sábado, 6 de febrero de 2016


 

                                                  Vuelta al ciclo.

Estoy en el espacio, respiro por mi burbuja de cristal. Veo naves estelares y cohetes espaciales. No sé si es el efecto de algún alucinógeno o más bien es solo un sueño hecho realidad. Son de metal son de acero y flotan por la falta de gravedad. Se impulsan por potentes motores a reacción. Me creo el centinela, el guardián de toda la nada. Veo desde la oscuridad más absoluta, la belleza de la luz más cegadora.” No bajaré a la Tierra en años, me encuentro muy a gusto aquí en el exterior”. Que será de mí, no quiero ni comer. El estómago no me pide nada y la garganta está húmeda de la emoción. Sigo flotando, tengo aire para rato. Me saludan con la mano. Veo como atónitos me miran y no se creen lo que ven sus ojos. Ellos se sienten protegidos entre sus cristales, por sus naves de acero y yo solo, solo flotando en mitad de la negritud. Con la sola ayuda del respirador. Qué pasará cuando se me acabe el aire, que pasará cuando no me mire nadie. No tengo donde regresar, es como bucear en medio del mar. Sin barco que me rescate ¿qué pasará? Al menos no hay ni tiburones ni animales cósmicos. Solo faltaba que hubiera, alguna amenaza. Que fuera como en las profundidades del mar y no te diera tiempo a subir. Entonces sí estaría asustado, entonces sí que estaría alarmado. Sería una bonita muerte, envasado al vacío me conservaría por los años de los años. Hasta que alguna nave espacial, recogiese mi cuerpo. Pero yo ya no estaré dentro de él,¿ dónde estaré? A saber.
Sigo respirando, sigo mirando y me siguen saludando. Nadie se acerca y me dejan en medio del vacío, solo tengo ya aire para unas horas. Unas horas que se hacen cortas, es como si tuviera curiosidad por saber que hay detrás. Es como querer ver a través de una cortina opaca y no vieras nada. Solo intuyes la luz, una luz poderosa, que atraviesa lo más duro. Quiero correr la cortina, pero no puedo. Quiero ver la eternidad, si realmente existe. Me estoy durmiendo, que muerte más plácida. No tengo frío y sigo flotando como en una nube. No tengo dinero, no tengo propiedades y no tengo a nadie , nadie va a heredar nada mío. Solo veo a aquellos que celebran el regreso a casa, solo veo a través de un sueño. Un sueño plácido, que precede a la muerte. Una muerte silenciosa, un adiós sin retorno. Flotaré como si estuviese enganchado a alguna droga,¿ que droga? sino a la de la vida. En esa sí que nos enganchamos todos, intentamos exprimir hasta el último segundo. Para poder decir que se ha vivido. Yo sigo flotando, yo sigo soñando dormido ya. El aire se acaba, se me hincha la cara y la garganta se me reseca. No hay nadie que me salve en el último segundo, me quedaré por los restos en el vacío. Es como en la vida real, te puedes caer que nadie te echa una mano. A lo mejor si muero de una vez y ven el resultado cambie algo la humanidad y sirva para algo mi muerte, aunque lo dudo.

Sigo flotando y siguen pasando…. Ahora sí que se acercan, pero con mucho cuidado de no rasgarme el traje. De una de ellas, sale un brazo mecánico y me coge de un pie, introduciéndome en la nave. Qué sorpresa la mía, no son seres humanos. Son otra especie, seguramente más inteligentes. A lo mejor me quieren para hacer estudios o a saber. Me quitan la burbuja de cristal y mis pulmones se hinchan, como los de un niño acabado de nacer. No grito, no lloro. Pero si me río, me río delante de ellos y se quedan perplejos. Dirán, que falta de respeto. Encima que le salvamos la vida, se ríe. Intento hablarles, pero no me entienden. Lo intento con gestos, con mímica y resulta.¡ Me comunico. ! Que bárbaro, esto nuevo. Tengo que ser el primero, pero ellos me dicen que no. Que hay varios, de varios países entre ellos. Me abrazan por el hombro y me conducen al centro de la nave. Es cierto! Están ahí, me sonríen  y yo les sonrío. Es cierto mi sueño, ya no tendré que preocuparme de bajar a la Tierra.

Son matemáticos, físicos, filósofos…Que más da, me encuentro entre ellos. El azar y el destino me ha llevado a conocer este otro mundo. Un mundo virgen y sin explorar, del cual mejor que no se entere nadie. Sería destruir un bonito paraíso, paraíso para aquellos que buscan la cordialidad y el entendimiento. No la muerte y la destrucción. Algunos hablan muy bajitos, otros ni hablan. No sé qué les une, porque no se les ve cordón ni ligamento alguno. ¿Qué será? Pero yo me veo diferente, como si de una oveja negra se tratase me miran. Sin razón alguna, me hacen el vacío, no me hablan ni se comunican de forma alguna conmigo. Ahora, eso sí. Me observan y me estudian con la mirada. De vez en cuando, viene alguno de esos seres de los cuales, de cual se puede estar más agradecido. Gracias a ellos, continúo con vida. Pero no sé si el precio a pagar, es demasiado elevado. ¿Puede ser? Me ponen una inyección y me introducen en una especie de agujero tubular. Cierran la puerta giratoria y me duermo plácidamente. ¿Es un sueño o estoy despierto? Muevo las manos o al menos eso me lo parece, veo sin luz. Observo con la mirada perdida. ¿Qué será de mí? Puede pasar tiempo, me alimentan por un cordón, como si fuese un feto en experimento. Pueden pasar meses y yo lo que observo e intuyo, es que voy decreciendo y menguando. No sé cuánto tiempo llevo, no tengo reloj y además estoy desnudo.  No tengo hambre, pero la garganta no la tengo tan fresca y la ilusión óptica, que tenía al mirar el Universo no es lo misma. Voy haciéndome cada vez más pequeño. “ Están estudiando conmigo o que van a hacer, que no es lo mismo”. Me siento nervioso, mediré unos centímetros, no llego al metro y todavía falta tiempo. Las heces no sé por dónde van, porque no se mezclan con el entorno. La comida, la comida no sé si me acuerdo de morder, ya no tengo ni dientes. Toda mi vida pasa por mi cabeza, pero al mismo tiempo es borrada. Casi no me acuerdo de nada, ya casi no me acuerdo de hablar. Ya no puedo tener una sencilla conversación con nadie y mis manos no me miden lo suficiente ni para decir “hola” ni “adiós”.  Si sigo por este camino me veo desapareciendo de una forma cruel. Todo es oscuro, no hay ventanas y llevo meses, no los he contado, pero son unos cuantos. ¿ Que será de aquellos de los que me alegré de ver? ¿Qué será de aquellos, que parecían tan duchos en su materia? Nada más importa, solo mi vida. Lo demás que sentido tiene, seré seguramente un experimento para aquellos seres que se creen tan inteligentes y son iguales de despiadados que los humanos.
No tengo memoria, pero sigo hablando conmigo mismo. No sé ya cómo, pero balbuceo. Cuando siento otro pinchazo, más leve. Más pequeño, casi indoloro y me duermo o creo que pasa así. No sé nada realmente, no sé ni mi nombre ni articulo palabra. Siento otro pinchazo y veo la luz de golpe, me veo de golpe jugando con una pala y un rastrillo, en la orilla del mar. Las pequeñas olas se acercan, al igual que una señora joven y me sale y le digo “MAMA”.

 

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