Cabalgata
de luces y sombras
Entre mi Málaga
natal y mi Granada de mi alma propia, llevo al atardecer de mi Alhambra en mis
adentros. Quién soy yo, si una piedra de ella tiene más historia y sabe más de
aquellos años de lucha entre los dos bandos, que cualquier Ser vivo que circula
por sus alrededores. Todo es terreno conquistado, todo es lo que es, sin querer
entro también en la mezquita de Córdoba y todo ello es como un harén lleno no
de mujeres, pero sí de vida propia y de historia, mucha historia.
Lucifer cabalga
de nuevo por el sendero del anochecer, ¿qué será de aquel que piense ignorarle o
rechazarle, quién será el osado que se
atreva a alzarse en armas en contra de él? Miro y no veo a nadie capaz, ya sea por miedo
o por respeto, nadie será el quién le falte a ello. ¿Quién se atreverá, quién
será, quién será?, yo no dependo de mí mismo
o quizás sí, todo es un sin saber porque nadie es portador de la verdad
absoluta.
¿Qué veo a lo
lejos, si ya es casi de noche?, escucho como un susurro que transporta el
viento. Es el mismísimo diablo en persona, Lucifer se me presenta y alzando su
espada, vuela entre las nubes.
Cabalgo yo, a galope como
un caballo desbocado, volando entre las nubes altas del cielo oscuro. Quisiera
que tú no caminaras solo, pero, ¿porqué, no todo depende de lo que depende?,
líneas del destino que pierdo dolido. Es que sé que ganar es lo más grande y más llena de
orgullo mi soberbia, quisiera de aquello
que yo creo, que se ha olvidado por todos. Ves que el príncipe de la oscuridad
es como es, yo, por las noches me emborracho lleno de odio y de rencor, le pido
a la oscuridad, que no es del mal que me ayuden. Entro en sosiego, cómo será
posible que ya no creo en ellos porque no los veo, aunque lo siento yo porque
los intuyo.
Sombras en la
noche estoy a punto de ver, si se me acercan por la oscuridad de la noche,
sombras disfrazadas de personas de bien se me acercan y me susurran al oído, me
hablan en voz baja, en una voz tenue que escucho todo aquello que me llena por
dentro.
–
Reza, ora lo que sepas,
porque ha llegado el momento del final, porque ha llegado el momento ese que
tanto esperabas y tanto odiabas, reza
porque este momento, este instante ha llegado. Vas a atravesar la
cortina transparente, vas a desdibujar un halo en el cielo y ese eres tú, navegando por los
límites de la realidad. Quién iba a saber
lo que era verdadero y lo que era mentira, nadie más sabe que aquel que
ya calla para siempre, es el que otorga la eternidad y la felicidad a la
humanidad.
Te desvaneces en
el cielo, te ocultas en la oscuridad, solo eres una pequeña luz dentro de
aquello que todo lo ilumina. ¿Sabes realmente de lo que hablo o sabes realmente
de lo que escribo verdaderamente?, yo creo que no. Pero en fin, eso es otra
historia que ahora no viene al caso y no
pienso contar.
Encenderé una vela por ti, echaré de menos tus sonrisas,
echaré de menos tus risas y tus juegos de cuando éramos unos niños. En fin,
dejas un hueco en mi corazón que será difícil de llenar, ya que creo que eso es
así porque he vivido tantos momentos contigo, porque he vivido momentos tan
amargos y tan felices que ahora no sé con quién compartirlos ya.
–
Que no hay nadie que sea como
tú, te llamo y no vienes, clamo a lo más grande si es que algo existe, que me
haga llegar un simple susurro de tu
existencia y que no sea todo lo vivido en vano.
Cómo hermano mío que eres, siempre te recordaré como si fueras ese
íntimo amigo que todo hombre desea, con quién podía llorar las penas y con
quién podía celebrar las alegrías, ya
que con solo las mujeres no sé completa la vida del hombre, todo es así.
–
Cuál es tu nombre. Clamo a los cuatro vientos en voz alta,
llegando casi a chillar.
Mi nombre da igual, mi edad
suma muchos números y me resta años de vida, ¡qué más da si me han
partido por la mitad!, ¡qué más da si ya no me siento tan completo!, qué más da.
Todo depende de
con quien estés, puede ser que esté
casado porque amo a mi mujer, a mí compañera y amiga qué hace el viaje
conmigo y que sin ella, la vida en este mundo no sería lo mismo, no hay que sentir esta soledad
tan extrema ya que sería insoportable.
Quién es capaz de
tirar un pajarillo por el váter, después de haberte alegrado la existencia con
su cantar, ¿eres capaz de lanzarlo al
vacío de una bolsa de basura, cuando ha sido tu compañero de juegos en tu
infancia? Yo creo que se merece una pequeña caja de cartón y enterrarlo en un
campo o en un bosque cercano guardando un minuto de silencio por él. Yo soy así
y así lo he hecho cuando era niño, porque no hay mayor crueldad que no respetar
la vida y la muerte de un ser vivo, ya sea un animal, ya sea un hombre o una
mujer. Todos merecen un minuto de respeto y por eso voy caminando por senderos
tortuosos, pues yo voy caminando por aquellos caminos que me llevarán a dejar
una foto tuya dentro de esa pequeña caja de cartón, porque es mi minuto,
honrarte por todos los años qué has compartido conmigo.
–
¿Mamá, dónde estás ya mamá,
te has reunido con él?, espero que así sea, que lo esperabas y que lo has
recibido con los brazos abiertos, yo sé que está a tu lado yo sé que no la has
desamparado y que cómo hijo tuyo que es, lo amas y lo respetas, seguro estarás
con el hasta que yo llegue también.
Vamos, ni que
fuese un baile de sombras el intentar arrebatarlo de tu lado, seguro que no lo
consentirás, de eso estoy convencido, de eso nadie me lo puede negar. Yo sé que
es así, por lo tanto me quedo tranquilo,
ahora he llegado a mi destino, ese
destino no es otro que lo alto de la montaña, una montaña que él adoraba. Recuerdo cuántas veces, en otoño
después de una noche de tormenta, subía corriendo, ascendía a lo más alto y
después bajaba la ladera y se tiraba al
suelo para oler las hojas frescas
caídas de los árboles.
Me gustaría
existiera una señal de radio que nos conectara con el otro lado, me gustaría
poder compartir momentos diferentes en años distintos. Pero no por ello de
diferente amor, yo sé lo que digo, yo sé a quién amo y eso no me hace cambiar
de persona ni de personalidad. Si esta
carta te llega significará que hay algo que nos une,
todo es caminar en el mismo sentido, todo es correr como si fuésemos
niños. Los brazos abiertos en cruz mirando al cielo, no hay nada más bonito que
la más pura inocencia de aquellos años
que pasaron y que lo miramos ya cómo el que rebobina una cinta de video. Todo
ello es lanzarse a lo desconocido.
Estate tranquilo yo le acompañaré en su viaje a lo desconocido,
enciende una vela de color azul intenso, cómo intensa ha sido su vida. Ahora
empezará una nueva, a mi lado con el
permiso de tu madre. Él ha elegido y eso es de respeto, no sabes lo orgulloso
que me hace a mí que siga mis pasos. Tu madre ha hablado, ¿quieres escucharla?,
yo te doy permiso, porque sin él no
podría comunicarse contigo. ¿Quieres escucharla de verdad?, pues ahí la dejo en su campo vibratorio, que
haga cimbrear tus tímpanos llegando al corazón de tu alma.
–
Hola querido hijo, no sufras
por mí, te digo y que te llegue al alma querido hijo, vive la vida. Pero con la
esperanza de lo que hay después, primero vive esta y disfruta, ya que ya te
llegará el momento de traspasar la
cortina transparente.
Me quedo
incrédulo, me quedo anonadado y un poco en estado de shock, pero reacciono y le
respondo sin llegar a alzar la voz…
–
¿Cómo sé yo que eres tú de
verdad y no eres nadie disfrazado de ti, cómo puedo confiar en tus palabras? Yo
sé solamente que intuyo tu presencia, eso no es posible si yo soy un ser vivo y
tú un alma completa, dímelo si puedes,
hazme una señal para que crea en ti.
El silencio se
hace eterno, dentro de que la eternidad no se mide en tiempos, ya que la
eternidad es infinita y por lo tanto no sabe de años.
–
De estos ratos de ocio te
acordarás, cuando eras más joven y todavía yo era presente, ahora seguro que te
acuerdas, ahora seguro que con el recuerdo de mis besos y abrazos, recuperas
esa confianza en ti que siempre te ha faltado y por eso estabas tan unido a tu
hermano.
El viento se alza
en guerra, se acercan nubes por el horizonte
y todo hace presagiar lo que va a acontecer. Sin hacerse esperar,
enciendo una vela y la pongo encima el mueble, en lo más alto, a modo de altar
porque ella se lo merece. Al lado pongo una foto suya, cómo se fuese a hablarle en persona me sitúo,
con la música de antaño y le hablo y le digo le contesto.
–
Yo te quiero mamá. Siempre te
he querido y siempre te querré, pero yo creo que es mejor que no me esperes, yo
creo que es mejor que sigas tu camino en el bucle que nunca acaba. Yo seguiré a aquel que quiera seguir mis pasos y
yo los suyos.
Príncipe de la
oscuridad llévame contigo cuando sea el momento, yo quiero mucho a mi
madre y también a mi hermano de sangre,
pero yo no quiero ir hacia la luz porque es entrar en un bucle del que no se
sale. Llévame contigo, llévame con mi hermano, yo desde aquí te honro, al igual
que a ti madre y que quede todo escrito.
Tormentas en el
amanecer es lo que hay a cierta hora de la mañana, nubes negras como tizones
amenazan en la costa, el viento viene del mar, húmedo él con mis ojos que
sollozan de la emoción. Me tiembla el pulso, el corazón me palpita y es que es
todo nuevo para mí. La lluvia no tarda
en caer y el viento hace mover los árboles como si estos fuesen a romperse, el
viento golpea los cristales de las ventanas y yo me siento aturdido.
¡Que me parta un
rayo!, y un rayo me partió. Me mezclé
entre las nubes y me convertí en una de ellas, el Sol no pudo hacer nada. Yo
era más fuerte que él, ya que lo tapaba y hacía la noche a media mañana. ¿Qué
será de mí ahora, viajaré pobre muerto?, quién lo sabe, yo solo sé que no veo a
nadie. Todo es oscuridad en la noche ,en
una noche perpetua en el universo, ¿a
qué constelación voy? Cuando siento como una energía extraña que me atrapa, me
atrae que me atrae como si fuese una vibración cósmica.
–
Soy yo, Lucifer. Vengo a
buscarte como te prometí, vengo por ti para darte el mejor regalo qué se le
puede dar a una persona. Por tu buen hacer y tu buena voluntad te regalo la eternidad. ¿Ves aquella luz al
final?, es tu madre y tu hermano, ves con ellos y abrázalos, únete una sola luz
y vuela alto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario