jueves, 26 de diciembre de 2019


                                          Conversaciones con Satanás


Voy caminando por el campo, solo, en medio de la noche. Huelo la hierba fresca caída en la tierra, acaba de llover,  acabo de recibir una llamada en forma de tormenta tropical en medio de todo aquello que es abierto al mundo. A veces y solo a veces, me pregunto el motivo propio de mi existencia.

Como dos perfectos extraños somos, yo me duermo caído por el cansancio y la hora de la Luna, entro en el Aurora boreal y pregunto y pregunto, mientras tanto, soñando dentro de mis sueños, bajo hacia el pueblo que hay aquí, cercano al mundo de los vivos y de aquellos que no duermen durante la noche, no tardo mucho, quizás veinte minutos o quizás media hora, qué más da. El tiempo, cuando se descansa, carece de espacio y hora, solo se dormita o se desvela, cuando algo acecha.

Tomo aire y resoplo, al mismo tiempo que pongo la mano en la maneta de la puerta del   bar. Me reconocen, saben quién soy y mi nombre. ¡Ah!, que no lo he dicho, me llamo “Nicolás”, saludo al foro y a los de la barra y con solo levantar el dedo, ya tengo la cerveza encima en la mesa que hay aquí, sí a la izquierda, al lado del lavabo. Él guarda que en otros tiempos al igual vivimos de recuerdos, todos volvemos. ¿De quién puedo hablar, a quién puedo mencionar si solo en sueños se me acerca y me acecha? Me recuerda de todo aquello que fuimos o éramos, depende, depende de la capacidad de tu mente. Me tomo una y me tomo dos, el reloj que hay colgado en la pared no funciona. El dueño dice que es por la pila que no se acuerda nunca de cambiarla, aunque yo pienso que lo hace por nuestro bien. A veces va bien que se pare el tiempo, para que uno se tome su merecido descanso. Lo malo es que no me acuerdo ya si llevo tres o llevo cuatro cervezas encima. Ya dentro de mi mundo, en el entorno que me rodea, empieza todo a variar, me empieza a cambiar la actitud y transforma ya hasta en mis pensamientos. Alguien entra por la puerta, ¿quién es?, no lo sé,  somos perfectos extraños ya hablo contigo y tú me hablas y me respondes al menos mentalmente. Capacidad en la mente en torno una, dos, pero llevo tres, no llevo cuatro cervezas cuando encima ya el mundo empieza a desvanecerse y la tarde empieza a cambiar de imagen y personajes, ¿quién está por la puerta, quién es? Nadie.
     
                                              -    Satanás tú que lo sabes todo, tú que eres portador de la verdad, dime lo que es cierto, no me mientas y no me digas que el mentir es corriente a cuentas de protegerse de algún adversario. No es posible que nazca yo, no es posible que sea yo consciente y con la conciencia de todo lo que hago. Reproductor de la verdad no soy, porque no la sé. No sé lo que hago o sí lo sé, sé que te soy leal y eso sí que lo sé. Solamente sé lo que sé, además que yo, Satanás tú lo que quieres es saber todo tú. Portal de la verdad, dime la verdad, no me mientas y se quede todo en un mentir. Tú que no rindes cuentas, cómo es posible que nazca yo, luego es posible que sea yo consciente y continente de albergar dentro de mí todo lo que hago. Lo pregunto de verdad, porque no sé si lo que hago es lo correcto, no sé yo si la gente se merece tanto. Yo solo sé que te seré leal y eso sí que lo sé, solamente quiero lo que se desea más que yo, pero no me digas que soy yo un necio, un estúpido al que le está lloviendo, adelante.

¿Realmente con quién hablo?, ahora camino por la calle a oscuras, no van las luces de las farolas y solamente voy, fumando un cigarrillo. Camino despacio, total no me espera nadie, hasta mañana a la madrugada tengo tiempo para ir a trabajo. Yo sigo escribiendo mentalmente todo aquello que me fue contado, ¿por quién?, a saber. Yo solo soy un simple escritor y narrador de pequeñas o grandes historias.
     
                         -            Ya sabes que eres pura energía, ya sabes que eres realmente quién eres, porque aunque ahora duermas, estás más que despierto. No, no lo sabes y si lo sabes ya qué más da, lo que quería lo que yo deseaba saber es si tomas el camino del mismísimo infierno, ya que ese será tu destino. Pues que la oscuridad da lo mismo, los oscuros no es lo mismo que las sombras de la noche en el abismo. Brillar como una estrella, en un negro, tan oscuro no sabes que sí puedes. Por energía ya sabes que el de que realmente tienes que estar despierto, eres tú. No, no lo sabes. Ha sido sabes ya que me has dado lo que quería, lo que hagamos tú y yo será lo que será, tardaré tiempo en esperar en el mismísimo infierno.

Pienso mientras sueño, hablo conmigo o mismo, o quizás y solo quizás hablo con el otro portal. “Yo no tengo miedo a la noche, yo no tengo miedo la oscuridad, ¡ay!,  las sombras de la noche, esas que no levantan dos palmos del suelo. A esas ya sé que las temo, porque en su día, en su tiempo, cuando estuvieron en el plano terrenal fueron malvadas y despiadadas. Alguien dice, “conversaciones con Satanás”, con quién hablo se acerca porque ya tengo rango para ello, antes de decir buenas noches, porque el tiempo corre en vuelo rasante, por  la tarde caminaba sin rumbo. Camino por el bosque sin destino, vivo solo, ya me veo conmigo mismo más de lo que aquí vas a estar, lo que diga tú serás quién serás y yo seré quién seré, no te doy más rango, nivel intenta aprender”.

Papel blanco y bolígrafo de tinta negra, no sé, antes dejarme encender una vela color azul oscuro intenso. Los puentes en la llama que sale de la vela, hace rotar la mano izquierda, que es la menos dominante. Me dispongo a escribir, no es que sea zurdo o a lo mejor soy ambidiestro. Quién lo sabe, la forma extraña en la que tengo de escribir. Cojo papel y bolígrafo, el que viene, el anunciante deja de tener temor y se me acerca. Me canaliza la energía dentro de mí, una vela todo de azul oscuro intenso antes en la llama que sale de darte. Pero está toda la vela al lado de la mano izquierda, que es la que menos manejo. “Buenas”, le digo yo, y cómo escribir no es que sea corto, a lo mejor se debe a que diestro soy y sabe todas las formas que atraen la forma que tengo de escribir. Pero yo tomo asiento enfrente de la mesa, papel en blanco escribo cuatro frases con el bolígrafo de tinta negra.

“Qué cara tienes y me cuentas, yo sigo aquí, tomando una cerveza. Hablo con la botella o hablo conmigo mismo, no me digas otra cosa que no me la creo. ¿Tú quién eres para decirme a mí que lo deseo o que dejó de hacer?, te he preguntado en un lance de qué es saber realmente por qué existo, dime de que a cuentas existo. Porque simplemente he sido un error de la naturaleza o quizás no quién lo sabe de qué caray me cuenta. Yo sigo aquí, tomando una cerveza. Hablo con la botella o habló conmigo mismo ya me dirás que otra cosa que no me ha creado, tú quieres para decirme a mí lo que es eso que deja de haberte preguntado antes, a ver el lance que es verdad. La mente me pregunta porque existo y me di cuenta que he visto algo en el cristal y por eso me he ido. Un error de la naturaleza, ahora no sé el porqué, me gusta salir por la noche, divago  porque no me queda más remedio pero yo sé realmente quién soy yo”.
       
                     -     Recuerdas en una ayer no alejado en el tiempo, cuando cruzábamos nuestras espadas en lucha, nos hemos alejado en el tiempo. Tú todavía vas con tu espada y yo cabalgando al viento, como un jinete del apocalipsis. Sabes que el mundo es así, los nacidos mueren, algunos reencarnan para seguir aprendiendo. ¿Qué es lo que harás tú?,  lo sabe el cielo oscuro de la noche perpetua. Solamente te conformas con esto, van y te traen cerveza en la barra de un bar en las afueras o la cercanía de algún pueblo o ciudad, quién sabe dónde a saber recuerdas de un ayer, no me he dejado el tiempo, que tú ibas con tu espada y yo cabalgaba, siendo sabes que el mundo se si no naces mueren de cuenta ajena. Encarna para seguir aprendiendo, que sé lo que harás, tú lo sabes a saber, solamente todas las cervezas en la barra de un bar.

¡Hola Satanás!, mi nombre no importa mucho. El tuyo sí que es importante, quiero que entres dentro de mí, me invadas. Lo haremos eléctrico a ritmo de rock, yo te pregunto, ¿qué mundo es verdaderamente lo que es? Tú que estás en la en las tinieblas, tinieblas que es un nombre que no importa mucho, de tu día depende, depende el camino hacia el infierno. Todo es relativo, estoy más que convencido ver, que todo llegará a buen puerto, no por las bellas mujeres dentro del dinero, porque eso es la próxima vida no te lo llevas de la libertad que más precio tiene que más valor tiene sino es el despertar de libertad y yo me quedo estupefacto ya me quedó entusiasmado ya mismo tiempo has traído por todo aquello creo yo con 22 años.

En esa fuera alguna vez al suelo, tenías que saber dónde nacer yo te digo nada más. Qué, ahora adivina si eres capaz, la razón de tu propia existencia, porque a mí no me faltes el respeto, de la amistad que existe detrás del todo. Como los de feo mundo es entero, el respeto es lo mayor. Dile que va de más preciado, se va al más preciado más que todo el respeto, no me vengas diciendo que soy yo. No te disfraces de energía que te entra en tu cuerpo, te invado te hago hablar y ahora escribir. Al pensar, simplemente intento que las neuronas a través de la cerveza y te digo tómate otra mi salud, tómate una a mi nombre para que ha sido de recuerdos de los tiempos de los tiempos. No vas equivocado y viene si ves que pasa es que a mí,  mis ejercicios de los como lo sé.

Pero el mundo entero, despertando mayores de que vale más preciado, se va a dar más preciado más que todo el respeto tú no me vengas diciendo que soy yo, yo si eso le dije que te entran tu cuerpo que va de viaje hablar ahora escribir mensaje simplemente a través de la cervecera digo, tómate otra vez una, a lo mejor dicho esto más de una vez.

¿Una oración a Satanás, se puede adorar a Satanás se le puede rezar?, es la gran pregunta que él no espera respuesta. ¿Se puede pedir, se puede conseguir algo, se puede satisfacer el ego, la vanidad?  Puro reto de aquella que nos alimenta el alma, yo no lo sé,  pero tú el que me lees seguro que ya estés en una quinta dimensión. Luego al saber que vuelves a nacer, una aventura en el que encontramos, diecisiete acciones. No sabe de tu amor, pero oraciones para nada se puede adorar a Satanás, si le puedes dejar es la gran pregunta. Creo que no será respuesta válida, que se puede pedir se puede conseguir de algo, se puede satisfacer del ego, la vanidad, en puro de todo aquello que pasaste y poner en venta el alma. En el saber yo no lo sé, pero tú, el que se me le sube el ego al saber que vuelves a nacer, mil y una aventura encontramos. Nos está haciendo saber tu deseo, no te quiero marear más y el que aparece todo por qué parte del mundo será el que será.             
       
                     -     ¿No querrás que te cante la canción de cuna a tu edad?,  qué es caminar conmigo o leer en un paseo en mitad de la noche oscura. Y es que convencido de aquel camino que dicen que es verdadero, eso era tu mente llena de luz, de luz pero no de verdad. Luchadores los guerreros, todos aquellos que tienen tesón, ¿tienes miedo al infierno?, van conmigo de la mano. ¿Quieres creer que me has dormido?,  demos un paseo, emite de la noche oscura y mira de que convencido estoy, de que acercarme a ti, te dicen que verdadero sentido de la luz. Pero no de verdad, no luchadores, los viajeros de todos aquellos que reten mirar al  infierno conmigo de la mano. Por eso te digo yo, que le haces un bien en preguntarme.

Fuego ascendente, lluvia en San Vicente, todo cambio, todo varía y no sé si porqué. Pero aquella mujer que acompañaba ya no existe o no existía recientemente, será que sé de nuevo o sino porque es como es, enseñando un tiempo quién fui. A lo que tienes que decir, fuego ascendente, lluvia en grande sentencia, todo cambia, todo varía y así sé el porqué. ¿Pero a que es mujer la que me acompaña?, ya no existe o no existía. Decididamente sé lo que sea, me acordaba en especial ha sido porque es como es y se ha dado tiempo de que fui yo la que la dejé de ser, aunque ahora nos llama. Que anónimo visitante de la tierra, después del mediodía vuelvo en sí y camino y camino hasta llegar a mi casa pequeña.

Corro, busco y busco y corro el secreto de la espada, si quisierais cuento que el portador seré quién seré y volver a ser las cosas como eran antes de la batalla. Vientos de guerra en la oscuridad del espacio de observación de Orión, de la galaxia de Andrómeda. Sitios para esconderse el portador y serás realmente quién soy yo, el narrador o portador o ángel que atravesado la portal del Sol mientras veo las olas, barcos con bandera negra te aportan las sombras otra vez.

El secreto mejor guardado, si alguien no soy es un demonio en una larga noche, otra vez el portal para hacer justicia de aquello que es rencoroso el Sol. Quién sabe realmente quién es el portador, ya lo conocemos ya pero a mí no me conoce, no sé hasta dónde puedo llegar, mis límites…  no tengo límites y seré yo.


sábado, 14 de diciembre de 2019


                             SMITH, MI NOMBRE ES PATRICK SMITH

Desde las cumbres rocosas del Himalaya, hasta los confines helados del polo Sur, habita o mejor dicho habitan y viven personas u otros seres vivos. Todos corren, todos saltan o todos nadan desde un lago helado, hasta un lago más cálido. Quién me lo iba a decir a mí, quién me iba a contar la historia que estoy a punto de narrar. Porque sea cierta o mentira, yo me la creí, quién sabe si vosotros, ávidos lectores os podréis a llegar a imaginar tal situación, que no es otra que la que narro…

Todo va, todo transcurre en algún lugar del mundo, en algún pequeño pueblo o en alguna gran ciudad. Son las cinco de la tarde y un niño de trece años, ávido lector, se encuentra en una  biblioteca. No es una biblioteca cualquiera, ya que no tiene escaleras, sino rampas y ascensores, por los que él, con su silla de ruedas, circula a sus anchas. Es de merecer lo que escribo, ya que no hay nadie ni nada que lo pare, él sigue como si lo de ir sentado a todos los lados, no fuese con su historia más íntima y más personal.

Patrick Smith abre un libro que está totalmente en blanco, no hay nada ni escrito ni dibujado ni impreso, ni dentro ni en la portada, nada, todo totalmente en blanco e inmaculado. A veces pienso, “este chico no está bien, no está en el mundo real, solo está en el suyo propio”, y yo me digo, “qué más da”. Solo tiene trece años, es muy normal que tenga una imaginación desbordante, que le fluyan las ideas de aquí para allá. Yo como narrador, me nutro de ello y me sirve de inspiración para contaros tales aventuras como estas.

La silla de ruedas a la que siente atado, no le impide volar tan alto como las nubes, pero se siente solo. Nadie le acompaña y se abstrae en las bibliotecas, leyendo historias, leyendo cuentos y relatos. No tiene muchos amigos, todos o a casi todos les gusta el futbol y no cuentan para nada con él. Eso le entristece, pero le hace cada vez más fuerte, aprendiendo a saber que cuándo se le acerca alguien por querer entablar amistad será o bien por saber o por pena, cosa que no desea, ya que se siente fuerte, tanto de brazos como de espíritu. A veces de una cosa, otras veces de otra, sabe y presiente, presiente y sabe que la verdadera vida está en la mente de cada uno de nosotros. Que formamos cada uno un Universo y que dentro de este, habitamos uno a la vez más grande.

Sigue con el libro con las páginas en blanco, con las manos apoyadas en la mesa, una a cada lado del libro, lo mira y solo ve el blanco del papel, no quiere escribir en él, no quiere volverle gris y tormentoso con nubes de ceniza, vaya que se estropee.

Pasa el rato, el tiempo ha acelerado más de la cuenta, son las seis y media de un viernes cualquiera, pero en su cabeza son las tres de la tarde en algún lugar del Oeste americano. No se lo piensa dos veces, mira a la derecha, mira a la izquierda y en un pispas, cerrándolo de golpe, se lo guarda en la mochila. Tira para atrás la silla de ruedas y diciendo “adiós”, sale sonriendo de la biblioteca, y es más, le da fuerte a las ruedas al verse libre a la salida. No se han dado cuenta, pero su corazón galopa como si fuese a caballo por las lejanas praderas. Su caballo no deja de ser como un carromato, pero para él solo le faltan las riendas. Eso, eso no le importa y llamando “Raso”, a su silla, sale galopando, tanto que casi atropella a la gente que va andando por el paseo.

Haciendo gestos, como si disparase al aire con una pistola imaginaria, se dirige calle abajo, hasta su casa. Llega tarde, lo sabe, su madre estaba preocupada y le planta una regañina de las que acordarse todo el resto de su vida. Quiere llevar una vida de lo más normal, pero para ella no deja de ser especial. Son las siete y cuarto, cuando entrando en su habitación cierra la puerta, haciendo del momento, un espacio ausente en el que poder evadirse. Abre el libro por el principio y hace que su imaginación se junte con el blanco de las hojas de papel. Sonríe otra vez y esta vez al verse como por arte de magia reflejado en la blanca hoja, empieza su historia o su verdadero relato. Su vida empieza a desbordarse, se ve, se ubica en los años del western, en los que robar bancos y a diligencias estaba a la orden del día, lo mismo que la horca. Tanto piensa en ello, que se ahoga de pensarlo y debe de beber un poco de agua de su pequeña botella de plástico.
  
                                   -               ¡Ups!, que cerquita he estado. Se coloca su sombrero tejano y su placa de sheriff, no le falta su arma de plástico con la que disparar al techo. ¡Vang, vang, vang!, sois todos míos, yo soy Smith, Patrick Smith.

Como empezaría una historia, no se atreve a escribir en tan blanco papel, así que dejándolo de una manera suave en la mesita, se mueve con sus jóvenes pero fuertes brazos, hasta que acaba descansando su espalda. Tumbado en la cama, echa las manos para detrás de la cabeza, empieza a soñar como el que habla solo.
     
                              -                 ¿Patrick Smith qué haces antes del peligro, Patrick Smith qué haces entre tantas mujeres y cuál  más tan bella?, cuando estés en libertad y con el traje de negro, si no es en una caja de pino, te verás encerrado entre cuatro barrotes y entonces te darás cuenta que a la gente, no se le puede atacar y robar saliendo siempre airoso. Pero esta es mi historia, mi propia verdad y una diligencia no tiene la culpa que tú seas así. Solo ante el peligro te encuentras, ¡maldito dólar!, quisiera de ti el día que no puedas cabalgar encima de un caballo. Tu caballo llamado Raso, blanco como un papel es, pero fuerte como el acero de una espada cabalga y cabalga los desiertos de Arizona.

Como el que gira de hoja, como el que lee un libro de verdad, sigue con su historia. Esa tan particular, que solo está en su cabeza. Llora, no por no poder cruzar las piernas, si no por pensar que se le cierran puertas y en las que hay, las escaleras del triunfo y del éxito, no son aptas para personas con su discapacidad. No quiere pensar en ello, se va haciendo cada vez más mayor y más va viendo su realidad, aunque no quiere dejar que la tristeza y la melancolía le invada su frágil corazón. Así que sigue con sus sueños e imaginación. Así que cierra los ojos y cerrando ahora los puños fuertemente, sigue con sus historias y sueños. Ese mundo que al menos puede correr y cabalgar no como el hombre que debería en un futuro ser, ya que sabe que el respeto y la honradez siempre tiene premio. Dispara una y otra vez, buenas capacidades tienes para ello, bueno en este caso no seas tan malo. Qué sé quién es el bueno y el malo en una casa de clase alta. A punta de pistola cualquiera roba, es el viejo truco que nunca se dice. Solo ante el peligro se encuentra, preparando es capaz de matar a una persona, qué más da quién tiene delante. tú sigue siendo quién eres.

                 -      Quién es más rápido que una bala, nadie es más rápido que una bala, qué quisiera el viento que surge en medio del desierto te puede llegar a acabar con tu vida. Qué más da lo que diga,  qué más da lo que haga, Patrick Smith seguirá cabalgando encima de su caballo y sin silla, a pelo cómo hacen los verdaderos indios del Oeste. Gracias a las que sea, él, un asaltador de diligencias viaja solo, no necesita compañía alguna. No tiene que repartir y con la mía no hay ninguna sola, recorre de forma instintiva los mejores desiertos que cruzan de un lado al otro del Oeste americano.

“Adónde tendré que ir, adónde tendré que viajar, para encontrar aquella mujer, que sea mi media naranja. Hasta adónde tendré que cabalgar, para saber de mi triunfo o mi infortunio, ya que no puedo hacer esposa alguna. Pero mi corazón me lo pide, mi alma me lo exige, como si fuese algo tan necesario como el agua de la lluvia. Solo debo tener paciencia, estoy empezando a despertar a la vida real y ello me llevará algún tiempo”.
       
                          -     No sé si tomarlo en serio o tomarlo a risa, todo quedará como una vengativa de que todo llegará a unos pasos agigantados. Cómo de caballos que le haga su amo correr sin saber de peligros, todo el real o todo es mentira quién sabe yo no lo sé, ¿tú si lo sabes?

¡Patrick a cenar!, escucha desde la lejanía, tan lejano que tarda segundos en volver en sí. Todo ha sido un sueño de niño, todo es como un juego infantil. Se incorpora acercándose la silla, con sus brazos fuertes la hace rodar y en un santiamén está en la mesa. Su madre le acaricia la cabeza, no se lo dice, no se lo comenta, pero se siente orgullosa de él y sabe o al menos intuye que no dejará de luchar, hasta hacerse con hueco en la vida. Todo es relativo, solo la tiene a ella, mujer divorciada se vuelca en la vida del chaval.

Come rápido, tanto que parece un tiburón o un león devorando, hasta tal punto que no deja ni una miga en el plato. Mira de reojo a su madre y esta, guiñándole un ojo le dice que puede ir a su habitación. Esta vez no se tumba, esta vez abre el cajón de la mesita y coge el libro, no sabe que escribir ni que título poner. Pero empieza a formar frases, que poco a poco van ocupando todo el blanco del papel. Sigue y sigue, no sabe si hacer un diario o algo inventado, pero cree, se imagina el haber encontrado su hueco y todo es empezar…

“Me reúno con aquella tribu y aquellas personas que serán libres por una eternidad, aunque siempre serás quién serás. Sí, mi nombre es Patrick me siento con las tribus indias americanas que son los verdaderos herederos de esa lejana tierra. Me siento con él, con el jefe, con el que se fuma en pipa. Me presento y me hacen un sitio en el círculo con ellos, bebo whisky,  pero que será, será de qué se le dé bien, que no lo sé. Porque por lo que he vivido, así es subsistir, levantarme todas las mañanas y a ver si va a ser de los últimos días de mi vida. Qué hacemos si no dar gracias a las estrellas y eso transforma a los indios en la gente que son. Viven a su manera porque no les queda otra y yo, porque ya están así de marcados. ¡Cambiar!, porque voy a cambiar, ya permanecer cuarenta años en esta época son muchos. Ya muchas historias podría contar y ninguna ser real, porque lo que no se dice no lo  intento esconder, para no sé advertido de ningún peligro.

Jefe apache me dice….
     
                               -        Ver esa, es morena qué está en edad para concebir, te la regalo.
    
-                             -        ¡Me quieres sorprender!, digo que pensar que las mujeres están en venta no es muy claro.

Que me conteste que no, que alguna que me quiera, que me desee y yo la desee.
      
                     -      Sea para ti eso, no se lo digo a cualquiera y menos a los tuyos. Si quieres formar familia aquí tienes la oportunidad de una familia que conmigo tú eres bien recibido. Eres ante todo ese que eres, ladrón embustero y ya veces hasta asesino. Pero es que si no matas por defensa propia acabarás debajo tierra. Otra cosa es que fueras matando por diversión, entonces no me atrevería a hacerte tal ofrecimiento.

Qué es el fuego, es verdad que eres fuego de la amistad y del respeto, ha salido de qué ha salido. De tambores y de cánticos, eso es lo único que es verdad. Millas y  millas de desierto y desde las narices, nadie puede ser rápido con el revólver. ¡Narices!, porque no me ha pedido nadie matar por dónde va a ser capaz de pasar por la horca y espérate que corto gaznate y te dejo seco. Advertido quedas, yo creo que sabes lo que te digo, si no atente a las consecuencias. Yo no sé escribir mucho,  yo no soy de letras, lo importante es que te sirva bien con las pistolas y de balas mi caballo es lo único que no te vendo.
       
                      -     Piedad, ahí viene con malas amistades, todo lo que vas hablando es mentira, simplemente de alegoría es aquello que desearía que fuera verdad. Cuánto es la historia, estoy sentado aquí el suelo duro, con aquellos que entienden de verdad que saben mi idioma o al menos por respeto lo intentan hablar.

¡A dormir!, entra en escena la madre. El niño hace caso y cerrando el libro, apaga la luz de la mesita. Se acurruca en posición fetal y entrando en el mundo de los dormidos, empieza a subir por su escalera a las nubes de la felicidad, piensa y solo piensa que en realidad son las nueve de la noche y mañana es sábado, ¡qué  bien!, dice. Mañana podré cabalgar por las llanuras americanas, mañana podré nadar hasta que me canse, por el Pacífico. En este mundo, en el de los sueños, mientras uno duerme, todo es real y todo se puede alcanzar. Hasta la bella muchacha morena que me seducía en mis pensamientos. Apago la luz de la mesita, no sin antes guardar el libro en la mesita de noche. Quién sabe lo que llegará a ser, si un libro de aventuras imaginarias o ciertamente en mi diario de la realidad postrada en una silla. Sería muy triste, aunque me siento muy orgulloso, y con ese mismo sentimiento alimento mi ego, haciendo de él algo que me fortalece, pero sin caer en la soberbia.

viernes, 29 de noviembre de 2019


                                                          Rompiendo fronteras

Me viene bien a ver contar una historia, que me puede pasar a mí, que le puede haber pasado a alguien o a dónde quién sabe a quién le puede estar pasando ahora mismo. Para algunos, si os parece correcto, a ritmo de blues os voy a contar cierta odisea. Todo es relativo, todo depende de la vibración de la música y ésta me parece de buenaventura escribirla. ¿Será usted?, usted va a llevar a su casa la locura de aquel que puede estar de lo más tranquilo. Es posible de que así sea, yo me encuentro en la mía, en casa escribiendo este relato, para que vosotros sentados o de pie, en el metro o en casa, ya sea en la ducha o en un banco de algún parque cercano, lean y relean todo aquello que bien os venga.

No entiendo según qué cosas, no entiendo la historia que me quieres contar, no entiendo lo que me quieres decir, pero bueno ya lo sabré algún día.

Pantalones rotos, gordos zapatos de flamenco, destrozados de tanto caminar por la vida. Intento ser en mi vida algo o alguien, aunque esto signifique ser o estar en un verdadero infierno, infierno que no es nada, solamente un mar de lamentos o al menos eso dicen. ¿Quién hace de verdad lo correcto, tú?, tú todavía estás en este mundo. No sé lo que viene después, qué más da, ya que yacen ahí, otros platos para fregar. ¿Qué relativo es todo, eh?, qué pocas ganas tengo de ponerme. No quiero, solo se me ocurre mandarte a ti que te pongas a fregar los platos.

Agredir a alguien en este mundo, ¿dónde está el otro, en qué planos se puede esperar?, yo me siento extraña. Qué más da que diga, qué más da si está terminada. Sigue el dolor en Carmen, todo es causalidad, el repiqueo de las campanas en la noche, la luna ausente…

¿Qué sale de dejar a Ana?, él vuelve de mañana, qué más da que diga o lo que haga. Platos de fregado  en fregado, eso separa ahora la inteligencia de ser menos capaz, según dicen. Refrescando, a ver si pueden enseñarte algo, pero todo lo bonito es para que te diga. ¡Uy!, qué encima va a venir a verme a mí, que estoy sola completamente sola, la verdad, en mi casa no tengo muchas visitas. ¡La luna!, si se atreviera a venir, pues no sé si sería recibida con gozo y alegría.

Esta vida es muy cruel, solo el subsistir a algunos ya les vale,  sobre todo prima como en todo la selva negra, defiéndete o sino ya te comerán viva. Enciéndete otra vela, en el mismo infierno caerás, decide tú si eres capaz, las dos sois capaces de hacer o deshacer pensamientos de una extraña. Tú, extraño que piensas, ya te dan por las reflexiones, divaga y crea que crea. ¿Que creo en este mundo si yo soy soltera, pero vivo en pareja?, en la vida ni creo ni he creado nada, solamente escribo por escribir. Qué más da lo que diga, sí, lo he dicho antes de qué color me envía su energía que no es otra cosa que lo que ves.

Juan Alberto, regresa de su particular recorrido por las calles de la ciudad, no sabe cómo lo hace, pero siempre vuelve con más dinero de que con el que se ha marchado. No se sabe si por trápala o por ser trilero, si haciendo trampas o siendo un As en el juego. Solo desea una cosa al llegar a casa, solo desea lo que desea y ella no se lo permite.

                 Eres una simple friegaplatos, es que no te das cuenta todavía, día tras día no dejas de ser una friega platos.  Entonces de comer… te acepté cenar, pero no dejas de ser tú mi friegaplatos, no es que lo diga yo, es que lo ha dicho todo el mundo. Eres así, porque eres una triste alma, eres así porque todo el mundo te maniobra, no tienes las suficientes narices de dejarlo, estás haciendo tiempo para crear otra historia, para hacer otro cuento o relato, qué más da. Qué más da lo que veas o lo que digas, serás siempre,  friegaplatos.

Sola y atrapada se siente, teme sus llegadas y pasa el tiempo de forma pausada y lenta, hasta que cerrando la puerta se marcha a la habitación. Se siente culpable, se siente en desventaja hacia cierto individuo que tan bien se siente. Se hecha su largo sueño, ella lo mira mientras duerme, a veces y solo a veces le vienen a la cabeza ideas retorcidas. Pero se siente tan atada, que piensa que sus alas ya no tienen fuerzas para volar. Así y así, dando círculos en el comedor, en una de estas lo ve en pie, despierto en el umbral del comedor. No dice nada al principio, pero pasados dos minutos se enciende un pitillo y le dice…

                 Ahora me voy al cine a ver una película, luego escribe la tuya porque te conozco y sé que así lo harás, esta noche quiero que lo friegues todo. Zapatos limpios con betún, al mediodía, ¿te acordarás?, los calamares los fríes tú y todo por igual yo. Hoy me voy al cine, mañana no sé lo que haré, pero lo que no voy a hacer es un plato más, porque no me da la gana, ¿entiendes? Como en un hotel quiero estar, explicado de otra forma, ya sabes que puedo ser muy celoso. Aunque a veces pasemos del corazón al sexo en unas pispas se puede hacer. Qué es que puedo enviar a cualquier persona al garete, pero a ti, a ti te amo, te quiero mucho. Me queda muy poca paciencia, nervioso estoy y haz lo que te digo, ¿entiendes?  No hay otra vuelta de hoja, todo depende de cuánto es, si suena desde el lado bueno.

Hartándose de reír, a carcajada limpia, le acaba por decir…

                 Yo manejo a la gente, manejo influir sobre las personas, soy maestro de los títeres, llevo las cuentas de todo el mundo. Me divierte matar, me atrae, me descoloca en mis sentidos. Tengo tal ansia del gran poder, que tengo que parar, que si no se me va de las manos. De los fritos no sabes, de dónde eres tú ya sabes hasta dónde puedes llegar. ¡No!, tú sabes a dónde puedes ir, tampoco de aquí no te muevas porque lo digo yo. Me he traído yo lo que hace falta, ya basta, gastáis como nunca, te lo digo yo. Me voy al espectáculo, a ver sí, yo solito. Deja a Ana, además ni que sea como una perrita, yo me valgo yo por mí mismo, no por mí solo y ella, cuando vuelva quiero ver la casa limpia, quiero yo, no es que sea mi madre, no sé, se ve esposa. Es que es la mujer que tengo en casa, ya puede ser mi hermana, mi prima,  mi tía, mi abuela. Da igual, ¡qué más da!,  yo soy así y así seré por los tiempos de los tiempos. Nunca perderé, es triste pero cierto, que os alegre para mí mismo. Porque me siento fuerte atacando a los débiles,  me siento fuerte haciendo saber a los demás que soy yo el que manda. Qué más da lo que os que diga,  qué más da lo que haga, soy yo el poderoso. Soy el más grande que puede haber en la tierra, además que yo solamente yo “Vaporcita”, yo solamente soy yo el que hace mover el mundo.

Cierra la puerta, siguiendo la “charla” por la escalera…

                 Viajo, viajo a menudo, sí cierto es viajo a menudo. Pero qué más da lo que haga, que me has estado haciendo, que vida yo sigo viendo, mi ritmo de mi música es esa que me hace moverme. Arquitecto soy, olvida si tú, friegaplatos y ya está, ¡cállate ya la boca! Quién te crees que eres tú, para mandarme, quién te crees que eres tú para decirme lo que debo de hacer yo. Yo soy yo, ya sé que solo yo llevo los pantalones en esta casa, tú.

No se lo piensa dos veces, cierra la puerta dejando la llave atravesada. Se vuelve a sentir segura, no sabe por cuánto tiempo ni que hará cuando vuelva de su “excursión”.

                 ¡No!, tú qué sabes que soy yo. Si soy tu mujer o no soy tu mujer, si soy tu madre o no soy tu madre, si soy tu abuela no sé. ¡Tu abuela!, ¿qué parentesco tengo yo contigo?

Se siente como si tocara con la cabeza el techo, le hierve la sangre y por una vez, por una sola vez, piensa para ella misma. No hace maleta alguna, no huye ni se marcha, luchará hasta que él se vaya y pueda volver a abrir la ventana y respirar el aire de la libertad.

“Me rebelo contra ti, me rebelo contra el opresor, ¿quién eres tú para decirme quién soy yo?, simplemente elijo, simplemente déjalo todo, que en serio y todo no sé con lo que tú dices que soy una friegaplatos, nada más. No es nada malo fregar platos, es un trabajo como otro cualquiera, pero yo me descargo más en la tierra, yo sé que lo sabes tú o sea estoy tú que soy yo. Porque yo ando, camino por la calle con la cabeza baja, no por mí ni por ti, sino por la sociedad. Como aguanta no sé, cómo estáis a lo mejor en lo cierto, deseo fregar platos. Tendré que dejarte a ti, lo dejaré todo, que yo llegaré a la última. Fotos de marionetas, choque de bayonetas qué más da, soy yo. Solamente deseo ser yo y mi nombre, mi nombre es Carmen, ánimo que no tiene nada que ver antes de que al fin de la que me tengo que defender y esa soy yo nada más que yo, eso estoy yo”.

Nubes negras, negras como tizones amenaza tormenta, sigue paseando por la avenida con unas miradas, más que perdidas. No encuentra el Norte de la tierra en esta ciudad que le haga vibrar dentro de sí, no sabe  lo que le espera en casa, aunque pueda tumbarse debajo del sol, solamente podrá ver lo qué es la lluvia a través de la ventana, eso se ve deprisa, pero bueno ese no es la bestia en todo, te guste o no, así que rompe las barreras. Para empezar las barreras, hay que luchar y decir la verdad, es una mujer, mi madre y mi hermana, igual si fuera mi tía, mi cuñada, qué más da. Qué más da, yo no sé qué es, que es de verdad solamente ser odiado en esta vida. He vivido y estudiado y he fumado y todo para que ahora nada, a sentirme ahora solo.

Que realmente es lo que busco en esta vida, a veces me pregunto, ¿te llevo a casa, te casarías conmigo? Mi mentalidad, es que yo digo que solamente el ruido completamente salva. Me estaba viendo ida, me estoy  llevando hacia tres lugares el pensamiento humano, que no creía que puede llegar a ser verdad. Lo cierto es que sin ti es como todo, es decir adiós al mundo cruel. No quiero llegar a ese extremo, seguiré  luchando, te estoy viendo entrar por la puerta y te digo cosas que no te quería decir, porque todo depende con quién vivas. Solo algo que tener en cuenta, solo algo en que rendir cuentas a mí misma, sea eso cierto y nada más que cierto. Para convivir, no hay que gastarse en la otra persona, también para poder vivir la gente tú eres tu propio servidor de las cosas. Qué más da cómo tienes la pared, golpéame, que mi cerebro sea el compartir en la arena agujeros en el agua. Total, no llega el vaso a dónde está el límite, depende de qué depende, todo depende ser yo y si soy capaz o no. Sola y en paz quiero vivir conmigo, solo escuchó que hablaba con otra persona, de cómo eres conmigo y con quién habló o quizás quién sale o no todo dependerá que de repente no me hagáis mucho caso. Así, pero tampoco he llamado a nadie, no hace falta de lo contrario, simplemente cuando no aguanto más me voy a la cama y a dormir. Nunca más estaré de volver a ir a pasear. ¿Qué dices?, con llegando sola, una persona, las nubes amenazantes, me refugio rápidamente en la habitación desnuda de mi casa, esa qué es mía aunque sea helada, quién sabe, a saber vivo solo.

Escribe una carta de amor, amor, ¡ay amor!, que es amor sino es el cariño sexual, en la atracción hacía la otra persona.

                 Que te parece si nos enfrentamos por interés, quién lo sabe de camino por la calle con las manos en los bolsillos.

“Que todavía no me lo pregunto, pero acertada es, ya no sirve con ninguna joven que es un adulto maduro  y todavía pienso y te pienso que te iba a llegar la reflexión. No es normal, creo que eres así, ya estoy mejor o no lector. Está lo que pensé que iba a estar lo que diga, chiste de quedar en una rebeldía o en una muerte cercana,  esa, esa que nos llega a todos. Pero en fin todo depende de qué depende, ya me cuentas que el Sol es por la mañana de este día que está levitando. Quizás de acuerdo le dejará, qué más da, no me voy a poner a rezar, porque no creo en ningún Dios, me voy a orar en nadie, porque no tengo a nadie a que rezar, en qué pensar. Pero si es mi mujer, si es mi abuela y mi tía, si es mi madre y mi hermana qué más da. Es una mujer, me voy a la cama sin fregar en la cocina, todo manga por hombro, me enojo, me enfado”.

Llega y dice las cosas, le digo que no puede ser, que esto creo que esto no lleva ningún buen camino. Solamente me responde de manera alta y clara, que estoy aquí para fregar los platos y ya está, no me desea para nada más.

Pienso, sin saber cómo ha entrado en mil cosas, cosas que se entrecruzan y acaban formando estas frases…

“No serás perdonado en esta vida, te digo que la vida tiene una eternidad, como sea posible o sea algo que me concierne, que yo desee y pueda hacerlo, tú no vivirás más en esta vida ni en la próxima, si existe. Serás  un ajusticiado sin derecho a nada, a estar en la calle peor que estas personas pobres que no han tenido la justicia social que deben de tener. Tú porque maltratas a la gente, te verás cómo te verás, porque no te queda más remedio, si hubieras subido peldaños intentando llegar a la meta y traerte cruces, te hubieras caído del cruce de bruces con todo aquello que tú no quieres, pues todo, todo no es de buen saber camino saberlo”.


sábado, 23 de noviembre de 2019


                                               Mil nombres-mil vidas

Como una nave interestelar aparece y se posa, se posa en la Luna a la espera. A la espera de que ocurra algún acontecimiento interesante en la Tierra. Pero no es así, todo se mueve igual, año tras año, el planeta gira alrededor del Sol, moviéndose como la vida misma. La única diferencia es que la Tierra vivirá más veces o quizás no, no se sabe. Todo es tan efímero, que a uno le da de qué pensar. Solo el caos en algunos lugares, hace recordar a aquellos que viven en otras zonas, de que todo no funciona igual. ¿Cuál será el diferente, cuál será el único que nazca y sea verdaderamente diferente?, a saber.

Yo ya no soy en este mundo, solo bajo o subo, o a lo mejor solo atravieso la cortina transparente que nos separa. Todo para recordar cierto hecho o cierta aventura, que al menos para mí, me parece de importancia el recordar.

Vagabundeo de cuerpo a cuerpo, de alma a alma, sin darse cuenta nadie y llegando incluso a salirme muchas veces con la mía. Hacen lo que hacen, porque por un instante, por un momento dudan y ante la duda ahí estoy yo. Yo y nadie más, quién te crees o piensas que es capaz de lanzar una moneda al aire y que caiga de canto. No es broma, poca broma, porque soy yo, el mismo que escribe y deja casi sin aliento a aquel que atraviesa por las noches la cortina transparente. Vagabundeo, me traslado, viajo, vuelo por el aire como si fuese humo, un humo tan transparente y tan falto de olor, que habría que ser demasiado hábil para darse cuenta y sentir mi presencia.

Crear mosquitos que os chupen la mismísima sangre, no os mováis de los asientos o mejor sentaros en un sillón. Este relato que sea cierto o sea mentira dará igual al final o no, quién sabe. Todo quedará una alegoría, alegoría que no sabréis hasta el final del cuento o me queráis vacilar respondiendo antes.  Llaga hoy,  os llegará una llaga como una daga de profunda hasta al corazón de quién era aquel que no me lea, no os la sacareis ni con el viento, todo es relativo, todo queda dicho, casi se lea así se escriba, dijo uno o dijo alguien, porque no era uno, era alguien,  un personaje en especial, pero bueno eso es otra historia.

Ya vengo y después de ser correspondido, a saber, eso me lo guardo para mí, porque el respeto y la admiración cantan por sí solas. Ya venga de relatar una historia sin final, ya venga para que la que tienes que ya no existe, ya te debe continuar todo, debe realizarse y contarse según así ha sucedido o quizás como uno lo ha sentido o quizás como uno realmente lo amado. Porque no es nada más ni nada  menos de carne, que más y sin saber realmente si es correspondido o no, porque qué más da, lo importante es saber que se está vivo. Uno, que para eso nada más hay que desear querer a alguien, a una muchacha, sentir el roce y el amor.
    
                               -       ¡Ay, señor!, no quise otra muchacha por igual y después además de ser o no  correspondido. A saber, eso me lo guardo para mí, porque por el respeto y la admiración hacia ella, me lo callo.
      
                    -      Oye tú,  mira muchacha, si tú que me escuchas, si tu voz interior dice que a veces…

Entre el vacío del Cosmos, buscamos una explicación a nuestra propia existencia. Entre la lentitud de ver que se acerca nuestro día, el cuerpo se va oxidando y nos reflejamos en el espejo, para ver los cambios y como si entablase charla con uno de estos, siento la respuesta mirándome a los ojos.
     
                                          -                Oye tú, tú qué sabes quién soy yo, no sabes realmente que solamente es un sufrimiento que le digo a quién te puede sugerir. Quién te sugiere con quién te quiere hija, quién te quiere como imagen en este mundo.

Alguien se enfada y se enoja, algo hace vibrar de tal forma el  Universo que hace de ello un huracán, vientos y lluvia, hace que aquel que relata se retracte. Pero es demasiado tarde y se queda dónde se queda, mirándose los ojos frente al espejo.

No hay nadie más en este mundo que te quiera más que yo y soy yo, ¿mi nombre?, ¡ay!, mi nombre da igual.  Pero tantos nombres pero la gente lo hace por Lucifer, no se me parece nada seguro, qué más da tú ya ves como quieras, que ya acudiré al cuidado a tu lado, sí que a ti te descubren. Dentro de ti la danza de la espada, para que tiene que ser más alto para eso estoy yo, He escrito a ese alguien en esta vida, alguien. Hay alguien, alguien que realmente merezca la pena crear en vida dentro de ti, mañana no seré yo. Porque yo carezco de cuerpo y para crear un alma para dentro de ti está aquel personaje en la  historia, que alguien dice que no quiere. Todo el mundo que ya ha ido quiere, pero ahora dice que ahora todo lo relativo es todo aquello que uno tiene que escribir.

“Yo soy el poder, yo soy quién soy, tú no podrás conmigo y ellas, con vida en el más profundo de infiernos, infiernos que no lo mismo que la oscuridad. Una sombra a pagar, eso dirá Lucifer, será una sombra si lo digo yo, digo yo porque lo digo y lo digo y lo escribo. Con la que la campana de aquel que dice que está entre la luz y la oscuridad, aquel que está entre lo oscuro qué más da quién es, solamente nos hace de puente a los dos”.

Entre los mares de aquellos países y que se dicen que están muertos, están las aguas más profundas están las aguas movidas a olas de ocho metros. Ocho metros de altura de agua, creo que por aquella época sucumbieron todo barco en lo más profundo de su mar. Llegando a ser comida para perros de papel mojado, comida para peces, refugio para tiburones, para otras especies y más ya te digo que escribo lo relativo y tú de aquella que hago o digo,  está escrito en el Universo. Quizás nunca sepas quién se ha ido, donde solamente o no y todo el día más brillante luz del alma.

Estoy harto, estoy cansado de todo, la cuerda floja que me ata no es lo suficientemente fuerte para detenerme. ¿Qué puedo hacer y qué puedes hacer tú?, sí tú, que eres quien tú eres, que sabes de que yo hablo. Si no lo has dicho todavía estoy en un bosque perdido, estoy donde siempre, deshidratado, estoy en un fondo de mar ahogando mis penas en el bar. Qué más da el sufrimiento de un ser humano, solamente saber que estoy vivo ya me hace sufrir. Ya sabes que voy a morir, ahora me aprieta la cuerda floja, quién sabe si hablando con una pelota en la mano. Sujeto fuertemente esta e intento tirarla la sobre la pared, como si fuese una pelota vasca juego con ella.

Camina por un sendero luminoso, camina por un campo en avenida con las  farolas encendidas y un  Seat 124 se cruza por la encrucijada, a medianoche cuando los gatos se transforman en fantasmas y los fantasmas se transforman en gatos. A saber yo solamente sé lo que sé,  no porque me lo hayan dicho, sino porque lo he visto y no lo he visto. Tanto, que el vértigo me hace llegar a caer en un abismo sin fin, todo el rato y todo tiene que ver con aquella que nos dejamos acercar.

El filo de la espada, el yugo de la esclavitud está justo delante de mí, una gota de sudor frío resbala por la frente. ¿No, no puedes verdad?, así que sigue que yo trato que medies, pero de que no interfiera, de que se aproveche de quién se ha ido. De saber totalmente sé que estoy vivo y eso me hace sufrir como digo, todo depende de qué depende. Depende de la de vida que me llegue, a ver quién soy quién soy y que nunca seré.

Quién llama a mis pestes, quién clama a mis huestes. Yo soy lo que soy y quién ose cambiarme lo lleva bien claro, todo depende de lo que estés hecho serás amigo o enemigo. Si dentro de ti hay luz o hay sombra, eso es lo que verdaderamente importa. Lo que alberga tu corazón es lo que verdaderamente hace que valga la pena o no, tu compañía. Solo un haz de luz, hará brillar de destellos mi espada, aquella que alzo y no, no soy hombre, pero pudiera serlo. Soy una dulce muchacha a veces y una corsaria cuando la oportunidad me da la opción.

Alegres vientos del Sur acontecen los cambios que deben a votación someterse, no depende de mí  solo. No soy ni absolutista ni dictadora, pero puedo llegar a maltratar a las sombras que se lo merezcan. Todo son cambios, cambios y más cambios. Todo sucede rápido, todo igualmente es demasiado lento para mí. Me aburro, y como dice el dicho, “el diablo mata moscas con el rabo”, yo corto las sombras y las mato con mi cuchillo de la venganza.

¡Alejaos!, no os acerquéis. Si no queréis ser absorbidos por mí, alejaos. Todo es cierto, todo es mentira, solo descuartizo las sombras. Solo aquellas que tienen el don de la maldad son aniquiladas, no porque yo sea el bien, sino porque la oscuridad me hace tenebrosa y cruel, pero piadosa con el buen Ser.

No llores como un niño pequeño, no te rías como si fueses un brabucón, si lo deseas sigue leyendo y sino déjalo, aún estás a tiempo. Estás a tiempo de no recordar, de no soñar por las noches. De levitar y marchar hacia otros planos del Universo en sí, de entrar en una vibración constante que te hará sucumbir en tus ideas y veas realmente la realidad.

Hay momentos, hay instantes en las épocas de la humanidad, de que nos olvidamos de quienes somos en realidad. Somos nuestros propios dioses, no hay nadie ni nada más, solo la energía que nos  invade y nos hace vibrar de forma sutil y sigilosa. Uno anda, uno camina, uno corre, según es o son las circunstancias. Todo depende de la luz y de la oscuridad, pero no del bien y del mal. Porque aquel que es bueno de corazón lo será siempre y aquel que es despiadado lo será solo por una vez, ya que será una sombra por un sinfín de eternidades.

A veces y solo a veces, venimos y agradecemos al que relata, ya que sin él, sería una ardua tarea el escribir tales aspectos y momentos de la vida en la Tierra.

Yo he corrido hacia la luz, dándole la espalda a la oscuridad, hasta que me he dado cuenta de mi error. Ciertos años han pasado ya de ello, unos cuantos, tantos, que me desespero. Lucifer está del lado de aquel que vive y también de aquel que sufre. A veces y solo a veces, hay segundas oportunidades. Pero para ello necesitas transformación, volverte a crear, de tal forma el cambio que a veces cuesta reconocerse.

Hola viejo amigo, en la luz lloran tu ausencia. Si alguna vez piensas o crees que es alguna idea de motivo de retorno, que sepas que puedes. Tú ya sabes lo que es padecer, tú ya sabes lo que es perecer y volver a renacer de tus propias cenizas. Toda la culpa no ha sido tuya, vuelve cuando quieras, que serás bienvenido. Toda tu luz resplandece en la oscuridad, haciéndome dudar si mi camino es equivocado.

No sé el nombre de aquella que me amó, me quiso con locura y yo no me di ni cuenta, espero que  algún día me perdone, haciéndome de nuevo el hombre más dichoso. Tanto, que pienso que es la única forma o la única excusa de hacerme volver a lo que ya no es mi casa. Todo depende de lo que depende, a veces y solo de vez en cuando, hay que tomar decisiones difíciles, que no son del todo apropiadas o sí, a saber. Yo sé adónde pertenezco, porque por eso mi decisión.

Soy libre, me siento libre y voy viajando, viajo por placer de cuerpo a cuerpo, sin que nadie se perfile como alguien perfecto. Me acerco a ella, ella está en la luz. Aunque me sienta tentado, no atravieso el umbral, no puedo ser más dichoso. Sé que me espera y sé además, que al final conseguiré atraerla hacia la oscuridad. Cuando se dé cuenta, de que la luz es más fuerte se vendrá y no me despegaré de ella linda, por nunca de los jamases. Yo no he sido rico, pero tampoco pobre. Yo no he sido ni estudioso ni nada por el estilo, a lo mejor un poco truhan hasta que la descubrí. Hasta que la rueda de la fortuna, hizo que coincidiéramos chocando casi en la esquina de una de las calles de la ciudad. Os preguntaréis, ¿qué ciudad?, es lo mismo, aunque no todas son iguales, pero eso es otro tema.

Que hablas Ser de la oscuridad, no vas de alma en pena, ¿o sí?, dímelo que lo remedie. Dímelo, no quiero a nadie escuchar en lamentos. Vive y disfruta. Si alguna vez deseas volver, solo debes decírmelo y yo haré que vuelvas, pero no con ella, de eso olvídate.

Me desgarra el alma, como si estuviese envuelto todavía por el cuerpo, la luz, la energía se vuelve más tímida. No quiero entrar en lamentos, solo pienso en ella linda y preciosa por dentro y por fuera. Que será de mí, me tienta el volver y se lo hago saber. Cruzada a cruzada, pero solo de palabras, voy peleando ya en mi vuelta. Me acerco a la luz y la veo a ella, que parpadeando mi energía, le hago saber que intento volver al plano terrenal. Se alegra y me dice y me alerta…
      
                  -   Vuelve cuando quieras, haz el bien y quién sabe, quién puede pensar. Si llegara el caso, mírame a los ojos, en ellos se reflejan el espejo del alma y sabrás si soy yo. No dudes, volveré contigo y nos amaremos en la Luna y en el Sol, en el amanecer y en el atardecer. Solo estate tranquilo, y vuelve, que aquellos que lo hacen desde la oscuridad no olvidan su historia ni se les borra la memoria. Así que cuando tengas oportunidad, vuelve.

Pasa el tiempo, no sé cómo, pero el relatado se vuelve el relator y tanto he buscado, tanto he hecho por intentar encontrarla, que me he vuelto otra vez anciano y ya con pocas posibilidades, doy por terminada mi búsqueda y mi historia. Solo debo de estar tranquilo, que tenía razón Lucifer y tenía que haberme olvidado, pero en fin, soltero lo que me queda de vida he de vivir.

A veces como un juego de la pelota vasca, jugamos a la vida y solo nos encontramos con un muro delante, que por mucho que la lances, no la atraviesas. Solo fue y solo ha sido una oportunidad, quién sabe la verdadera verdad, si fue ella o fue que no pudo venir. Me quedaré con la duda una sola eternidad, luego quedará como lo que es, un dulce recuerdo.


miércoles, 13 de noviembre de 2019




                                                     Perro de pelea

Quizás fue en un ayer no muy lejano o quizás sí, pero me viene a la memoria cierto personaje, que es digno de nombrar, ya que por dos de las antiguas pesetas, se dejaba partir los morros. Por dos pesetas se jugaba el tipo y el rostro, era joven, era ambicioso, quería llegar lejos. Normalmente, de la lona no pasaba, normalmente no ganaba, todo por falta de entrenamiento y descanso, pero no por falta de ilusión.  Pensamientos de un extraño, escuchando una vieja canción, cuántos de expectación de haber navegado por lo que es el bien y es el mal. Está en un sentido, no el del llorar, no, todo depende de lo que estamos creando, creamos cada día. Este extremo es también parte de nuestras vidas, qué más da lo que creamos y lo que creemos, si cuando morimos todo queda un sinvivir.
       
                  -            Rastreo con mis garras, te agarro con mis zarpas, tú y nada más que tú me perteneces.  La luz, la oscuridad, son las tinieblas y la luminosidad pues quién eres depende mí. Serás lo que a mí se me antoja que seas, nada más ni nada menos. Yo sé quién soy, todo depende de lo que quieras, tú dependerás aquí de tener la ocasión o la muerte en el mismo instante. No lo sabes, pero no desfallezcas en el intento,  hace frío, no sientes calor. Ficha en la vida, pellízcate si estás vivo, si no sientes nada, simplemente ya es que estás muerto, pero bien muerto. Todo esto que vemos y sentimos es lo qué es y todo lo que no existe es lo que se ve, todo es una mentira, un ahora en forma de alegoría de aquello que queríamos ser, todo depende del sendero que tomemos, de lo que estamos haciendo en el presente, ya que nos marcará en el pasado y seremos aquello que no deseamos en el futuro.

Toca la campanilla y empieza el asalto, pero no el de golpear, sino el de la vida misma. El pensar, el divagar, el no saber qué camino a seguir. Todo recto le puede llevar al fracaso o a la gloria, quién lo sabe, solo el que simplemente se arriesga y se decide hacer lo que cree que debe de hacer,  es el que acierta. No se lo piensa mucho, solo lo que dura un brinco y ya se pone de camino. Está cansado de pelear en los pueblos pequeños, desea algo grande. Tan grande como su soberbia y su propio ego,  y por ello, haciendo un hatillo de aquello que cree que es de su propiedad, toma la marcha, caminando toma la directa hacia la ciudad. Con el hatillo y cinco pesetas que tiene muy bien guardadas, que ya es mucho, no deja marca en lo suyo. Solo marca como destino, la Gran ciudad, diciendo “yo quiero ser, yo quiero tocar el cielo y sentarme y tumbarme en las nubes altas de las montañas nevadas”.

Cómo descargar la fuerza, como si fuese un huracán, como hacer del cielo una tormenta entre medio de todo, un chubasco eterno que moje de bondad al Ser humano.  Solo sabe golpear, pelea a pelea, lucha a lucha, hace de todo ello un arte difícil de explicar. Leyes de lo que es en un incesante de qué, del que es un inconformista. No puede ser, yo por lo contrario, si algo he aprendido en esta vida es poder conformarme, porque no nos queda otro remedio. Solamente notas es lo que tomo, notas en un trozo de papel que no sé si tendrá dueño al final. Pero yo sigo hablando y escribiendo, escribiendo y hablando con las casas del cielo, les digo  que yo quiero bajar y deslizarme algún día por ellas, ya que cuando estoy arriba  no me gusta lo que veo.

¿Quién será, será quién me hace escribir estas notas?, solo siento un hormigueo incesante por los brazos que me hacen estar en guardia a la vez que relajado, estos me llegan a los dedos y de ellos salen estas palabras.
       
                           -    Quiero bajar de arriba y decir realmente lo que quiero, yo quiero que la Tierra sea el cielo si tú quieres. ¿Quién o qué es el que habla?, yo solo sé que escribo.
No dice su nombre, ninguno me lo dice, se presentan y me hacen que escriba. Yo solo conozco a un joven muchacho, que quiere llegar lejos o quizás simplemente solo sobrevivir, ya que no sabe ni leer ni escribir. Solo sabe que tiene el don de la pelea y de la lucha, pero a la vez es muy fácil engañarle, más tarde o más temprano relataré su historia. Una historia que se hilvana, con hilo de oro o se hará con la lana gruesa de la tristeza.

Sueño, duermo ahora, y es el momento de viajar, de poner rienda suelta a la imaginación o ver realmente lo que hay detrás de toda historia.
      
                     -   ¡Gracias! Para irse de aquellos y de lo que tienes merecido lo tienes francamente difícil, mañana seremos lo que somos en realidad, deseamos todo lo que queremos ser, es cierto, tejido de piel son nuestras almas. Mírame, soy yo. Mándame un mensaje y yo correré hacia tu lado, como de niño hacías, abrazándote de los que por entonces eran pequeños brazos. Grito a la noche, voceo a las nubes grises del oscuro cielo sin obtener respuesta.

Hasta lo más profundo de mi cabeza me llega el mensaje, hasta lo más hondo de mi alma me sacude la energía y su calor, algo insólito en todo aquello que se dice “experiencia de la vida”.
   
                                      --              Sí, yo no te conozco, yo no te tengo confianza que para nada te hablo, liándola o cantando me dices, ¿qué soy yo y por qué no me puedo acordar de mi madre?  Santa madre, todas las madres son unas santas y quién diga lo contrario que venga aquí y me lo diga muy personalmente. Todos,  todos aquellos lo que queremos ser al menos lo intentamos, si yo no te conozco, yo no he pegado ojo estas noches para nada, ¡déjame dormir! Hablo liando la rueca, no voy cantando, tú dices que soy yo y ¿porqué, no me puedo acordar de mi madre?, santa madre. Cada madre es una santa, en cambio lo contrario que tengáis que decir o nombrar, para nada me sirve. Me obliga a mí personalmente,  todos aquellos que queremos sé porque no me deja ver la cabeza tranquila.

Sin llegar a dormir, a conseguir conciliar el sueño me levanto y mirando las manecillas del reloj de pared del comedor, me doy cuenta que son las cuatro de la madrugada. ¿Qué narices hago a estas horas levantado?, es una gran pregunta. No le doy importancia al mundo vecinal y pongo un disco, la aguja pincha algo más que una melodía, parece que el surco es seguro como la vida misma. Todo ello y nada más que esto me hace volar, me hace vibrar y aunque tenga más de un bostezo, sigo a lo mío y no paro, no me cansa, al menos por estos momentos. La música me trasporta a un lugar de algún cierto plano universal, todo ello sin moverme de la silla, las letras hacen frases y estas, quizás se transforme en alguna aventura. No puedo dejarlo sin  escribirlo, sería algo feo e incluso una falta de respeto hacia aquel que se acerca.
     
                               -         Puedes escribir un libro, podría escribir un relato, todos ellos por pasar el rato qué más da, te estoy diciendo que serás un simple dulce donde esté yo y en mi imaginario, el Sol. Escucha desde la lejanía del Cosmos.

Cansado ya, sigo aquí, sentado. La tranquilidad se adueña de mi Ser, todo lo que me rodea se mantiene quieto y ello a veces me pone ahora nervioso, de tal forma que, aunque no fume, me entre ganas de echar un pitillo.  Que el humo de este entre en mis pulmones, llegando a expulsar a aquel o aquella que me visita.
      
                 -    Tú qué te crees que eres para dominarme a mí, quién te crees que eres para hacerme a mí no decidir donde debo ir y donde va a hacer. ¡Seres!, que más serás, tú dirás mejor que harás vivir una nueva parte de ti y nada más y nadie más podrás sacarte de mí. Dentro, cada vez que la energía está dentro de mí, para que me hagas escribir, es que no te das cuenta de que  hablas por ti de todo ello. Todo torcido escribo en clave musical, todo ello vibrando en una melodía. Melodía a saber, pero ya sabes quién domina a quién. ¿Para qué ahora piensas si te puedes hacer protagonista de algo que ni te va ni te viene?, solamente a mí me interesa que vengas,  cuando yo desee. A mí tanto me interesa, que voy a solo eso. Escuchas dentro de ti y por nadie más, no dependes de nadie, dependes de mí. Céntrame en quién soy yo, sabes que al respirar lo sabréis, no sabréis que contra todos no podéis. Yo por ahora no tengo todavía mi nombre y sabré esperar un rato a que me dedico de lo que hablo.

Qué es eso que me estremece tanto el cuerpo, ¿escribo realmente algún mensaje?, no quiero que me escribas a través de la música que escucho. Alguien susurró entre el viento, a través de las ventanas, quisiera de mí. Tal hecho representó un instante, en instante que no me podría dar tiempo de presentarme en el futuro, que ser entonces no lo sé. Desprecio dejo, porque no quieres seguir escribiendo, diciendo cosas que ni siento ni veo siempre.

Me estaré equivocando, me estaré confundiendo o quizás es el deseo de cualquier hijo que en su día no pudo despedirse de la manera correcta de ella. Rezo, canto ahora una oración. Yo, que no soy religioso, pienso y dejo de escribir. Salgo de casa corriendo, corro y corro por las calles, hasta llegar a la puerta de una iglesia cercana. La puerta está cerrada, pico con los nudillos, al final le doy golpes con las palmas de las manos, todo ello entre sollozos. Solo me queda claudicar e hincar las rodillas enfrente la mismísima puerta y decir al aire o quién sabe a quién…
       
                       -           Mamá tengo miedo, mamá pon una vez el temor ya no lo confundo con el rencor. No me digas que he hecho bien, no me riñas por aquello que no sé lo que voy a hacer, mamá dime quién soy yo, tú sí que lo sabes fecundado he estado dentro de ti, meses dentro de ti y sé lo que realmente soy o no lo sé. Quién sabe, a saber mamá, no he matado a nadie pero dime a la mente que soy. Mamá tú sabes que digo la verdad, si estoy robando una chaqueta es para calentarme mamá, dime qué donde quieres estés, donde estés dime que me quieres y no me abandonas. Por favor dímelo, porque donde estoy no es en el infierno, estoy dónde estoy yo, realmente soy yo para decir y hacer.

Faltaba ya poco y mira quién viene por ahí, quien se le acerca al lado del amor de una madre, a medias quién, extraño de mí, se enamora de una madre. Amor de madre, semanas de que van a su hijo, cuando era pequeño, ahora se acuerda de ella y la reciben a las puertas del infierno.

Sueño o levito, levito o sueño, las dos cosas no se pueden hacer a la vez. Solo la voz se me desgarra, haciendo que sea imposible pegar un fuerte grito. Tú dependes de mí y no yo de ti, como es posible cuando dicen que lo que verdaderamente importa es ser libre y que todo el mundo lo sea, no lo llego a entender, no me llega a entrar en la cabeza, pero es así. Tú y solamente tú dependes de mi propia energía, esa misma que dices que te transporta a otro plano del Universo universal.
      
                       -     Dame  algo, una razón para decir que merece la pena vivir y no morir.

Nuestra propia fecundación, nuestra propia creación es algo más que un simple hecho de la unión de un hombre y de una mujer, hay algo más, hay como una especie de energía que se transforma al llegar al éxtasis mutuo de la pareja.
       
                        -    Ves dejando a la española, que cuando baila de verdad sea cierto o sea mentira, ¿has visto ninguna mujer con ojos negros?  Qué te dice, te habla si te lleva triste entre dos vientos, entre dos montañas te habla. Sentarse en un solo árbol te comenta, tú serás mío, la otra mujer como yo dentro de ti, escucha todo lo que puedas de mí, es pasado todo lo que tú quieras tener. Dice un susurro al viento, mientras se aleja.

Camino haciendo equilibrio, muestra el de una vida que le lleva a la Gran ciudad, un muchacho de quince años. Sobradamente se le ve en la cara, me siento feliz y contento. Pero no sé hay algo que yo lamento, ese dolor es el dolor de no haber tenido una madre, como puede ser en fin muy contento, es un corto camino y el largo viaje. ¿Qué me quieres mandar para hacer, es muy tarde, ha habido todavía tiempo por hacer?, escucha el pitido del tren y corriendo me salgo de la vía, tan corriendo que me caigo. Tropiezo con una piedra y apunto estoy  qué el tren me arrastre. Susto el mío que me llevo, que no voy a poder salir del mismo, que regalo para el corazón a cien. Juego español, yo voy cantando, escuchando guitarras en mi cabeza, todo eso no la puede evitar nadie. Presiento cerca de la Gran ciudad, el agua, el sabor del agua de la ciudad  es.

A cinco kilómetros se encuentra de su verdadera parada, una posada o pensión es lo que ve, y por poco dinero hace noche. La claridad de la Luna le entra por la ventana, él le muestra su mejor cara, ya que ella hace lo mismo. Aunque ya nada es igual, todo merece una oportunidad y sueña, pero no con ver a su madre, sino con tener una buena pelea, una de estas que le haga merecedor de tener todo aquello con lo que su imaginación logra alcanzar, que es mucho. Solo a cinco kilómetros, mañana mismo se dice para sí, mañana lucharé y pelearé como nadie ha visto nunca.

Es por la mañana y después de tomar un buen café, sigue su andadura, su camino sin ninguna armadura. Decide intentar conocer a alguien, preguntar y apostar las tres pesetas que le quedan. Sigue caminando, no corre, pero aligera el paso, el estómago le avisa de la hora, pero decide no comer, solo apostar.

Es ello lo que hace, entra a una cantina del lugar y mientras toma una copa de anís, pone el oído y escucha, hasta que le llega la buena onda o al menos la que él busca. Se acerca a un grupo de tres hombres y diciendo que quiere pelear, se ofrece. A lo primero solo escuchan risas, pero luego al enseñar las tres pesetas cierran boca. Uno de ellos, el más bajito, da un paso para adelante y le dice como un consejo.
       
                   -        ¡Oye muchacho!, ¿estás seguro?, puedes salir muy mal parado. Ten en cuenta, que a veces son verdaderas bestias. Si quieres a las siete de la tarde te paso a buscar, pero ojo, como sea una encerrona, no sabes adónde te estás metiendo.

A las siete como un clavo está en la puerta de la cantina, el día ha sido largo y el estómago no para en retorcijones, pero quiere lo que quiere. No debe de esperar mucho, cuando llega el hombre acompañado de otros cuatro. Le dicen que les acompañe y él hace caso, no es muy largo el paseo, es a campo abierto, unos cuantos hacen de círculo y apostando las tres últimas pesetas, se deja llevar por  lo que puede conseguir, con un cinco a uno. Un cinco a uno, piensa, puede ganar quince pesetas, se daría un buen homenaje. Pero en fin, empieza el enfrentamiento, primero las miradas, luego empiezan a moverse, es como luchar contra un gigante.

Sangra por la boca, sangra por la nariz y por la ceja derecha. Un golpe certero, está a punto de caer. El oponente es mayor que él y es más fuerte y más musculado, pero él tiene mucho arrojo y a base de golpes en un arranque que dura quince segundos, le hace besar la tierra a la bestia. Alza los puños, no ve mucho y solo balbucea, algunas palabras. Se siente contento, es una pelea clandestina pero se siente feliz y ya con dinero. Se siente el amo, el puto amo de la Tierra, no sabe casi ni contar el dinero, así que no diré cifra alguna, porque alguien le ha dado alguna propina. Solo alguien que ya le ha echado el ojo encima y no es precisamente una bella muchacha, ya que en aquellos años no se llenaba los lugares de chicas sedientas de ver golpes y sangre. Solo un hombre acostumbrado a fichar verdaderos luchadores,  solo un hombre acostumbrado a ganar dinero a costa de la lucha de otros, es el que se presentaba con tarjeta de presentación y traje.

Se queda perplejo cuando se le acerca y hace que lee, mientras el bien vestido le dice su nombre y se le ofrece como representante. Salta y brinca, ha conseguido ganar su primera verdadera pelea, se siente nervioso y un poco ansioso. Pero no deja que el triunfo momentáneo se le suba a la cabeza y se va para la pensión. Un manager, uno de tantos se le acerca y le dice y le convence….

          Tú vales mucho, ¿cuántos años tienes, eres seguro mayor de edad?

Le miente, le engaña, diciéndole que tiene ya los dieciocho años. Se imagina codeándose con los más grandes, aquellos que solo conoce de oídas, ya que no sabe leer los periódicos de la zona. Se imagina a la gente, gritando su nombre. Se imagina a la gente, comprando las entradas para verle pelear. Se imagina ya rico, pero entonces pasa un pájaro cerca de él y le despierta de su sueño.

          Tengo dieciocho años, ¿que desea usted de mí?

El hombre que estaba apurando un pitillo, lo tira al suelo y mientras lo aplasta con la punta del zapato le dice.

          Quiero hacer de ti un verdadero luchador, tienes que confiar en mí, solo te pido el cincuenta por ciento de lo ganes en las peleas. Pero no te preocupes, yo te entrenaré y te organizaré peleas. Hasta que llegue el día en que puedas entrar en el circuito profesional.

El chaval, que solo tiene quince años, no sabe cómo salir de la mentira, pero no se atreve a decir la verdad y se lo calla. Diciéndole que sí, se chocan las manos. Sale airoso, sale ganándose el respeto de aquellos que a lo primero hacían de él, mofa y risas. No sabe cuándo volverá a luchar, pero se marcha, antes de que lleguen los agentes de la ley. Vuelve a la posada y se da una buena cena, y luego sueña que sueña, como el que pega la gripe, ahora es él que se acuerda de aquella que le amamantó de recién nacido. Pero eso no quita que sea yo, el que pesadilla en pesadilla me cruce en el camino con la mía.
       
                   -            Madre, déjame tranquilo. Madre, no sigas tan cerca mis pasos, que estos ya son seguros y no necesitan de tu constante vigilancia. Ya sabes que te quiero, en que sea en la lejanía, te digo un hasta luego. Nunca te diré un adiós, porque no sé lo que viene después, pero estate segura que si puedo te abrazaré iluminando todo el Cosmos con mi amor hacia ti. Mama, no te preocupes tanto y déjame relatar la verdadera historia de este anónimo muchacho.

Como el que hace un pacto con el diablo, se ríe y da vueltas a una moneda, ganada a base de darle a los puños. Una muchacha de buen ver o una buscona se le acerca, al ver de él un triunfador. Le dice palabras suaves, palabras dulces que le regalan el oído, tanto que de la palabra les lleva al roce y del roce, a tener una erección. No tardan mucho y tienen todo el tiempo, tiempo hasta la próxima pelea. Así que sin cortarse un pelo, dándole la moneda al dueño de la pensión la entra en la habitación. Se desfoga, pero se le nota falto de experiencia, pero ella le ayuda con mucho gusto, llegando los dos a disfrutar del momento. Luces de colores es lo que ve él, que rápido se enamora de la chica, no saben sus nombres, no saben ya que no han llegado ni a presentarse y si yo los sé, me los callo, porque todo puede ser real o no, pero el caso es así. Terminan y después de liarse un cigarrillo, habla un rato con la muchacha, mientras le sonríe y le acaricia el rostro y el cabello.
     
                                           -          Mujer, yo estaré siempre donde tú quieras que estés. No me mires así, solo es un combate y solo hay un ganador. Como la vida misma, solo gana uno de los dos, esa es la diferencia entre el fracaso y el éxito. No puede ganar todo el mundo, nadie corre la misma suerte y los cruces de caminos son muy diferentes, solo tienes que mirar alrededor tuyo y te darás cuenta. Yo te quiero, quédate y compartiré mi éxito contigo.

La chica ahora es la que se ríe y le dice en voz alta y clara…
      
                   -   Dame cinco pesetas o de estas ya no sales, no sabes quién soy yo ni sabe de dónde vengo. ¡Menudo muchacho, vah!, da igual, te perdono por lo joven que eres. Toma, te doy un beso en la frente y sigue peleando.

Triste se queda ahora y enfadado se ve, al notar que le falta lo ganado y le queda pendiente el pagar al posadero. No sabe qué hacer, solo nota en el bolsillo del pantalón la tarjeta del hombre. No se lo piensa dos veces y bajando las escaleras como si le persiguiera un fuego, le pide al dueño que le ponga en contacto telefónico con el de la tarjeta.

Tarda un rato la conexión, pero lo consigue. Habla, como joven que es no le oculta lo sucedido, el hombre del traje le dice que no se preocupe, que en dos horas está en la pensión. Le faltan uñas las que comerse y el  tiempo pasa lento, muy lento. Pero al final lo ve llegar, le estrecha la mano con las dos. El hombre sonríe al mismo tiempo que le advierte de lo que existe en la vida misma, que no todas están cortadas con el mismo patrón, pero que tenga cuidado con aquellas guapas que se acercan, más cuando se tienen más de algún duro en el bolsillo. Le dice de caminar y caminan, le propone y le vuelve advertir. Se ve en un callejón sin salida y le dice la verdad, le dice que tiene quince años. Al trajeado no le sorprende y dándole una palmada en la espalda, le agradece la sinceridad.
    
                                         -      Sé sincero siempre conmigo y llegarás lejos, puedes ganar mucho dinero y hasta que consigas ser mayor de edad, te haré luchar y pelear con personas acordes con tu edad y peso. No quieras correr, que tienes toda la vida por delante.

Dándole un anticipo se marcha, a la espera de que llegue el momento quedan en la cantina, para presentarle al que será su entrenador y confidente. Respira y aprende de la experiencia y de la vida misma. No sé más de lo que pasó con él o sí, a lo mejor lo relato en otro rato. Porque como todo, necesita el tiempo de minutos y a los minutos a veces les pasa como con las monedas y hay que agarrarlas de dónde se puede.