jueves, 21 de febrero de 2019


                                   Cuando pican en la puerta tal fecha como hoy

Lloro, lloro desconsoladamente, hoy se me han cerrado las puertas del cielo. Lloro porque estamos atrapados y quiero, cortando la cortina transparente encontrarme yo solo ante la verdad. No viene nadie conocido, solo alguien viene. Alguien que no conozco, ¿o sí, me puede alguien llamar agarrándome del hombro y decir mi nombre?, pero es que ese nombre no caigo ahora yo. No creo que me conociera ni yo mismo por él. Pablo me dicen, ven conmigo al verdadero camino y yo le pregunto y le digo si es el camino hacia el cielo para el que vino. La paz eterna, ese hombre, este sujeto está equivocado o al menos eso yo creo.

Enseñarme él unos jardines preciosos, unos jardines donde ver muchachas lindas, pero todo de golpe se me nubla en la vista. Todas llevan una tormenta dentro de ellas, al igual que rabian, de a veces, de momento las chicas lindas sacando la lengua bífida, lengua de serpiente y me dicen con los pechos al aire…
    
                 --     Ven conmigo ven, ven conmigo ven que te haremos un hombre.

Sí, la otra noche en la tierra y yo le respondo corriendo campo a través, a través de todo el cielo.
     
            --    No me cogeréis libre vosotras en el jardín, o pensé al menos, que podéis llevaros a cualquier hombre. Y tú vienes a darme órdenes, ¿quién te crees que eres tú, para venir a mandarme, a ordenarme lo que debo, lo que tengo que hacer?  Quién te crees que eres tú humano, simple humano qué te piensas tú que eres…
      
                --¿Quién te crees que tú?, eres vanidoso en lo blanco, soberbia en lo puro.
     
                      ---    Olvídame, olvídate de mí y sigue tu camino entre el secretismo y el ocultismo entre la figura de Dios. Esa figura de que tanto habla la gente, por dónde es que solo y siempre se acuerdan de él en los momentos…  digamos, difíciles,

Es triste, pero es cierto, qué razón que tienes tú, que vienes entre las alturas. ¡Oh!, o tú qué vienes de las llanuras, dónde viene la montaña has bajado desde lo más arriba de la montaña a verme a mí. Qué privilegio, que honor, ¿porqué ha se debe esto, ha qué se debe esto tan grande?, yo no te debo ni una y si te debo una es porque todo eso que es y nada es en el vacío suspendido. Todo es por avaricia, todo el mundo tiene por avaricia la noticia de todo y tú mírame gratamente soy yo tú y tú eres yo, si es por la boca a ver cómo te va.

Son todas a la que se encuentra como un barco a la deriva, quisiera algún poder, alguna figura, algún aspecto. Quisiera…  pues no lo sé, a veces me niego a mi propio Ser, ser la solución llena de palabras y palabras que suenan y qué riman, que riman y que hacen frases que os llegue a todos despertar. A todos el gran libro quemado, solo sé que no sé nada yo no sé nada de un amor inmortal.

Si existe Dios yo le pido perdón, porque he pecado, tres veces yo le pido perdón, porque le he traicionado. Si existe Dios y otras veces no he pedido perdón como alguien de su lado qué bien le conoce. Sé de otras veces el hacerte figura e imagen, quién sabe que somos, que libre de  pecado que tire la primera piedra, creo que eso no es posible estaríamos todos emparedados en este preciso momento.
      
                --  Ver más de lo que tú te piensas, es aquel que va entrando en todos los cuerpos. Dicen que eres el que entra por la nariz y sale por la boca. Ya sé que cuando la gente te respete será porque llegarán a ser portadores de la verdad absoluta, a saber. Yo solamente sé lo que sé, que es nada. Yo antes de saber que solo existo, solo sabía que pienso,  solamente sé que camino. Simplemente ten en cuenta, que privilegiados que somos algunos, te puedo seguir en nuestro camino.

Yo cuando era pequeño era nada en mi nube, yo quería ser, yo quiero ser un alma transformada en un halcón, yo quiero soñar por las noches y volar por las alturas de día. Yo quiero ser como un pájaro, yo quiero jugar con las estrellas. Yo quiero ser como un cóndor, abrir tanto las alas que hacer una gran sombra en el suelo. Qué más da que sea yo, qué más da lo que no sea yo, tú eres diferente, yo sé que tú eres diferente y sé que tú me amas, me amas a mí. Solo para mí de verdad y saber que pase lo que pase seguirás ahí, a mi lado. Durmiendo entre mi cuerpo y mi alma y centrando en todo, en todo mi Ser y por eso yo no hago lo que realmente deseo. Todo depende de ti, todo depende de mí, pero yo tengo algo que decir y que te digo.
       
                 --  Yo quiero ser yo, sé que abriré los ojos a los demás, yo quiero ser el que mueva el mundo en libre albedrío o todos tenemos derecho todos absolutamente todos en su derecho eso es lo que somos o echamos nada más que su alma,  alma que somos energía transformada y eso, eso es lo que yo quiero ser.

Hay mucho trabajo, qué buena que escucho la única voz que puede llevarme por el buen camino, quizás la única que me activé y cavé un escondite de pequeño dentro de mí. Sí es la voz de mi madre qué dice Pablo una y otra vez Pablo, yo no sé porque pero voy a la llamada.
     
                             ---    Pablo, Pablo ven por aquí, ven si no estoy en tu camino sigue aquella estrella que está en lo más alto y llegarás.

Sé qué me disfrazo yo, soy yo, soy oro. Así que yo no sé si es de verdad el abrazo de una madre,  uno hace cualquier cosa por ello y si es o no el camino, sigo el camino y cuál es mi sorpresa que tropiezo con una piedra en el suelo. Me duele la cabeza y qué es caigo en un profundo sueño un profundo sueño y si no me lleva a conocer a alguien, ¿quién es esta otra persona, si no un trilero? Sí, una persona que juega con tres cartas, pero a diferencia de los demás, este es muy particular, ya que juega con las de pasado, presente, futuro. Me mira y me dice…
      
                   --  En pasado, presente, futuro, adivina cuál es cuál.

Yo a lo primero quiero ir al pasado, elijo y acierto.
     
                                 ---    Vas a ir al pasado elige una fecha y una acción que te deslumbre.

Ver otra vez y notar el sabor del beso de la primera chica. Cierro los ojos y abro la mente, ellos, me llevan ellos, era muy joven. Me siento bien, las manos ni me las conozco, qué joven que soy,  entonces veo a la misma chica, sí la misma que conocí en su día y que yo le robe su primer beso,  un segundo, un segundo hasta que alguien me zarandea, me despierta.
       
                    --   Ya ha pasado tu minuto de gloria, despierta al menos en este sueño.

Vuelvo al juego, otra carta, voy elegir el futuro, me dice, me comenta que no tengo más futuro ya y que no puedo volver para atrás. Qué mala pata, qué mala jugada me ha llevado él o el que ha sabido hacerlo. Bien, para no quedarse solo sin compañía, me dice esto…
       
                  --  Es solo amor lo que tú conoces, tienes pasados amorosos que no me puedes hacer presente. Solamente el sufrimiento y el futuro es lo que tú eres, fea esperanza quien te necesite.

Son dos en una, es una serpiente, los centros por los que se mueve son pura maldición y me dijo también por dónde voy. Tú pide perdón, a no ser que tú no sepas la verdadera verdad. Dijiste que la llevas tú contigo, si lo sabes quien realmente eres, ven y dime. Hazme feliz y déjame que te muerda, te guiaré cómo llegar a los dientes de la verdadera rabia y rebeldía.
       
                     --  Muchas gracias, ¿los colmillos esos son los que te inyectan el veneno de la soledad, el veneno de la rebeldía y te dan descubrir cada día quién eres de verdad?, dime a ver, dime si a veces es verdad que piensas en mí. Por  un beso vender tu alma al diablo, he visto tu  nombre, te hablo, ya lo sé que todas las veces realmente quién inventa para regresar. Yo  te digo, pues en el futuro está mi madre, me está esperando mi madre para ver mi vida ahora,  despierto.

Estaba haciendo ayer ejercicios del presente, creo aún que sería muy potente todo ello. Yo me presenté, porque me hace escribir estas palabras y mi corazón late deprisa porque me das de escribir frases clavadas con un punzón. Qué más da lo que yo soy, sin un ayer fui lo que fui, pido perdón.
       
                  -- Cuídate, la prevención merece terminarla porque está esta que no sabe de picardía y siempre sabe lo que sabe. No sabes hacer, no sé reflexionar y pensar, se mueve, se mueve la rueca como ondea la bandera de la libertad. El molino lo abrazo, fuerte es la rueda, se mueve el molino paso a paso. Traspaso portales de lo que fuera hoy convencido, de convencido eternamente y por eso debo ser feliz. Imagino algo que es imposible o es posible saber,  que después de este mundo venga algo, después imagino un mundo donde todo el mundo nada en el libre albedrío…

Hola buenos días cómo está usted

Entre las malagueñas del infierno, sobre aquel que se cree dueño y señor de aquello que nadie le pertenece. Sino solamente a aquellos que son libres, libres y volar y volar tan alto, que encontrar  una casa en el cielo. Sinónimo universal de todo aquello que es así, ¿será cierto o es mentira o es una alegoría?, no solo sé que no sé nada si le han dicho. No quiero caer en las mismas entrañas del infierno, todo aquello por lo que lucho, todo por aquello que defiendo mi idea, es simplemente todo aquello lo que amo. Todo aquello que deseo, quiero que todo lo que me rodea sea feliz sea, o sea por los años de los años y los tiempos de los tiempos, todo real o todo es mentira, piensa de verdad, era mentira.

Serán aquellos que sean de ellos, quiénes crean aquello que es cierto, en aquello que dicen que es una alegoría, personalmente es aquello que no vemos, pues no somos capaces de traspasar la cortina transparente. Eso nos tira tan transparente, que nos une y nos inunda en un placer de ver,  tocar, pero no verdaderamente descubrir aquello que es verdadero y real.

Lloro,  lloro por la solicitud de la soledad, no por servir tú y yo. Ambigüedad si no solamente por la soledad y me embriaga y me enamoran solo ellos. Es más, de ser feliz en un mundo solitario en un mundo tosco, que no entiende nada de lo que yo conformo como vida, ¿qué será de aquello que no será real?  Buscar las alas de combate, cómo caballos con jinetes, en caballos de acero para todos aquellos que se creen, con el derecho de preparar lo que yo creo que no es cierto.  Todo aquello que es real y verdadero, es el amor, el amor que deseas que no a todo aquello que le son de voluntad, porque aquello que es verdadero siempre será cierto. Es que yo, es que es mentira, será siempre eso, es real la mentira absurda. Absolutamente mentira, todo aquello que nos quieren hacer decidir y todo aquello que creemos de hacernos vivir.

jueves, 14 de febrero de 2019


                                                          El paseante

Como el que busca un viejo mundo voy entre mis sueños, como el que busca un nuevo mundo camino entre los zarzales de la sociedad. De manera anónima, de mañana, presente y futuro, pero sin levantar sospechas a mí mismo. No sabiendo quién soy, pero no diciéndolo desde nunca, todo es como un barco que lleva a la deriva o hace de testamento un destino. Lo malo, no quiero ser de verdad lo que soy, es cierto y lo que es verdaderamente penoso, es que no sé realmente dónde voy. Grito,  grito fuerte enarbolando la bandera de la libertad. Qué más da donde vaya, si al final del camino encontraré aquello que busco y ya está enterrado en lo más profundo de la tierra.
       
                  -Hola amigo mío. No hagas caso de esa voz que truena y se mete en tus sueños, solamente guíate por tu corazón. A ver, si nunca te fallara y toda la gente fuera feliz gracias a nadie, ninguna voz que te venga sería la misma, porque esa misma te puede traicionar.

Bailando,  bailando con serpientes me encuentro yo, ellas realmente dan la cara cuando te van a morder. Lo que no sabes o solamente intuyes es que ellas te hipnotizan, búscame la canción y a cantar hasta que no esté en este mundo que es lo que evidentemente importa.

Como el que toca un tambor, paseando, paseando entre la negritud oscura de la noche veo o quiero ver un murciélago. Solo sé que soy muy hombre y este me susurró al oído, me susurró de tal forma, qué estoy formando un simple hombre, un simple hombre con dos patas que anda por l  las calles de la ciudad qué más da.

Canta,  canta y anda libre de estrofa en estrofa…
                                   
                                    Y en la noche anda,
                                     anda, camino libre.
                                     Y en un viaje que el Sol te bañe,
                                     y qué más da , lo demás no se convierte en un mar de dudas.
                                     Todo es posible, todo es cierto,
                                      todo es mentira o es solo simplemente una rebeldía.

Lo que no quiero yo maldita sea, lo que no quiero yo es entrar en la más absoluta soledad completa, esa es el árbol, que así que ahora me lleva hasta mi propio ser. Defensor de la puerta trasera, defensor de la esperanza.

Veo un anciano sentado en un banco, dibuja con su bastón una cruz en el suelo, no para de pasar  por el surco el palo. ¿Qué será, qué será, qué será de mí cuando ya no esté?,  ¿qué será, qué será qué será de mí, cuando yo llame al cielo?

Que sabe lo que es verdaderamente cierto, solamente escucho una voz, una voz que me dice que me ama y luego un trueno me asusta como a un niño pequeño. Busca, busca de verdad lo que hay en venta y que tú quieres encontrar. Busca en tu interior y encontrarás fuera lo que tú buscas realmente en el exterior. Pasar cien o mil años, a lo mejor ya no estaré en este mundo o a lo mejor lo veo como anciano. Bien gracias a las entrañas de la tierra me río o consigo reírme del mundo, bien dentro de mí hacia la libertad. Esa misma que busco y que no puedo haberme sujeto dentro de mí mismo, creo que no seré capaz, creo que no seré realmente quién soy.

Quién sabe…  Pero de la verdad quién sabe, que de aquí no sé qué tenemos o algo que oímos que tenemos que soportar. Todo depende de nuestra bondad, si estás en libre albedrío. Al anciano me acerco poco a poco. Voy despacio, camino lento, yo sé que los árboles de este parque, los pájaros hacen mutis. Un cuervo negro se hace a lo más alto del cielo, qué será, qué será, qué será de mí cuando ya no esté qué será qué será de mí cuando ya voy al cielo.
                                   
                                    Y en la noche anda,
                                     anda, camino libre.
                                     Y en un viaje que el Sol te bañe,
                                     y qué más da , lo demás no se convierte en un mar de dudas.
                                     Todo es posible, todo es cierto,
                                     todo es mentira o es solo simplemente una rebeldía.

Contento,  contento estoy, yo no quiero ir al cielo, yo quiero ir al infierno. A la oscuridad completa y que mi propia luz me ilumine, no me hace falta nadie que me domine. Durante mi propia existencia, mi luz será aquella que se alberga dentro de mi corazón. Será la que volará, ni siquiera el cielo oscuro del universo me podrá frenar. Qué más da si yo sé quién soy y vosotros sois los que sois, no hay nadie igual, todos somos únicos y eso nos convierte en irreparables. No se puede reparar una persona que puede reparar en el corazón de alma, todo aquello que concierne al hombre, la lucha por la libertad humana. Me acabo de acercar al anciano y me siento a su lado,  yo lo veo a él los rasgos de la cara, los surcos de su piel arrugada. Cada surco es como un anillo del árbol que marca la edad y un temple y una sabiduría. Su edad, su momento, él ya no está para luchar y se merece su mayor respeto,  porque al leer sus manos me fijo en su estado, no tiene temblores, las tiene hasta templadas.

¡Oh!, el frío viene de golpe como un alma herida, me hace tiritar, sí, porque no sé de dónde viene, pero los copos caen ya abajo, aquí en la llanura. Pero bien en calma, yo bien tranquilo. No caerán de forma sosegada, sino que en forma de ventisca será todo ello. Me va a dar un escalofrío y mirando hacia arriba a la montaña, me digo…  “no subiré, me quedaré aquí, andaré por el sendero de la noche, por los senderos de aquellos que me dieron la oportunidad de la negritud oscura. Aquello en que se revela uno mismo, no hay mayor verdad que la que siente uno dentro.”

Intuitivamente sigo mi camino, miro por la ventana, ya despierto, ya me he despertado. En los  edificios de al lado, la gente ha subido, la gente sigue siendo débil porque tú la voz, te pide otra voz, qué más da, todo es relativo, no todo es verdad. El amor al prójimo, el amor que se siente por alguien es mayor, es la mayor fuerza que se puede sentir en todo el Universo.
       
                              -    ¡Abrázame ya!, los enseres que han habido son los abrazos qué sientes, la llama de tu corazón. Yo, yo te guiare, tú eres realmente por el camino que debe de ser, voy camino de la Luz. Esta, de la verdad que sea realmente solamente lo sé yo o dos, quién sabe. Sube, sube la montaña, esa tan alta que ves y cuando llegues a lo más alto de la cima de la montaña verás la nieve caer. Pero esa nieve, esta nieve es diferente a las demás porque ahora, copo a copo de nieve represento un arma.  Una alma que te da, una alma que te da los buenos días y las buenas noches y eres bienvenido a nuestro lado. Corre, toma un sorbo de agua y sube arriba, hasta que estés en el pico de la montaña, todo, todo es relativo.

Incertidumbre maleta es la palabra, esa que se utiliza cuando algo no se sabe si es cierto o es mentira. Os espera un resultado de algo que puede ser del bien o del mal, triste pero contento me encuentro. Yo aquí, en mi casa, que no deja de ser una cueva de teatrillos con ventanales de cristal de cámara aislante. Me acuerdo ahora del anciano, ese hombre que he visto, yo desde luego de 90 años no paso. Yo solo tengo 40, el recorrido es más del doble que camino que yo y yo no  lo veo asustado, yo no lo veo en el pasado ni el presente. Porque yo ello, ese instante qué más da, yo sigo caminando el camino este de certidumbre, porque nadie,  nadie sabe a ciencia cierta lo que no depara después o porque el destino es caprichoso. Caprichoso destino nos ha llevado el nacer en un lugar en vez de otro, quién lo sabe. Yo ahora escribo una carta, escribo un relato, ¿cuándo saldrá la verdad, a quién va dirigida esa nota, va a ser a el poseedor de la verdad?

Como un famoso de caballeros de las cruzadas de templarios,  camino por el sendero oscuro de la noche voy tirando piedras sin saber si hay algún animalillo pero eso es consciente de ello camino y camino hasta que siento que hay una ardilla. Está enfadada, me sale, me mira, me habla, sale entre los arbustos o quizás eso creo.
     
                                    -  Yo creo que debes no ver más allá de dos metros solamente, la luz que albergo dentro mi corazón me hace sonreír.

La ardilla entra, esta hace aspavientos, se cabrea, yo no sabía que las ardillas habían hablado, yo no sabía que los animales tenían bondad. Yo le pido disculpas y sigo mi camino, pero ella no me deja. Me dice, me pregunta adónde voy y yo no sé qué contestarle. Solo le digo que estoy dando un paseo, un paseo sin retorno. Ella eriza la coletilla y me dice que será mi amiga y que me acompañará en el sendero oscuro de la noche. Me enseñará a llegar hasta el final, y yo le pregunto cuál es el final, cuál es el objetivo, el destino definitivo del hombre. Ella no me contesta, solamente en mi ceguera sigo. Qué más da el camino, del mismo podré seguir con compañía, no moriré de frío esta noche y si tirito haré un fuego para calentarme.
       
                             -      Amigo, nada de fuegos, en este sendero están las llamadas de voz, de esa forma solamente haz de una llama lo que te pertenece de aquí todos los días o al menos en la oscuridad.

Temblores en las piernas, pero orgulloso de mí mismo, sigo el camino erguido. La ardilla no hace más que cambiar de lugar y saltar de un lado para otro. Sí, en mi camino se siente feliz, se siente acompañada de la soledad que se aleja de ella.

¿De dónde sale esa voz?, parece ser del cielo, pero despierto un momento y veo una serpiente conocida en el suelo, que por haberme picado me veo dormido en mis sueños. Hoy estoy dentro del sueño, a saber. Que no conste que no quiero despertar,  porque me siento tan cálido, tan tranquilo que no quiero ser despertado. Aún la serpiente no se ha marchado lejos de mí y de mis sueños. No venden a las montañas nada extraño, solamente enciendo la luz y la bombilla blanca en mi techo. Me protejo de la lluvia, de todo lo malo o quizás no vas a estar dentro de mí y la lluvia, la lluvia seran las lágrimas cayendo de mi rostro, ajeno a todas corazones de los demás. Entre dos caminos me encuentro y diciéndome si ando, Me enseña una sonrisa, como si esta fuera algo que puedes ver tirado o fijado en la pared. Me van a llamar, sino tiempo al tiempo,  simplemente eso un pequeño arbusto entre la maleza.

Bueno, pasó un rato, me levanto y sigo caminando, echo la vista atrás y ahora sí, ahora sí que levanta la vista el anciano y bebe de su pequeña botella de agua y con el bastón me dice adiós, se  me queda contento. No me ha hablado, ni siquiera me ha mirado antes, pero he aprendido muchas cosas de él. Solamente 20 meses  y las arrugas y sus templos qué contrato llegarán a mi Ser. No 90 años, 90 años del día a día, que tiene todo depende, depende de lo que he sufrido subimos. Así y por su bondad, le han dado tantos años de vivencias, juventud solamente tú solo. Pero todo depende, ¿de qué depende entonces cambiar mi vida?

No veo la televisión, solo escucho música y alguien o tú mismo, me haces escribir, escribir de un cuento a un relato o es lo mismo. Pero te vas al rato, puede ser como un trovador para guitarra mandolina en un siglo pasado, traspasando la cortina transparente…

jueves, 7 de febrero de 2019


                                                           El hilo fino

Pregunta en la calle, si no es verdad, que todo es una vulgar mentira. Que todos, absolutamente todos caminamos en círculos. Círculos que no tienen que por ser viciosos, sino simplemente son los círculos de la vida.

¡Qué más da!, todos seguimos el mismo, con diferente nombre, con diferente idea, pero siempre el mismo. Nacer, procrear y morir. Pregunta sino es el motivo de nuestra existencia propiamente dicha. ¿Qué tiene que ver con lo que quiero relatar?, ahora lo sabréis, os lo digo o mejor dicho, lo dejo impreso para así que quede para los tiempos de los tiempos…
     
                         -           ¡Lucifer!, dime si no estoy en lo cierto, si se me revuelve el estómago de solo pensarlo y no creo que deba de estar en un error, cuando lo escribo desde una cripta.

Lucas, un hombre de mediana edad, pasea por uno de los parques de alguna de las grandes ciudades del planeta. Solo pasea, con un cigarrillo entre los dedos, todo depende de lo que tiene que ver con la naturaleza. Sin mucho más lejos de la realidad, como existe la Luna y el Sol, ve a dos perros fornicar en la hierba de uno de los montículos. No chillan, no gimen, solo sonríen siendo descarados estando en mitad de un parque público. No los molesta, es como es nuestro propio ser de estar vivos y todo aquello que nos mueve en realidad. Seguir la cadena, en la que no hace falta en verdad que exista aquello que llamamos amor. Esa que no se rompe, esa que no se encalla, ¿o sí?, a saber.

Todo depende de nosotros, Lucas sigue paseando después de haberse detenido unos minutos a ver el apareamiento de los dos animales. Piensa, solo piensa y decide seguir soltero, soltero pero no por ello virgen, porque ya a su edad sería increíble pensar que lo es. Que alguien, pudiera creerse que sigue todavía pensando o soñando a reservarse para una única mujer, sería una auténtica locura, sí, el decidir esperar a esa única que le llene de vida y le haga sentirse hombre.

¿Todo es jerárquico, o no?, quien sabe la verdadera verdad. ¿Todo es energía y simplemente energía?, todo es relativo, lo jerárquico y la energía van unidos, ya sea así su fuerza.

Lucas acaba su paseo, a Lucas se le acaba el tiempo en verdad. Todo es, todo es debido a un cáncer, cáncer de páncreas. Sin tiempo y queriendo ir despacio, camina sin destino fijo, ¿o sí lo tiene? La mala suerte se ha cebado con él, la mala suerte de no poder acabar el ciclo, el ciclo de su vida. El de llegar a anciano y poder saborear las mieles de la sabiduría. No tiene ni esposa ni hijos, pero sí alguien a quién mantener. ¿Quién será?, pues nada más lejos que a su hermano Juan. Los nervios se apoderan de su cuerpo y le hacen vomitar en mitad del camino, la gente lo ve y no son conscientes de su problema, al revés creen que es debido a que ha bebido más de la cuenta y se apartan, se alejan, haciendo del murmuro toda una explosión entre la muchedumbre que le rodea.

Triste, pero es verdadero. Feliz, pero no estoy contento, mi nombre es Juan. Si hubiese sabido la verdad, me hubiera dado tiempo a escribirle un “Réquiem”. Algo, escribir un pequeño regalo, un pequeño presente en el que recordar después como si fuese un pasado, algo antes de su muerte. Ahora, ya fallecido, dejo deslizar mi mano, pensando en poder comunicarme con él.
                                  
                                   ¿QUIEN ERES TÚ, EL QUE ME LLAMAS?

Cuál es mi sorpresa, cuál es mi sobresalto, la mano se desliza. Su energía se canaliza a través de mi cuerpo, se canaliza por este, llegando a sentir el hormigueo en mis dedos. Escribo unas frases, intento ser lo más consciente que se puede, pero me dejo llevar. Me evado y dejo deslizar el bolígrafo en el papel blanco.
—               -     ¡Lucifer!, si existes de verdad, déjame hablar con mi hermano, necesito saber.

No me dice “hola”, solo me saluda con toda su vibración. Calor, por fin he sentido el calor y su peculiar olor  me hace feliz, huele, huelo al tabaco que fumaba y llena y embriaga toda la sala con él.

La mano se desliza y el bolígrafo escribe de manera casi ilegible todo aquello que me quiere transmitir…

“Yo ahora vagabundeo entre dos planos, yo ahora camino o mejor dicho, mi energía flota entre el espeso aire de todo aquello que me abruma. Todo depende a lo que te dediques, todo es aquello a lo que te acerques, todo es según el hombre de la capucha. Ese, ese mismo que eres tú Juan, todo depende a lo que te dediques y tu corazón te lleve. Aquello que es necesario, no tiene que por ser lo que es imprescindible, hay muchas cosas que aprender y muchas cosas por las que luchar.”

Una fuerza oscura, una fuerte energía me hace soltarlo todo y como el que escucha una voz dentro de sí mismo, adivino o creo que acierto luego a escribir…
       
                      -  ¿Quién te crees que eres o quién eres, para venir achuchando de esta manera?, no puedes entrar en mí y querer explicarme todo aquello que no quiero saber o percibir. ¿Con cuál propósito entras dentro de mí si no es para nada bueno?, todo lo tuyo lo he intentado salvar, hasta que me he dado cuenta que todo lo tuyo era o es solamente yo. No vengas ahora, déjame tranquilo. No quiero ser maleducado, no quiero faltar el respeto, pero vete, márchate, sal de dentro de mí y no vuelvas. Déjame descansar unos años o toda una eternidad.

Aire violento, sopla el viento, se desata en la calle la discordia. Todo son luces de ambulancia, que resplandecen en la negra noche de la madrugada de un día de tal fecha que no quiero recordar, ¡qué más da! Le he plantado cara al mismísimo diablo, espero que no me lo tenga en cuenta el día de mi muerte.

“Tú no sabes ya quien soy yo, a que me he convertido o en que me he transformado. Al Ser humano le pasa como a los gusanos de seda. Sí, digo la verdad y solamente la verdad. Somos como estos pequeños insectos, hasta que nuestro cuerpo expira y nos convertimos en mariposas. Sí, detonamos nuestras alas de colores y volamos hasta dónde no nos alcanza el Sol. Volamos tan alto, que las nubes parecen ser nuestros cómodos asientos y nuestros verdaderos escondites.

Somos más allá de lo que somos, a ti también te pasará lo mismo. Morirás, morirá tu cuerpo, cansado y oxidado, acabará sucumbiendo al paso del tiempo y de los años. Eso si tienes suerte y no te pasa como a mí y tu cuerpo te diga adiós y te abandone a mitad de la vida. Tú sabrás lo que llegas a hacer, somos como los insectos, abejas en vibración que acaban aleteando sus alas de maravillosos colores.”

Nervioso en acción, me propongo a seguir escribiendo, hasta que las agujetas me dominen y me hagan dejar de escribir. Todo es relativo, todo solo está preconcebido. Sigo solo, sigo con mi música, sigo como sigo, haciendo lo que debo hacer. Yo lo tenía en un altar, en un pedestal demasiado alto y ahora se ha derrumbado y yo con él. Ya no sé qué creer, me he quitado la venda de los ojo, me han quitado el caramelo que me hacía soñar, a sabor del azúcar de mi propia y efímera juventud. Ahora solo sueño en seguir viviendo, en seguir disfrutando. Juro y prometo, prometo y juro que me casaré. Encontraré aquella que haré primero mujer y luego madre de mis vástagos.

Grito de manera silenciosa, solo para dentro, para dentro de mi propia alma. Todo aquello en lo que creía y que veneraba, se había diluido como el agua. Solo necesito, solo siento la necesidad de salir, de caminar y mezclarme entre la multitud, esa misma que si puede te aplasta y te pisa sin piedad. No cojo el coche, me voy andando y me subo a uno de los autobuses de línea de la misma ciudad. Miro por los cristales y veo la gente correr, la sociedad corre como si no hubiese un mañana y solo el pasado les acompañara, como una cruz de Cristo solo les falta los clavos para que estos sangren sin voluntad propia.

Llego a mi destino, llego a dónde quería llegar. Tengo que hacer zigzag, debo esquivar la humanidad consumista que se apodera de todo aquello que en verdad no tiene valor alguno. Ahora paseo, pero no por los parques que solía hacer mi hermano, sino por uno de esos macrocentros llenos de tiendas y supermercados. Me gusta, me encanta el bullicio, el mar de multitud, camino por ellos con las manos en los bolsillos. Circulo pero lo hago en línea recta. Miro los escaparates, pero no miro lo que me ofrecen o me quieren vender, sino miro y observo el reflejo de la gente deambular. Me giro, ahora fijo más la mirada, como el que busca un amigo o un familiar y recuerdo, todo son solo recuerdos.

A veces y solo a veces, aunque a mí me parezca muy a menudo, me acuerdo de aquellos felices años de mi infancia. Junto mi hermano mayor, que era todo un referente para mí. Intentaba seguirle, intentaba  emularle en todo aquello que era posible. No, no es tanta la diferencia, tan solo diez años, que son diez años. Ahora me parecen unos años arrebatados, una juventud vivida, pero me falta la madurez calcada de aquel que se marcha sin decir adiós. No, no sabía nada de su enfermedad, se lo calló, me lo ocultó, hasta que una insignificante llamada telefónica lo descubrí y mi mundo se desmoronó. Ya sé que no había más paseos a su lado, ni más consejos o simplemente más risas. Todo quedó por descubrir, todo aquello que le quería mostrar y demostrar, quedó abatido como un castillo de naipes.

Me relajo o al menos lo intento, no es bueno correr, las prisas no son buenas consejeras, ¿quién me lo habrá dicho? En fin, no tardo mucho y me vuelvo a mi casa ahora vacía y sin alma. Todo es el saber y conocer. Enciendo una vela y la pongo en lo alto de uno de los muebles del comedor, siempre con respeto, intentando ser de la misma forma correspondido. La música que tanto habíamos escuchado, suena de forma tenue por los altavoces y me coloco, primero sentado y luego, luego a saber.
Todo se fue abajo, hasta que he descubierto lo que me ha abierto la puerta a todo lo oculto y que es tabú.

          ¡Hola! Con la voz temblorosa y casi afónica le digo a todo aquel que me escucha.

          ¡Hola! Con tartamudeo, vuelvo a decirlo.

No me muevo, me quedo quieto como si estuviese en una sesión de yoga. Con las piernas cruzadas y sentado en el suelo, intento entrar en contacto con él. Pasa el tiempo, una hora, dos horas, hasta qué al final, no sé si por terco o cansino, consigo lo que consigo, oler el peculiar tabaco que fumaba. No hay humo, al menos que se condense y se vea y flote. Todo es posible, me lleno de gozo y de alegría, al descubrir que todo es posible, que todo  es querer.

Puerta hacia las estrellas, ventanas hacia los suburbios de la oscuridad, todo me enerva y se hebra como un hilo que intenta coser el desgarro que hay en mi corazón. Todo, absolutamente todo sería escaso, por esperar un nuevo abrazo con mi hermano. Solo el guardián de la puerta, puede decidir si me acepta estando aún en el mundo de los vivos.  Solo él tiene ese poder, ni Satanás puede tomar tal decisión. Solo el que tiene la llave al otro plano, me hará de aguja de hilo para coser mi cariño y aprecio hacia mi familiar tan cercano. Lo intento, hasta que al final me  doy por vencido y quedo sumido en un dulce sueño.

Tiburones veo en las más profundas aguas de aquello que es solo rebeldía, pirañas son las sombras que el guardián caza como el que pesca con la caña. El hilo no se rompe, ni el que cose mi desgarro, como tampoco aquel que es de pescador. ¿Quién será el que sirve de anzuelo?, me doy cuenta que soy yo y me despierto de golpe, sudando en pleno mes de enero. No es normal, solo sé que sonrío y no sé porque, ¿o sí? Solo me descubro ante aquello que existe, aunque seamos tan ciegos que no lo veamos. Solo se gana el respeto, aquello que no es de temer. Todo es posible en el mundo, un mundo que gira y gira y la humanidad con él. Haciendo círculos, pasamos una y otra vez por lo mismo. Yo seguiré con lo mismo, la vela arderá mientras yo esté en este plano y cuando sea ya en el otro, no hará falta, porque nadie se acordará de nada, ¿o sí?, quién sabe, a saber. Pero eso, eso ya es otra historia.