Puñales
en mi corazón
Nada
de esto no sé sí era verdad, pero en fin, alguien me lo contó y por ello ahora
lo explico y lo narro yo….
Es julio de 1986, de un día cualquiera y el calor se hace
insoportable, más, trabajando como hace él en una fundición, haciendo y
deshaciendo las barras de acero se forjan como si fuese su propia alma, la
temperatura dentro de la nave no baja de los cuarenta. Está tal el deseo de que
llegue la hora de marchar, que su última media hora se le hace eterna. Parece
que el reloj de la pared central no avanza y no da tregua, pero al fin suena la
sirena, suena el final de la jornada laboral. No se lo piensa dos veces y solo
tirando los guantes al aire, se dirige deprisa a su Ford de una época jamás
contada. No se mira ni el sudor, solo se pasa la mano por la frente y secándose
las palmas en la camiseta, pone rumbo a casa. No vive lejos, en las afueras de
Roseville (USA), pero hay tráfico, tanto tráfico que le hace la vuelta
interminable. Al final llega, son las siete de la tarde cuando se rinde y se
tumba en el sofá, no pasan ni dos minutos, que abriendo los ojos de par en par,
se enciende un cigarro de los que se llaman de la risa y calada tras calada y
con la música rockera de aquellos años entrando por los oídos va imaginándose
evadiéndose a un mundo irreal. ¿Qué
sería de aquel, quien encuentra el espacio para poder desconectar de un mundo
creado para que se hagan siempre ricos los mismos? Vuela como un zepelín, vuela
más alto que las águilas y los halcones, se imagina estar entre las montañas
más altas de Europa. Se imagina en los Alpes volando por los cielos suizos,
mientras el Sol le castiga llegando al agotamiento. Baja las persianas y deja el cigarro en el cenicero, se tumba en
el sofá y vuelo tras vuelo se imagina entre las nubes como un águila, va acercándose
a los cielos hasta que se hace de noche y con la Luna llega el frío. No sabe
qué hacer, así que la mejor opción es darle otra calada al cigarro, no son ni
una ni dos, hasta que consigue otra vez evadirse.
Echa de menos España, los conciertos de guitarra clásica.
¿Te acuerdas cuando tocaba yo una guitarra?, ya de ello ha pasado mucho tiempo,
éramos todos tan jóvenes que es echar una mirada a mi espalda y ver la mochila
llena de años, tantos que estos pesan y son los que pesan en mi cuerpo. Porque
mi alma, ¡ay! mi alma sigue siendo tan joven, que si pudiera sacarme la mochila
lo haría de golpe, pero es imposible,
ella es como quizás cortar la vida de cuajo.
No me lo pienso dos veces y para seguir escribiendo sin
sentir lástima, entro de mientras en el bar, es cerveza tras cerveza voy
olvidando los pesos de mi propia mochila. Llego a tal elevación, que me evado,
empiezo con mi mochila a mi espalda, solo pesan 30 años, ¿que serán de ellos?,
ya no me acuerdo.
Me siento prisionero de mi mochila, pero qué puedo hacer,
por ello todo es como es. Voy a intentar razonar con ellos escuchando una
canción, quien sabe si un tango argentino es lo que me lleva a la propia locura.
Rompiendo las barreras del tiempo me encuentro, rompiendo
por dentro mis adentros, mis raíces y todo aquello que me une a lo que me
desune, Soy como soy y sigue con su música y sigue con su cigarrito, este le
eleva pero en el fondo no sé si en verdad le hace daño o es otro de los engaños
a los que nos tienen sometidos y
asumidos a todos aquellos que tenemos la virtud de escuchar.
No hay ni una nube en el frente, no hay ni una lágrima que
caiga del cielo, no sé si realmente existe algo. Si existe es difícil creerlo,
pero ello no dejo de creérmelo, pero de personas qué sentís afines a ello dicen
que realmente es llegar al nirvana. Necesito conseguir con mi cigarrito sin
mezcla, un viaje astral a lo desconocido, quién será quién lo consiga. No
solamente lo sabré, todo ello no os preocupéis que si lo consigo os haré partícipes de ello. Ahora me alejo y apago mi
cigarrito ya que quedó consumido.
Entran sueños que nunca imaginaría, entra en sueños él en
los que se siente realmente vivo, porque cuando realmente está en vida es cuando
duerme en ella. Aunque no me dé cuenta de ello, sé que es verdad y es así con
que dejémoslo estar y esperemos que llegue la noche. De mientras disfrutaré de
la música, buena música que me hace llegar, una música que me hace vibrar
dentro de mí como si no perteneciera a un mundo real y ya estuviera fuera de mí.
Confuso empieza su viaje, no sé si eran efectos o no o
simplemente los sueños que se deja llevar, tengo que ver condiciones de hacerlo
al deshacer dentro de mí la fase rem de mi sueño, este es mi cuerpo como si
fuera quién lo sabe, solo decía que vivo volando a ras de suelo, a ver si
consigo ya volar como el águila o el halcón que antes comentaba.
Todo
está helado, todo está congelado, cómo es posible que el blanco sea el color
más bonito, será el motivo qué significa la pureza del alma….
Ya nos gusta a todos arder de pasión, al mismo tiempo que
nos volvemos como unos viejos demonios, suplantando a los ángeles que se dicen
puros. Cuál es la verdadera verdad, todo es cierto, todo es mentira. Yo solo sé
que me rebelo contra todo aquello que está concebido, como si fuesen cortinas rasgo
su tela. Esta, que no deja de ser blanca y al mismo tiempo tan transparente,
que no me deja ver un mundo diferente, un mundo en donde no reine el caos y la
discordia.
– Lucifer
vente a mi derecha, sitúate a mi lado que yo soy tu aliado, no creas en ciertas
mentiras, no creas en ciertos bulos. No soy el amor eterno, decirle a la rebeldía que tergiversa todo lo irreal,
volviendo real a todo el humo que no nos deja ver. Es cierto, todo aquello que
nos parece mentira no son no, no son imaginaciones es la pura verdad que camina
despacio, Lucifer vuela hasta dentro de mí, te dejo entrar en mi cuerpo para
que a través de él vueles lejos.
Escucho cierta canción, que me transporta a una cierta
situación que me deja perplejo y anonadado, lo más posible es que ninguna de mis
posibles reflexiones haya atado el cabo. Yo soy quien soy y no por estar
sentado vivo menos que aquel que se tira todo el tiempo corriendo.
Para qué correr, si no respiras al mismo tiempo. No, eso me
lo cuento a mí mismo, eso me lo guiso
para acabar comiendo puñales en mi corazón, qué más da lo que diga, qué más da
lo que haga. La cortina ya está rasgada, solamente el empuje despierta y vive
dentro de mí, qué más da solamente vive.
– Cómo
es posible que pienses en esas cosas, cuando tú ya tienes tus rincón aquí en el
cielo, dime el motivo por qué me quieres esquivar, dime la verdad y solamente
la verdad, porque ciertamente no lo entiendo que hayas llegado a ese término
tomando esa decisión.
– Yo soy
lo que soy porque soy el rey Sol dime el motivo de que tú vienes y te marchas a
la Luna.
Si ella siempre esquiva y siempre se burla, dando vueltas
alrededor del planeta como si fuese una idea fija que tuviese en mi cabeza,
cómo es posible ni la entiendo ni me lo creo, pero es así y debo creérmelo y
verlo como debe de ser.
Luego, es posible que haya algo después de la vida, quién
lo sabe, tú lo sabes realmente porque
las vueltas a la luz de la luna se hacen eternas y yo no veo final. Al igual
que pasan las cuatro estaciones del año, están los cuatro polos el este y el
oeste y el norte y el sur.
Lo malo no es eso, lo malo es que da vueltas al revés, eso
solamente puede significar algo y eso es que Lucifer anda cerca y con él toda
su tropa, no es el mal pero tampoco son el bien.
– Por
Júpiter, por Neptuno, por Marte. El dios de la guerra anda cerca, sálvame por
favor tú que entras en mi cuerpo impregnando mi alma con tu energía. Lucifer sé
que no me dejarás, la lucha no puede ser ahora ni nunca.
La noche se vuelve ventosa, el viento susurra en los
porticones de las ventanas, haciendo rugir al más endemoniado. Todo es real, el
que fumaba, aquel que trabajaba en la fundición, no lo veo dentro de mí,
¿adónde será ahora? Tengo por primera vez miedo, temo por mi vida, las abro,
las abro todas , ventanas al aire, entrad todos, todos sois bienvenidos. Las
velas se apagan, todo permanece en la oscuridad, solo la Luna hace de testigo y
alumbra mi piso. Lucifer está dentro de mí, lo siento cerca y eso me apacigua,
me relaja y tomándome un vaso de agua a sorbos me tranquilizo. Aquel que había
entrado a lo primero tiene toda las de ser una sombra. Lucifer se ha dado
cuenta y lo ha expulsado.
– Gracias
Lucifer, gracias.
Me siento en el sofá, con las manos sin cruzar, cada una se
apoya en cada rodilla he intento respirar tranquilo. Es medianoche, es el
momento clave para crear un espacio entre los espacios paralelos del mundo que
nos domina y nos acelera. Todo se tranquiliza, el viento ha limpiado el piso y
yo, sin decir mi nombre, me voy a dormir, a descansar, ya que mañana toca otro
día de jornada. Viajo en mis sueños, pero al mismo tiempo me apaciguo y cuando
me doy cuenta son las cinco de la mañana, hora de levantarse. Solo me fijo,
solo hay algo que no concuerda y eso, eso es un cigarrillo de liar en mi
cenicero de la mesita de noche, cuando yo no fumo de esos. Como es posible que me
entrara como humo y se fuera como el viento al abrir las ventanas. Pues así fue
y así ocurrió, nada más más lejos de la realidad que aquello que parece irreal.
Pero en fin, eso es otra historia…..
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