tengo el estómago cerrado por los nervios y por presionarme a mí mismo, simplemente para qué dirán. Los deseos fueron los de mis padres y familiares, ya que ellos no entienden y no me entenderán jamás mi forma de ser en particular.

Y aquí te escribo, antes de decírselo a él vaya que sea posible que la muerte antes de que la muerte me alcance, ya que está chapado a la antigua y no sé cómo será su reacción a saber decidir y armarme de valor.

Todas las verdades quedaron atrás, me monto en un coche grande parecido a una lemosina, me espera un banquete, las novias no van a poder conmigo o al menos eso pienso. Yo no es que odie a la mujer, es simplemente que no deseo de ser amado por ninguna y eso me lleva arrastras a una  locura. Una locura permanente, claro es así, lo primero es hacernos las fotos de recuerdo en un campo cercano, con la atenta mirada del Brigada. El fotógrafo nos indica y nosotros solamente posamos como si fuera un book de casting, todo aquello que va a relucir a partir de ahora, qué le vamos a hacer son los  años 70 y todavía cosas que no cambian. Estaba haciendo un otoño lluvioso, así que voy a caer solamente para el momento de las fotos, pero si existiera algo que dijera que estaba haciendo lo correcto, en fin es como son las cosas y yo no debo nada a nadie.

Pasar el rato y luego llegamos al banquete, miro a mi compañero y amigo que  ya lleva dos copas de vino. Me da miedo de que se vaya de la boca, me da miedo que tire todo al traste por los nervios y por los celos. No sé qué hacer si sentarme con la que es ya mi mujer o hablar en privado antes con él. Voy a todas, así qué más da, acceder y coger que él está en una esquina del salón y explicarle la verdadera realidad y que es él el que ocupa mi corazón y entonces que se dé cuenta de que ellas simplemente serán de postín de una vida sin fin.

      Hola viejo amigo. Te he dejado solo todo el día, no me malinterpretes porque tú eres el amor de mi vida. Le digo, posando mi mano encima de su hombro.

      Cómo creerte que eso es verdad, ¿cómo crees que te vas a volver a enamorar, si de mí pasas totalmente? Me responde lleno de enfado y con el sentimiento de traición.

      Eso no es cierto. Luego por lo que lo hago es porque tengo que mantener una apariencia de lo más normal, pero que sepas que tú eres mi demonio de mil demonios. Es el único que con el que el enfado me seduce, pero espero contener mis ganas pero no levantar sospecha alguna. Le digo con una sonrisa.

      Así que es cierto entonces. Tendrás hijos con ella y yo a mirarte desde un cristal, ¡tú lo ves eso normal! Se marcha, dejando las palabras correr.

      No, no lo veo normal, pero es lo que hay. Las cosas son así en este mundo, al menos en los años que vivimos. En los próximos, en los venideros, quién sabe lo que pasará, será entonces colega. Pero antes lo  primero paciencia y somos jóvenes y todavía podemos hacer muchas cosas juntos.

Nos separamos. Se sienta en una de las mesas redondas con la cara mustia y yo me siento en la principal con la que es ahora mi mujer. Primero viene el primer plato, después el segundo y después el postre. Todo son cantos de los gloriosos “vivan los novios”, viva los ratos al cantarse la misma canción una y otra vez. La cabeza me estaba entrando en la locura transitoria, cómo es posible.

En un momento de la celebración, me entran ganas de orinar y voy a los servicios, ahí me encuentro a mi amigo. No puedo, no puedo, no puedo y no quiero evitar poder besarle. En esas que entra el Brigada, la cara de alegría y orgullo le cambia en el acto, sumándose en una rabia que no quiere y no puede evitar.

Siendo de antaño lleva cuchillo en mano, en vez de apuñalar a mi amigo, cosa que no lo consigue. Hace de los primeros gritos al foro y está tal las voces y los gritos que se escuchan en todo el salón. Viene a mi mujer, el padre nervioso explica lo que todo es verdad, que anda forcejeando. Mi mujer intenta quitarle el cuchillo clavándoselo a ella misma en el estómago. El Brigada queda parado, ahora llora de no poder hacer nada, nosotros nos orinamos encima, no sé si al final de saber de esta historia.

La policía no tarda en venir, no se calla ni una. Es detenido por homicidio involuntario y nosotros por ser de una condición que entonces todavía era delito. Como acabar la vida en la cárcel, estuvimos poco por buena conducta, pero el Brigada, además de perder a su hija, perdió su libertad.

Pero no todo es malo, solamente la falta de saber hacer el tomar una decisión entonces y haber luchado por quién soy yo ahora. Ya de mayor puedo decir a los 4 vientos lo que soy hoy en día no pasa nada en la España de hoy. Antes no era así, pero quién iba a saber cómo iba a acabar todo. Que me va de acabar de los nuevos temas de negocios que fueron al traste, acabé completamente arruinado, hoy en día me mantengo gracias a la familia que todavía aun así, no entiende ni comprende.

Que de haber sido una final feliz y un deseo privado, muy hermoso, acabó fatalmente, pero bueno lo que ocurrió a partir de ahí es otra historia que ya contaré.

martes, 4 de mayo de 2021

 

Romances

Te susurro al oído, te hablo en voz baja, primero en el derecho y luego en el izquierdo, quiero que acabes ya con tu tormento, no ves que no tienes salida, no ves que estás en un pozo sin fondo. Lamentarás y no sabes de qué manera el no escucharme, yo soy tú y tú eres yo. Déjame recuperar el orgullo, déjame recuperar la dignidad, no seas tan pobre de alma. No ves que solo hay un camino y ese ya lo tienes trazado y termina ahora, no continúes o me enfadaré, me enojaré de tal manera que desearás no haber nacido. 

No me hagas hablar de suicidio por favor, que estoy sumido en una amarga tristeza, no me hagas hablar de suicidio por favor, qué cada día creo que lo que tengo es ganas de bailar baladas al ritmo de la música y abrazarte. Eres como mi séptimo sello, eres como mi primer amor, gente de tu querer y todo, todo por algo especial que me une a ti.

Yo no soy uno más, soy el séptimo sello. Soy del que tanto se habla y que de por mí, la humanidad no tiene solución, pero también es cierto que si no fuera por mí la vida sería un caos.

Busco a paso cansino la avenida 42 con las manos en los bolsillos, dándole puntapiés al aire, simplemente camino en dirección del bar de Lola, voy no por ella, voy para refugiarme en el alcohol, me alejo de la sociedad. Será porque no soy humano o será  realmente que es por todo lo contrario, ¿lo seré demasiado?, tanto, que no encajo en esta sociedad. No quiero nada más ni nada menos, camino despacio, con un sentido de mil pasos. Sin saber el porqué lo hago, pero todo tiene un principio y tiene un fin. Yo no soy el único que anda por el sendero de la discordia.

      Tú qué sabes, tanto dime el motivo de mi nacimiento, ¿tan mal me comporté en la anterior vida, que me trajiste al mundo para pagar un precio tan alto?, tan alto qué es el de la soledad y el fin de mi propia vida. Dime tú qué sabes tanto, el porqué de este camino tortuoso que no adivino el fin, no sabía que ser podría ser tan desdichado, que es posible sentir tal desgarro en este mundo que vivimos, que me puedo arrancar el corazón.

Me siento bloqueado, me siento noqueado, ¿porqué no?, porqué pero no soy el mismo de ayer. ¡Qué más da!, que fuera ayer cuando mereciera que el pasado se volviera contra mí. Solo merezco una oportunidad para demostrar que he aprendido el camino, no me lo enseñado nadie, pero un sexto sentido me decía que tenía que tomar este sendero o ser víctima del cambio de la edad, ya rozo los 50, pero aún me siento tan joven….

¡Ven para acá!, tú eres mío y siempre lo serás, quién eres tú, si soy yo tu voz,  déjame navegar en mi barco de papel, qué es lo que domina él.

Por fin llego al susodicho bar, todo son saludos y yo los evito y me miran mal, como si fuese el culpable de algo, cuando sinceramente, hoy no es mi día. Sentándome en la barra me pido una cerveza, me digo para mí mismo, “una sola y me voy”. Pero no ocurre así, es una detrás de otra, una por la salud de algún amigo, otra por la mía propia. Hasta que  al final acabo borracho y me marcho, hago zigzag por la acera. Apoyándome en la pared, llega un momento, que siento movimiento en el estómago y vomito, no solo es cerveza, es la tristeza y la melancolía que siguen dentro de mí y  no llego a casa. Antes me siento en un banco de madera y mirando las estrellas me tumbo a lo largo, me duermo y sueño y sueño, será por la edad o por la borrachera, pero lo que sueño lo siento muy real, tan real que sin darme cuenta me orino encima y sintiéndome mojado, sueño y sueño sin hacer caso al percance….  

Solo soy un barco de papel que a medida que me empapo en mi desesperación, qué será de mí si no puedo saltar del barco. Yo no sé, yo solo sé que estoy en un barco de papel, ¿qué niño que juega con él, será algún dios o será mi otra parte que está jugando conmigo, será parte del alcohol que llevo en sangre?, mi vida depende de él. Si me ahoga el barco en el agua del  fregadero dónde está jugando, se acabará el juego, un juego de niños.

No, no es un juego de niños, la inocencia hace años que la perdiste, sigue navegando y que tu conciencia dicte sentencia, es decir yo. Acuérdate, de tus actos, acuérdate de cuantas mujeres lloraron por tu culpa y porque estás en el paro, en mitad de la desesperación y del olvido. Será largo de contar, pero rápido de resolver. Deseas tener una segunda oportunidad, todo el mundo la merece, todo el mundo puede rectificar y tú no vas a ser menos.

Paseo navegando, hasta andar en lo más profunda de la dichosa tristeza y melancolía. ¡Ay!, qué será de mí y menos mal que aún no abre el grifo, me siento tan poca cosa, tan pequeño…. Quién hace el visto por nadie, solo el barco de papel me ve,  el niño sigue jugando con el barco haciéndonos flotar en el agua de fregadero largo  tiempo. Si fuese más grande, si fuese un gigante no dudaría en ir a quitar el tapón del fregadero, para luego marcharme por el sumidero hasta acabar en las mismísimas cloacas que tiempos atrás eran dominadas por las ratas. ¿Qué le estoy dando al agua que me está sonriendo?, diciéndome “ya eres mío”

¡No puedo tomar decisiones gracias!,  ya me he dado cuenta que dependo de él, del niño que juega a ser dios, ¿y el porqué a dios, porqué no puede ser a Satán?, que tiene que ver, estoy viviendo en barco de papel flotando en un fregadero. El niño sigue jugando hasta que es llamado por su madre, ella le increpa, le echa la bronca por jugar con el agua. Es el momento decisivo, el olor del miedo se hace más fuerte, qué pasa ahí algo sorprendente, no solamente sale el barco del agua sino que estoy yo, viéndome caer por los aires. Vivo, me siento vivo y solo el recuerdo de que su madre con el barco de papel que lo ha tirado a la papelera me alegra. ¿Qué será de mí?, quiero ver cómo te echo de menos, solo me faltaban unos segundos para poder acabar ahogado. Ahora solamente necesito cobijo adónde esconderme para no ser pisado por nadie, ¿qué comeré, de que viviré?, ya que hasta una mosca me puede comer….

Empieza a llover y despierto del sueño, miro el reloj, cuál es mi sorpresa cuando veo que solo tengo su huella, alguien se lo ha llevado sin mi permiso. No sé qué hora es, pero debe ser temprano, no muy tarde, ya que es de día pero no hay mucha claridad, será por las nubes o por la resaca matutina que lleva uno. Hay cosas que no dejan de sorprenderme y no es el hecho del despertar en un banco público, no es el hecho que me doy cuenta que me han robado la cartera y los zapatos. ¡Ay!, aquel que se calce mis zapatos y use mi billetera, caerá en los mismos antros y lugares que yo, caminará por un camino trazado con mi mal destino.

Se hace la luz o se hace la oscuridad, ¡qué más da!, dile que quieres abrir la cortina transparente, dime tú que me da por escribir una carta, yo no tengo en el lápiz ni el papel a mano. Así que solamente el canto es para mí, la canto llegando hasta dentro de mi corazón pequeño, tan pequeño tan diminuto y negro, que un simple soplo es capaz de pararlo. Me hubiera gustado vivir como persona, las noches en la gran ciudad me deslumbran y he sido un truhan y un canalla, ya que de las mujeres me aprovechaba. Me considero guapo de cara y tengo un cuerpo delgado, cosa que a mi edad destaca si se me compara con la gran mayoría. Dicen, que tanto nombran y que me hace arder la sangre, tanto, que hubiera sido capaz de quemar el barco de papel. No sé a quién pedir perdón, ando descalzo en medio de la lluvia, solo deseo llegar a casa, a mi humilde casa para al menos refugiarme de la lluvia otoñal que está cayendo.

A quién debo encomendarme, para ser salvado de esta pesadilla, ni principio ni final ya que no se esté solamente en un sueño real. Me dice a mí, con quién sueño, estoy durmiendo dentro de un sueño que me distancia de la verdad, aunque esta sea mentira, que sabes de echarles una rebeldía da lo que debe de comentar.

Por qué caminos debo de andar, para que no se me quiebren los talones al pisar, a quién debo dirigirme para sentirme salvado de aquellos que llevan la malicia por bandera y no ser otra vez como ellos. Ahora camino descalzo hasta casa, menos mal que no me han robado las llaves y que puedo volver a retomar el buen camino. Siempre hay esperanza dentro de la tristeza y de la discordia.

Pienso que ninguna mujer me va a querer ya, es lo normal, ninguna se va a fiar y va a confiar en una persona de tan baja estirpe. No lo digo por ser rey o caballero, que de caballero hay que serlo con las mujeres y lo de rey por protegerlas de todo el mal. Ajeno me encuentro en mi casa, después de una ducha para quitarme la rabia y la resaca. Son quince minutos que  me regalan de agua caliente, después me miro al espejo y me horrorizo, llevo la barba de dos semanas. No me he dado cuenta la dejadez del aseo personal, será a lo mejor que estoy al borde de una depresión y eso, eso es cosa seria. No me lo pienso dos veces y me quito los pelos de la cara y echando una sonrisa, me preparo un café. Este, mientras se hace me pienso lo de la segunda oportunidad y que todo el mundo la merece. No me dejaré ahogar las penas en la bebida, no me dejaré pisar por aquel que se ría de mí. Voy a tomar las riendas de mi vida, aún soy joven y deseo de corazón, de ese mismo que es tan diminuto y negro, que se vuelva grande y puro, aunque transparente no pueda ser, llegar a ser un hombre el que merezca la pena y respetar a la mujer que acabe conmigo. Me entran ganas de llorar, eso sí que es bueno, nunca lo había esperado de mí. Pero es así, y no miraré más el balcón como una salida fácil sino como una puerta que se me abre al cambio. 

Sonrisas y risas, llantos y lágrimas es lo que me sale de mi interior, no hay motivo alguno para no coger la vida tal como se presenta y luchar por ella. ¡Qué más da!, solo soy un hombre más, uno más de tantos que sueñan con la eternidad. Pero primero hay que vivir esta, es como un contrato firmado y este, este no se puede rescindir ni romper. Miro al cielo y veo al Sol, tengo que cerrar los ojos para que este no me ciegue, pero sonrío. Me han desplumado, robado e injuriado, pero por mí mismo me juro que no volveré a desfallecer nunca más, volveré a ser una persona con mi propio criterio y pensamiento.

Adónde estará el molde, adónde estará la matriz con la que me perfilaron, será cuestión de pensar en ello, pero solo debo mejorar mi mente. Cuerpos de hombres hay muchos, hay hombres grandes, pero también grandes hombres. Yo no aspiro a tanto, solo deseo pasar el resto de mi vida con una mujer en pareja. Estoy sentado en el sofá y miro el móvil, ahí está la tentación, una buena tentación, no son cervezas, son mujeres que pueden encajar conmigo, solo debo abrir un perfil en cualquiera de las páginas que existen y vivir el amor. ¡Sí!, lo voy a hacer.

Que canalla, yo que ya te tenía convencido, te me pierdes, da igual, pronto volverás y si no…. “vete al infierno”