lunes, 22 de febrero de 2016


                                            Dadme un vaso de agua

En los más profundos de los mares y océanos, se mueve como pez en el agua y él solo pide…un vaso de agua, para poder nadar dentro de él. Que sería de Juan Miguel si pudiera sumergirse en sus mares. Que agresor marino le acecharía y le bucearía, solo saliendo para tomar aire e impulso y volver a sumergirse. Juan Miguel está tranquilo, solo mira absorto el dibujo de una bella dama de anuncios. Solo la mira y deja pasar el tiempo. ¿ El porqué ? Nadie lo sabe, este muchacho es de lo más normal.
Solo el timbre de la puerta al sonar, le despierta la atención y le alerta. Pero no abre y se queda mudo, bajando el volumen de la música. Vuelven a picar y vuelve a sonar y él hace como que no hay nadie en casa. ¿A quién espera? Quien puede ser merecedor de su atención….No hay nadie en casa, sus padres han marchado cada uno a su trabajo y él ya ha vuelto hace unos minutos de sus estudios. Tiene talento y lo sabe y eso es peligroso, porque lo vuelve vanidoso. Estudia empresariales, sueña con llevar traje y corbata. Tener un buen coche y una buena cartera, que siempre le sonría de billetes. Solo es un sueño, quien sabe, tiene edad para ello. Para soñar despierto, mientras suena la música por los altavoces colgados en la pared de la habitación.

Pasa el rato, pasan los minutos y como no quiere la cosa, son las siete y media de la tarde y el Sol empieza a esconderse, a esconderse y le releva la Luna. Una Luna que tampoco se muestra en su plenitud. Es la hora y ya lo sabe, cogiendo la chaqueta tejana se marcha. Se marcha andando rápido, rápido como su corazón. Hay una muchacha de pelo largo negro, que lo espera. No lleva un ramo de flores, pero le  ofrecerá su corazón y una de sus mejores sonrisas. La noche puede ser larga o puede ser corta, todo depende. Depende de cómo se comporte y sea digno de la compañía femenina de la bella muchacha. No digo su nombre o quizás sí, mejor me lo callo por ahora. Juan Miguel sigue calle abajo sin alardear ni fumar  ninguna clase de tabaco. Es de lo más sano y ella lo sabe. Él también se ha dado cuenta, que chicas como en los anuncios hay pocas y tiene la ocasión de rogarle una foto, a la muchacha que le espera ya en el portal. No hay alcohol, no hay tabaco. Solo paseos por el Puerto Olímpico oliendo la sal del mar. Es único y él ya está preparado, siempre dice que es su primera vez. Siempre hay una primera vez para todo y él sabe, como todos los muchachos. Que las chicas quieren que sea algo especial, algo que recordar toda la eternidad. A él realmente le da igual, pero la seguirá rondando hasta que consiga que sea suya. Suya y poder después alardear, como si de un concurso o trofeo se tratase.
Se cruza, se encuentra con una antigua y hermosa chica, de hermosas piernas. La que espera, ahora observa y ve, como le lanza una bofetada. Ha tenido suerte, no ha quedado embarazada y es qué lo que prometía ser una noche de ángeles, fue una noche de demonios. Con fotos publicadas en la red, con morbo y risas a todo lo loco. Él lo niega, pero esta se acerca a la joven morena y se lo muestra. Todo el amor se cae a rodajas, como las de una naranja recién cortada. No sabe donde esconderse y se desabrocha parte de la camisa y le dice a la nueva…

Búscame debajo de la camisa, aquello que tanto anhelo, a lo mejor encuentras mi corazón o a lo mejor solo encuentras telas de araña. Araña que teje y teja, la tela para cazarte cómo si de una mosca se tratase. He cazado tantas…que quién sabe, que número serás tú. Dame una razón y con un suspiro cortaré lo que te ata a mi Ser y serás liberada. ¡Pero cuidado! Tendrás las alas cortadas, con que no te servirá mucho liberarte de mí. Se te acabaron los días de vuelo y no podrás revolotear como si fueses una abeja en busca del polen de una flor.

¿Te acuerdas? Te decía frases bonitas, te alumbraba con la luz del Sol y las gotas de lluvia, parecían el rocío del amanecer. Todo era solo un espejismo y es qué, el amor no es otra cosa que algo parecido. Tan ciego, que no ves. Tan sordo, que no oyes. Puedes tener vista de halcón, puedes tener el oído fino de un perro. Que solo alcanzas ver, lo que tu imaginación desea que tenga que ser. Que será lo que te ha despertado, estabas a punto de ser mía y algo o alguien ha perturbado nuestra paz. Esa paz llena de armonía, que solo el sonido de las cigarras nos acompañaba, en este día caluroso de verano.

Qué asco y qué pena me das Juan Miguel, hubiera sido precioso, hubiera sido único. Único como el amor y deseo que sentía hacia ti. Pero todo eso, todo eso atrás ha quedado y ahora solo la pena y la desgracia de que hayas caído tan bajo, me hace enrabiarme conmigo misma. ¿Qué eran aquellos besos, sentados en la orilla del mar? Prefiero un muchacho que beba un poco o fume, que vaya con las cartas con las caras boca arriba, que no aquel que las lleva marcadas. Todo lo tuyo es un farol, a lo mejor me escondes hasta la botella debajo de la chaqueta. Que tonta y que triste me siento ahora. ¿Mis alas? No podrás romperlas y seguiré volando alrededor del mundo, un mundo que no es el tuyo. El tuyo ha acabado hoy, porque no callaré y haré saber a las demás, para que no caigan en tus redes. Como araña o pescador te sientes y nada más que serás un viejo solitario. Solo acabarás por el juego del amor, un amor con el que no se juega y que tiene en vilo a muchas chicas en sus casas. Esperando que cante el verdadero sentimiento hacedor y no el halcón.
Óyeme chica de ojos verdes, no creas que me pierdo en el campo de tus retinas. Hay muchas y a todas, no vas a tener alcance. Con que márchate con viento fresco, que ahora es cuando mejor se está en la playa. Pensabas que iba a llorar o me iba a enfadar, muchas han pasado por mi deseo. Por una sexy que se me escape, no se me va a acabar el mundo. Soy joven, muy joven y una bonita cara. No como la tuya, que por mucho que tengas una larga melena y unos ojos que no te mereces, tu cuerpo no te acompaña.

A donde ha ido el ritmo del amor, a donde caerán ahora los pétalos de rosa. Cuando el mar está de resaca y arrastra todo lo que por la orilla pasó. Cada uno sigue su camino, uno para la derecha, ella para la izquierda. Seguramente que acabaría ahogando sus penas en compañía de alguna dama de consuelo, mientras ella sería más materna y recurriría a los brazos de una experta en amores verdaderos. Como se llama la misteriosa chica? Llamadla como vosotros veáis, para mí siempre será la misteriosa alma del deseo sensual. Porque la persona que solo ve ese deseo, no es capaz de traspasar el alma de ninguna dama. No es capaz de encontrar y llamar al hecho del lecho, con el nombre del amor y hacerla no suya, sino hacerla mujer.

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