miércoles, 10 de junio de 2015

Lléname la copa Mateo, que tengo ganas de gozar de los pequeños placeres de la vida. Lléname la copa que quiero brindar por los ángeles caídos y que ahora se retuercen en el mismísimo infierno. Que es frío o ardiente, que es caliente o helado. Yo no sé, a saber. Yo solo sé que no sé nada y que solo existo. Por algún motivo, todavía estoy entre los vivos. Romperé muros con la fuerza de mi corazón, un corazón que no deja de latir, no dejar de bombear sangre a mi cerebro.
Lléname la copa Mateo que quiero ver como se alzan las estrellas en el cielo oscuro de la noche. El sol tardará en salir y todo es negro. Negro como el corazón de los malvados o de las sombras. Sombras en la noche, sombras que son aquellos que no tienen la bondad como habilidad innata. Hay que nacer bondadoso para serlo, todos los demás son hipócritas Mateo. Bebe tú también, bebe y alza la copa como si fuese una espada. Una espada en pos de la paz y el libre albedrío. Brindemos hermano. Sí hermano, no solo son hermanos los que son de sangre. De la amistad nace la bondad, de la bondad nace la lealtad y conseguiremos entre los dos romper muros, que uno solo de forma individual no conseguiría nunca.
Bebamos por nuestra amistad y seamos hermanos por unos instantes. Uniendo lazos que no se romperán ni con el odio o la envidia. Nace de uno mismo, nace de uno solo el poder de amar al prójimo. Esto por ahora no tiene precio y ni se compra ni se vende. Quien es capaz de venderse y ser hipócrita. Solo las sombras son capaces de ello y yo no lo soy. Yo solo soy un alma que llora por su libertad. Quien ríe a costa del contrario, quien es el que goza del sufrimiento ajeno. Yo no Mateo. Eres un buen amigo y un buen hermano. Bebamos hasta caer rendidos, ya habrá tiempo para reflexionar. Ahora gocemos y brindemos.
No nos dejemos llevar por las bellas damas que nos rodean a diario y que son capaces de matarnos con el puñal de su deseo carnal. No te pido que te alejes de ellas, pero sí que andes con cuidado, de sus caricias y de su lengua. Una lengua que puede ser peor que cualquier arma blanca. Lléname la copa Mateo y brindemos en una noche oscura, mirando el firmamento. Solo te digo una cosa, aquí tienes un amigo leal, en el que poder confiar sin dudarlo. Ten cuidado con los deseos carnales de la mujer que te rodea y ponla a prueba. Comprueba que su amor es real y no es un juego para alejarte de tu entorno.
Noche oscura y vino en la copa. Que más se puede pedir si solo estoy contigo. Eres un buen amigo Mateo. Vuelve a tu casa, que tu mujer te espera. Vuelve a tu casa y goza de tu familia. Que yo me quedaré a la espera de que alguna dama se fije en mí.

Se hace de día y la oscuridad de la noche, se desvanece. Sale el sol, con ilusión. Siento un poco la resaca, pero da igual. He disfrutado de la amistad y de la hermandad, por unas horas. No me siento tan solo, no me siento mal acompañado. Pero a la vez, siento que tengo un hermano. Presiento que será una amistad duradera, de las que ni la cuchilla más afilada, puede cortar. Él se encuentra casado y con familia, yo solo tengo mi trabajo en un pobre almacén. Éste, me hace olvidar por unas horas, el no poder hablar con nadie. El estar en casa, sentado en la terraza, con la única compañía de la Luna. Quien sabe si esta noche, se pasará mi amigo. Quien sabe si se acercará y me hará más soportable la noche.
Mi cama, es grande. Es grande para uno, pero no encuentro fémina que quiera acompañarme y arroparse conmigo en el frío y la helada de la madrugada. Aquella que me abrace al amanecer y nos tapemos con las mantas, soltando una cómplice sonrisa. Ya llegará, me animaré y esperaré que llegue la hora de marchar.
Es de día e intento trabajar, con la ilusión de poder ver a mi amigo. Mateo está de mi lado, ya no siento la soledad completa. Esa soledad que es como un cáncer, que te va destruyendo y minando el cuerpo. La soledad te mina la mente y te destroza las ilusiones. Que es la vida, que son las mujeres. Con muchas se puede hacer el viaje de la vida, otras se camuflan para ser deseadas y después te sueltan y van en cadena. No hay que pensar en ello. Espero que Mateo se escape un par de horas y tomemos unas copas. No sé, no entiendo. No entiendo el porqué ninguna mujer me desea, en que sea un rato y después me suelte. Sería para mí, el mejor desahogo. Mejor que cualquier copa? Pues no, prefiero tomar y conversar con mi amigo, que perderlo todo por unos minutos de gloria. Quien sabe lo que puede ocurrir, vivo el presente. El presente, es el almacén y mi amigo. Esperaré esta tarde y me alegraré si recibo su llamada.
Tardará en llegar, queda rato para terminar la jornada. Un día simple, para un hombre simple. A lo mejor ahí está el fallo, que soy demasiado simple. Ni feo ni guapo, ni rico ni pobre. Solo uno más del montón. No tengo la misma labia con las mujeres y es que soy muy tímido con ellas. Me sudan las manos y me pongo nervioso, el corazón me palpita como si se fuese a salir. Cuando veo alguna que me gusta, siempre hay alguien que destaca más que yo y la convence y se la lleva a su terreno. No me quieren conocer y ver como soy por dentro, a lo mejor no soy tan simple y tengo algo valioso que hasta yo desconozco.
Llegan por fin las seis y media, termina mi jornada. Salgo sonriente, hasta mi encargado se sorprende. Tardo poco en llegar a mi casa, una casa que huele a vacío y a soledad. Espero embriagarla y poder hacer disfrute de ella. Suelto las llaves y en menos de dos minutos, estoy en la ducha. Suena el teléfono y no puedo salir. Suena dos veces y dos veces que lo dejo sonar. Salgo a los cinco minutos, una ducha rápida con la tensión de saber el número. Es él. Lo llamo pero no me lo coge, se habrá enfadado? A saber. Me siento en la terraza a esperar que oscurezca y a esperar que mi amigo vuelva.No hay llamadas, solo el silencio me acompaña,.sin olvidar la ilusión vivida. Me preparo una copa y me preparo a pasar la tarde. Que más da, el verdadero amigo es uno mismo. Sé que Mateo volverá a llamar o le llamaré yo. Hay que comprender que primero están los que están. Como para cualquier hombre, lo primero son su mujer e hijos. Solo sueño, con algún día serlo yo también. Hombre de familia y ser recibido, después de un día duro de trabajo.
Pican a la puerta, la noche está al caer. Abro la puerta, es él. Ha venido hasta mi casa, le hago pasar y le preparo una copa. Toma una copa Mateo y brindemos por nuestra amistad.

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