MI YOYÓ
Absorbido por una energía extraña
me siento extraño, todo es un suponer en algo que puede ser irreal, ya que no
lo puedo ver ni lo puedo tocar, solo puedo sentir. Me entra por la nariz, como
si fuese humo de cigarrillo entra y se queda, solo me dice que escriba y
escriba. Como si fuese un relato de algo que sucedió hace ya en los años y que
ahora desea compartirlo con todo el mundo es. Todo ocurrió tal como transcribo
de su pura energía, energía que me envuelve y me deja sentado, sin más
movimiento que los de mis dedos en el teclado, para que sea de conocimiento
público aquello que aconteció hace ya un tiempo.
Hola, yo juego con mi yoyó, yo soy el Rey del mundo y nadie podrá conmigo.
Yo hago girar el mundo a mi placer, solo debo de hacer rodar mi yoyó. Este
siempre vuelve a mis manos, por mucho que lo hago girar siempre vuelve, ya sea
del derecho o al revés, siempre sube y baja, como el que visita los cielos y
los infiernos, este siempre vuelve, porque todo es de mi posesión, todo es de
mi poder.
¡Poder!, poderoso me siento, yo un simple humano, una simple alma
que escribe al son de la música y esta me envuelve con su sintonía y melodía. Me
sangran las manos, me silban los oídos y en la boca no me deja de rechinar los
dientes. Solo me falta sentir el gozo de gobernar de una vez por todas sin que
nadie me diga que no, toda la música que vibra, toda voz que grita es a mí
favor, será por eso que tengo mil ojos y mil vidas. ¿Porqué, que será que no
doy abasto?, no es un ángel lo que viene ni es un demonio de esos que se creen que
asustan robando el alma a todo aquel que se le cruza por el camino. Desde las
profundidades de lo más oscuro aplauden, desde lo más alto de las nubes asalta
el pánico. Ya está aquí el Anticristo, ya está aquí aquel que se creía que era un
monstruo, larga vida al nuevo Rey. Él se encargará de poner orden, de colocar a
todos en su sitio, el libre albedrío está cerca y eso, eso se intuye y se huele
como el humo de cigarrillo que me entra por la nariz. ¿Cómo saber que es él?,
pues no se sabe, solo se sabe que ha nacido ya y que está en este mundo, en
este espacio paralelo o vibración planetaria. Todos decían que era imposible,
que era un mito, pues es real y tiene materia, es de carne y hueso, lo único es
que es más difícil de matar y además en la otra vida no se muere nunca para
siempre. Eso ni él ni nadie, pero todos somos los que somos, con diferente
energía, pero con ella y así nos va en
la vida. Todo es un suponer, yo solo relato lo que me dicen que diga o escriba
y así lo hago.
Da vueltas la brújula, no si es el Norte o el Sur, el Este o el Oeste, solo
sé que estoy en el centro del Todo, volviéndome loco. Nubes de ceniza amenazan
tormenta, viento gélido me sorprende a mitad del verano y nos ofrece la
bienvenida. Que será, será complaciente y condescendiente o se armará en
batalla contra aquel que dominaba y doblegaba al más débil. Ese soy yo, no me
puedo dejar dominar, todo es mío, el Cosmos me pertenece, ¿quién es quién
viene, para armármela así?
El que me inunda con su energía,
el que me habla entre susurros, sin pensárselo dos veces, hace arder con más
fuerza su interior, calor y más calor es ahora en el mundo de los vivos.
Sudores y más sudores para contrarrestar, para amortiguar lo que se nos viene encima.
Algo sin precedentes va a ocurrir y no estamos preparados para ello. Siempre
hemos hablado de ello, pero nunca, nunca lo hemos hecho en serio y la sorpresa
ha llegado en forma de Ser humano.
Solo ocurre una cosa, algo que
era difícil de prever y que puede llevar a que el Universo en sí entre en
peligro. Una sombra se escapa de su letargo, encendiendo en llamas todo el
infierno, no se le puede parar, ya se ha escapado anidando en el cuerpo de un
sin alma, de un Ser sin escrúpulos y despiadado. Ha elegido bien, ya sabe
adónde se mete, adónde anida y se nutre de su energía. Este hombre sin nombre,
camina a paso lento en busca de su víctima, de alguna mujer despistada que no
sepa correr. Tardará rato en su acto, pero ya se ha puesto en manos de hacerlo.
Vagabundea por los callejones de una gran ciudad, anda por los caminos oscuros
y poco transitados, sabe lo que se hace, es un sin piedad. Difícil de agarrar y
encerrar es él, una sombra que ha sabido elegir el cuerpo y permanecer en él
como huésped.
Se hace de día, está cansado el
hombre, pero no para de caminar, pitillo en mano, solo hace que fumar. No bebe
alcohol, a saber el porqué, solo fuma. Pasadas unas horas y casi ya en el
centro del día ve a su víctima, a su elección, a la elegida. No se espera y
salta del callejón oscuro y la embiste a plena luz del mediodía. La aborda y la
arrastra al callejón tirándole de los pelos, la gente incrédula tarda en
reaccionar, tanto, que el acto, que el delito es consumado. Los gritos no
sirven de nada, quedan silenciados por el miedo y por la cobardía de todo aquel
que transita por la zona ¿Qué mala sombra podía haber cometido tal acción?, a
plena luz del día y casi a la vista de todo el mundo y que la sociedad, la
humanidad se quede quieta….
Al final solo un par de hombres
fuertes, fueron contra el individuo y lo sujetaron hasta que vino la policía.
Castigo ejemplar, piden todos ahora, castigo y pena de cárcel por aquel que se
cree con el derecho de hacer tales actos. Ella, dentro de su pensamiento y
todavía sin saber, sin ser consciente dentro de la ambulancia, dice que lo
perdona. El que la acompaña no dice nada, solo el policía se queda perplejo y
sin dudarlo le pregunta la razón y el porqué.
– Mujer,
no se da cuenta de que no pueden andar por ahí, sin ataduras. ¿La próxima,
quién puede ser la próxima? Le dice y le
ruega el policía.
– No habrá
próxima, se lo aseguro. Solo venía por mí, no por guapa sino por el destino que
así lo tenía marcado. Le responde, con
una tranquilidad pasmosa, reflejando una sonrisa en la cara al mismo tiempo que
le agarra de la mano, mirándole a los ojos.
–
Si existe
algo al otro lado, que venga alguien y nos lo explique, porque no hay razón de
ser, de que individuos, de que malas sombras anden sueltas como leones en celo.
Que solo merecen el desprecio y el ser condenados de por vida, ya que son un
peligro para los demás, no hay razón de ser, no.
El agente ya se queda callado y
mira la carretera lleno de rabia, sabiendo que si no hay denuncia, no podrán
con el responsable. Al otro lado, en el coche patrulla, va el causante del
hecho en sí. Se siente orgulloso y se perdona así mismo, ya que cree que ha
hecho el bien haciendo lo que acaba de hacer. La sombra le ha convencido, lo ha
inducido a cometer tal barbarie y ahora se va de su cuerpo, se escapa sin que
nadie la pueda ver. A saber adónde marchará ahora, a saber qué será de ella, en
algún lugar necesitará alimentarse de energía. La necesita, necesita sentir otra
vez el sentirse como si estuviese vivo de verdad, aunque este sea dentro de
otro cuerpo un hombre sin escrúpulos.
– Quién
te crees que eres para decirme a mí, que soy una triste alma cómo debo y qué
debo hacer con ella, no me entiendes todavía verdad no me entiendes. Le dice con voz chulesca el individuo a uno
de los agentes que le llevan a comisaría.
Como si fuese un verdadero
emperador de la maldad, sube los escalones hasta llegar al interior de la comisaría. Allí lo sientan, lo
maniatan con las esposas al banco de madera, él se ríe a carcajadas. Cree haber
cometido un acto el cual estaba en su pleno derecho. No es que haya entrado en
psicosis por culpa de algún trauma o situación límite, ya que todo lo que le
pasa le viene con su personalidad y si se piensa en que dos días estará en la
calle, lo lleva claro. Ya piensa en la
próxima, ¿será rubia o será morena?, a saber. Mientras tanto le leen ahora sus
derechos, motivo que él responde escupiendo en el zapato del policía, que a punto
está de perder los nervios. Acto seguido le dirigen hacia los adentros más
oscuros de la comisaría, a la espera de tener un juicio rápido. En el tiempo de
espera, enjaulado, se queda dormido y en sus sueños, sueña.
Caminante me van dando despacio con una espiga, soy yo entre los campos de
trigo y los campos de maizales, voy jugando. Todavía no me conoces, todavía llegará
el día que me conozcas. No soy ni alto ni fuerte, la fuerza, la energía de cada
uno no se compara no se equipara a la fuerza energética de cada uno. Aunque, tú
ahora me vengas con palabras más propias de un dictador, que eres un vigilante
qué más da hombre.
Sigue caminando en sueños, como
un niño que es dentro de él., bueno, jugando al escondite está entre las campos
de maíz no sé de qué se esconde o de quién, ya que juegos son solo o no me di
cuenta de tu presencia. Ya que estás ahí arriba, haciendo del Sol una pura
marioneta al eclipsarle y dejar en la oscuridad todo aquello que envuelve a la
Tierra. Las dudas de mi fuerza, proscrito del mundo, las dejó fuera. No
necesito espada ni látigo ni escopeta, yo solo soy una persona más en este
mundo que todavía no alcanzado la mayoría de edad. ¿Qué será de mí en mi propio
destino, cuando este está verdaderamente escrito?
Salta la voz cantante, se enoja
el que habla o me hace escribir y golpeando en los apoyabrazos grita de tal
forma, que se le escucha hasta en la oscuridad más completa.
Soy el dominador del mundo soy el Rey, soy el que gobierna el mundo, yo
aquí sentado en la Luna veo al mundo girar como si fuese un yoyó. Nadie me
lleva la contraria, nadie pone en duda mi palabra, soy el que hace gritar a
todo aquel que me lleva la contraria. Yo muevo medio yoyó en medio del incertidumbre
de la humanidad, soy el que soy y nadie me cambiará y todo sentado, aquí en la
Luna hago eclipsar al Sol a mi antojo o si no me aprovecho de su luz y alumbro
las calles poco pobladas y alumbro las calles de las pequeñas ciudades. No
puedo quejarme, ya que lo tengo todo controlado, ¿quién me va a llevar la
contraria? Nadie, absolutamente nadie es portador de la verdad absoluta salvo
yo.
Yo digo que es negro aunque vosotros lo veáis blanco, es negro así de
dictador soy y de tajante en según qué
cuestiones ya que si eso hago rodar mi yoyó y vuelvo loco al mundo. Yo no muero
nunca, yo soy eterno e inmortal, bien quién no me crea las tendrá conmigo ya
que yo soy el dominador de la tierra. ¡Ay!, aquel que me lleve la contraria, no
sabe lo que hace no sabe a quién se enfrenta y lo tiene delante suyo.
No nacerá de un vientre cualquiera, no hubo amor y ni deseo en su gestación
o creación, la mujer propiamente dicha
fue sometida en contra de su propia voluntad, pero lo que se sabe es que fue
felizmente salvada, pero ya era demasiado tarde y la señora ya lo tenía dentro
de sí. El asistente de la ambulancia se sorprende de la tranquilidad con la que
ella maneja la situación. En vez de estar angustiada y asustada, siente algo,
siente que tiene algo dentro de ella. ¿Cómo es posible que sepa que está a
punto de gestar?, no sabe que es o quién será, pero ella se lleva la mano al
vientre, como si supiese que lo va a llevar dentro los próximos nueve meses.
¿Cómo es posible, cómo se puede imaginar cualquiera el gestar de esta manera?,
la imagen siempre la perseguirá, de cómo fue arrastrada y vejada hasta llegar a
lo que llegó. Sonríe, diciendo a todos que lo perdona, que ha sido cosa que
estaba escrito en el destino y que no lo va a denunciar.
Como el que cierra el telón de un escenario se encuentra el condenado, ya no hay salida ya que, aunque la mujer no quiera poner
denuncia alguna los que por allí pasaban así lo hace. La policía toma nota de todo para
que haya un juicio rápido. Será sí, convertido en una vela, no digo de qué color ya que esto
poco importa, lo que importa verdaderamente es que se consuma poco a poco
dentro de los muros de la cárcel. Que vea solo la luz del Sol a través de una
ventana sin vistas a ningún sitio y sin poder hablar con nadie, que así se lea
y así se escriba.
Todavía se piensa qué será, será cuestión de días, todavía se cree tan
capaz de hacer y deshacer a su antojo, pero eso no es así. Al menos la justicia
en algo prevalece, pasan las horas y es llevado ante el juez. Este, después de escuchar
ambas partes no tarda en imponer su condena, no habrá apelación alguna y la
tendrá que cumplir completa.
Al otro lado, la mujer solo deja pasar el tiempo y hace caso omiso a la
posibilidad del aborto. Toma la decisión ya sea buena o mala, ya sea la que sea,
de llevar el embarazo hasta el final. No sabe lo que será, pero siempre
recordará la imagen del agresor, el mismo que ella perdonó al momento. Solo el llanto
de la vida es lo que se escucha al pasar los meses, es decir al recién nacido
al abrir sus pulmones, ella ya lo tiene encima de su cuerpo envuelto aún en la
placenta de su vientre.
Tres días después de alumbrar al niño sale del hospital, llevando en brazos
aquel que no ha nacido engendrado de forma amorosa y normal. Ella lo besa ya
que a partir de ahora, tiene una larga tarea, soltera no sabe todavía cómo lo
hará para educarlo y ser su guía.
Los primeros meses son de alegría, ella no piensa en el hecho, solo piensa
en que ha creado una vida. Cierto que la forma es algo que se sale de lo
pensable, pero lo quiere, lo ha llevado mucho tiempo en su interior y eso es lo
que la anima. Pasan varios meses y un día no marcado en el calendario pican a
la puerta. Ella, ingenua abre la puerta, la sorpresa se la lleva. No recuerda
bien la cara, pero se asusta y grita, grita tanto que alerta a los vecinos.
Estos se mueven para ayudarla e increpan al hombre, hasta que se dan cuenta de
que no es el agresor, es el hermano de este, que como consuelo, como forma de
pedir perdón le trae un regalo, ese regalo no es otra cosa que un yoyó.
Ella rompe en lágrimas y sin querer saber más, acepta el regalo pero le
cierra la puerta. El yoyó ya está en casa, que pasará a partir de ahora, quién
sabe. Todavía es muy pequeño para jugar con él, pero llegará, llegará el día
que jugará con él y a saber que trucos aprende o que hace con él. Por ahora la
mujer lo guarda sin saber, en el cajón del recibidor.
Una predicción de lo que yo entiendo que es el ser que domina las sombras. Es parecido a aquella historia de "Fredy Kruger", (ese de las garras). A la madre, (monja) la violaron y nació el de habitar las pesadillas. Me ha recordado a ese personaje. Tienes una manera de narrar muy enigmática y a la vez perversa, eres único. Sigue escribiendo ser de trazo divino e irrepetible.
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