VUELO RASO EN LAS NUBES
“Sale
el Sol, sale la Luna, esta se pone delante, haciendo del astro rey un eclipse.
Se hace la noche, se hace lo que no debe de ser, la oscuridad completa a las
tres de la tarde de un miércoles cualquiera, de cualquier invierno, de
cualquier año. Eso es lo de menos, el hecho es lo que importa y lo que se narra
también, ya que a través de ello se lee y se aprende. Se aprende, pero eso, eso
lo deja al libre albedrío de cada uno”.
– Dime
paloma blanca, tú que vuelas alto y picoteas el pan de la misericordia y de la
empatía, quién realmente soy yo. Porque yo realmente no me conozco y eso que
rondo los cuarenta.
Un compañero se le queda
mirando, alucina en lo que ve a través de sus ojos y escuchan sus oídos, es
Luis, Luis dando de comer a unas palomas en horas de trabajo, no entiende nada,
pero no se va de la boca, no va al encargado. Se marcha a seguir su tarea, se
marcha mientras sigue mirándole echando la cabeza hacia atrás. Nadie lo
entiende, parece haber perdido la razón o es al revés quizás, la razón lo ha
perdido a él. La verdad que quede dicha, no es un hombre solitario, al revés es
enormemente extrovertido, hasta que no sé qué le paso, que le provocó una
cierta crisis o quizás llamarlo “clímax o éxtasis”.
Salgo
de trabajar, me dirijo al bar de siempre, una chica para un chico, no es tan
difícil de entender. Me acerco a la barra pensando en mis cosas, todo es un va
y viene de gente, la mayoría ya la conozco, al menos de vista. Yo sigo con la
mirada al frente, solo la cambio cuando lo necesito, cuando no hay más remedio
que ir al baño y ello impera en la urgencia. A la cuarta cerveza todo aquello
que me rodea se vuelve nubloso y empiezo a desvanecerme. ¿Adónde me adentro?,
quién sabe. Ni yo mismo sé lo que sé, todo parece ser que estoy de pie en una
barcaza, dándole con un palo a la tierra que hay en el agua poco profunda. Todo
desde la neblina, todo desde el desvanecimiento, sigo camino hacia algo que me
llama o creo al menos que es así.
–
Ven a buscarme. Escucho
a lo lejos. Luis, ven a buscarme.
Me llama, pero es la voz de un hombre, si al menos fuera la
voz de una mujer… de una sirena quizás, de alguna bella damisela que le hiciese
falta de mis favores, no me lo pensaría dos veces. Pero dejarme embaucar por un
hombre, quizás hay algo dentro de mí que todavía a mi edad desconozco o
simplemente, me aturde y me hace ir. La cuestión es que sigo en mi barcaza,
como si esta fuese un sueño y no lo que es en realidad. ¿De qué se trata, que
puede suceder?, ahora mismo lo relato, para que sea de todos sabidos, que no
solo por los oídos se escucha, que no solo por la punta de los dedos existe el
tacto o quizás esté del todo equivocado y todo sea un lapsus de un momento de
llevar cuatro cervezas. Pero no creo que sea ese el motivo, todo es un suponer,
todo es lo que es.
Yo en
verdad no sé quién es, pero cuando me levanto de mi letargo, cuando despierto
de nuevo. Como si fuese una embarazada me parezco ser, presiento algún ser
dentro de mí, alguien que quiere romper mi alma, alguien que quiere salir
rompiendo en llanto y dejarme a mí, fuera de sí. Dos semanas es lo qué ha
pasado de tiempo, casi de mí durante siete largos años me parecen haber pasado desde mi última comida. Con unas
ganas de comer me encuentro que casi desmayado me caigo al suelo por ello, hambriento me siento, como un oso que sale de
una osera me creo entender que soy yo.
Un
chico para una chica, una chica para un chico eso era a lo lejos lo que veía,
yo montando en un caballo. Nada fuera de
aquello que se tenga que ocultar ya que fuera de lo normal yo me considero
siempre, vendrá el hombre de la bata blanca ahora, recibo mensajes y estos se
desvanecen, no es que sean la razón de ellos por lo que simplemente sé que yo existo.
Dichosa
locura, como un destornillador punzante va entrando en mi cerebro, dichosa
locura que como agua revuelta va metida para dentro de la mencionada laguna. ¿Qué será de mí, qué será de aquel que se me
acerque?, ¿acabará igual que yo, acabará igual?, quién sabe a saber.
Cómo
sordos gritos es mi locura, cómo martillos de arena van golpeando en mi cabeza,
dichosa locura que no me lleva a ningún lado. Intento gritar pero solo me sale
un tartamudeo, no soy capaz de hablar claro todo es un suponer qué cómo un
supositorio me entra para dentro. Quién sabe la verdadera verdad, todo es un
suponer, todo aquello que relato, todo aquello que escribo es verdad, es cierto
o es todo una locura solamente. Quién lo sabe, estoy tumbado en una camilla de
ruedas, de esas de tantas que existen en los hospitales. Un celador la empuja,
atado, me siento atado de brazos y piernas, como si fuese a hacer daño a
alguien o fuese un peligro para la sociedad. Este va despacio, no deja de
enfermera que saludar y yo de mirar y de sonreír, veo los blancos fluorescentes
como pasan de forma lenta, los cuento, pero pierdo el número de tantos de
ellos, soy un legendario ya del hospital a donde me alojo involuntariamente.
El
día que yo me muera, que no lleven flores a mí entierro, ya que yo quiero ser
incinerado para que el humo suba y si esparza por todo el ambiente y que nadie
suelte una lágrima porque no soy de merecer ni tengo razón alguna. Ya que yo
siempre estaré con vosotros, esto puede ser un réquiem, esto puede ser lo que
puede ser, pero ciertamente espero que el tiempo pase y yo siga estando en el
mundo de los vivos aunque cómo un martillo de arena la locura me siga golpeando
la cabeza.
Recuerdo
vagamente cuando paseaba por las Ramblas de Barcelona y era ajeno a todo el
bullicio y a toda la gente que paseaba. Recuerdo vagamente, cómo a veces me
codeaba y me tropezaba con alguno que venía en dirección contraria, me acuerdo
de verdad que me acuerdo, de cuando me sentaba simplemente a observar. Lejos
han quedado aquellos tiempos en que yo no me sentía tan solo, porque es cierto que
no hace falta sentirse acompañado para no sentirse solo es la más soledad
completa
Como
una canción de blues ha sido parte de mi vida, ahora la veo reflejada en el
espejo del lavabo cada mañana, no lloro por orgullo cada vez que me afeito y me
veo envejecer a paso lento, tan lento cómo lo es el paso del tiempo. Ahora me
veo simplemente en la planta de un hospital que no recuerdo ni el nombre, pero
eso ahora da igual yo seguiré mi camino, el día que salga de aquí y pueda alzar
los brazos en señal de victoria cantando cierta canción famosa alegrándome de
mi libertad.
Dame un abrazo amigo,
abrázame con todas tus fuerzas que yo vea el verdadero camino qué se debe de
seguir. Yo no soy un halcón, yo no soy un ave rapaz, pero quiero llegar tan
alto que pueda posarme las cimas de las montañas, algunas tan escarpadas que la
imagen que reflejen del horizonte sea tan maravillosa, que el corazón me pegue
un vuelco.
–
¿Tú quién eres qué estás siempre a mi lado?, no sé
verdaderamente a quién se lo pregunto, no sé realmente si hay alguien a mi lado
y eso, eso es lo que asumo.
Todo
es como un viaje astral, todo es cómo ir en un tren de largo recorrido, espero
y deseo que sea de pocas paradas y que en estas suban personas que me hagan
agradable el viaje. Porque para lloros no hace falta nadie, tú que estás a mi
lado, tú que me escuchas de verdad o simplemente eres una foto en la pared,
quién lo sabe. Yo no, yo solo soy un triste viajero que no sabe cuál es su
última parada
Hay trenes que te llevan al
éxito, hay trenes muy chulos y bonitos ellos que te llevan a la perdición, hay
que saber elegir el cual debe subir todo depende de ello
Me
acongoja el saber un día moriré, moriré y no habré dejado descendencia alguna,
qué le vamos a hacer si no he encontrado una mujer a la que tratar con dulzura. Qué más da, yo no quiero ir al cielo, yo no quiero tampoco
ir al infierno, me gustaría quedarme en un mundo paralelo donde yo ser feliz. Y ver a todos aquellos que me trataron
gratitud y respeto, yo de ellos no me alejo, yo a ellos me acerco y por eso
vengo aquí de visita. Soy yo tu viejo amigo el qué martillea la cabeza, no me
busques ni izquierda ni a derecha y delante ni detrás, solamente soy como una
mosca a la que no puedes apartar. Llorar es lo que quieres, porque no sabes si
has desperdiciado tu vida. Yo te puedo decir que no que nadie desperdicia su
vida, el camino trazado, en el camino seguido se aprende y queda aprendido todo
aquello que debemos de aprender.
–
Yo no sigo ninguna religión yo no sigo ningún Dios porque no
creo en ellos.
Sigo
mi camino, sigo andando a veces rascándome la cabeza sin dejar de pensar quién
soy yo, miro el reloj de la Iglesia. Marca las 11:30, falta media hora para medianoche falta media
hora para que sea un nuevo día.
Ya
ves, como este sin sangre sabes que no te perturbe tu paz, sabes, el sabe que
estoy aquí y que no te deja tranquilo .Se presenta por la noche, sin aviso, te
seguiré siendo fiel a todo aquello que te rodea. Ya que la persona que soy yo,
la soy gracias a ti, un abrazo más fuerte te daría si fuese una estrella. ¿Qué
más te duele en la cabeza?, yo no estoy así ya, estoy solo yo, soy él, el que te
dirige. Tú me vas a tener temor y tú sabes que es así, no digas mil nombres, no llames a nadie. Tú sabes que me perteneces
a mí, grábatelo en la cabeza en ir sin la razón, que esa te veo para mirarlas
todas las mañanas. Cuando te miras al espejo te veo y te veo y yo digo, soy yo,
soy yo dentro de ti. No sabes como yo te amo, gracias a que estás vivo, vivo yo a través de
ti y nada más.
Se
ve más feliz después, cuando perezca tu cuerpo tú vete, estarás al fin como en una
nube en la que el viento soy yo la nube siempre queda en el aire, él siempre va
dirigida para que ellos que se creen poderosos sean dichosos.
–
Ponme ángel mío, si es verdaderamente quien eres porque dices
que te parezco o es que no has entrado después de la muerte o es que la
verdadera vida viene después. Quién lo sabe, a saber, yo no sé solamente soy un
escritor fundador del amor y del odio, el estigma. La imaginación será incompleta
por la falta de entendimiento entre el hombre, todo es como más estrellas, pero
sin peces en el universo ni estrellas en el mar. Solamente el Sol calienta al
mejor postor, quien salga de nosotros que somos realmente.
Gorra
de terciopelo, zapatos de piel de serpiente, es todo aquello que vierte su mirada
y enfrente no perdáis el futuro, porque este no está escrito. Quién sabe quién
es, si todo solamente ha sido una total locura, todo ha sido lo que ha sido. Ahora
entra en camilla, ahora entran corrientes adversas en el cerebro, corrientes
adversas para saber quién es realmente quién.
El
sol sale como cada mañana necesito seguir
preguntando el porqué de mi existencia del porqué se vive solo, solo se sabe que muchos sobreviven en un triste
trabajo y eso cuándo puedes desempeñarlo. Todo no está escrito, todo puede
cambiar con la voluntad de la persona, no de Dios sino de la persona, puedes
coger un tren o puede coger otro, puede girar a la derecha puedes girar a la
izquierda, quién lo sabe. Martillos de arena se han hecho dueños de su cabeza,
todo por un posible despertar. No sabe realmente, no sabe nada de sí mismo,
pero sabe que está en una planta hospital, cuando hace poco estaba limpiando el
patio la fábrica, cuando hace poco está tomando una cerveza tranquilamente.
Antes de que se desvaneciera todo en el humo negro.
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