miércoles, 30 de octubre de 2019


                                                    AL GALOPE

Paseo por las mañanas por unos de los parques de la gran ciudad, con las manos en los bolsillos, ando pensativo. Solo pienso en aquello o mejor dicho en aquel que fue en su día mi mejor y gran amigo. Camino despacio, tanto, que le doy una patada a una lata de cerveza que veo en el suelo. No hay nadie, es muy temprano, el Astro Rey acaba de salir y solo se ven a los barrenderos haciendo su trabajo, a cuál más digno. Cuando una voz resurge en mi oído derecho y me dice, me comenta lo siguiente…
   
                          -              Solo veo mi sombra reflejada por el Sol, solo veo aquello que me dignifica como persona y eso, eso es mi buen hacer y mi buen nombre. Todo eso que dicen de mí no es cierto, yo por un módico precio, hago viajar al más humilde y al más rico. Todos son tratados por igual, no hago diferencias nada más que eso. 

Giro la cabeza de un lado a otro, ahora un sudor frío me recorre todo el cuerpo, hasta que viendo su imagen estallo, pero solo hago un sordo grito en medio del espacio abierto, mientras escucho, cerrando los puños a la vez. Mientras me echan el brazo por el hombro, caminando al mismo paso.
   
                 -      ¡Calla, calla y vuelve a callar!, que yo soy tu verdadero amigo y nadie más. Solo verás luces y sombras, con solo una sola vez te engancharás y ya no podrás parar hasta que los pies los veas ya por delante y ya no puedas reaccionar. Ya he perdido la cuenta, de cuantos han caído en mis redes, que como una tela de araña se va tejiendo en tu cerebro. Sufrirás, lo lamentarás toda tu vida, pero ya será demasiado tarde. Nadie se te acercará, pasarán diez mil años antes de que seas perdonado y puedas alzar la voz, pudiendo romper la larga cadena que te ata a mí. No tienes escapatoria, solo el dulce somnífero que entra al sentir mi líquido entrar y mezclarse con tu sangre, te hará feliz. Siempre me pertenecerás, siempre serás mío y no podrás decir nunca de los nunca, no. 

He salido dos veces y dicen que no hay dos sin tres, pero yo lo intento, lo debo conseguir, solo por decir que he conseguido algo en la vida, algo más que engendrar y seguir la cadena de la vida. Una vida que a veces golpea de la manera más cruel y otras veces te brinda sus mayores placeres, aunque parezcan banales.

Al galope, cabalgando va por sus venas, hinchándole estas y llegando a minarle y adueñarse de su cerebro. Desconozco el efecto real, pero sí he visto pasar por la calle algún que otro “jinete” de la droga. Todo aquello que se ve no es cierto, todo, la mayoría son cosas imaginarias que le llevan a pasar un “buen rato”, al menos para él. Ya no sabe vivir sin ello, ya no sabe qué hacer para bajarse de su galope.

No sabe o sí, pero no quiere hacer caso y se miente a sí mismo, diciéndose, “mañana no será como hoy”. No sabe o sí y se calla, no sabe dónde esconderse. Camina de manera fantasmal, es solo una sombra de lo que fue, “mañana no será como hoy”.  Se dice, se lo comenta para sí, hablando solo.

Una barra de pan del día anterior, es lo que consigue de premio, eso y poco más que eso. Pan con pan, es lo que come, merienda y desayuna cada día. Eso, cuando tiene hambre o apetito, que es raro, porque al parecer dicho cabalgar le quita las ganas de comer a cualquiera.

Se dice, se comenta, que antes de lo que es ahora, había sido un ganador de la vida, un verdadero triunfador, que todo fueron unas nuevas amistades que se echó y que le llevaron a recorrer el ruedo como un toro cegado y drogado. Todo un pijo vestido, a grandes rasgos se puede ver hoy en día, en su vestimenta y su saber hacer. Es una pena el tenerlo todo y perderlo por querer aventurarse en un terreno, que de quién lo pisa muchos ya no salen.

A lo mejor todavía no es tarde y se da cuenta, pero a su edad lo veo difícil. Me acerco alguna vez y le ofrezco un café, alguna vez me lo acepta, otras, la mayoría de veces me lo rechaza. No se diría que no pudo decir que no, saber que es una lucha muy dura y larga.

Camuflado entre la gente intenta pasar desapercibido, concierto a concierto de música rock o pop se ve o cree verse divirtiéndose. Copa a copa, se cree el Rey, el rey de copas, cuando realmente le pintan bastos.

Como un animal perseguido se siente, acorralado en la calle, no por guardias que porra en mano van apartando a la gente, no, si no por la misma sociedad. No quiere cerrar los ojos, no quiere perder de vista aquello que le amortigua en su caída libre desde el precipicio hacia el infinito mundo del olvido. Yo le intento ayudar, pero me ve invisible en la mañana y por la noche ya no existe ni él mismo, ya desaparece en el infinito vacío de lo nocturno.

Yo le digo, yo le repito. No, que no es el camino a seguir, ¿pero, quien tiene derecho a elegir o dirigir el camino del prójimo? Nadie tiene ese privilegio, ese don de razón. Si él se ve feliz, pues entonces es que no le hace falta nada más. No es tan fácil como parece, no es tan sencillo como parece. Los pinchazos en los antebrazos se multiplican, haciendo de ellos moratones que lo deja todo dicho. No le hace falta mujer alguna, ya encuentra el éxtasis que necesita, ya encuentra en algún lugar su momento. ¿Cómo enseñarle el verdadero camino?, cuando todos seguimos el nuestro propio. Tan fácil no es, tan sencillo no es, solo hay que ver o vislumbrar el cerebro dormido y carcomido por el galope incesante de aquello que no tiene nombre y que destruye al mismo rey de copas. Ni que fuera un poco lelo, que de ello no tiene nada, sigue el juego, sigue cayendo en el bordillo, durmiendo al raso. Ya sea verano o invierno, todo es como una mala partida de cartas, pero todo puede cambiar, todo depende de él.

Quiere ser un rey de la magia, un mago de lo desconocido, demostrar a todo el mundo que con él se equivocan. No sé cómo va a hacerlo, no sé cómo puede ver divertido semejante situación. Todo es como es, todo lo que le rodea es de luz y de color, tan destellante que sus propios ojos se le iluminan y me dice, me aclara, que soy yo el equivocado. Que el día que lo quiera probar, me invita, que comparte conmigo toda la sabiduría del saber hacer. Por favor, le contesto yo, ven y mírate al espejo, mírate y mira el cambio que has dado desde que entraste en dicha plaza de toros, dónde el único toro eres tú. Todos, absolutamente todos te van banderilleando, te van dando con el capote, hasta que venga el de la espada y sin piedad alguna te pinche con ella, causándote la muerte, entonces y solo entonces, despertarás de tal ceguera.

Como ayudarte amigo mío, yo no quiero que sigas en el ruedo, llegará el día en el que no puedas más y sangres hasta por la boca y nadie venga a socorrerte. Solo el tiro de los caballos, te arrastrarán por la tierra y la gente sacarán los pañuelos blancos, pero no pienses por un adiós y un respeto, sino por la diversión que han tenido mientras has estado en el ruedo.
    
                           -        Sal, escapa, todavía que puedes y que no te domine el miedo, el miedo al enfrentarte a la sociedad. No temas, que ellos tienen más miedo que tú. Ellos no llevan cuernos imaginarios y tu piel es gruesa, así que todo sea como llevar un chubasquero en una plena tormenta. Llueve, que llueva, tú sabrás secarte al llegar a casa si es que la tienes.

Cansado de la misma monserga, al salir del parque, gira por una calle de manera brusca, casi llevándose a una anciana por delante. Mientras hace camino contrario, dice alzando la voz al foro.
   
                     -                 Que os pensáis, es que no entendéis que este hombre es mío, es de mi posesión y solo yo puedo decidir por él. Ya no se escapa, ya no tiene salida, solo el zumbido de enjambres de las abejas puede hacerle decidir y yo, yo no lo dejo. No puedo ni debo consentirlo porque no, no tiene los mismos derechos que cualquier Ser humano, no los tiene, los perdió de antemano.

Viéndose acorralado, viéndose atrapado por una muerte lenta y silenciosa, toma asiento en un banco público y con el Sol dándole en el rostro, concluye para sí mismo.

“Puedo hablar, puedo al menos decir algo, alguna palabra en mi nombre. Yo he elegido este camino, nadie puede decidir por mí, ni tú ni aquella que llevo dentro de mí. Está dentro porque así lo he decidido, porque ha sido así. Lo he visto desde afuera y me quedo adentro, me he mirado al espejo, te he rechazado el café y como solo para sostenerme en pie. Sé, soy consciente que es una falta de respeto a la vida misma, pero al menos así me río de ella. Al menos así no me da más la lata. No deseo nada más, cuando me canso me siento en el suelo. Qué más da, si es verano o invierno, yo solo deseo acabar rápido con este mal sueño llamado vida”. 

¿Te apunto en lo que sea?, estoy a punto de no saber quién soy yo para no ser feliz. Todo lo que me hace llorar me hace feliz, porqué de ser así todo se desvanece, Habla de mí, quiero saber, yo quiero reír. Mi madre, mi madre de verdad es la que me puede decir, ¿quién eres tú para decir que soy yo. Me falta gente extraña, dentro de mí te quiero yo, a ver quién se aprovechó de quién, porqué parece que tengo lo que podría tener para mí, una bella mujer. Quién sabe el secreto de la vida y si es mucho, el mundo real de hoy en día, hace gracia que me ría, sino no te deja disfrutar vale. Ver las cosas que sean como son, es como un libro se abre una puerta y una puerta se cierra. Tú qué dices, tú que quieres ser mi amigo, déjame correr en mi destino vestido de negro y oscuro de la noche. Luces y sombras, siempre te extraño dentro de mí prefieres que sea yo. Seré tú, lo sabes de verdad porque yo no sé, todos los días intentaré irme, todos los días intento escapar de la realidad. Pues no quieres saber nada de ti ni de nadie de mí mismo que estás mucho o quién sabe a saber, yo no te discuto o quizás sí, tú disfruta porque es lo que estaba viendo es una discusión en la que se puede acabar en disputa.

Reza por mí una oración, tú qué crees en algo más, cuántas cruces, cuántas cruces serán auténticos muertos vivientes. A través, en el camino aquellos que vamos, que no siempre es lo mismo. Qué tal da lo mismo que lo diga, qué más da lo que busque viejo amigo, yo ya estoy muerto en vida. Permite saber, las veces que quieres comer, que vienes esta noche a hacer de ti, sombrero de la noche, dentro de una densa niebla con puerto de mar, faro y luz a tu guía, qué sabes quién soy yo. Tú lo sabes, solamente reza, reza por mí una oración y farsea. Sabes, solamente necesito lo que necesito, luego parece que si hace falta mendigo para conseguirlo. Solamente lo que necesito, no soy ningún ladrón, simplemente se empieza a montar montos en venganza.

Por donde yo señalo con un dedo, las aves son frías. Medio camino lo hacemos solos, todo ese mundo de risas, cadáveres humanos caminando, esqueletos andantes que caminan en zigzag porque no comen ni beben. Solamente dormitan en un viaje conseguido por un módico precio, todo depende de lo que depende. Si es así lo tendrás todo, disfruta de tu vida, porque hay accidentes graves, porque yo ya duermo en vida. Dormir y descansar, olvidar que existo, quizás olvidar que un día en el mundo fui alguien, que ese alguien todos los días tenía el poder en este mundo, ya nada está bien. Qué soy, qué se alimentan de mí hoy la gente, será que se eres mucho, de mucho saber piensa.

En el tiempo estás ya un poco lejano, estás un poco helado, el prisma con el que se mide depende de lo qué depende. Escribir todo aquello que ocurrió a aquel hombre que dice que ya no existe y yo sigo viendo por las noches, al menos en mis sueños y estos son así.

Templada espada, dame un arco y una flecha, dame una armadura templada, que la vida de qué está hecha a todos así les funciona. Abrazos, que abrazo y nos abrazamos todos juntos, eso sí, si sabe porque yo soy así, todo depende de lo que depende. Todo es real o ficticio aumentado por mil, abre éstas y el día terminaré con todo aquello por un puñado de dinero, para ganarme el cielo.





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