domingo, 31 de enero de 2021

                                       RECUERDOS, SIMPLEMENTE RECUERDOS

Siempre recordaré aquellos años de juventud, cuando el sol salía cada mañana y yo me bañaba en la luz del amanecer.  Tiempos eran tiempos, cuando mi longevidad aún era poca y mi madurez tardaba en llegar. Ahora, ahora en el atardecer sombrío de mi edad ya entrado en décadas, me veo reflejado en el lago cómo Narciso en la época griega y me he quedado prendado, enamorado de mí mismo. Todo es posible, todo es alcanzable, no hay meta que no se pueda conseguir ya que yo soy guiado por las estrellas y estas me son favorables.

Lugar frío y tétrico, es aquel adónde acontece la verdadera historia, una historia que nunca ha sido contada, pero a la vez siempre cuestionada. No se sabe si por ser real o por ser mentira, pero todo queda allí, en aquella fábrica abandonada a las afueras de Barcelona, una nave sin cristales  ni puerta blindada. Camino despacio por su interior, camino lento, como si quisiera que esto acabara como un cuento con un final feliz. Sigo andando y todo es posible, no tengo prisa, hasta que me visite la dama de la muerte y me guie hacia la eternidad tengo de tiempo.

Hay un autobús abandonado dentro de la nave, me quedo parado delante de él,  apreto los puños y sin pensármelo muchas veces, de un salto estoy sentado delante del volante, en él imagino que voy a las estrellas, en ese autobús nuclear viajo de forma interestelar. Me imagino que surco los mares del universo, ¿qué será de mí cuando realmente despierte realmente?, me daré cuenta del qué quién más narra más inventa y que estoy yo solo o yo me lo imagino.

Motor uno, encendido. Motor dos, encendido. Preparada tripulación, os habla el comandante. Apretaos los cinturones y agarraros bien a la butaca, vamos a sobrepasar la velocidad de la luz, viajaremos hacia donde toda la imaginación sea una pura realidad.

La noche se cierra en banda, la oscuridad se adueña del lugar, todo es como es y lo digo todo sin beber alcohol ninguno. ¿Cómo es posible que me monte tal película?,  pero es así, no puede ser porqué todo lo real es lo mental. Late mi corazón, late el tuyo también pidiendo perdón, ahí está la auténtica razón de todo lo ocurrido .Yo en la antigua fábrica sigo subido en el autobús, que sin moverse del sitio me lleva hacia el infinito. 

Todo supera la ficción, todo me altera mis neuronas, estas entran en batalla con ellas mismas.

Te buscaba y no te encontraba. Ahora que estás a mi lado, no te separes de mí por favor. Hay muchos Entes hay afuera, en el vacío del Cosmos. 

Todo es relativo, todo es mental y todo ocurre como ocurre. Así que girando la llave otra vez, imagino que se apaga el motor del cohete. Sumido en un descanso, me quedo dormido y a través de él, sueño, levito y divago.      

“Entre los jardines de Orión navego yo por el espacio, frío es este, negro el vacío de mi corazón. No hay nadie que me iguale  y no hay nadie más bello que yo,  adivinar,  adivinar quién soy yo. ¿No lo sabéis todavía, no sabes que existió en realidad un mundo en dónde el libre albedrío era constante?, que no había guerras, que no había enfermedades y no existía el hambre. Pero todo aquello ha quedado lejos, todo por el afán  y el egoísmo de unos pocos, todo ello ha llevado a la fe ciega de muchos, la fe en  algo que ni ven ni oyen, pero que algunos dicen que existe. Yo de mientras, sigo aquí al lado, volando por encima de las estrellas yo sigo aquí, al lado de ti lector que me lees con el afán  del saber.”

Despierto de golpe, algo me sobresalta, algo me altera. Lágrimas caen en cascada, sollozo como un niño pequeño al que no perdonan una travesura, yo no tengo miedo a nada. Ni siquiera a la mismísima muerte, que más me da, se lo único que te veo de verdad y eso, eso es tu bondad y  alegría. 

¿Quién tiene miedo la oscuridad, quién tiene miedo a lo tenebroso?, yo un sin nombre,  soy el séptimo  hijo de mi familia, la cual llega a la docena. 

No será por falta de hermanos  que me inunda la solitud y  me zambullo en la soledad más completa. Yo solo sé que me imagino sentado en el autobús dentro de la fábrica abandonada, que vuelo como un cohete y es que solo soy alguien que vive  una infancia perpetua. Como si el síndrome  de la niñez me acompañara me veo solo en tal aventura, qué más da mi edad o corpulencia. Todo es una encrucijada, me vienen por todos los lados y yo no sé qué hacer, no puedo contra  tantos, no puedo luchar yo solo por mucho que me  honre en la batalla, no hay espada que pueda contra tal legión. Como avispas en el cielo surgen de la nada, cómo buitres carroñeros esperan el desenlace final.

Alguien se acerca, se acerca y entra en mi imaginación, haciendo que tenga tal conversación y tal visión.

¿Qué buscas?, dímelo claro qué buscas sin en ti es todo raro. Le digo en voz alta y clara, al mismo tiempo que me agarro al volante del autobús.

Yo no busco nada especial, yo  solo busco tu cuerpo y tu alma para con ella bajar al mundo y reinar por encima de todos. Me dice tal cosa, negándome a creer quien creo que es.

Conmigo no lo conseguirás, no te venderé mi alma  ni la conseguirás.

¿Dudas de mí acaso, dudas de que yo no fracaso?, cuando quiero algo lo consigo rápido  y ello me lleva a elegirte a ti. Tú no me conoces, pero yo conozco tu alma y tu cuerpo y yo sé que este me pertenece, porque yo soy lo que soy, frío y negro por dentro,  cálido y blanco por fuera.

Se hace la noche, se hace un eclipse lunar, todo es relativo en todo aquello llamado cielo. Surco desde las entrañas de la faz de la tierra, no hay nada ni nadie tan valeroso como yo, no creo que sea  pecar  de narcisista y comportarme cómo  Narciso, ¡quién es, a saber!

Búscame,  búscame en tus sueños y me encontrarás, debajo de las mantas de este duro invierno nos encontramos, las nubes surcan el cielo como si fuesen  águilas en vuelo.

Busco un campo verde, busco un campo lleno de girasoles busco la paz entre mil razones. ¿Porqué será que yo estoy así, qué tengo esta bondad?, ven tú y explícamelo,  ya  que no sé razonar mi pensar. Por eso mismo creo que llegaremos a un trato, pero déjame caminar, ahora necesito estar solo para que nadie me agobie y nadie me atosigue.

He llegado a ver sirenas  en los mares ocultos del universo, he llegado a ver pirañas en los ríos de la tierra. Pero aquí arriba todos somos iguales, no hay ni el más rico  ni el más pobre, todo es como es. Estrellas luminosas iluminan en mi poder, que no  es otro que el de convencer. Me pica el espinazo y me quedé estupefacto, qué sorpresa la mía al despertar y que me digan que sonría, que todo ha sido un sueño todo. Ha sido un invento de quién, ¿quién ha entrado dentro de mi cuerpo, que ahora yo no lo lamento, quién habrá sido capaz de hacer  realidad mi sueños?

En mi autobús interplanetario, viajo desde la Tierra a la Luna, de la Luna a Marte sin llegar a dudar que debo de amarte.  Porque formas parte de mí, estás dentro de mi cabeza, estás dentro de mi cuerpo, estás dentro de mi alma. Por ese motivo, por esa razón dejaré que poseas mi cuerpo, con una sola condición, de que mi alma,  que mi propio ser al ser tan valioso sea solo mío.

Techo de  plástico es el que cubre la fábrica, sin lugar a dudas estoy a salvo dentro de mi nave interestelar, con la que viajo alrededor del infinito universo.

Muros de hormigón son las paredes, las ratas, cómo sombras de la noche salen en busca de alimento, todo es como un lamento. Todo es  de aprovechar el momento, se hace la noche  y debo de volver a casa, aunque ya no sea un niño se me trata como tal ya que mi  evolución no ha sido  cómo la de los demás.

Vuelos lejanos, vuelos cercanos  ¿Quién te crees tú, si eres mi hermano?

Yo no soy nadie, solo tú eres capaz de hacer lo que haces, pero vuelve, vuelve para casa, tú  que vuelas tan alto, vuelve para casa. Tú que eres mi hermano no solo de sangre sino de espíritu.

Dime ángel mío, demonio, lo que seas. ¿porqué no duermo por las noches, porqué sueño contigo todo el rato por el día?

El campo realmente es de puro hormigón, los animales del bosque son solo algunos coches  o algún camión qué más da si yo duermo ya en casa. Fogatas al oscurecer, cigarrillos encendidos al amanecer,  qué  será verdad cuando estoy dentro de un sueño,  de un sueño del no despertar qué más da. Hay un autobús abandonado dentro de la nave, en el que imagino que voy a las estrellas,  en ese autobús viajo de forma interestelar, me imagino que surco los mares del universo, ¿qué  será de mí cuando realmente despierte realmente?, me daré cuenta del  qué más  narra, más inventa estoy solo o yo me lo imagino.

¿Duermes, realmente duermes? Me acecha de nuevo en busca de aquello que es de mi sola propia propiedad.

Recuerdos, son simplemente recuerdos. Ahora por fin me viene a la memoria, otros momentos, otros tiempos. Ya tan lejanos, que pensaba que se habían perdido o borrado. Pero nada más lejos de la realidad, está ahora aquí, me acompaña mientras duermo, me acompaña y me dice que él soy yo.

Como para volverse loco es, tal razón me lleva a un despertar sobresaltado. Estoy solo, vivo solo en aquella casa que era de mis padres y que mis hermanos me han dejado que la disfrute mientras viva. ¿Pero, que es estar vivo?, sino vivir emociones. Sobresaltos, sustos de película de miedo o de aventuras. Así, que medio dormido, me lanzo en la búsqueda de mi autobús particular. Me visto y me adentro en mitad de la noche, no hay nadie, no se mueven ni los gatos. Son diez minutos el llegar a la fábrica abandonada. Voy preparado, voy atento con mi linterna. 

Entro en su interior, camino seguro, pero cuál es mi sorpresa cuando el autobús ya no está, cuando el interior de la nave es el mismísimo vacío, solo lleno de chatarra y suciedad. Miro y miro, todo había sido un sueño. Uno de tantos de mi auténtica imaginación.


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