AL GALOPE
Paseo por las mañanas por unos de
los parques de la gran ciudad, con las manos en los bolsillos, ando pensativo.
Solo pienso en aquello o mejor dicho en aquel que fue en su día mi mejor y gran
amigo. Camino despacio, tanto, que le doy una patada a una lata de cerveza que
veo en el suelo. No hay nadie, es muy temprano, el Astro Rey acaba de salir y
solo se ven a los barrenderos haciendo su trabajo, a cuál más digno. Cuando una
voz resurge en mi oído derecho y me dice, me comenta lo siguiente…
–
- Solo veo mi sombra reflejada por el Sol, solo
veo aquello que me dignifica como persona y eso, eso es mi buen hacer y mi buen
nombre. Todo eso que dicen de mí no es cierto, yo por un módico precio, hago
viajar al más humilde y al más rico. Todos son tratados por igual, no hago
diferencias nada más que eso.
Giro la cabeza de un lado a otro,
ahora un sudor frío me recorre todo el cuerpo, hasta que viendo su imagen estallo,
pero solo hago un sordo grito en medio del espacio abierto, mientras escucho,
cerrando los puños a la vez. Mientras me echan el brazo por el hombro,
caminando al mismo paso.
–
- ¡Calla, calla y vuelve a callar!, que yo soy tu
verdadero amigo y nadie más. Solo verás luces y sombras, con solo una sola vez
te engancharás y ya no podrás parar hasta que los pies los veas ya por delante
y ya no puedas reaccionar. Ya he perdido la cuenta, de cuantos han caído en mis
redes, que como una tela de araña se va tejiendo en tu cerebro. Sufrirás, lo
lamentarás toda tu vida, pero ya será demasiado tarde. Nadie se te acercará,
pasarán diez mil años antes de que seas perdonado y puedas alzar la voz,
pudiendo romper la larga cadena que te ata a mí. No tienes escapatoria, solo el
dulce somnífero que entra al sentir mi líquido entrar y mezclarse con tu
sangre, te hará feliz. Siempre me pertenecerás, siempre serás mío y no podrás
decir nunca de los nunca, no.
He salido dos veces y dicen que
no hay dos sin tres, pero yo lo intento, lo debo conseguir, solo por decir que
he conseguido algo en la vida, algo más que engendrar y seguir la cadena de la
vida. Una vida que a veces golpea de la manera más cruel y otras veces te
brinda sus mayores placeres, aunque parezcan banales.
Al galope, cabalgando va por sus venas, hinchándole estas y llegando a minarle
y adueñarse de su cerebro. Desconozco el efecto real, pero sí he visto pasar
por la calle algún que otro “jinete” de la droga. Todo aquello que se ve no es
cierto, todo, la mayoría son cosas imaginarias que le llevan a pasar un “buen
rato”, al menos para él. Ya no sabe vivir sin ello, ya no sabe qué hacer para
bajarse de su galope.
No sabe o sí, pero no quiere
hacer caso y se miente a sí mismo, diciéndose, “mañana no será como hoy”. No
sabe o sí y se calla, no sabe dónde esconderse. Camina de manera fantasmal, es
solo una sombra de lo que fue, “mañana no será como hoy”. Se dice, se lo comenta para sí, hablando solo.
Una barra de pan del día anterior, es lo que consigue de premio, eso y
poco más que eso. Pan con pan, es lo que come, merienda y desayuna cada día.
Eso, cuando tiene hambre o apetito, que es raro, porque al parecer dicho
cabalgar le quita las ganas de comer a cualquiera.
Se dice, se comenta, que antes de
lo que es ahora, había sido un ganador de la vida, un verdadero triunfador, que
todo fueron unas nuevas amistades que se echó y que le llevaron a recorrer el
ruedo como un toro cegado y drogado. Todo un pijo vestido, a grandes rasgos se
puede ver hoy en día, en su vestimenta y su saber hacer. Es una pena el tenerlo
todo y perderlo por querer aventurarse en un terreno, que de quién lo pisa
muchos ya no salen.
A lo mejor todavía no es tarde y
se da cuenta, pero a su edad lo veo difícil. Me acerco alguna vez y le ofrezco
un café, alguna vez me lo acepta, otras, la mayoría de veces me lo rechaza. No
se diría que no pudo decir que no, saber que es una lucha muy dura y larga.
Camuflado entre la gente intenta
pasar desapercibido, concierto a concierto de música rock o pop se ve o cree
verse divirtiéndose. Copa a copa, se cree el Rey, el rey de copas, cuando
realmente le pintan bastos.
Como un animal perseguido se
siente, acorralado en la calle, no por guardias que porra en mano van apartando
a la gente, no, si no por la misma sociedad. No quiere cerrar los ojos, no
quiere perder de vista aquello que le amortigua en su caída libre desde el
precipicio hacia el infinito mundo del olvido. Yo le intento ayudar, pero me ve
invisible en la mañana y por la noche ya no existe ni él mismo, ya desaparece
en el infinito vacío de lo nocturno.
Yo le digo, yo le repito. No, que
no es el camino a seguir, ¿pero, quien tiene derecho a elegir o dirigir el
camino del prójimo? Nadie tiene ese privilegio, ese don de razón. Si él se ve
feliz, pues entonces es que no le hace falta nada más. No es tan fácil como
parece, no es tan sencillo como parece. Los pinchazos en los antebrazos se
multiplican, haciendo de ellos moratones que lo deja todo dicho. No le hace
falta mujer alguna, ya encuentra el éxtasis que necesita, ya encuentra en algún
lugar su momento. ¿Cómo enseñarle el verdadero camino?, cuando todos seguimos
el nuestro propio. Tan fácil no es, tan sencillo no es, solo hay que ver o
vislumbrar el cerebro dormido y carcomido por el galope incesante de aquello
que no tiene nombre y que destruye al mismo rey de copas. Ni que fuera un poco
lelo, que de ello no tiene nada, sigue el juego, sigue cayendo en el bordillo,
durmiendo al raso. Ya sea verano o invierno, todo es como una mala partida de
cartas, pero todo puede cambiar, todo depende de él.
Quiere ser un rey de la magia, un
mago de lo desconocido, demostrar a todo el mundo que con él se equivocan. No
sé cómo va a hacerlo, no sé cómo puede ver divertido semejante situación. Todo
es como es, todo lo que le rodea es de luz y de color, tan destellante que sus
propios ojos se le iluminan y me dice, me aclara, que soy yo el equivocado. Que
el día que lo quiera probar, me invita, que comparte conmigo toda la sabiduría
del saber hacer. Por favor, le contesto yo, ven y mírate al espejo, mírate y
mira el cambio que has dado desde que entraste en dicha plaza de toros, dónde
el único toro eres tú. Todos, absolutamente todos te van banderilleando, te van
dando con el capote, hasta que venga el de la espada y sin piedad alguna te
pinche con ella, causándote la muerte, entonces y solo entonces, despertarás de
tal ceguera.
Como ayudarte amigo mío, yo no
quiero que sigas en el ruedo, llegará el día en el que no puedas más y sangres
hasta por la boca y nadie venga a socorrerte. Solo el tiro de los caballos, te
arrastrarán por la tierra y la gente sacarán los pañuelos blancos, pero no
pienses por un adiós y un respeto, sino por la diversión que han tenido
mientras has estado en el ruedo.
–
- Sal, escapa, todavía que puedes y que no te
domine el miedo, el miedo al enfrentarte a la sociedad. No temas, que ellos
tienen más miedo que tú. Ellos no llevan cuernos imaginarios y tu piel es
gruesa, así que todo sea como llevar un chubasquero en una plena tormenta.
Llueve, que llueva, tú sabrás secarte al llegar a casa si es que la tienes.
Cansado de la misma monserga, al
salir del parque, gira por una calle de manera brusca, casi llevándose a una
anciana por delante. Mientras hace camino contrario, dice alzando la voz al
foro.
–
- Que os pensáis, es que no entendéis que este
hombre es mío, es de mi posesión y solo yo puedo decidir por él. Ya no se
escapa, ya no tiene salida, solo el zumbido de enjambres de las abejas puede
hacerle decidir y yo, yo no lo dejo. No puedo ni debo consentirlo porque no, no
tiene los mismos derechos que cualquier Ser humano, no los tiene, los perdió de
antemano.
Viéndose acorralado, viéndose
atrapado por una muerte lenta y silenciosa, toma asiento en un banco público y
con el Sol dándole en el rostro, concluye para sí mismo.
“Puedo hablar, puedo al menos
decir algo, alguna palabra en mi nombre. Yo he elegido este camino, nadie puede
decidir por mí, ni tú ni aquella que llevo dentro de mí. Está dentro porque así
lo he decidido, porque ha sido así. Lo he visto desde afuera y me quedo
adentro, me he mirado al espejo, te he rechazado el café y como solo para
sostenerme en pie. Sé, soy consciente que es una falta de respeto a la vida
misma, pero al menos así me río de ella. Al menos así no me da más la lata. No
deseo nada más, cuando me canso me siento en el suelo. Qué más da, si es verano
o invierno, yo solo deseo acabar rápido con este mal sueño llamado vida”.
¿Te apunto en lo que sea?, estoy
a punto de no saber quién soy yo para no ser feliz. Todo lo que me hace llorar
me hace feliz, porqué de ser así todo se desvanece, Habla de mí, quiero saber,
yo quiero reír. Mi madre, mi madre de verdad es la que me puede decir, ¿quién
eres tú para decir que soy yo. Me falta gente extraña, dentro de mí te quiero
yo, a ver quién se aprovechó de quién, porqué parece que tengo lo que podría
tener para mí, una bella mujer. Quién sabe el secreto de la vida y si es mucho,
el mundo real de hoy en día, hace gracia que me ría, sino no te deja disfrutar
vale. Ver las cosas que sean como son, es como un libro se abre una puerta y una
puerta se cierra. Tú qué dices, tú que quieres ser mi amigo, déjame correr en
mi destino vestido de negro y oscuro de la noche. Luces y sombras, siempre te
extraño dentro de mí prefieres que sea yo. Seré tú, lo sabes de verdad porque
yo no sé, todos los días intentaré irme, todos los días intento escapar de la
realidad. Pues no quieres saber nada de ti ni de nadie de mí mismo que estás
mucho o quién sabe a saber, yo no te discuto o quizás sí, tú disfruta porque es
lo que estaba viendo es una discusión en la que se puede acabar en disputa.
Reza por mí una oración, tú qué
crees en algo más, cuántas cruces, cuántas cruces serán auténticos muertos
vivientes. A través, en el camino aquellos que vamos, que no siempre es lo
mismo. Qué tal da lo mismo que lo diga, qué más da lo que busque viejo amigo,
yo ya estoy muerto en vida. Permite saber, las veces que quieres comer, que
vienes esta noche a hacer de ti, sombrero de la noche, dentro de una densa
niebla con puerto de mar, faro y luz a tu guía, qué sabes quién soy yo. Tú lo
sabes, solamente reza, reza por mí una oración y farsea. Sabes, solamente
necesito lo que necesito, luego parece que si hace falta mendigo para
conseguirlo. Solamente lo que necesito, no soy ningún ladrón, simplemente se
empieza a montar montos en venganza.
Por donde yo señalo con un dedo,
las aves son frías. Medio camino lo hacemos solos, todo ese mundo de risas,
cadáveres humanos caminando, esqueletos andantes que caminan en zigzag porque
no comen ni beben. Solamente dormitan en un viaje conseguido por un módico
precio, todo depende de lo que depende. Si es así lo tendrás todo, disfruta de
tu vida, porque hay accidentes graves, porque yo ya duermo en vida. Dormir y
descansar, olvidar que existo, quizás olvidar que un día en el mundo fui alguien,
que ese alguien todos los días tenía el poder en este mundo, ya nada está bien.
Qué soy, qué se alimentan de mí hoy la gente, será que se eres mucho, de mucho
saber piensa.
En el tiempo estás ya un poco
lejano, estás un poco helado, el prisma con el que se mide depende de lo qué
depende. Escribir todo aquello que ocurrió a aquel hombre que dice que ya no
existe y yo sigo viendo por las noches, al menos en mis sueños y estos son así.
Templada espada, dame un arco y
una flecha, dame una armadura templada, que la vida de qué está hecha a todos
así les funciona. Abrazos, que abrazo y nos abrazamos todos juntos, eso sí, si
sabe porque yo soy así, todo depende de lo que depende. Todo es real o ficticio
aumentado por mil, abre éstas y el día terminaré con todo aquello por un puñado
de dinero, para ganarme el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario