domingo, 18 de julio de 2021

 PESCADOR AUSENTE

Llevo dos noches sin dormir, me encuentro en paro y los gastos vienen y no tengo con qué cubrirlos, todo es un cúmulo de cosas que  me llevan a  irme de pesca. Es sábado por la noche y las  estrellas circundan el cielo de la noche. Desearía otro plan, pero es lo que hay si no veo otra forma de salir,  otra forma  de evadirme y no pensar  en solamente en como conseguir dinero. Dinero que es necesario, pero, y el amor, el  amor también influye y de ello ando algo escaso. Mis canas reflejan una edad que no puedo ocultar, veo gente más joven y también más mayor, eso es lo que pasa al vivir en una ciudad grande.

No tengo suerte en nada, todo es como un huracán que se lleva  toda mi suerte y como si rompiese una presa de agua, todo se desborda, avocando ello en una  inundación de lloros y lamentos, lamentos que son ciertos y que son acertados, ya que son justificados. Yo no sé qué he hecho para tener esta maldita suerte y todo acabe en fracaso en fracaso. Solo pido a mi edad, un poco de tranquilidad. No pido nada más o quizás sí, todo depende del momento en que lo haga vivir. Yo no sé si me he reencarnado en una persona que paga sus errores pasados ahora  en esta vida.

Desde la concordia hacia la amistad hay un trecho, ello puede salvar a muchos amigos del desquite, siempre amigos que te reconfortan. No sé si siempre seremos lo mismo, ya que la duda siempre albergará dentro de nuestro corazón, todos y absolutamente todos somos responsables de nuestros corazones y que nuestras almas naveguen o bien por el espacio claro lleno de luz o por la  contra por el espacio negro y  oscuro de otras fuerzas, pero no por ello negativas.

Como si fuese un pescador de peces necesito pensar y pensar como razonar, voy al rompeolas y tomándome una cerveza tiro la caña a la espera de que pique alguno. Necesitaré una hora o dos o será cuestión de minutos, quién lo sabe. Pero me  lleva a pensar en muchas cosas y solamente tengo de testigo la Luna, que me alumbra en la oscura noche aquí en el rompeolas de mi Barcelona. Ciudad cosmopolita y diversa a la vez ella, me hace pensar de todo que es de respeto y por eso mismo, me llena de orgullo el pensar en que toda la diversidad que hay en el mundo, parte de ella se encuentra en esta gran ciudad. Qué más da lo que se piense si  ella tiro la caña y yo piqué, quién sabe quién fue solamente sé que me acuerdo de ella día tras día y ello la llevo tatuada en la piel.

Huyo, siempre deseando navegar por mares tortuosos llenos de olas de cinco metros, porque ello me hace ser libre y combativo. Por mucho que se me niegue, la razón será siempre conmigo, por mucho que se me niegue, todo será conmigo. El amor y la amistad, el odio y el rencor, la concordia y la discordia será también sea conmigo.

Mil lenguas en un viaje desconocido, mil lenguas en una batalla en la que la valentía se hace de respeto, alto honor es de aquel qué hace servir su espada en algo noble y no en malas batallas. Escuché una canción de rock, escuché una canción de blues y todas ellas me llevan a escribir sobre lo mismo, a narrar la misma historia de que hace muchos,  muchos años quizás viví. Quizás en una época donde el fuego era lo que dominaba el mundo y que yo no había nacido todavía, se veía la luz a través de las antorchas de los castillos medievales. ¿Quién sabe la verdad de la verdad?, yo no, todo es relativo, quién me dice a mí a mis años que yo no haya vivido otras vidas. Y  haya vivido otros momentos de los cuales haya trascendido en el devenir de la historia, una historia jamás escrita y que yo intento narrar de forma breve, pero concisa todo lo acontecido y quién me dice a mí que no haya sido portador de armas y que haya estado a las órdenes de quién sabe quién, pero ahora libre de todo aquello que me manda y me ordena, quién me hace volar por fin como un águila del viento soy yo solamente yo mismo.

Libre, simplemente libre de hacer siempre lo que decía y quería realmente, deseo conmigo que la paz llegue con ello y me llene de sosiego, conque demuéstrame lo que tú, aquel que se dice rey de todo existes realmente ya qué yo no creo en nada  de ello, yo no soy portador de la verdad absoluta ni pretendo serlo. Pero todo ello me hace pensar y divagar, reflexionar y pensar de qué es realmente después de todo ello hay un oscuro vacío, en donde todo ello caen todas nuestras dudas.

Veo a lo lejos un barco, casi no se ve por la negritud de la noche, pero lo veo por el reflejo de la Luna. Es un barco mercante varado en la lejanía, a lo mejor esperando turno para entrar en el puerto para su descarga. Quién lo sabe,  todo es un divagar en reflexionar, pensar a través de que mi mente me lleva a ser cada día más liberal. Qué me importa a mí la vida de mi prójimo, si no pienso ni en la mía propia. Qué valor tiene todo aquello que hago, si tiro la caña pero no pesco pez alguno, ahora trato de cerveza en mano, seguir con mi ritmo, pero qué será de mí si me voy de vacío como en la vida misma.

Nos negamos a acabar, nos negamos a que todo termine y que haya sido la  vida si no un simplemente juego, un juego,  un maldito juego. Nos da por  vivir sin darnos cuenta de que la muerte nos acecha. Soltero y frustrado por el divagar de la gente que solamente piensa en su propio egoísmo, me siento en una  caída libre llegando quizás a la depresión.

Ven bésame mucho, ven acércate y abrázame, ven rodéame con tus brazos y hazme tuyo, qué será de mí. Qué será, si  se da de ti solamente el pensamiento del egoísmo, piensa en ese instante solamente, piensa en este momento que se consigue de que  los dos lleguemos a dónde queremos llegar o sea al clímax y al éxtasis. Alcanzando con ello tocar el cielo, ven, no tardes mucho, no te demores que ya sabes donde vivo y donde duermo,  duermo y duermo pensando en ti, en aquello que pudo y no pudo ser, dime si es verdad que todo es el querer.

El cielo se oscurece pero como si existiese algo fuera de lo normal, este se abre, las nubes negras como tizones se alejan en el horizonte, soy como una bomba, una bomba nuclear. Estoy deseoso de encontrar una persona como tú, a lo mejor son todo imaginaciones mías, a lo mejor son todo deseos que no son reales, pero sé que existes si estás aquí, a mi lado y ello me reconforta, me hace subir la adrenalina a niveles que en parte no puedes ni imaginar.

Quiero beber de tu propia alma el sabor de la naturalidad del amor, de amor puro y sincero, que me haga llegar a tocar el cielo. Todo depende de ti, de que piques al timbre y yo te abra la puerta de mi corazón, todo depende de si nada más que eso no puede existir. Dime realmente que vives, dime realmente quién eres, ¿un sueño?, porque si no toda mi vida se vendrá al traste al saber que todo ha sido solo una pesadilla, solo  un mal sueño. Bien, quizás pueda pedir que tú amor y tu forma de vivir son las que son, ven aquí, acércate, déjame disfrutar de tu amor sincero.

Se me pone la piel de gallina, los pelos de punta y el corazón me galopa, no tengo los pies en el suelo, no estamos con ellos con las piedras del rompeolas solamente sé que existo. Solamente sé que deseo que si estás tú, todo es posible por eso enciendo una vela a la esperanza a que llegue verdaderamente el amor y que yo me sienta pleno lleno de vida. Qué sería de mí sin tu amor en la lejanía, no pesco nada, recojo el hilo de la caña. Sí, vuelvo para casa, una casa vacía, por no tener no tengo ni mascota que me haga más plena la vida y tenga con quien hablar. No tardo mucho el tráfico por la diagonal es casi inexistente. No hay coches, solo unos jóvenes divirtiéndose un sábado por la noche mientras yo, cansado y agotado los veo con envidia.

Quién pudiera tener otra vez veinte años, no sé si haría lo mismo en que ahora yo, dentro de mí, siento mi segunda juventud, mi segundos treinta aunque la realidad, cuando me miro al espejo antes de irme a la ducha, vea al cambio por mi edad.

Dejo las cosas en el trastero y me voy directamente a la ducha, agua caliente resbala por mi cabeza, no son ni uno ni dos ni cinco ni seis los minutos que me he metido debajo de ella. Me sirve de terapia tanto la ducha como una pesca, finalmente soy un pescador solitario en el que el arte marítimo me llena de paz y no voy en busca realmente en un pez solitario y fácil de pescar. El agua resbala en mi cuerpo y ello me lleva casi a la desesperación, por pensar en cómo siempre solo, siempre solo desde mi nacimiento. Huérfano y sin hermanos, no sé qué hacer, no sé a quién responder ni a quién hablar o preguntar. Solo la cerveza me espera en la nevera y  a ella me tiro  en cuanto salgo de la ducha. 

Ya me cuesta lanzar la caña de verdad,  soy realmente tímido, no me veo capaz. Espero que sea ella la que se lance  a cabalgar a lomos del caballo de la felicidad. Quién lo sabe, acabó la ducha hace rato y siendo hoy  las tres de la mañana, no tengo sueño y me dispongo a escuchar mi música a ritmo de rock. Además de blues me pueden dar las cuatro o quizás llegada el alba todo ello es relativo, todo ello se llama soledad. No tengo a nadie dentro de casa, quién tiene amistades de verdad, ahí, afuera las verdaderas se pueden contar con los dedos de una mano y seguramente me sobraría parte de ella.

Tendido en el sofá y sin darme cuenta viajo al reino de los sueños, ellos, en ellos todo se me hace real. Estás tú, si tú, la que me lees y que halago, no es la reina de nada. Aunque cada uno es su propio rey, pero eso se tarda un tiempo en darse cuenta,  un tiempo que no se mide por meses sino por años. Todo es nada, todo es un reflexionar era bueno, bueno así ahora sí, como será la vida que se deja llevar por el viento, me siento libre y eso no tiene precio.

Despierto al cabo del tiempo y todavía sigo en el sofá, son, sino miro mal las ocho de la mañana, no ha estado mal la jornada. Solamente has faltado tú. Espero que algún día me acompañes siendo así la felicidad completa, pero de mientras no me creo mágico, no me llena tu energía de magia, pero me siento feliz. Feliz y contento, pereza es lo que me inunda ahora y por ello me lanzo y bajo al bar de la esquina a tomar un café. Es ya domingo, la gente descansa, solamente deseo que algún día se haga realidad y que quiero que me imagino sea verdad tu presencia, pero ahora solo debo andar solo, porque es lo que toca. Me encuentro cada vez más mayor, más difícil me lo pongo solo, aunque acostumbrado a la soledad, todo me da igual. Vivir en pareja o no, creo que en salir y con quien reír creo que sea lo correcto  o sea  solamente lo necesario.

Charla tras charla se oye cerca de mí, son los maridos de algunas de las mujeres vecinas. Son mayormente hombres honestos, que aunque  no sientan ese amor completo siguen con ellas por el roce, el cariño y el respeto. Todo depende de eso, porque la verdad y eso es cierto, el amor de primeras se convierte en complicidad y respeto. Ello les lleva a convivir con ellas de manera continua, sin llegar a fijarse en otra mujer, solo por el mero hecho de no complicarse la vida. Siempre, absolutamente siempre, no se sabe cuándo puede volver a encenderse la llama. Yo de mientras vivo solo y acostumbrado a mis manías, ya no lo cambio ya. Aunque deseo conocer a esa mujer que llevo en la cabeza, daría parte de mi corazón por volver a sentir el amor, el sentir el roce de la piel y el cariño reflejado en la mirada cómplice de la pareja.

Son las nueve y media, cuando entran dos mujeres, me fijo en una de ellas, pero me casi al momento me doy cuenta que no tengo nada que  hacer, ya que comparten algo más que el cariño y la complicidad. A ellas no les importa lo que digan y lo que comenten, solas no están, se tienen una a la otra y eso a veces me hace pensar en si estoy acertado en mi condición y en mi rol, así que cojo el coche y me dirijo al rompeolas, pero ahora sin la caña de pescar. Tardo poco en llegar, tardo poco en darme cuenta que lo que me pasa es que tengo ganas de llorar y para ello no hay lugar mejor que hacerlo en el mar. En el mar, en el rompeolas adónde las lágrimas se confunden con la brusquedad de las olas en el mar abierto.

A veces pienso, que será de mí cuando yo muera, cuando ya no exista, si ya casi ya es así. Cómo será sin parientes ni cercanos ni lejanos, quien vendrá a mi entierro y a mi funeral. A veces pienso de manera depresiva, pero otras me alzo en lo más arriba y me veo que estoy de suerte de que sé que por ahora existo y que de mí solo depende cambiar mi situación. Así que me doy media vuelta y subiendo otra vez en mi coche viejo y de segunda mano, medirijo otra vez para casa, tardo como antes, poco. Es domingo por la mañana y la ciudad todavíaduerme, así que sin poner la música muy alta, escucho a mis grupos preferidos y pensando en positivo, me salgo al balcón y mirando de manera desafiante, miro hacia el Sol. Ello me lleva a cerrarlos y a dejar que  me ilumine la cara, como si fuese la Luna. Sonrío ahora, no digo mi edad, pero no lo tengo todo perdido, así que me hago de fuerzas y sin salir de casa, tomo asiento en una de las tumbonas que tengo afuera y aunque estemos en pleno enero, me caliento y me aprovecho de la luz natural.  Sueño y sueño, envolviendo toda mi alma de felicidad, llegando la paz ansiada. Tengo tiempo, aún tengo tiempo, no lo tengo todo perdido, así que mañana será lunes, pero no un lunes cualquiera, sino el día que toda mi mala dicha y mi mala suerte se acabe, encontrando el ansiado trabajo. Ella, ella es simplemente ella, quizás una más de mis propias locuras y ni siquiera exista.


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