viernes, 25 de junio de 2021

 EL HECHICERO 

¡Mama!, dime que no es cierto lo que me cuentas, dime que no es verdad que existí o existió, dime por favor que es mentira.....

Son tiempos mejores y por ello, ahora se lo cuenta con calma. Sentados en un    banco  público de un parque de jardines, de uno de tantos que hay por esta gran ciudad, como es Barcelona y le cuenta la historia. Que sea real o sea ficticia no depende realmente ni de la madre ni del niño, depende de todo un cúmulo de situaciones que se dieron o no, en el pasado.

En las tierras más lejanas de Alejandría, existió cierto personaje que llegó a ser quién era, no por lo que fue sino por lo que  hizo. Cierto personaje no daba palos de ciego, aunque no fuera dueño de su vista,  ya que esta fue arrebatada por un haz de luz, una luz tan potente que le quemó las pupilas. Veía ciertas imágenes, sentía ciertas voces y no se dejaba asombrar por las sombras que llegaba a ver. Cierto y bien cierto es, que  un día  me lo encontré, este se cruzó en tu camino y ya nada desde entonces fue lo mismo.

Le narra, como este viejo y anciano personaje, movía y removía la cazuela, teñida de rojo por el valor de aquellos valientes que cegados por sus ideas, fueron cayendo uno detrás de otro, ante la atenta mirada del Sol. Testigo inmóvil de todo lo que en aquella época aconteció y que sin escrúpulo ninguno, no hizo sombra alguna, muriendo algunos incluso de sed en vez de por la espada. 

Sangre y más sangre,  es lo que vierto dentro de mi cazuela.  Sangre y más sangre es lo que vomito dentro de ella, mezclando así las naciones inmersas en batallas sin sentido. Luchan por un palmo de tierra, luchan por la creencia de algún Ser misterioso y digno de  ser elogiado y sagrado. Clama a los  cuatro vientos el anciano.

¿Entre una mano abierta y una mano cerrada, qué diferencia hay?, (me dice al oído, mientras se lo narro), si no es el golpe que se da encima de algo contundente y quien hace igual de daño que cualquier dardo envenenado. Dice sonriente ya el hombre, mientras se le forma una cierta sonrisa en el rostro.

Como por sorpresa, empieza a  llover y a tronar, a tronar y llover de forma, que parece que el agua caiga en cascada. Después del trueno y antes del relámpago se escucha o se parece escuchar una voz que viene desde los adentros del Universo. 

Es el mismísimo Cosmos el que te habla hijo, te lo digo para que lo sepas, si  es verdad o es mentira lo decides tú. Yo solo soy tu madre y no te deseo mal alguno, solo te advierto de quién eres y en quién te vas a convertir.

El niño ahora salta y entre juegos y juegos, ya no se está quieto, al tiempo en que ha  dejado de escuchar a su madre, para ser él el que hable ahora, con tan  solo nueve  años.

Yo, Jaris, soy el centinela nada más y nada menos., conque ten cuidado conmigo, que te puedo enseñar lo que los demás no desean ver ni en sueños. De aquí no se escapa ninguna mala sombra, ellos no lo saben y tú no vas a ser menos. Serás descubierto por mí y por mí serás encerrado por mil  eternidades, no podrás romper la Ley y es que la Ley es la ley. Hay normas, hay respeto,  sino sería esto una pura anarquía y eso, eso no se puede soportar. 

Su madre del asombro no es capaz  de cerrar la boca por incredulidad, hasta que al final se desvanece en el banco, mientras que el niño ya no es tan niño y la madre ya no es la misma.

Abre sus alas negras un Ser que andaba por allí, puede ser que  sea el mismo niño o algún hombre de mediana edad, que paseaba por el lugar y sacando su lengua bífida, intenta imponer el miedo en todo el centro de mi alma y de mi corazón. Todo será como será y nada cambiará, todo será cómo será el deseo de quién.... pues del hechicero.

Así que adelante, ve, descubre qué es el mal y que es el bien. Ya te va y te  gustaría encontrar una chica que bailará a tu son, pero eso no es posible. Días de Sol dan turnos a las noches en celo, todo no puede ser así. Así que habitúate, todo es así, ya lo descubrirás por ti mismo que seas el bien y no el mal. No hay término medio, es todo muy radical. Rompiendo la Ley, fingiendo las normas de adaptación son aceptadas porque todos somos luces, saldrás ganando es mentira.

Risas y más risas se escucha en el juicio desde las profundidades del mal, no merece la pena rezar, no merece la pena orar y mucho menos lamentar.

Lo último que podría imaginar, es que le vas a echar matarratas a todo aquello que te  viniese en gana y diciendo cuatro palabras que no digo, para que no se puedan repetir, hacer un hechizo del cual no se libre nadie. Le comenta el que ya no es tan niño. 

¿Qué sería de ello, qué sería de mí sin mis hechizos? Le responde el hechicero entre carcajadas.

Navega por los mares de las profundidades del mal, todo ello bañado por la Luna que,  reflejando a la luz del Sol se burla de él al ser más grande en el temor y en el destino  y el más cercano en distancia. 

Yo no digo jamás de este agua no beberé, pero sí que puedo decir que de mis hechizos no probaré gota alguna, ya que a saber lo que me puede suceder. Todo ahí lo dejo, todo ahí lo narro para que quede todo escrito, qué más da, pero por si acaso no pruebo ni mucho ni poco de tal mejunje.

Hay un águila que vuela por encima de las nubes, me mira, fija su mirada en mí y  yo no le quito tampoco ojo. Observo su vuelo majestuoso por el cielo y llego a creer que es él, el enviado, el mensajero de algún lado o  plano diferente a este. Ya que haciendo eclipsar al Sol, hace su propia sombra y silueta en la tierra.

“Como una cazuela de barro es donde yo entro y yo me baño”, decía en aquellos tiempos que jamás probaría líquido alguno ni gota alguna de sus mejunjes. Pero nada más lejos de la realidad, lo ha hecho ahora y se siente a gusto, ahora se siente pleno. Qué más da y aprueba su destino, ¿cuál será este si continúa hechizado?, brota de su espalda unas alas negras como la de las alas de la noche, será porque será por cual qué sabe que si nadie da nada por el mero hecho de regalar por nada, todo es debido al haber ido hasta que es un terreno le embauca.

Todo está a punto de caer, vislumbro en una ventana una imagen,  me veo caer en el vacío. ¿Será un sueño?, no lo sé, seguro que todo está quieto, nada se mueve a mí alrededor. Todo, todo es incierto, risas y más risas es lo que se escucha al final de la avenida.  ¿Pero de qué avenida?, si no se ve otra cosa que el fin del  horizonte, cómo se ve fin de la vida. 

Yo solo soy el que escribe o soy el hechicero de entonces, que ha vuelto a la vida, quién lo sabe. A saber, ¡ja!

Todo es relativo, todos negativos no hay que sacar lo positivo de los negativo. Ellos rechazan todo aquello que no es verdad, pero que es verdad sí nadie es portador de ella. Verdad, cuál es la verdad si nadie la sabe y todo el mundo interpreta la suya propia.

Me desvanezco, parece que no pertenece a este mundo, no estoy solo, completamente solo. No sé qué hacer, si llorar o reír, me encantaron, he caído en un encantamiento. Quedarme mudo, todo depende de cómo reaccione el mundo, risas y más risas, eso es lo que pide el mundo entero y yo llorando por mí mismo. Pues no puedo sentirme totalmente placentero, qué más da lo que diga la gente, qué más da lo que digan los demás. Yo quién soy es porque soy en realidad un ala negra, sino no lo sé ni yo mismo.

Camino despacio, camino cansino, después de un día duro. Solo trabajo y nada más que trabajo es aquello que me induce a después refugiarme en la bebida.

Qué sería de mí, no sería lo mismo en el poder razonar, el poder ser cabal y no acabar en la barra de algún bar. Hoy no, hoy camino a paso lento hacia mi casa tardó veinte minutos en llegar, podría tardar menos. Pero no me apetece llegar ya, que la casa es triste y es solitaria, me hablan las paredes, me escuchan hasta los gatos qué más da si la vida tarda lo que tarda en consumirse solamente un rato.

Cuando miras para atrás a cierta edad, debe ser el tiempo que ha pasado, yo me veo y nada me lo creo. Qué es más posible, que haya pasado tan rápido, que me he metido en los sesenta y me encuentro ya tan solo. Todo depende lo que depende y como pendiente de un hilo yo me tomo asiento en el sofá, nada más lejos de la realidad las paredes empiezan a hablar.

Oye tú, sí tú el que me escuchas, no te perdonaré jamás lo que haces y lo que has hecho. Le digo o le dice el hechicero al no tan niño.

Que eres tú el que me hablas, ¿quién eres tú para poner en duda mis actos?

Yo soy tú, pero lejos de toda realidad, ya que estoy en otro plano. Tú no me ves,  solamente me percibes y me escuchas. No te perdonaré jamás que te marcharas a la vida dejándome solo en la oscuridad. Le responde o le respondo, lleno de rabia en mí.

¿De qué me hablas?, si no es mucho preguntar. Yo vine a la vida y en ella me he criado. Le dice el que ya es quién es.

Escuchando a entre susurros, entonces solo se escuchó una voz, me vibran los tímpanos, me elevo en el aire como si fuera un ángel de la noche y a la noche perpetua yo me alzo entre el cielo. Entre la mismísima oscuridad yo me escondo para no ser descubierto, bien encerrado tras las mazmorras dónde están las sombras. Quisiera de mí, si soy hallado y averiguan mi Ser.

Yo soy oscuro de nacimiento y puro a la vez, debido al duro trabajo de pulir mi alma. Todo es lo que es, ya no soy nada más que un simple mensajero de aquellos por los que fui despertado. Ahora no lo sé pero lo averiguaré, a fin de cuentas es mi porvenir y mi destino, todo por una razón que se llama libre albedrío, nada más y nada menos que eso.

La melancolía inunda todo mi cuerpo, somos de fusión en un ayer no muy lejano, ya me encuentro con mi presente de este nada más y nada menos el que estoy viendo ahora contigo. Hablando contigo, soñando, pero quién soy para poner en duda tu alma. No sé nada de más de la verdadera verdad, quién sabe a quién es portador de ella, de verdad no lo sé. Por eso me retiro y me hago a un lado dejando pasar a todo aquel que es de libre pensamiento.


martes, 15 de junio de 2021

 

VIENTOS TRISTES DEL SUR

Hubo un tiempo, un pasado feliz en mi vida, los vientos que soplaban eran aires de libertad y felicidad, no es que me lo invente, solo lo relato ahora que estoy en paz y en calma. Tengo todavía su foto en la cartera, la llevo conmigo siempre, no la olvidaré jamás y es que no hay nada como el amor verdadero. Cuando te sientes que vuelas con los pies tocando el suelo, que levitas dentro de un sueño que parece no tener final y deseas parar el tiempo y que las horas no sigan su curso. Pero eso nos es así, lamentablemente todo tiene su final, como un disco de vinilo acaba de circular y finaliza la canción y el brazo del tocadiscos vuelve a reposar solo en su lugar. Así es de triste la vida, aunque para estar triste, primero debes haber sido feliz si no es así significa que no has vivido. Ahora, sentado por fin en el sofá de mi casa, fumándome un cigarrillo, me vienen cosas fugaces a mi cabeza que deseo compartir con vosotros.

Recuerdos en un ayer no muy lejano, cuando todavía estábamos enamorados y nos rozábamos piel con piel, nos besábamos labios con labios. ¡Te acuerdas!, tiempos, solo eran tiempos jóvenes a luz de unas velas, ya sea en la cama o en la alfombra de casa. Nos queríamos, nos amábamos y dejábamos correr la pasión y la imaginación, así como las risas y los lloros de alegría.

Solamente han pasado cuatro años que para mí han sido como cuatro siglos, no es posible que por un error y una reyerta nos hayamos separado. Quien sepa realmente lo que hicimos, quien sepa realmente lo que bebimos, que hable, ya que solamente sé que ya no estás conmigo y yo ahogo mis penas en el alcohol. Cerveza a cerveza, vino a vino y copa s copa yo me voy a autodestruyendo, yo me voy desmoronando. Pues el no tenerte a mi lado no sé lo que soy o cómo soy y te sigo queriendo enormemente. No hay día que no me levante con tu recuerdo, no hay día que no me queme la sangre sin poder olvidarme de tus besos. Solamente el sabor de la cerveza los ahoga, me fustigo yo solo, porque sé que no entraras por la puerta del bar. Aunque ello me desemboque en un lloro tan amargo, que se mezcle con el sabor de la cerveza. Cada vez que se abra la puerta del bar miraré hacia ella, con la esperanza de ver tu imagen y sentir tu voz. Eso es lo que me llenaba, me colmaba de alegría, ahora solo me siento, ahora solo me encuentro a veces y solamente a veces me voy a la playa. Sí, a la playa y en ella veo como las olas se acercan y después se alejan una y otra vez, el aire que respiro es salado como mis lágrimas, todo ello me hace gritar al cielo y de dar media vuelta sollozando de aquí. Me vuelvo a encontrar encerrado, sentado en un taburete de la barra de un bar no muy lejos de mi casa, esperando que mis dulces sueños me acerquen a ti. Solamente tengo un sueño es verdad, pero al menos te tengo en algo, ya que no puedo acercarme, al menos déjame que sueñe contigo. Hundo mi cuerpo en alcohol y le pido a un Ser superior que tal sueño caiga por las noches y que me haga rozar tus manos. Si no recuerdo mal, miro en frente mío, viendo las botellas y en ellas me reflejo con la cara distorsionada. ¿Qué será de mí sin ti a mi lado, qué será de mí ahora cuando ya te he perdido para siempre? No hay vuelta atrás, el orgullo y la soberbia me lo impide y solamente hago que pedir otra copa, quién sabe cuántas llevo ya, cuando pagando casi sin saber cuántas, estoy en la puerta mareado por alcohol, ¿qué será de mí?, no recuerdo ni el nombre de mi calle, no recuerdo dónde vivo, solamente tránsito a paso lento por la avenida.

De la gran ciudad las farolas iluminan la noche cerrada, con las nubes tapando el cielo y ello lleva a qué solamente se vea un halo de lo que es la Luna. Quién sabe realmente más, no sé qué ahí, estoy que ni sé a dónde voy, pero qué más da, si nadie me espera. Solamente la soledad me carcome por dentro.

Guapa entre las  guapas, eras tan hermosa entre aquellas que son elegidas por su belleza como las modelos de cine.

Podría escribir un libro, podría escribir un relato, pero todo esto me lo guardo, aquí, en mi corazón, el mismo que está tan dañado que no recibo recompensa alguna por llorarte por cada barra.

No sé cómo, pero doy con una iglesia. Está cerrada, es lógico a esta hora de la noche como pretendo yo que esté abierta para mí. Pero necesito confesarme, aunque no sea muy creyente necesito confesar que me he ido con más chicas mientras estaba con ella y es que a veces no valoras lo que tienes hasta que lo pierdes. Siempre recordaré el día, mejor dicho aquella tarde que ella me encontró con una desconocida en nuestra cama, tú abriste la puerta de la habitación y con ello abriste la puerta del odio y del rencor, no me perdonarás nunca lo sé, solamente es un pensamiento y por ello solamente me siento en la escalinata de dicha iglesia, con las rodillas plegadas y la cabeza entre estas, para mi desconsuelo.

Tengo que tener fuerza, tengo que tener coraje, transformarme en una nueva persona, aunque ello me cueste mi tiempo y mi vida. Estupefacto me encuentro, cuando no puedo olvidarte. Levanto la cabeza, la cabeza bien alta y me estiro y mirando a la Luna me hago la promesa de no volver a pisar nunca más un bar. En vaciar de mi casa todas las botellas que tengo, en llenar de energía positiva toda ella y ser un nuevo yo. Beber solo agua, beber solo el agua de la vida, de una vida que sea real y alejarse de todo aquello que te lleva a entrar en una espiral. Pero no es fácil, tomaré la última, la última lo prometo.

Vuelvo al bar, está a punto de cerrar, pero por buen cliente me concede una rápida y ello me lleva a pensar y a divagar.

“Recuerdas en un ayer no muy lejano, cuando todavía estábamos enamorados, el rozarnos piel con piel nos llenaba de amor y de placer. Nos besábamos labios con labios, ¿te acuerdas?, solamente han pasado cuatro años, que para mí han sido como cuatro siglos. No es posible que por un error y una reyerta nos separáramos, quien realmente lo decimos de verdad, quien sebe realmente lo que hicimos. Solamente sé que ya no estás conmigo y yo hago las penas en alcohol. Cerveza a cerveza, vino a vino y copa a copa yo me voy a autodestruyendo yo me voy desmoronando, pues no tenerte a mi lado es vivir en el caos. No sé cómo soy en verdad y te quiero enormemente, no hay día que no me levante con tu recuerdo. No hay día que no me levante sin acordarme de los besos, solamente el sabor de la cerveza los ahoga, me fustigo yo solo porque sé que no entrarás por la puerta del bar, aunque ello me desemboque en un lloró tan amargo, que se mezcla con el sabor de la cerveza. Cada vez que se abra la puerta, miraré hacia ella con la esperanza de ver tu  imagen y sentir tu voz, eso es lo que me llenaba en los años que tuvimos de plenitud y de alegría. Ahora solo me siento, ahora solo me encuentro, a veces y solamente a veces me voy a la playa, sí, a la playa y en ella veo como las olas se acercan y después se alejan una y otra vez. El aire que respiro es salado, como mis lágrimas todo ello me hace gritar al cielo y de dar media vuelta y aquí me vuelvo a encontrar, encerrado, sentado en un taburete de la barra de un bar esperando que mis dulces sueños me acerquen a ti. Solamente tengo un sueño, es verdad, pero al menos te tengo en algo que puedo acercarme, al menos déjame que sueñe contigo aunque hunde mi cuerpo de alcohol y qué  tal sueño caiga, que me haga rozar tus manos. Si no recuerdo mal, miro en frente mío y veo la realidad, como si viniesen vientos tristes, veo botellas de licor y en ellas me reflejo con la cara de distorsionada. ¿Qué será de mí?, sin ti a mi lado, ¿qué será de mí?,  ahora cuando ya te he perdido para siempre. No hay vuelta atrás, el orgullo y la soberbia me lo impide y solamente hago que pedir otra copa. Quién sabe cuántas llevo ya, cuando pagando casi sin saber, cuánto estoy en la puerta mareado por el alcohol y el dueño me invita a que me marche. ¿Qué será de mí?, no recuerdo bien mi calle, no recuerdo dónde vivo, solamente tránsito por la avenida de la gran ciudad. Las farolas iluminan la oscura noche, cerrada con las nubes, tapando el cielo y ello lleva a que solamente se vea un halo de lo que es la luna. Quién sabe realmente, más no sé qué ahí aquí por donde camino. Estoy en un lugar extraño, solo el viento triste del Sur me acompaña, empujándome  por la espalda. ¿Adónde voy?, pero qué más da si nadie me espera,  solamente la soledad me carcome por dentro.”

Todo ello lo he escrito en servilletas de papel y me las llevo conmigo en el bolsillo de la chaqueta.

Guapa entre las guapa, eres tú guapa, entre las guapas sigues siendo tú, morena de ojos verdes, alta como las modelos de cine.

Ahora llueve barro, agua mezclada con las arenas del Sáhara y ello hace que todo quede marcado como si mi alma fuere, son los vientos tristes del Sur lo que trae ello. Solo se me ocurre el hacer una cosa en mi pésimo paseo hasta casa y eso es dibujar un corazón roto en los cristales delanteros de los coches. Tan rotos hago los corazones, que dentro de mi amargura y la borrachera, empiezo a romper los cristales. Estoy desquiciado, no soy el mismo de antes, no sé qué hacer ni a quién llamar, estoy solo, completamente solo. Grito, grito con toda mi alma mientras hago añicos todo cristal que se me pone delante. Solo paro, solo me detengo cuando lo hace de manera forzosa la policía. Me maniatan, me ponen las esposas en medio del forcejeo, sigo llorando, sigo gritando. Viene una ambulancia y yo me quedo parado sin saber el porqué. No comprendo nada, no entiendo el motivo, pero en vez de acabar en la comisaría acabo en uno de los hospitales de la comarca. Paso la noche, paso los días y nadie me dice nada. Yo ya paro de llorar, viendo la situación y que la memoria me hace recordar los actos que he cometido. Asimilo y acepto que la culpa es mía, pero no paro de pensar en ella.

“Amor, eres todo amor. No digo tu nombre, eso me lo guardo para mí solo, todo dependerá de dónde venga el viento.” Solo pienso en salir del hospital, en que me den el alta y poder volver a mi casa, ahora eso sí, se acabaron los bares. No son compatibles para amortiguar la soledad y la falta de afecto y cariño. Pasearé, andaré y caminaré por lugares que me ofrezcan una oportunidad, una oportunidad de vivir. Saborear de nuevo la vida con otra mujer, aunque ya no será lo mismo, no hay nada como el primer amor, ese que te deja marca y la huella no se borra ni con el jabón. Es una herida que cicatriza y deja el rastro y el tiempo vivido.

 

miércoles, 9 de junio de 2021

 

           MI YOYÓ

Absorbido por una energía extraña me siento extraño, todo es un suponer en algo que puede ser irreal, ya que no lo puedo ver ni lo puedo tocar, solo puedo sentir. Me entra por la nariz, como si fuese humo de cigarrillo entra y se queda, solo me dice que escriba y escriba. Como si fuese un relato de algo que sucedió hace ya en los años y que ahora desea compartirlo con todo el mundo es. Todo ocurrió tal como transcribo de su pura energía, energía que me envuelve y me deja sentado, sin más movimiento que los de mis dedos en el teclado, para que sea de conocimiento público aquello que aconteció hace ya un tiempo.

Hola, yo juego con mi yoyó, yo soy el Rey del mundo y nadie podrá conmigo. Yo hago girar el mundo a mi placer, solo debo de hacer rodar mi yoyó. Este siempre vuelve a mis manos, por mucho que lo hago girar siempre vuelve, ya sea del derecho o al revés, siempre sube y baja, como el que visita los cielos y los infiernos, este siempre vuelve, porque todo es de mi posesión, todo es de mi poder.

¡Poder!, poderoso me  siento, yo un simple humano, una simple alma que escribe al son de la música y esta me envuelve con su sintonía y melodía. Me sangran las manos, me silban los oídos y en la boca no me deja de rechinar los dientes. Solo me falta sentir el gozo de gobernar de una vez por todas sin que nadie me diga que no, toda la música que vibra, toda voz que grita es a mí favor, será por eso que tengo mil ojos y mil vidas. ¿Porqué, que será que no doy abasto?, no es un ángel lo que viene ni es un demonio de esos que se creen que asustan robando el alma a todo aquel que se le cruza por el camino. Desde las profundidades de lo más oscuro aplauden, desde lo más alto de las nubes asalta el pánico. Ya está aquí el Anticristo, ya está aquí aquel que se creía que era un monstruo, larga vida al nuevo Rey. Él se encargará de poner orden, de colocar a todos en su sitio, el libre albedrío está cerca y eso, eso se intuye y se huele como el humo de cigarrillo que me entra por la nariz. ¿Cómo saber que es él?, pues no se sabe, solo se sabe que ha nacido ya y que está en este mundo, en este espacio paralelo o vibración planetaria. Todos decían que era imposible, que era un mito, pues es real y tiene materia, es de carne y hueso, lo único es que es más difícil de matar y además en la otra vida no se muere nunca para siempre. Eso ni él ni nadie, pero todos somos los que somos, con diferente energía, pero con ella  y así nos va en la vida. Todo es un suponer, yo solo relato lo que me dicen que diga o escriba y así lo hago.

Da vueltas la brújula, no si es el Norte o el Sur, el Este o el Oeste, solo sé que estoy en el centro del Todo, volviéndome loco. Nubes de ceniza amenazan tormenta, viento gélido me sorprende a mitad del verano y nos ofrece la bienvenida. Que será, será complaciente y condescendiente o se armará en batalla contra aquel que dominaba y doblegaba al más débil. Ese soy yo, no me puedo dejar dominar, todo es mío, el Cosmos me pertenece, ¿quién es quién viene, para armármela así?

El que me inunda con su energía, el que me habla entre susurros, sin pensárselo dos veces, hace arder con más fuerza su interior, calor y más calor es ahora en el mundo de los vivos. Sudores y más sudores para contrarrestar, para amortiguar lo que se nos viene encima. Algo sin precedentes va a ocurrir y no estamos preparados para ello. Siempre hemos hablado de ello, pero nunca, nunca lo hemos hecho en serio y la sorpresa ha llegado en forma de Ser humano.

Solo ocurre una cosa, algo que era difícil de prever y que puede llevar a que el Universo en sí entre en peligro. Una sombra se escapa de su letargo, encendiendo en llamas todo el infierno, no se le puede parar, ya se ha escapado anidando en el cuerpo de un sin alma, de un Ser sin escrúpulos y despiadado. Ha elegido bien, ya sabe adónde se mete, adónde anida y se nutre de su energía. Este hombre sin nombre, camina a paso lento en busca de su víctima, de alguna mujer despistada que no sepa correr. Tardará rato en su acto, pero ya se ha puesto en manos de hacerlo. Vagabundea por los callejones de una gran ciudad, anda por los caminos oscuros y poco transitados, sabe lo que se hace, es un sin piedad. Difícil de agarrar y encerrar es él, una sombra que ha sabido elegir el cuerpo y permanecer en él como huésped.

Se hace de día, está cansado el hombre, pero no para de caminar, pitillo en mano, solo hace que fumar. No bebe alcohol, a saber el porqué, solo fuma. Pasadas unas horas y casi ya en el centro del día ve a su víctima, a su elección, a la elegida. No se espera y salta del callejón oscuro y la embiste a plena luz del mediodía. La aborda y la arrastra al callejón tirándole de los pelos, la gente incrédula tarda en reaccionar, tanto, que el acto, que el delito es consumado. Los gritos no sirven de nada, quedan silenciados por el miedo y por la cobardía de todo aquel que transita por la zona ¿Qué mala sombra podía haber cometido tal acción?, a plena luz del día y casi a la vista de todo el mundo y que la sociedad, la humanidad se quede quieta….

Al final solo un par de hombres fuertes, fueron contra el individuo y lo sujetaron hasta que vino la policía. Castigo ejemplar, piden todos ahora, castigo y pena de cárcel por aquel que se cree con el derecho de hacer tales actos. Ella, dentro de su pensamiento y todavía sin saber, sin ser consciente dentro de la ambulancia, dice que lo perdona. El que la acompaña no dice nada, solo el policía se queda perplejo y sin dudarlo le pregunta la razón y el porqué.

      Mujer, no se da cuenta de que no pueden andar por ahí, sin ataduras. ¿La próxima, quién puede ser la próxima? Le dice y le ruega el policía.

      No habrá próxima, se lo aseguro. Solo venía por mí, no por guapa sino por el destino que así lo tenía marcado. Le responde, con una tranquilidad pasmosa, reflejando una sonrisa en la cara al mismo tiempo que le agarra de la mano, mirándole a los ojos.

      Si existe algo al otro lado, que venga alguien y nos lo explique, porque no hay razón de ser, de que individuos, de que malas sombras anden sueltas como leones en celo. Que solo merecen el desprecio y el ser condenados de por vida, ya que son un peligro para los demás, no hay razón de ser, no.

El agente ya se queda callado y mira la carretera lleno de rabia, sabiendo que si no hay denuncia, no podrán con el responsable. Al otro lado, en el coche patrulla, va el causante del hecho en sí. Se siente orgulloso y se perdona así mismo, ya que cree que ha hecho el bien haciendo lo que acaba de hacer. La sombra le ha convencido, lo ha inducido a cometer tal barbarie y ahora se va de su cuerpo, se escapa sin que nadie la pueda ver. A saber adónde marchará ahora, a saber qué será de ella, en algún lugar necesitará alimentarse de energía. La necesita, necesita sentir otra vez el sentirse como si estuviese vivo de verdad, aunque este sea dentro de otro cuerpo un hombre sin escrúpulos.

      Quién te crees que eres para decirme a mí, que soy una triste alma cómo debo y qué debo hacer con ella, no me entiendes todavía verdad no me entiendes. Le dice con voz chulesca el individuo a uno de los agentes que le llevan a comisaría.

Como si fuese un verdadero emperador de la maldad, sube los escalones hasta llegar al  interior de la comisaría. Allí lo sientan, lo maniatan con las esposas al banco de madera, él se ríe a carcajadas. Cree haber cometido un acto el cual estaba en su pleno derecho. No es que haya entrado en psicosis por culpa de algún trauma o situación límite, ya que todo lo que le pasa le viene con su personalidad y si se piensa en que dos días estará en la calle,  lo lleva claro. Ya piensa en la próxima, ¿será rubia o será morena?, a saber. Mientras tanto le leen ahora sus derechos, motivo que él responde escupiendo en el zapato del policía, que a punto está de perder los nervios. Acto seguido le dirigen hacia los adentros más oscuros de la comisaría, a la espera de tener un juicio rápido. En el tiempo de espera, enjaulado, se queda dormido y en sus sueños, sueña.

Caminante me van dando despacio con una espiga, soy yo entre los campos de trigo y los campos de maizales, voy jugando. Todavía no me conoces, todavía llegará el día que me conozcas. No soy ni alto ni fuerte, la fuerza, la energía de cada uno no se compara no se equipara a la fuerza energética de cada uno. Aunque, tú ahora me vengas con palabras más propias de un dictador, que eres un vigilante qué más da hombre.

Sigue caminando en sueños, como un niño que es dentro de él., bueno, jugando al escondite está entre las campos de maíz no sé de qué se esconde o de quién, ya que juegos son solo o no me di cuenta de tu presencia. Ya que estás ahí arriba, haciendo del Sol una pura marioneta al eclipsarle y dejar en la oscuridad todo aquello que envuelve a la Tierra. Las dudas de mi fuerza, proscrito del mundo, las dejó fuera. No necesito espada ni látigo ni escopeta, yo solo soy una persona más en este mundo que todavía no alcanzado la mayoría de edad. ¿Qué será de mí en mi propio destino, cuando este está verdaderamente escrito?

Salta la voz cantante, se enoja el que habla o me hace escribir y golpeando en los apoyabrazos grita de tal forma, que se le escucha hasta en la oscuridad más completa.

Soy el dominador del mundo soy el Rey, soy el que gobierna el mundo, yo aquí sentado en la Luna veo al mundo girar como si fuese un yoyó. Nadie me lleva la contraria, nadie pone en duda mi palabra, soy el que hace gritar a todo aquel que me lleva la contraria. Yo muevo medio yoyó en medio del incertidumbre de la humanidad, soy el que soy y nadie me cambiará y todo sentado, aquí en la Luna hago eclipsar al Sol a mi antojo o si no me aprovecho de su luz y alumbro las calles poco pobladas y alumbro las calles de las pequeñas ciudades. No puedo quejarme, ya que lo tengo todo controlado, ¿quién me va a llevar la contraria? Nadie, absolutamente nadie es portador de la verdad absoluta salvo yo.

Yo digo que es negro aunque vosotros lo veáis blanco, es negro así de dictador soy y  de tajante en según qué cuestiones ya que si eso hago rodar mi yoyó y vuelvo loco al mundo. Yo no muero nunca, yo soy eterno e inmortal, bien quién no me crea las tendrá conmigo ya que yo soy el dominador de la tierra. ¡Ay!, aquel que me lleve la contraria, no sabe lo que hace no sabe a quién se enfrenta y lo tiene delante suyo.

No nacerá de un vientre cualquiera, no hubo amor y ni deseo en su gestación o  creación, la mujer propiamente dicha fue sometida en contra de su propia voluntad, pero lo que se sabe es que fue felizmente salvada, pero ya era demasiado tarde y la señora ya lo tenía dentro de sí. El asistente de la ambulancia se sorprende de la tranquilidad con la que ella maneja la situación. En vez de estar angustiada y asustada, siente algo, siente que tiene algo dentro de ella. ¿Cómo es posible que sepa que está a punto de gestar?, no sabe que es o quién será, pero ella se lleva la mano al vientre, como si supiese que lo va a llevar dentro los próximos nueve meses. ¿Cómo es posible, cómo se puede imaginar cualquiera el gestar de esta manera?, la imagen siempre la perseguirá, de cómo fue arrastrada y vejada hasta llegar a lo que llegó. Sonríe, diciendo a todos que lo perdona, que ha sido cosa que estaba escrito en el destino y que no lo va a denunciar.

Como el que cierra el telón de un escenario se  encuentra el condenado, ya no hay salida  ya que, aunque la mujer no quiera poner denuncia alguna los que por allí pasaban  así lo hace. La policía toma nota de todo para que haya un juicio rápido. Será sí, convertido en  una vela, no digo de qué color ya que esto poco importa, lo que importa verdaderamente es que se consuma poco a poco dentro de los muros de la cárcel. Que vea solo la luz del Sol a través de una ventana sin vistas a ningún sitio y sin poder hablar con nadie, que así se lea y así se escriba.

Todavía se piensa qué será, será cuestión de días, todavía se cree tan capaz de hacer y deshacer a su antojo, pero eso no es así. Al menos la justicia en algo prevalece, pasan las horas y es llevado ante el juez. Este, después de escuchar ambas partes no tarda en imponer su condena, no habrá apelación alguna y la tendrá que cumplir completa.

Al otro lado, la mujer solo deja pasar el tiempo y hace caso omiso a la posibilidad del aborto. Toma la decisión ya sea buena o mala, ya sea la que sea, de llevar el embarazo hasta el final. No sabe lo que será, pero siempre recordará la imagen del agresor, el mismo que ella perdonó al momento. Solo el llanto de la vida es lo que se escucha al pasar los meses, es decir al recién nacido al abrir sus pulmones, ella ya lo tiene encima de su cuerpo envuelto aún en la placenta de su vientre.

Tres días después de alumbrar al niño sale del hospital, llevando en brazos aquel que no ha nacido engendrado de forma amorosa y normal. Ella lo besa ya que a partir de ahora, tiene una larga tarea, soltera no sabe todavía cómo lo hará para educarlo y ser su guía.

Los primeros meses son de alegría, ella no piensa en el hecho, solo piensa en que ha creado una vida. Cierto que la forma es algo que se sale de lo pensable, pero lo quiere, lo ha llevado mucho tiempo en su interior y eso es lo que la anima. Pasan varios meses y un día no marcado en el calendario pican a la puerta. Ella, ingenua abre la puerta, la sorpresa se la lleva. No recuerda bien la cara, pero se asusta y grita, grita tanto que alerta a los vecinos. Estos se mueven para ayudarla e increpan al hombre, hasta que se dan cuenta de que no es el agresor, es el hermano de este, que como consuelo, como forma de pedir perdón le trae un regalo, ese regalo no es otra cosa que un yoyó.

Ella rompe en lágrimas y sin querer saber más, acepta el regalo pero le cierra la puerta. El yoyó ya está en casa, que pasará a partir de ahora, quién sabe. Todavía es muy pequeño para jugar con él, pero llegará, llegará el día que jugará con él y a saber que trucos aprende o que hace con él. Por ahora la mujer lo guarda sin saber, en el cajón del recibidor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 5 de junio de 2021

 

                                                                    REMO

Salgo con mi pequeño barco pesquero, no me alejo mucho del puerto, solo lo justo para entrar en las aguas marroquís de su zona marítima. No digo si vengo de Cádiz o de Huelva, que cada uno de vosotros decida la procedencia, ya que para mí lo que más me importa es que la Luna sea mi guía, mi aliada y mi luz. Lucifer es mi aliado, es mi verdadero ángel negro, que vestido con sus alas negras no se separa de mi lado. Guiándome por las estrellas, me dejo llevar, me duermo sin darme cuenta, el balanceo del barco en las tranquilas aguas del Océano Atlántico me hace dormir y soñar o al menos eso creo yo….

Entra como un ladrón silencioso, penetra una voz en mi cabeza que me hace llegar al éxtasis mental, tanto, que estoy dormido y creo que todo ello lo estoy de verdad viviéndolo.

     Ven tesoro mío ven, ven amigo mío. Estate a mi lado, ven amigo ven, que quiero charlar contigo un rato, no me dejes solo. Le dice Lucifer, protegiéndole de aquellas malas sombras que acechan en la oscuridad del mar.

Entro en shock, para acto seguido encontrarme en un letargo y como si fuese un oso dentro de una osera, hibernando hasta que la primavera llegue sea este mi camino y ya llegará cuando desaparezcan las nieves y ver brotar de nuevo las flores me encuentre. Estoy soñando o estoy despierto, dímelo de verdad, porque alguien me llama con lamento. Estoy soñando o estoy durmiendo, porque no es lo mismo despertar de un descanso laboral, que despertar y que te digan que era el mal lo que llevabas escondido dentro de ti.

     Qué más da lo que diga yo. Entonces, quién soy no entonces, dame la oportunidad, dame la oportunidad de conocerme y ser un aliado más. Le responde de forma amable.

No me lo puedo creer, de vueltas que di en la proa del barco, no lo puedo concebir, no puedo dormir y acabo despierto al revés, como si fuese el mismísimo Anticristo y eso, eso no me gusta, ¿o sí? Hay algo delante de mí y no lo veo, pero lo siento, ahora me colmo de alegría y río a carcajada limpia. Es tal la alegría y el gozo, que acabo orinándome encima, no me lo puedo creer, es la cortina transparente que se ha rasgado, se ha abierto una brecha entre los dos mundos. Pensé, que es tanto lo que nos separa la vida de un lado al del otro que se puede tocar con la punta de los dedos, está delante nuestro, sí, es un mundo paralelo, que bien, nos acercamos ya a demostrarlo.

Mi nombre no importa mucho, pero os lo digo. Me llamo Simón, Simón el pescador, no de fieles para acogerlos en ninguna religión. Mi nombre es Simón y pesco peces pequeños, los suficientes para ir vendiendo en la lonja y porqué no, también para alimentar a mi familia, que aunque no lo parezca estoy casado y la amo. La amo con tal locura, que a veces me tiro todo el día pensando en ella. Duermo por el día y salgo por la noche a pescar, con la única compañía de mi luz del barco. La humedad, debido al mar y a mí edad, ya se empieza a complicar el trabajo. Pero no queda más remedio que hacerlo, ya que sin ello no es posible el sustento. Si pudiera, teniendo a Lucifer como respuesta, compraría un boleto de lotería y probaría o tentaría a la suerte. Ya lo probaré, por ahora sigo vigilante a la red de la pesca. El barco ha ido pasando de generación en generación, primero fue mi abuelo, después mi padre y ahora, seguramente que acabe en mí, ya que no tengo relevo ni descendencia para ello.

Pasan las horas y yo, atento, recojo la red. Le clamo a Lucifer por darme la dicha de esta buena pesca, estoy contento, lo preparo todo y me dirijo al puerto, es pronto, pero quiero estar a primera hora. Tengo que llevar el pescado a la lonja y ganarme unos buenos billetes. Solo, me siento solo en la tarea, pero no hay otra, no puedo permitirme la ayuda de alguien más joven. Me mueve más mi ilusión y mi actitud, que lo que me acompaña el cuerpo. Pero en fin es lo que hay, no hay otra.

Vuelvo a tener suerte y me gano un buen dinero con la venta, clamo a Lucifer. Le prometo serle leal, por mi mujer y por mí mismo. Estoy cansado, muy cansado, cuando ya en casa, miro el reloj de la pared. Son las siete de la mañana de un miércoles cualquiera, me hago un café, me preparo el desayuno pero verdad nada más, lo Tomo y tal cual, no han pasado ni cinco minutos que voy y le arrojo. Cuál es la cuestión, cuál será el problema cuando, como si fuese un crimen he sido atacado. No me lo puedo creer, una energía poderosa me ha hecho vomitar todo lo comido y bebido, ha sido tal el retorcijón que salgo del lavabo dolorido. Sinceramente me da igual, he vivido una experiencia paranormal, algo diferente a lo habitual o cotidiano. Lo más posible es lo irreal y lo que menos es posible que sea yo, así en la realidad.

Tan sensible no se puede ser en la vida cotidiana, sino pueden haber energías poderosas quienes nos dominen la vida y el no intentar preparar lo bueno de lo malo hace que lo que es equidad no sea el porqué para escribir ya que la edad no importa.

Me entran escalofríos, tengo frío de verdad, como es el querer ser un hombre de pareja fiel y estable, si no sé ni quién soy ni yo. Como voy a ser hombre de familia si no tenido descendencia alguna,  no sé sí importa realmente, no sé sí sinceramente importa. ¡Qué más da!, la vida no está hecha en un patrón universal, cada cual elige su camino ni más ni menos, no hubiera sido un resultado sincero sí escojo el camino recto o el que la mayoría dice que es así.

Para qué tener descendencia, para que vean un mundo revuelto, ¿eh?, en el que nos encontramos, para que traer al mundo nuevas almas, las cuales van a sufrir cierto. También sé que van a reír, ¿pero, si pongo la balanza que he lado pesa más?, no lo sé. Eso depende de cada uno, de cada vivencia y si no que el destino diga o cuente nuestro pasado, nuestro presente y lo que es mejor, nuestro futuro. Ese futuro que tanta incertidumbre nos alberga en nuestro más profundo Ser, tanto es que solo pensamos en ello, sin llegar a vivir el presente, maldiciendo el pasado.

Son las 10:00 de la mañana ya, con el estómago vacío hace rato ya que no pruebo bocado,  ¡vaya!, que vaya otra vez al lavabo es como una vela blanca que se derrite, así es nuestro propio Ser. Sombras y demás criaturas de la noche perpetua es lo que hace, que sombras es lo que veo en el amanecer roto de mi ciudad.

Algunos dirán. Qué suerte la tuya que vives en un lugar de playa, cierto, es una suerte ver las olas como rompen contra las rocas. No, es oler la sal del mar lo que me llena de gozo.

Desde unas tierras lejanas, vendrá aquel que nos librará del mal, desde donde nacen los vientos del norte vendrá aquel que no lleva corte real alguna. Desde unas tierras lejanas,  vendrá aquel qué haciendo mérito a la llamada, nos librará de todo aquello que es llamado por mal nombre. Solo es lo que es, recuerdos lejanos de una tierra desconocida, recuerdos lejanos de todo aquello que yo desconocía.

Golpea duro golpea libre, todo se supera y todo se consigue, ¡qué más da!, por muy difícil que nos lo pongan que nosotros mismos llegaremos a ser dueños de nuestra propia alma. No digo ser defensor de ninguna fe ni de ninguna creencia, solamente el hecho, solamente la actitud es lo que prevalece en la incertidumbre.

Velas blancas, velas rojas, almas blancas, almas rotas, todo por la desesperación de pensar que las cosas se hacen por sí solas. Cuando no es verdad, ninguna entonces solo aquello que prevalece es digno de palabra.

Golpea duro golpe, golpea libre da un golpe encima de la mesa y levántate, no sabes quién habla, no sabes quién soy yo pero yo te reconozco porque soy aquel que no dice su nombre.

Son las doce del mediodía y me acaba dominando el sueño, así que dándole un beso a mi mujer, acabo sin darme cuenta durmiendo un buen rato, tanto que casi es la hora otra vez de faenar. Maldito sea aquel que no dice su nombre, no disfruto de la compañía de mi mujer, salvo los sábados que es cuando no salgo con mi pequeño barco. Cierro la puerta de casa y me despido hasta la mañana siguiente, voy caminando, con las manos en los bolsillos y con pensamientos confusos. Voy andando y paso por al lado de un puesto de lotería, todavía está abierto, así que clamando a Lucifer me dé suerte compro un número y me lo guardo en la chaqueta. Sin darme cuenta, me sube la moral el pensar en que me toque por segunda vez la suerte, ya que la primera fue el cruzarme con mi mujer en el supermercado hace de ello tantos años, que ya no sé ni recordar.

Subo al barco y lo pongo todo a punto. Esta noche me he traído una radio, al menos sentir la voz de alguien me hará compañía. Van pasando las horas y con ello llegan las noticias. Escucho como el que no escucha, pero el tiempo se para, mi corazón parece que vaya a detenerse también, ¿el motivo?, pues mi simple, dicen el número premiado del día. Solo diré una cosa, que miro el número de mi boleto y después miro a la Luna, esta, como cómplice me sonríe diciéndome que no me demore y vuelva para casa. Será o no será, quién lo sabe, solo hay una manera de saberlo, mirad el número del boleto, a ver si es el 01977.

miércoles, 2 de junio de 2021

 

LA BARAJA ESPAÑOLA

“Dime alma mía, que te despiertas al alba estando ya de vacaciones, restándote de paz y descanso. Dime alma mía que solamente no soy solo yo, que hay algo que te incordia con mi presencia, ¿cómo es posible, si todavía sigues dormida? Que seas un alma tan  dormida, que como si fueses un albañil se deja llevar por la pura rutina, No es tanto lo que me interesa si no eres un alma nueva por favor, no seas capaz de hacer de tu vida, un paseo sin sabores ni olores a risas ni a angustias.”

Desde que era muy pequeña, desde que era  muy niña, he creído en algo especial, que una está en este mundo con otro objetivo o por algún otro motivo. Lo que no me podía imaginar era lo que me iba a pasar ya de mayor, algo increíble ocurrió y tan grande que aquí lo narro para que los presentes lo tengan bien a tener en cuenta. Espero que no se crucen en su camino su otra parte, en fin, no doy pistas, les dejo que lo lean. Ahí va….

A las puertas de un caluroso verano me encuentro, el termómetro marca 30 grados a la sombra, a la sombra del diablo rojo, que aparece  con tridente en mano y me va hastiando haciendo sangrar mis propias entrañas, trata de hacerme la vida imposible. En este pueblo de la provincia de Sevilla, no me quiero ni imaginar estar a pleno Sol a las cuatro de la tarde, seguramente que el desmayo estaría asegurado y me derretiría como una tableta de chocolate en un cazo a fuego lento en una cocina. En fin, aquí me encuentro en el sofá, con los ojos cerrados, escuchando música de rock y dejando la tarde pasar. No sé qué hacer, estoy de vacaciones, unas vacaciones merecidas después de un año de trabajo. Pero ahora me siento deprimida porque yo, en mi trabajo me refugio, porque yo en mi trabajo me desfogo y ahora yo solo hablo con sombras imaginarias o con las paredes. Estas aunque parezca mentira sí escuchan y te hablan, pero no te aconsejan, más bien te injurian o te amenazan.

Como si la vida fuese una partida de cartas, yo barajo esperando tener suerte en ella, sin darme cuenta que siempre me toca la sota de espadas y el rey de bastos, que como si fuese el destino, siempre están a la greña como en la vida misma lo está todo aquello que me rodea y me envuelve.

Cada día construyo y cada día destruyo parte de mí, me sigo templando como una espada de acero a base de golpes, a base de maza en el carbón ardiente me monto y quisiera de mí densidad, de la otra parte de mí. Aquella que tanto dicen, que tanto hablan y que nada se sabe y nada se dice. No fuera tan insistente, que no me atacara y alabara, solo que me dejara tranquila de una vez. Yo, solamente sé que estoy viva y por lo tanto sufro, eso no significa que deje de luchar, yo lo he hecho cada día por mejorar mi vida,  yo lo he hecho cada día por ser quién soy de verdad. Por muchos contratiempos que tenga, lo intento y no pararé hasta conseguirlo, qué más da que digan los demás yo sé lo que digo yo y eso me vale un imperio.

Es todo un reto, el poder explicar lo que siento, porque para mí no es fácil definir la  situación que vivo, pero en fin es lo que hay. No quiero bajar al bar, no quiero bajar a sentarme en un banco público, porque el calor sofocante me haría vivir una situación intensa y de agobio. Pero no puedo resistirme a la tentación, no puedo alejarme de la idea ni los pensamientos y bajó al bar. Abro la puerta y sentándome en uno de los taburetes de la barra me pido una cerveza y de ahí a otra, está fresquita y el aire acondicionado me delata,  hasta que hablo con la copa. Esta me relata, me habla. El camarero no se da cuenta y si se da cuenta, hace oídos sordos ya que quién paga manda y mientras tenga dinero para gastarme ya sea en vino o cervezas, seré bien atendida.

¿Qué es verdad que realmente existe Dios?, yo no me lo creo aunque digan lo que digan ya no soy del parecer así.

Entonces, no si será por efecto del alcohol o culpa del calor, siento algo raro en mi interior y me hace hablar y pensar, pensar y hablar.

      ¿Quién soy yo, quién eres tú?, yo estoy en el bar y tú, tú tumbada en el sofá de tu tétrica casa, ¿quién escribe entonces este relato? Todo es pura energía, yo me conecto contigo a través de la copa, tú te conectas conmigo a saber cómo, pero seguimos hablando seguimos dialogando. Tomando un sorbo respira hondo la mujer.

      Yo no te perdono y tú no me perdonas a mí, ya sabes por dónde voy. No sé a veces dónde estoy, pues levanto la puerta de la vida y veo el Sol. La luz del día ya no despunta a lo lejos, ya mismo amanecerá saldrá el Sol el astro rey y será un nuevo día de batalla. Cansado y derrotado me encuentro, dónde vas de batalla si no tienes fuerza ni en los pies para caminar, lo que yo sé es que necesitas levantar del sofá y hacer que soy yo, tu parte masculina, esa que tanto odias.

Me siento somnolienta, aquí tumbada en el sofá fumándome un cigarro, pienso en mi vida y aquella otra vida que no tuve. No es mejor ni peor, solamente me es indiferente, tanto que me estremece al ver que cada vez la muerte está más cerca. Pero no tengo miedo a la muerte, lo que realmente me asusta es el envejecer y pensando en ello sigo echada en el sofá con la mirada fija en la bombilla del techo del salón. Es verano, los mosquitos acuden a su luz, son las 9 de la noche y ya empieza a oscurecer. Quién sabe lo que realmente vivo, qué sabes de lo que realmente siento cuando ahora solamente reflexiono.

Si pudiera cantarle una canción a la vida cómo sería está, de risa o de sufrimiento, simplemente he elegido el camino que he elegido.

      Dime  que no me quieres, dime con todos tus llantos de orgullo que realmente no me amas y yo daré media vuelta y me marcharé sin dejar huella alguna. Solamente haré un hoyo en tu corazón, para que no te olvides nunca de mi presencia. Habla tirándose un farol.

      Tú sabes quién soy yo, porque yo no sé quién soy, parezco un alma dormida qué va a paso lento. ¡Una guitarra española!, no hay nada igual que el sonido de los acordes, el sonido de los arpegios, estos me hacen elevar el alma a tal situación, que llego que no soy yo misma la que habla.

¿Quién lo hará por mí?, cómo lengua de serpiente lanza saliva llena de veneno, pero este no me matará. Solamente me hará más fuerte, más viva o más inerte, quién lo sabe realmente. Yo ahora no sé si estoy en mi cuerpo, estoy fuera o estoy dentro de él, no lo sé pero me gratifica  enormemente saber que existo realmente.

Tengo una melodía con mi guitarra, guitarra española que suena sin voces, ¿quién es?,  solamente la melodía está en mi cerebro. Pero en mi cabeza es diferente, solamente salen palabras hechas, para que ustedes entiendan lo que realmente se vive en el mundo exterior. No, no digo en este mundo exterior, digo detrás de la cortina transparente. Ese de que tanto se habla y tampoco se sabe, pero quizás algún día de algún año se rasguen y se rompan, cayendo como un telón de un escenario y entonces y solamente entonces, se sabrá la verdad absoluta. De qué narices hacemos en este mundo, solamente es una carta, solamente es una reflexión y divago solamente en el sofá. Corregirme si me equivoco o no dejarme callar, ya que hablo más por los codos y la lengua no me para si no es para corregirme, ya que también me equivoco. Todo es relativo, por eso te pregunto desconocido mío, tú qué piensas de todo esto.

      Hola amiga mía. Despierta de tu letargo y levántate de una vez  que el sol se ha ido y ahora reina de la Luna. Tú sabes quién soy yo, tú mismo soy, cuando estás dormida, ya que tu cuerpo también me pertenece. Le dice, ya contento.

      De quién vas a estar enamorada., de quién sino de ti misma, el narcisismo puro te lleva a la locura .El sentirte la más guapa hace sentirte enormemente soberbia, a tal extremo llega tal pecado capital que entre dos mares te mueves, entre dos ríos te creces. No seas trucha, aquella sí, la que raramente no se mueve, ten cuidado con los con los pájaros que van buscando el sustento alimento, no seas presa de ellos.

      Como un toro bravo me siento, no me gusta que me creas capaz de mandarme y matarme por la espalda. Dime capote a capote, como si fuese a bailar, a bailar a un son de marionetas. A bailar un tema que no he querido y desconozco. No me bailaron los mares no lo harán los ríos, quiero, conozco ya que no quiero, no me hagas eso por favor. Solamente soy un toro o quizás no solo será la metáfora de las mías para alimentar mi absurda locura.

Cántame una canción al oído, susúrrame en voz baja, para que yo lo baile contigo y pueda unirme a ti por la noche.

      ¿Quieres que te cante una canción, lo deseas a la luz de la Luna o a pleno Sol?

“Yo luego mujer ardo de pasión, quizás el puzle me mande a mi otra parte masculina, yo solo mujer, ahora donde estoy, yo quiero convertirme en un demonio y de tal, tal cual lo digo y tal cual lo escribo para quién será…. 

      Están detrás, era para ti estar en la barra del bar, vuelve conmigo al sofá y disfrutaremos los dos del amor, de la paz y déjame que te haga un corte en la baraja y salga de ellas la risa de amistad y de respeto. Vuelve conmigo, no te vayas de locuras que después se pagan estas muy caras. Vente conmigo a disfrutar realmente de lo que es la vida, no te sería de cine ir paseando por la orilla del mar, cogidos de la mano, fundidos en uno solo paseando y oliendo los dos a la vez el olor del mar. La salitre o el olor a hierba mojada del bosque, únete a mí otra vez y no te despegues, no te deprimas cariño y te refugies en el alcohol y piensa realmente lo que es la vida, no te lo pienses dos veces vuelve.

Campanas suenan a medianoche, son tantos los repiques que me dejan aturdida, así que me voy a la habitación, me dirijo a la cama y echándome encima, entro en un sueño placentero. Todo son copas y más copas, las espadas y los bastos han quedado relegados a un segundo lugar. Ahora juego mientras duermo a la baraja española, esperando ganar la partida y que mi otra parte me deje otro día más de vida, otro día más de regalo, ya que la vida no deja de ser una ilusión, llena de placer y de sentimientos.

      Vuelve conmigo, no te vayas. Le digo dentro de mi sueño.

No solo no me hace caso, que me intenta arrebatar aquello que más quiero, aquello que más valoro y es mi propia luz y mi propia existencia.

      No me quieras solo para ti, la vida está hecha para compartir, demuéstrame de lo que eres capaz si tan hombre eres. No cojas la autopista, ve por carreteras secundarias, esas que son más lentas, así saborearás todo el jugo de la vida. Sé que estoy dormida, aunque parezca mentira soy consciente de ello.

Me ha ido de farol, las cartas las tiene marcadas, será el destino el que las marque, pero al final salgo perdiendo y ello me evoca en la desesperación. Me veo fuera de mi cuerpo, de pie al lado de la cama y siento una corriente, una inercia que me lleva al estar compartiendo con él una copa de cerveza. ¿Qué he hecho, a que he jugado?, que ahora me encuentro dentro del bar. ¿Ha sido todo un sueño o lo he vivido sentado desde a lo primero en uno de los taburetes del bar? Solo deseo marcharme, así que pago y me marcho, me marcho dando un paseo haciendo a veces zigzag, hasta que el Sol sale por la mañana y me encuentro medio dormida, en la cama de mi casa. ¿Habrá sido todo una ilusión?, de verdad que no lo sé, a lo mejor todo ha sido cosa de algún que otro demonio que me quería poner a prueba. Será, será, no lo sé, mi ropa huele a tabaco y yo no fumo. Así que dejándolo en el olvido, me meto en la ducha. Agua caliente resbala por mi cuerpo, agua caliente para unos huesos entumecidos. Como si hubiese estado toda la noche de juerga me siento, la cabeza, la cabeza estalla en una resaca, espero no volver a jugar y menos poniendo mi cuerpo en la apuesta, ya que me puede costar cara la broma.