martes, 4 de mayo de 2021

 

Romances

Te susurro al oído, te hablo en voz baja, primero en el derecho y luego en el izquierdo, quiero que acabes ya con tu tormento, no ves que no tienes salida, no ves que estás en un pozo sin fondo. Lamentarás y no sabes de qué manera el no escucharme, yo soy tú y tú eres yo. Déjame recuperar el orgullo, déjame recuperar la dignidad, no seas tan pobre de alma. No ves que solo hay un camino y ese ya lo tienes trazado y termina ahora, no continúes o me enfadaré, me enojaré de tal manera que desearás no haber nacido. 

No me hagas hablar de suicidio por favor, que estoy sumido en una amarga tristeza, no me hagas hablar de suicidio por favor, qué cada día creo que lo que tengo es ganas de bailar baladas al ritmo de la música y abrazarte. Eres como mi séptimo sello, eres como mi primer amor, gente de tu querer y todo, todo por algo especial que me une a ti.

Yo no soy uno más, soy el séptimo sello. Soy del que tanto se habla y que de por mí, la humanidad no tiene solución, pero también es cierto que si no fuera por mí la vida sería un caos.

Busco a paso cansino la avenida 42 con las manos en los bolsillos, dándole puntapiés al aire, simplemente camino en dirección del bar de Lola, voy no por ella, voy para refugiarme en el alcohol, me alejo de la sociedad. Será porque no soy humano o será  realmente que es por todo lo contrario, ¿lo seré demasiado?, tanto, que no encajo en esta sociedad. No quiero nada más ni nada menos, camino despacio, con un sentido de mil pasos. Sin saber el porqué lo hago, pero todo tiene un principio y tiene un fin. Yo no soy el único que anda por el sendero de la discordia.

      Tú qué sabes, tanto dime el motivo de mi nacimiento, ¿tan mal me comporté en la anterior vida, que me trajiste al mundo para pagar un precio tan alto?, tan alto qué es el de la soledad y el fin de mi propia vida. Dime tú qué sabes tanto, el porqué de este camino tortuoso que no adivino el fin, no sabía que ser podría ser tan desdichado, que es posible sentir tal desgarro en este mundo que vivimos, que me puedo arrancar el corazón.

Me siento bloqueado, me siento noqueado, ¿porqué no?, porqué pero no soy el mismo de ayer. ¡Qué más da!, que fuera ayer cuando mereciera que el pasado se volviera contra mí. Solo merezco una oportunidad para demostrar que he aprendido el camino, no me lo enseñado nadie, pero un sexto sentido me decía que tenía que tomar este sendero o ser víctima del cambio de la edad, ya rozo los 50, pero aún me siento tan joven….

¡Ven para acá!, tú eres mío y siempre lo serás, quién eres tú, si soy yo tu voz,  déjame navegar en mi barco de papel, qué es lo que domina él.

Por fin llego al susodicho bar, todo son saludos y yo los evito y me miran mal, como si fuese el culpable de algo, cuando sinceramente, hoy no es mi día. Sentándome en la barra me pido una cerveza, me digo para mí mismo, “una sola y me voy”. Pero no ocurre así, es una detrás de otra, una por la salud de algún amigo, otra por la mía propia. Hasta que  al final acabo borracho y me marcho, hago zigzag por la acera. Apoyándome en la pared, llega un momento, que siento movimiento en el estómago y vomito, no solo es cerveza, es la tristeza y la melancolía que siguen dentro de mí y  no llego a casa. Antes me siento en un banco de madera y mirando las estrellas me tumbo a lo largo, me duermo y sueño y sueño, será por la edad o por la borrachera, pero lo que sueño lo siento muy real, tan real que sin darme cuenta me orino encima y sintiéndome mojado, sueño y sueño sin hacer caso al percance….  

Solo soy un barco de papel que a medida que me empapo en mi desesperación, qué será de mí si no puedo saltar del barco. Yo no sé, yo solo sé que estoy en un barco de papel, ¿qué niño que juega con él, será algún dios o será mi otra parte que está jugando conmigo, será parte del alcohol que llevo en sangre?, mi vida depende de él. Si me ahoga el barco en el agua del  fregadero dónde está jugando, se acabará el juego, un juego de niños.

No, no es un juego de niños, la inocencia hace años que la perdiste, sigue navegando y que tu conciencia dicte sentencia, es decir yo. Acuérdate, de tus actos, acuérdate de cuantas mujeres lloraron por tu culpa y porque estás en el paro, en mitad de la desesperación y del olvido. Será largo de contar, pero rápido de resolver. Deseas tener una segunda oportunidad, todo el mundo la merece, todo el mundo puede rectificar y tú no vas a ser menos.

Paseo navegando, hasta andar en lo más profunda de la dichosa tristeza y melancolía. ¡Ay!, qué será de mí y menos mal que aún no abre el grifo, me siento tan poca cosa, tan pequeño…. Quién hace el visto por nadie, solo el barco de papel me ve,  el niño sigue jugando con el barco haciéndonos flotar en el agua de fregadero largo  tiempo. Si fuese más grande, si fuese un gigante no dudaría en ir a quitar el tapón del fregadero, para luego marcharme por el sumidero hasta acabar en las mismísimas cloacas que tiempos atrás eran dominadas por las ratas. ¿Qué le estoy dando al agua que me está sonriendo?, diciéndome “ya eres mío”

¡No puedo tomar decisiones gracias!,  ya me he dado cuenta que dependo de él, del niño que juega a ser dios, ¿y el porqué a dios, porqué no puede ser a Satán?, que tiene que ver, estoy viviendo en barco de papel flotando en un fregadero. El niño sigue jugando hasta que es llamado por su madre, ella le increpa, le echa la bronca por jugar con el agua. Es el momento decisivo, el olor del miedo se hace más fuerte, qué pasa ahí algo sorprendente, no solamente sale el barco del agua sino que estoy yo, viéndome caer por los aires. Vivo, me siento vivo y solo el recuerdo de que su madre con el barco de papel que lo ha tirado a la papelera me alegra. ¿Qué será de mí?, quiero ver cómo te echo de menos, solo me faltaban unos segundos para poder acabar ahogado. Ahora solamente necesito cobijo adónde esconderme para no ser pisado por nadie, ¿qué comeré, de que viviré?, ya que hasta una mosca me puede comer….

Empieza a llover y despierto del sueño, miro el reloj, cuál es mi sorpresa cuando veo que solo tengo su huella, alguien se lo ha llevado sin mi permiso. No sé qué hora es, pero debe ser temprano, no muy tarde, ya que es de día pero no hay mucha claridad, será por las nubes o por la resaca matutina que lleva uno. Hay cosas que no dejan de sorprenderme y no es el hecho del despertar en un banco público, no es el hecho que me doy cuenta que me han robado la cartera y los zapatos. ¡Ay!, aquel que se calce mis zapatos y use mi billetera, caerá en los mismos antros y lugares que yo, caminará por un camino trazado con mi mal destino.

Se hace la luz o se hace la oscuridad, ¡qué más da!, dile que quieres abrir la cortina transparente, dime tú que me da por escribir una carta, yo no tengo en el lápiz ni el papel a mano. Así que solamente el canto es para mí, la canto llegando hasta dentro de mi corazón pequeño, tan pequeño tan diminuto y negro, que un simple soplo es capaz de pararlo. Me hubiera gustado vivir como persona, las noches en la gran ciudad me deslumbran y he sido un truhan y un canalla, ya que de las mujeres me aprovechaba. Me considero guapo de cara y tengo un cuerpo delgado, cosa que a mi edad destaca si se me compara con la gran mayoría. Dicen, que tanto nombran y que me hace arder la sangre, tanto, que hubiera sido capaz de quemar el barco de papel. No sé a quién pedir perdón, ando descalzo en medio de la lluvia, solo deseo llegar a casa, a mi humilde casa para al menos refugiarme de la lluvia otoñal que está cayendo.

A quién debo encomendarme, para ser salvado de esta pesadilla, ni principio ni final ya que no se esté solamente en un sueño real. Me dice a mí, con quién sueño, estoy durmiendo dentro de un sueño que me distancia de la verdad, aunque esta sea mentira, que sabes de echarles una rebeldía da lo que debe de comentar.

Por qué caminos debo de andar, para que no se me quiebren los talones al pisar, a quién debo dirigirme para sentirme salvado de aquellos que llevan la malicia por bandera y no ser otra vez como ellos. Ahora camino descalzo hasta casa, menos mal que no me han robado las llaves y que puedo volver a retomar el buen camino. Siempre hay esperanza dentro de la tristeza y de la discordia.

Pienso que ninguna mujer me va a querer ya, es lo normal, ninguna se va a fiar y va a confiar en una persona de tan baja estirpe. No lo digo por ser rey o caballero, que de caballero hay que serlo con las mujeres y lo de rey por protegerlas de todo el mal. Ajeno me encuentro en mi casa, después de una ducha para quitarme la rabia y la resaca. Son quince minutos que  me regalan de agua caliente, después me miro al espejo y me horrorizo, llevo la barba de dos semanas. No me he dado cuenta la dejadez del aseo personal, será a lo mejor que estoy al borde de una depresión y eso, eso es cosa seria. No me lo pienso dos veces y me quito los pelos de la cara y echando una sonrisa, me preparo un café. Este, mientras se hace me pienso lo de la segunda oportunidad y que todo el mundo la merece. No me dejaré ahogar las penas en la bebida, no me dejaré pisar por aquel que se ría de mí. Voy a tomar las riendas de mi vida, aún soy joven y deseo de corazón, de ese mismo que es tan diminuto y negro, que se vuelva grande y puro, aunque transparente no pueda ser, llegar a ser un hombre el que merezca la pena y respetar a la mujer que acabe conmigo. Me entran ganas de llorar, eso sí que es bueno, nunca lo había esperado de mí. Pero es así, y no miraré más el balcón como una salida fácil sino como una puerta que se me abre al cambio. 

Sonrisas y risas, llantos y lágrimas es lo que me sale de mi interior, no hay motivo alguno para no coger la vida tal como se presenta y luchar por ella. ¡Qué más da!, solo soy un hombre más, uno más de tantos que sueñan con la eternidad. Pero primero hay que vivir esta, es como un contrato firmado y este, este no se puede rescindir ni romper. Miro al cielo y veo al Sol, tengo que cerrar los ojos para que este no me ciegue, pero sonrío. Me han desplumado, robado e injuriado, pero por mí mismo me juro que no volveré a desfallecer nunca más, volveré a ser una persona con mi propio criterio y pensamiento.

Adónde estará el molde, adónde estará la matriz con la que me perfilaron, será cuestión de pensar en ello, pero solo debo mejorar mi mente. Cuerpos de hombres hay muchos, hay hombres grandes, pero también grandes hombres. Yo no aspiro a tanto, solo deseo pasar el resto de mi vida con una mujer en pareja. Estoy sentado en el sofá y miro el móvil, ahí está la tentación, una buena tentación, no son cervezas, son mujeres que pueden encajar conmigo, solo debo abrir un perfil en cualquiera de las páginas que existen y vivir el amor. ¡Sí!, lo voy a hacer.

Que canalla, yo que ya te tenía convencido, te me pierdes, da igual, pronto volverás y si no…. “vete al infierno”

 

 

 

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