viernes, 13 de mayo de 2016


                                      Banderas de plata

Bandera blanca, bandera negra. Una de rendición, la otra de prohibición. ¿ Porqué no puede haber una gris y que esta signifique, la unión y el libre albedrío? Tantas banderas, tantas fronteras…Que haya una y que sea esta la que solo marque nuestra conciencia. Una que sirva para alardear al viento, la sinceridad y la honestidad. Quién sabe, lo que es cierto y lo que es mentira, si solo a lo mejor es una alegoría. Que se le puede escapar a nuestro entendimiento como seres humanos,  que traspasa la corteza terrestre e invade el espacio cósmico. ¿ Porqué  andar con banderas de colores, cuando no une esta a todo el planeta y queda clavada en la mente y en el corazón. Siendo sincero, que hay de malo en elegir una bandera, yo elijo mi destino por mucho que me lo quieran imponer. Ese no puede ser otro, que el de ir cuando me muera, hacia la oscuridad y que mis restos sean quemados y esparcidos al viento.  Allí sí que me entenderán,  allí sí que seré bien recibido. No como aquí, que uno es pasto de los lobos. Lobos que son como son, pero en vez de colmillos tienen lenguas y de doble filo.

Quien puede querer ir hacia la Luz, como si ondeara en ella la bandera de la libertad. Eso, eso no es cierto. No hay nada más cruel, que vivir como en un rebaño de ovejas. Para que curtan nuestra lana y nos sirvan en las mejores galas. Con que cuchillos de la injusticia, cortarán la carne de la alegría, para que todo se quede sumido en la tristeza. Como un búho que no sabe llorar, movería la cabeza de un lado a otro sin saber de dónde viene tal dolor. Sombras y solo sombras al reflejo del anochecer. Sombras y solo sombras es lo que se ve emerger. De qué profundidades vendrá, que solo se refleja con la luz de la Luna, ese satélite que nos acompaña todas las noches, ya sea en lo bueno o en lo malo, siempre nos acompaña. Que tendrá en común uno de Europa con uno de América. Que tendrá en común un asiático con uno de África si no es la compañía masculina de aquella que tiene nombre de fémina.

Qué será travestida la Luna! Qué se disfraza todas las noches con la luz del Sol. De qué se esconde, cuando no se refleja. ¿Qué habrá en su lado oculto? Tendrá seguro dos caras, como la mayoría de gente. Se travestirá y ondeará ella su bandera. Pero ella sí que es única y todas las noches acompaña las mejores veladas y sin ella muchos de los amores, serían hoy en día desamores. Solo una bandera por favor y que esta sea de plata, para que no se le note el pasar de los tiempos y que sea testigo sincero de ellos. ¿Qué más se puede pedir? Una sola lengua quizás sería lo suyo, pero con las que hay que no se entienden y están muchas en disputa, para que sea una con doble filo. Es más válido dejarlo en tablas y que sea cada uno con la suya.
Como un murmullo, nos dicen desde el subsuelo “Estáis muertos y aún no lo sabéis” Nos da un vuelco el corazón y la sangre corre más deprisa. ¿Qué será cierto? Música a todo volumen, cimbrea por los altavoces. Todos sentados delante de la pantalla gigante del ordenador, nos dice quién será el siguiente. Lo vemos, lo captamos con nuestros ojos sencillos, en 3D y a todo color. Ovejas y solo ovejas a la voz de su amo, pero que amo y de qué bandera. Bandera de una nación o bandera de una unión, una unión que nunca surgirá.  Porqué todos queremos nuestra parcela de tierra, como del cereal nace el arroz, de pan que sale del centeno. Todos queremos sentirnos propietarios de algo y ese algo, ese pequeño detalle queremos que nos haga totalmente diferentes a los demás. Cuando no dejamos de ser ovejas en un redil y cada redil tiene su bandera.  Mándame un ángel como pastor y que este sea capaz de guiar en libertad sin perro que azote a la voz de ladrido, las que quieran pensar o divagar. Porque cada uno está en su derecho de hacerlo libremente, aunque en definitiva vivamos todos juntos, juntos unidos por diferentes banderas. Pero quien sabe si subimos y pastamos por las mismas laderas. Hasta que el frío de la discordia o la nieve del amor ciego nos hacen volver muchas veces al redil y al pasto seco, pero seguro de quien nos da cobijo.

El invierno y el otoño, son como las confrontaciones y las discusiones, siempre vienen acompañadas por la primavera y el cálido verano. Ello nos hace desnudarnos y quedarnos transparentes a merced de las palabras. Estas, como olas del mar nos mojan y nos hace bañarnos en aguas limpias y saladas. Como saladas son nuestras lágrimas y que solo las seca el beso de aquel o aquella que nos tiene afecto o cariño. Que sea una sola bandera y una sola lengua la que una la estupenda mañana de verano o que sea el brotar primaveral de una sola flor, la que acompañe a las demás, haciendo en el suelo raso un manto de color diverso.
No es mejor así que llamarnos amigos, en vez de vecinos. Vecinos de una tierra de la que todos somos capaces de pisar, de pisar con respeto y sincero. Con paso firme, pero sin destrozar flor ni hierba ninguna. Porque toda ella viene radiada por el mismo Sol y concebida por la misma Luna. A ver si somos capaces de demostrar, que de pan no solo vive el hombre y que es necesario la amistad y la hermandad y por ello me voy a la oscuridad. Mucho tendría que cambiar el panorama, pero me considero todavía joven y joven es mi alma. Aunque parezca mentira, pero todavía sigo creyendo en sueños, sueños de los que se dibujan en la pared. En la pared de cualquier muro, cualquier día pintaré una bandera. Una bandera que unirá al blanco y al negro. Al moreno con el rubio y así en todo. Será única y en ella se verán reflejados todos los pueblos del mundo. Ella me animará a forjarla en un molde, pero no para acero sino para algo más delicado y a la vez más importante, como es una bandera, una bandera de plata y que ella entre en nuestros corazones, haciéndonos hermanos.

 

 

 

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