sábado, 24 de julio de 2021

 

A la sombra de una farola

Dime una verdad, dime un acertijo y te diré un secreto, un secreto de almas perdidas, un secreto de aquellas que andan sin rumbo. Todo es como es y nada es igual en ningún lado, solo debes leer este relato y te darás cuenta de lo que cuento al cabo de un rato, ya que nada es como es, tal cual como que yo tampoco existo. Así que lee, analiza y que conste, que fue él el que se acercó a mí, por ese motivo me resulta extraño hasta escribirlo.

Hay personas que creen en un ser superior, de acuerdo, pero sí así.  ¿Cómo es cierto de cómo puede haber tanta gente tan baja, tan baja que no se elevan ni tienen conciencia? Es posible, que lo que narre no sea del agrado de algunas personas, pero así fueron los actos que al menos traslado a letras impresas aquello que me viene a la mente, si existe verdaderamente un cielo este tiene que estar vacío o al menos de aquellos que no son dignos de estar. Para estar en sociedad deberían acabar por  el infierno, un sin nombre es que lo me viene a la cabeza, un sin nombre me viene y como pidiendo disculpas, me ruega, me pide que cuente su historia. Una historia que en muchos casos llegan a ser tabú y que muchas mujeres así se callan la boca, como si no tuvieran el derecho a alzar la voz y a pedir protección y respeto, ya que en los años que vivimos todavía sigue existiendo cierto conjunto de individuos que no tienen ni un nombre, son personas anónimas que no tienen derecho ni a su propia existencia ya que con ella misma dañan a la ajena.

He estado en Nueva York, donde dicen que los sueños se hacen realidad, pues yo digo qué son las pesadillas lo que nos inundan de verdad y por ello pasa lo que pasa o al menos puede ocurrir. Alguien pasa cerca de mí y yo sentado en un banco público se me detiene y fumando de manera compulsiva me cuenta su historia que yo comparto con todos vosotros.

Está cansado, camina despacio, pitillo en mano todo se le hace cuesta arriba. Qué más da para donde mire, qué más da para donde gire la vista, ahí está la chica de la falda roja. Se quedaría esperándola para poder cogerla y achucharla como si fuese su novia, se imagina mil y una fantasías, se  quedaría por la mujer con la falda roja, pero es que no es extraño y no os extrañe, porque girando otra vez la cabeza observa un sin fin de mujeres y él anda suelto por las calles. Es un peligro, la policía lo ata en corto pero no lo pueden detener, pero no lo pueden meter en la cárcel, son muchas las expectativas macabras que tiene en su mente pero ninguna la lleva a cabo al menos hasta ahora, que lágrima en lágrima me va confesando.

Ya le gustaría acabar con todo y acabar en el  infierno, lo que daría por ello por quitarse las pesadillas del color de las faldas, porque no son estas en cuestión. Son las mujeres, así que puede llegar a la violación, a forzarlas a hacer aquello que a él le desfoga y que ha ellas les puede quedar secuelas, hasta  traumáticas. Son las diez de noche y cerveza en cerveza, va cavilando un sinfín de movimientos y de ideas, ninguno y ninguna de ellas llenas de buena intención.

La mente le juega malas pasadas a veces y se acerca demasiado a ellas, tanto qué las llega a ahuyentar. Las mujeres llenas del pánico llaman a la policía, pero todo queda en agua de borrajas, ya que con él no pueden hacer nada ya que  si no hay acto no hay nada. Que hacer, maldita sean las leyes, maldito sea el hombre que las crea, yo no sé si es sí o no  es no,  porque no soy juez. No siempre es siempre, como narrador que se pone en su piel para poder describirlo y escribirlo  pero  no por ello significa que voy a salir haciendo lo que no debo hacer, ni se me pasa por la mente el intentar hacerlo. Pero ponerme en su piel, pensar en este enfrentamiento que está pasando ese hombre no es del todo agradable, es cierto, no sé si es un sin nombre o no es ni siquiera el hombre de verdad, ya que se deja llevar por los impulsos provocando a veces, haciendo de la vida real, de todo ello una película de terror.

Camina despacio, sin miedo, alguna vuelve a su casa a la mitad de medianoche, solo las farolas le muestran su mala sombra y además le alumbran, mucho a su pesar sale por las noches de caza. Es demasiado el impulso, la pobre mujer la que se le acerca o sea le cruza con él. No sabe quién es y va con la guardia baja, en cambio él…  en fin de hacer va a hacer lo que va a hacer. Él sabe realmente quién es y lo que hace, no lo puede remediar, aquí llega a encomendarse a algún Ser superior para no llegar a tal fin. Pero la ha visto,  ya es tarde, se acerca sigilosamente y empujándola hacia adentro de un cajero automático, la fuerza. Le pone la mano en la boca, y mientras le sube la falda  se hace con ella,  provocando una verdadera barbaridad. Comete el delito, se desfoga, respira en forma de ahogo, se lamenta ahora, pero ya el acto está hecho y  ahora corre para no ser visto y llegar pronto a casa. La mujer fuera de sí, no acierta a coger el teléfono móvil, rompe en llanto, rompe en lágrimas, le tiemblan las piernas. Qué le va a hacer si un sin nombre, un hombre peligroso para andar con  la sociedad se ha aprovechado de ella, tarda tiempo pero al final atina y llama a la policía. Rápidos como un rayo están allí, se presentan, pero  ella entre sollozos y gritos de espanto no sabe explicar ni como describirlo. Ya que para ella ha pasado todo en un segundo, un segundo de maldita maldad de un individuo que no se le puede clasificar como persona. Él ya ha llegado a casa, toma asiento en la silla del comedor y empieza a fumar como un carretero, nervioso fuera de sí tira la botella de vino al suelo. En cierta manera se maldice por haber nacido y se maldice por el acto que ha cometido, ganas no le faltan de ir a la comisaría, entregarse y confesar todo. Pero la cobardía se adueña de su cuerpo y de su alma, que echando una sonrisa, se dirige hacia la habitación donde una cama solitaria le aguarda.  Pero que sueño puede ser reparador de tal suceso, solo el de unos años en la cárcel, el quizás para siempre y así mantener las féminas a salvo de tal malhechor.

Dime Ángel caído sí es cierto o no tengo razón, dime ángel caído que de verdad este acto no lo cometió, es posible que la mente se vaya tan lejos de la verdad, haciendo realidad tales pesadillas. Qué será de mí me dice él, qué será de mí, se veía para encarcelar, qué será ti.

A veces y solamente a veces, ¿qué es mejor al escribir tales atrocidades?, hacer eco de este relato, de esta humilde historia, que no está tan lejos de una realidad continua. Este personaje tiene que servir para qué nunca más ocurran tales hechos y no vuelvan a ocurrir nunca más, qué más da que una mujer a medianoche ande sola ante las farolas de Nueva York, lo importante es que caminen libres y seguras, pero hoy en día todavía  es toda una aventura y yo no sé realmente dónde se meten si así lo saben.

Tomaste vino para cenar, el agua dice que  solamente es para ducharse, como si eso fuese cuando realmente le apetece. No lo hace todos los días, solamente se ducha cuando vuelve de su cacería y el agua le  resbala de la  misma forma que lo hacen las lágrimas de aquellas mujeres que ha forzado a lo largo de su vida. Una vida corta todavía, ya que solo tiene 30 años pero ya  algunos los ha pasado entre rejas. Pero como siempre o como a veces ocurre dejan suelto un Ser peligroso, un Ser que debería estar encerrado toda su vida ya que ni se adapta ni cambia de vida.

Alcanzar el sueño bien, sin remordimiento, sin pensar en el desconsuelo de aquellas que han sido víctimas y que no lo olvidarán nunca en toda su vida esos diez minutos de forzoso atropello. Solo el  cajero ha sido testigo, pero se tapa la cara para que la cámara no le reconozca y sea rápidamente cogido, pillado y encarcelado. Andar con cuidado que él anda suelto, andar con cuidado, que cuando las agujas del reloj alcancen las doce de la medianoche, es un momento que  antes o después llegará cuando se llene de lamentos. Eso sí, si es que alguien sin escrúpulos  se nutre de sus víctimas, que yo creo que es así.

         Cómo eres capaz de contarme este sueño, como  eres capaz me contarme lo que verdaderamente sientes si a ti te desprecio, no solo porque no sigues las leyes, sino porque tu falta de empatía y de respeto hacia aquellas que son libres de pensamiento y de movimiento te lleva a cometer tal bajeza. Tú, si tú con tus actos sé que las destrozas, haces de sus vidas un verdadero infierno, ya que ni la mujer más fuerte supera tal hecho y ¿deseas explicarme tu sueño? Tú ni quieres ir a pasear a mi lado ni quieres nada más, todo ello no es respetable, cuando es así no tienes derecho alguno. Salir a tal  cacería a medianoche y después dormir tranquilamente en un lecho vacío y lleno de amargor. Falto de amor y de remordimientos, todo ello se te acabará algún día, te lo digo de verdad cuando la policía te agarre y la justicia aplique con toda su fuerza la condena a cumplir.

No quiero ni pensar si me toca de cerca, no quiero pensar si te desearás a una de ellas,  con ellas bailo un tango argentino, con ellas bailo un pasodoble español. Todo lleno del respeto que se merecen, por qué me vengaría, serás tú el que vendrías a contarme tus sueños para ti, ya que demasiadas pesadillas tienen ellas por culpa tuya. No puede callarse más y me responde bravucón y con chulería, cosa que no admito con tanta palabrería.

         Mira, me da igual que me digas que soy un sin nombre, me salpica lo justo, precisamente me resbala por el chubasquero. Yo hago lo que hago porque lo hago y con ello me desfogo y me siento libre, porque nunca me cogen y nunca me cogerán. Me dice con una sonada carcajada.

         Andas equivocado, siempre al final se han cogido a tus semejantes, espero que te encierren y  tiren la llave, y te nieguen del  derecho de la vida y sí al de la muerte, porque  solamente te mereces el desprecio y el aislamiento

         Gracias, por la mañana me levanto temprano y veo a salir la luz del Sol, ahora hablo yo que tú demasiado has dicho de mí, ahora me marcho a mi trabajo. Nadie absolutamente nadie sabe de mis cacerías nocturnas todavía, tenéis que dar gracias que todavía las dejó vivas.

         ¡Do, Re, Mi, Fa, Sol!, con estas acordes puedes escribir una canción de amor o de desamor. Tan feo no eres, pero al igual la maldad que albergas en tu interior, conspira con tu mente haciendo que cometas tales hechos. Pero no existe el perdón para ti, no pienses que va a ser así, ni yo ni las mujeres que has dejado marcadas para toda la vida te olvidaremos y te haremos borrar de la vida misma.

         No me pillarán nunca, no seré sometido a ningún tribunal ni nada por el estilo. Mira me fumo un cigarrillo a tu lado y el humo te descubre, eres como yo. Las miras, las deseas, simplemente te hace falta la valentía para llevarlo a cabo. Solo es la primera vez, todo es como fumar el primer cigarrillo, después te vuelves un adicto.

         ¡Lárgate! Fuera, lárgate de mi vida, no te acerques más a mí.

Me levanto del banco y miro a los dos segundos para atrás, no hay nadie, solo se huele a tabaco y un montón de colillas en el suelo, me miro los dedos y los tengo amarillos, me quedo parado al ver como sostienen un cigarrillo. No es posible, soy yo mismo hablando conmigo. Yo no puedo soportarlo, soy yo de verdad, él soy yo. Será esto increíble, sí la verdad es la verdad entenderé cogerte y atraparte, para que no seas otra vez el peligro de la medianoche, qué puedo decir, solamente soy un narrador de esta historia.

 

 

 

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