Entre las llamas
Saludando a la luna voy, yo que rechazo
al dios Sol, ese que no me ilumina y me vacía de energía, ¡lo maldigo!, porque
yo sé que soy yo único y especial, soy yo y nadie más.
Como si fuese en un barco, a este lo
hago zozobrar hasta que acaba en lo más profundo del mar, en ese momento, en ese preciso instante, me despierto por la
mañana y la duda me queda para todo el día. ¿Qué será de mí cuando yo ya no
esté aquí, acabaré también en la más profundo del mal?, quién lo sabe, a saber.
Es por la mañana, es temprano y me tomo
mi café con leche con mis tostadas, las nubes lo tapan, me protegen de sus
rayos de luz. No será por mucho tiempo, así que echando las cortinas hago caso
omiso de él. Acabo de desayunar y de despertar, son las siete y media de un
verano que ya se acerca. Me marcho de casa con una sonrisa, no sin antes
despedirme de mi madre como debe de ser.
– Hasta la tarde mamá, hasta la tarde, que vendré temprano.
Marcho sin más y ello me lleva a mis estudios,
es un día sin sobresaltos, este pasa sin más sorpresas que el de mis bajas
notas en los exámenes. No estoy por ello, estoy por las féminas de mi clase,
por las féminas de mi instituto. Para mí son todas guapas, no hay ninguna fea y
estoy aquí, sin más lamentos de los que predecí. Así que miro el reloj y cuando
me doy cuenta son ya las tres de la tarde y bocata en mano me dispongo a mi
paseo, primero me siento en un parque con un refresco. Veo pasar a la multitud,
una sociedad que sigue su camino sin saber que muchos de los que realmente
están vivos ni siquiera saben de mí. El día que ya no esté me daré cuenta que
no habré vivido o no tendré tiempo para ello, quien me lo podrá decir si a
nadie no le importaré nada.
¿Serán las campanas de la catedral lo
que me hace despertar, de que sin darme cuenta me han dado a las cinco de la
tarde?, ahora ya paseo. Paseo, paseo sin otra cosa qué hacer que mirar a las
chicas de mi edad y por qué no, también a las más maduras qué más da.
Entonces, solamente entonces, entra como
que entra un Ser dentro de mí, que me hace de algo resurgir, de algo que
llevaba dormido dentro de mí y que yo no sabía de su existencia, todo ello
ahora lo cuento para dar rienda suelta a todo mi lamento.
“Abre la puerta a lo desconocido y me conocerás, abre las ventanas y
el mismo aire te hará pegar portazos que sonaran hasta en lo más lejano. Ven, acércate
a mí, que yo soy tú y tú eres yo. Sinceramente, de verdad, todo es como si tú fueses
el protagonista de una gran película, ya que si fuese una obra de títeres seguro
que hay alguien movería los hilos por los dos. No te creas ni la mitad de lo
que te digan, ya que si te lo crees enteramente todo acabarás loco. Solo
escucha lo que quieras escuchar y lo demás déjalo estar, te lo digo
sinceramente por lo que pueda pasar, por lo que pueda acontecer, le ruego a las
energías inversas que te apoyen y que sea así sencillamente.”
Yo, Juan Sánchez, camino despacio por la
avenida. Yo, Juan Sánchez por la avenida de una gran ciudad de la cual no digo
su nombre deambulo, pero quién me conoce seguro que ya sabe a cuál me refiero.
Mi paseo es cansino, mi paso lento es como si fuese de funeral, no sé porqué, pero
hay voces que se me meten en la cabeza y con ellas empiezo a divagar por
cualquier calle o travesía, llegando cercano a la noche y con ello creer
alcanzar las estrellas.
Tengo que decir, tengo que renombrar de
como si fuese un quinceañero escucho la música de rock, ella me transporta,
me llena de energía y con ella pienso en
todas las chicas que pueden estar a mi alcance y de las que ninguna de ellas
quiere realmente estar conmigo. Lo pase mal o lo pase bien qué más da, a mí me
gustaría ser un chico fiel y no tener que ser uno de estos que va de flor en flor,
si no es por la necesidad de no estar solo. Es igual que sean rubias o morenas,
con el pelo liso o con el pelo rizado, qué más da. No importa, dicen que la
compañía es lo que más se valora,
“jolines”, yo como quinceañero digo que no, a mí lo que me importa es el
cuerpo, ahora a la mente va en un segundo plano y ahora no me importa nada más.
Solo necesito desfogarme, solamente necesito desahogarme y no encuentro dónde
ir, paseo de calle en calle, paseo por
la travesía. La cruzo, pero no por ello encuentro a la chica de mis sueños,
solamente veo de ellas pasar y mis hormonas brotar, qué más da solo una deseo
ya, pero no es posible y no consigo ninguna besar. Todo se desvanece al caer la
noche y debo de volver a casa, no me dejan salir hasta muy tarde, soy muy joven
todavía, así que haciendo caso vuelvo al nido.
“Entre las llamas me escondo
como si fuese mismísimo diablo, desde las brasas resurjo para demostrar mi
poder, yo soy aquel que no nace y no muere, yo soy el elegido y estoy aquí
entre vosotros, no digo que me hagáis un hueco sino simplemente que me escuchéis
atentamente.”
Escuchando música de rock me enervo y me
llena de soberbia aquello que es de unos pocos, una energía jamás vista me
envuelve escuchando una música de rock y
me encuentro. Ella me lleva ya en casa a narrar ciertos relatos, que sean
verdad o sean mentira depende de vosotros y de vuestra creencia o esperanza.
“No hay nada más cierto, no hay nada más real o mentiroso que aquello
que ni se ve ni se toca, que simplemente se intuye como el amor y el odio, como
la fe o la esperanza. Todo es relativo, todo no puede ser verdad y yo no soy
portador de la verdad absoluta y aquí es que nadie es poseedor de ella. Todo el
mundo tiene su propia verdad, ya que la ven a través de sus ojos y esos no son
los míos o sí, a saber.
Como un cruce medieval me bato en duelo, con las espadas mirando al
cielo en ese momento yo hinco la mía haciendo temblar las profundidades del mal.
Todo ello me resurge desde lo más profundo de mi Ser, que no es otra cosa qué yo,
el mismísimo Lucifer encarnado y ya con pensamiento propio. ¿A quién tengo que
retar, a quién debo batir en duelo, quién es aquel que se atreve a levantarme
la voz? Quien quiso la vida, yo se la puedo quitar, yo lo puedo encerrar en las
mazmorras y que el centinela cuide de él hasta que se convierta en una simple
sombra. Yo soy aquel que estabais esperando, porque soy yo, el más retado, el
más mal interpretado, no soy malo de verdad, simplemente me lleva todo a la
rebeldía, del enojo a la alegría den un momento a otro, porque es así. ¿Porqué?, preguntárselo al
mismísimo demonio que lleváis todos dentro y que yo os desgarro por dentro.”
Si pudiera montar a caballo lo haría, si
pudiera conducir un tanque quién sabe lo que haría, a lo mejor es bueno montar
un caballo alado o quizás el tanque me servía de arado, quién lo sabe, a saber.
“Estáis muy equivocados si pensáis que me voy a dar por vencido, ya
que no soy de esos y nunca lo seré. Mírame bien a los ojos si te atreves y si no
te quedas helado o convertido en estatua de sal ten mucho cuidado, que mi
lengua es bífida y echo espuma por la boca. Tú eres quien a quien venga a
buscar y no te escaparas de mis garras.”
– No me digas eso por favor, debes hacer la luz dentro de ti porque
seguro que hay amor y yo te vuelvo condescendiente, no pienses solamente en la
paja en el ojo ajeno, piensa en que todos tenemos un corazón que ha sido
tentado por el mismísimo infierno, aunque seas lo que seas, serás bienvenido
aquí arriba, en el Universo y en las estrellas. En los soles del Cosmos, para
no temer que así se tiene que volver con odio a un mundo demasiado pequeño para
ti. Tú perteneces a un mundo más grande
o entorno que gira y gira alrededor tuyo. Seas como seas, serás bienvenido,
porque todo el mundo es como es y eso nos hace únicos y especiales a la vez, no
tires la toalla vive con nosotros, acércate de la luz que eres bienvenido.
Como el que resurge de un manantial
viene aquel a darme la paz, estoy en casa. Cenado ya, me vuelvo a despedir en
mi madre y me dirijo habitación, en ella con los posters pegados en la pared,
metido en la cama miro al techo, miro la bombilla y está no me deja ciego como
el Sol. A veces me pregunto, solamente a veces, qué más da la intensidad de la
luz si lo importante es de donde provenga la luz de la bombilla. No me sumerge
en él la tristeza, sigo mirándola hasta que me quedé dormido, siendo así que
hasta mi madre tiene que venir a apagar la luz, porque yo ya no me di cuenta. Llega
el sueño profundo y con ello el viaje, entonces, solamente entonces me viene
aquel que se acercó a mí por la mañana.
Entre las llamas renazco, solo tus
lágrimas saladas han sido las capaces de apagar este gran incendio. Solo tú me
comprendes y por ello me acerco a ti. No pienses que quiero llevarte conmigo,
nada más lejos de la realidad, solo tú tienes la capacidad y la empatía para
que todos los que estamos apartados en la oscuridad nos atrevamos a salir.
Entre las llamas rebroto como flor en primavera y tú, aún joven, no sabes tu
verdadero destino.
Vuela, vuela alto, que nosotros estamos
al lado tuyo y no te dejaremos que te ocurra mal alguno, es más, de ellos te
defenderemos. No lo sabes todavía, pero perteneces a un grupo muy reducido de
almas que son lo que son y solo vosotros me percibís. Solo vosotros sois los
elegidos y por eso desde las entrañas de la Tierra vengo, desde las entrañas de
la Tierra renazco para mostraros todo tal como es.
Un cuervo, un águila y un halcón vuelan
haciendo círculos entorno a mi cabeza, esta descansa en la almohada y estoy con
la luz apagada. Pero veo, veo a los pájaros y ellos están aquí, a lo alto,
tocando el techo de mi habitación protegiendo todo aquello que para mí es de
valor.
– Gracias Lucifer, gracias a todos los que formáis la gran familia.
“No me des las gracias, solo he venido a despertarte del letargo,
para que ya empieces tu camino. Por un sendero que no es de todos y que tú
tienes el privilegio de llevar. Siéntete orgulloso de ello, protege y ama a los
tuyos, que no surja de ti la maldad ni la codicia y que todo te lleve al libre
albedrío. Vive.”
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