A la sombra de una farola
Dime una
verdad, dime un acertijo y te diré un secreto, un secreto de almas perdidas, un
secreto de aquellas que andan sin rumbo. Todo es como es y nada es igual en
ningún lado, solo debes leer este relato y te darás cuenta de lo que cuento al
cabo de un rato, ya que nada es como es, tal cual como que yo tampoco existo.
Así que lee, analiza y que conste, que fue él el que se acercó a mí, por ese
motivo me resulta extraño hasta escribirlo.
Hay personas
que creen en un ser superior, de acuerdo, pero sí así. ¿Cómo es cierto de cómo puede haber tanta
gente tan baja, tan baja que no se elevan ni tienen conciencia? Es posible, que
lo que narre no sea del agrado de algunas personas, pero así fueron los actos
que al menos traslado a letras impresas aquello que me viene a la mente, si
existe verdaderamente un cielo este tiene que estar vacío o al menos de
aquellos que no son dignos de estar. Para estar en sociedad deberían acabar por
el infierno, un sin nombre es que lo me
viene a la cabeza, un sin nombre me viene y como pidiendo disculpas, me ruega,
me pide que cuente su historia. Una historia que en muchos casos llegan a ser
tabú y que muchas mujeres así se callan la boca, como si no tuvieran el derecho
a alzar la voz y a pedir protección y respeto, ya que en los años que vivimos
todavía sigue existiendo cierto conjunto de individuos que no tienen ni un
nombre, son personas anónimas que no tienen derecho ni a su propia existencia
ya que con ella misma dañan a la ajena.
He estado en
Nueva York, donde dicen que los sueños se hacen realidad, pues yo digo qué son
las pesadillas lo que nos inundan de verdad y por ello pasa lo que pasa o al
menos puede ocurrir. Alguien pasa cerca de mí y yo sentado en un banco público
se me detiene y fumando de manera compulsiva me cuenta su historia que yo
comparto con todos vosotros.
Está cansado, camina despacio, pitillo en mano todo se
le hace cuesta arriba. Qué más da para donde mire, qué más da para donde gire la
vista, ahí está la chica de la falda roja. Se quedaría esperándola para poder
cogerla y achucharla como si fuese su novia, se imagina mil y una fantasías, se
quedaría por la mujer con la falda roja,
pero es que no es extraño y no os extrañe, porque girando otra vez la cabeza
observa un sin fin de mujeres y él anda suelto por las calles. Es un peligro,
la policía lo ata en corto pero no lo pueden detener, pero no lo pueden meter
en la cárcel, son muchas las expectativas macabras que tiene en su mente pero
ninguna la lleva a cabo al menos hasta ahora, que lágrima en lágrima me va
confesando.
Ya le gustaría acabar con todo y acabar en el infierno, lo que daría por ello por quitarse las
pesadillas del color de las faldas, porque no son estas en cuestión. Son las
mujeres, así que puede llegar a la violación, a forzarlas a hacer aquello que a
él le desfoga y que ha ellas les puede quedar secuelas, hasta traumáticas. Son las diez de noche y cerveza
en cerveza, va cavilando un sinfín de movimientos y de ideas, ninguno y ninguna
de ellas llenas de buena intención.
La mente le juega malas pasadas a veces y se acerca
demasiado a ellas, tanto qué las llega a ahuyentar. Las mujeres llenas del
pánico llaman a la policía, pero todo queda en agua de borrajas, ya que con él no
pueden hacer nada ya que si no hay acto
no hay nada. Que hacer, maldita sean las leyes, maldito sea el hombre que las
crea, yo no sé si es sí o no es no, porque no soy juez. No siempre es siempre, como
narrador que se pone en su piel para poder describirlo y escribirlo pero no
por ello significa que voy a salir haciendo lo que no debo hacer, ni se me pasa
por la mente el intentar hacerlo. Pero ponerme en su piel, pensar en este
enfrentamiento que está pasando ese hombre no es del todo agradable, es cierto,
no sé si es un sin nombre o no es ni siquiera el hombre de verdad, ya que se
deja llevar por los impulsos provocando a veces, haciendo de la vida real, de todo
ello una película de terror.
Camina despacio, sin miedo, alguna vuelve a su casa a
la mitad de medianoche, solo las farolas le muestran su mala sombra y además le
alumbran, mucho a su pesar sale por las noches de caza. Es demasiado el
impulso, la pobre mujer la que se le acerca o sea le cruza con él. No sabe
quién es y va con la guardia baja, en cambio él… en fin de hacer va a hacer lo que va a hacer.
Él sabe realmente quién es y lo que hace, no lo puede remediar, aquí llega a
encomendarse a algún Ser superior para no llegar a tal fin. Pero la ha visto, ya es tarde, se acerca sigilosamente y
empujándola hacia adentro de un cajero automático, la fuerza. Le pone la mano
en la boca, y mientras le sube la falda se hace con ella, provocando una verdadera barbaridad. Comete el
delito, se desfoga, respira en forma de ahogo, se lamenta ahora, pero ya el
acto está hecho y ahora corre para no
ser visto y llegar pronto a casa. La mujer fuera de sí, no acierta a coger el
teléfono móvil, rompe en llanto, rompe en lágrimas, le tiemblan las piernas. Qué
le va a hacer si un sin nombre, un hombre peligroso para andar con la sociedad se ha aprovechado de ella, tarda
tiempo pero al final atina y llama a la policía. Rápidos como un rayo están
allí, se presentan, pero ella entre
sollozos y gritos de espanto no sabe explicar ni como describirlo. Ya que para
ella ha pasado todo en un segundo, un segundo de maldita maldad de un individuo
que no se le puede clasificar como persona. Él ya ha llegado a casa, toma
asiento en la silla del comedor y empieza a fumar como un carretero, nervioso
fuera de sí tira la botella de vino al suelo. En cierta manera se maldice por
haber nacido y se maldice por el acto que ha cometido, ganas no le faltan de ir
a la comisaría, entregarse y confesar todo. Pero la cobardía se adueña de su
cuerpo y de su alma, que echando una sonrisa, se dirige hacia la habitación
donde una cama solitaria le aguarda.
Pero que sueño puede ser reparador de tal suceso, solo el de unos años
en la cárcel, el quizás para siempre y así mantener las féminas a salvo de tal
malhechor.
Dime Ángel
caído sí es cierto o no tengo razón, dime ángel caído que de verdad este acto
no lo cometió, es posible que la mente se vaya tan lejos de la verdad, haciendo
realidad tales pesadillas. Qué será de mí me dice él, qué será de mí, se veía para
encarcelar, qué será ti.
A veces y
solamente a veces, ¿qué es mejor al escribir tales atrocidades?, hacer eco de
este relato, de esta humilde historia, que no está tan lejos de una realidad
continua. Este personaje tiene que servir para qué nunca más ocurran tales
hechos y no vuelvan a ocurrir nunca más, qué más da que una mujer a medianoche ande
sola ante las farolas de Nueva York, lo importante es que caminen libres y
seguras, pero hoy en día todavía es toda
una aventura y yo no sé realmente dónde se meten si así lo saben.
Tomaste vino para cenar, el agua dice que solamente es para ducharse, como si eso fuese
cuando realmente le apetece. No lo hace todos los días, solamente se ducha
cuando vuelve de su cacería y el agua le resbala de la misma forma que lo hacen las lágrimas de
aquellas mujeres que ha forzado a lo largo de su vida. Una vida corta todavía, ya
que solo tiene 30 años pero ya algunos
los ha pasado entre rejas. Pero como siempre o como a veces ocurre dejan suelto
un Ser peligroso, un Ser que debería estar encerrado toda su vida ya que ni se adapta
ni cambia de vida.
Alcanzar el sueño bien, sin remordimiento, sin pensar
en el desconsuelo de aquellas que han sido víctimas y que no lo olvidarán nunca
en toda su vida esos diez minutos de forzoso atropello. Solo el cajero ha sido testigo, pero se tapa la cara
para que la cámara no le reconozca y sea rápidamente cogido, pillado y
encarcelado. Andar con cuidado que él anda suelto, andar con cuidado, que
cuando las agujas del reloj alcancen las doce de la medianoche, es un momento
que antes o después llegará cuando se
llene de lamentos. Eso sí, si es que alguien sin escrúpulos se nutre de sus víctimas, que yo creo que es
así.
–
Cómo eres capaz de contarme este sueño, como eres capaz me contarme lo que verdaderamente
sientes si a ti te desprecio, no solo porque no sigues las leyes, sino porque
tu falta de empatía y de respeto hacia aquellas que son libres de pensamiento y
de movimiento te lleva a cometer tal bajeza. Tú, si tú con tus actos sé que las
destrozas, haces de sus vidas un verdadero infierno, ya que ni la mujer más
fuerte supera tal hecho y ¿deseas explicarme tu sueño? Tú ni quieres ir a
pasear a mi lado ni quieres nada más, todo ello no es respetable, cuando es así
no tienes derecho alguno. Salir a tal cacería a medianoche y después dormir
tranquilamente en un lecho vacío y lleno de amargor. Falto de amor y de
remordimientos, todo ello se te acabará algún día, te lo digo de verdad cuando
la policía te agarre y la justicia aplique con toda su fuerza la condena a
cumplir.
No quiero ni
pensar si me toca de cerca, no quiero pensar si te desearás a una de ellas, con ellas bailo un tango argentino, con ellas
bailo un pasodoble español. Todo lleno del respeto que se merecen, por qué me
vengaría, serás tú el que vendrías a contarme tus sueños para ti, ya que
demasiadas pesadillas tienen ellas por culpa tuya. No puede callarse más y me
responde bravucón y con chulería, cosa que no admito con tanta palabrería.
–
Mira, me da igual que me digas que soy un sin nombre, me
salpica lo justo, precisamente me resbala por el chubasquero. Yo hago lo que
hago porque lo hago y con ello me desfogo y me siento libre, porque nunca me
cogen y nunca me cogerán. Me dice con una
sonada carcajada.
–
Andas equivocado, siempre al final se han cogido a tus
semejantes, espero que te encierren y
tiren la llave, y te nieguen del derecho de la vida y sí al de la muerte,
porque solamente te mereces el desprecio
y el aislamiento
–
Gracias, por la mañana me levanto temprano y veo a salir la
luz del Sol, ahora hablo yo que tú demasiado has dicho de mí, ahora me marcho a
mi trabajo. Nadie absolutamente nadie sabe de mis cacerías nocturnas todavía,
tenéis que dar gracias que todavía las dejó vivas.
–
¡Do, Re, Mi, Fa, Sol!, con estas acordes puedes escribir una
canción de amor o de desamor. Tan feo no eres, pero al igual la maldad que
albergas en tu interior, conspira con tu mente haciendo que cometas tales
hechos. Pero no existe el perdón para ti, no pienses que va a ser así, ni yo ni
las mujeres que has dejado marcadas para toda la vida te olvidaremos y te
haremos borrar de la vida misma.
–
No me pillarán nunca, no seré sometido a ningún tribunal ni
nada por el estilo. Mira me fumo un cigarrillo a tu lado y el humo te descubre,
eres como yo. Las miras, las deseas, simplemente te hace falta la valentía para
llevarlo a cabo. Solo es la primera vez, todo es como fumar el primer
cigarrillo, después te vuelves un adicto.
–
¡Lárgate! Fuera, lárgate de mi vida, no te acerques más a mí.
Me levanto del banco y miro a los dos segundos para
atrás, no hay nadie, solo se huele a tabaco y un montón de colillas en el suelo,
me miro los dedos y los tengo amarillos, me quedo parado al ver como sostienen
un cigarrillo. No es posible, soy yo mismo hablando conmigo. Yo no puedo
soportarlo, soy yo de verdad, él soy yo. Será esto increíble, sí la verdad es
la verdad entenderé cogerte y atraparte, para que no seas otra vez el peligro
de la medianoche, qué puedo decir, solamente soy un narrador de esta historia.
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