Dime un hasta luego
Son las tres de la tarde, entra tumbado en
una camilla, en una de las habitaciones de la planta cinco del Hospital General.
No sonríe, pero no llora, instintivamente se agarra fuertemente a la sabana,
mientras le dice a su compañero…
–
- Dame la mano hermano, ya
que soy limpio de corazón, dame la mano hermano, ya que estoy en esta situación. Con o sin
razón, solo el de no saber qué camino elegir, me llena de melancolía al ver el seguido
hasta ahora .Tú no sabes qué camino seguir, ¿porqué, no me echas una mano y me haces de guía?, estas aguas turbias en las que no se ve el
fondo del mar. Maldita sea, sí maldita sea, está soledad que me embriaga, está
soledad que me acompaña y me dice día tras día que no valgo nada. Lanza una
moneda al aire, pega mentalmente un disparo con la escopeta de caza. Sí, esa
que estaba ahí guardada en la Masía.
Masía de renta, pero que el disparo no
haga daño a nada ni a nadie.
Hace caso, y mano sobre mano, quedan
unidos en un sin querer.¡ Qué más da! Solo querían vivir y disfrutar de su
juventud.
–
- Ya lo sé cariño, a nadie,
al revés que abra las nubes y se alcance ver el sol. Que un rayo de este, nos
ilumine toda la habitación.
¿Que se escucha, qué hay de aquello que
todavía no es transparente, qué es todo aquello que no se ve totalmente?, que solo
se trasluce. Pero se ve qué es todo aquello que él piensa que es o es posible
hacer, pero él siempre será de mirar pasar el tiempo. Viendo el reloj, mira el
calendario, enero, febrero, marzo y abril, y la 1 las 2 y las 3. Qué más da la
hora que es, qué más da el día en que fue nacido, qué más da, si él se siente
vivo como si fuera su primer día de vida. Solamente desea una cosa, sola una,
sentirse abrazado, sentirse querido y que todo aquello que le rodea sea leve y de
verdad bienvenido.
Piensa…
“Qué
nada me traicione ni que nadie me embauque en aquello que yo no quiero entrar y
que rápidamente quiera salir.”
–
- Aviones de paja, aviones
de paja arden en la pista aérea de algún lugar, ordenado por las bombas de aquellos que se dicen
portadores de la libertad. ¿Qué portador de la libertad, hace ayer caer en la
miseria y el bombardeo a aquellos que no tienen culpa? No será de ellos trasluz,
es un virus de muy lejos, ¿a dónde se encuentra? Yo no soy nadie, pero yo sí es
todo para mí y yo no me considero nada, lo que sea será de mí…
Hubo un tiempo, no muy lejano dónde todos eran
separados, en un país que dividido por un
muro, las lágrimas eran teñidas de sangre. En aquellos tiempos, en otros países
había otros muros. Estos eran invisibles, estos solamente eran psicológicos y
mentales, y por ello se dividía todos aquellos que se sentían libres. Todo es
todo y nada es nada, pero qué más da si tardamos…
–
- Para por favor, te lo
ruego para, no seas con el martillo de arena, no seas la punta que clavó a
quién quiso decir “libre”, dime de verdad a quién crees a ti o a mí o por quién
luchar. Si no es por uno mismo, todas las batallas no tienen razón alguna, si
no es por la supervivencia de cada uno.
Ayer le dijeron que tenía cáncer, ayer
segaron toda su vida por completo. Hoy en una cama de hospital, siente como se
va. Siente como se marcha y todo por no haber tenido cuidado o cuál porqué. Quiso
aquello que se trasluce, ¿qué es de
aquella luz que se ve a lo lejos?, no creo que sea lo que yo creo que es. Pero
bueno, si es así, ¿qué camino seguir?, el de la luz o el de la oscuridad o
simplemente quedarme parado sin seguir ninguna de las dos. Piensa y razona, ¿porque todo?, porqué ni nos creamos ni nos destruimos,
simplemente nos transformamos. Ya sabemos lo que tarda la oscuridad,
increíblemente está llena de incógnitas. Piensa, que mientras escucha una
canción de rock o más bien una balada quién sabe.
–
- Dame un beso de amor,
dame un beso de amor y déjame que traspase mi alma dentro de ti. Deja que
nuestros alientos se mezclen en uno solo, formando así una sola alma. Yo no soy
de palabras románticas, yo no sé de frases hechas para saber decirlas en un
lugar y momento oportuno. Saldré de está y los dos viviremos y disfrutaremos, volaremos
hasta alcanzar las nubes y veremos la lluvia caer por debajo nuestra y si no nos
aliamos y sino, estás lágrimas de risa, nuestros llantos de gozo bañarán toda
la ciudad. Ya sabes como soy, ya sabes quién soy, no me hagas decir más, no me
hagas hablar. Habla tú si quieres y demuéstrame todo lo que me deseas y me
amas.
Por
el libre albedrío lucharé, por mi propia vida iré a la guerra, esa sí, la que
yo solo debo plantar batalla.
Quedó en lo más profundo de un sueño,
quedó en lo más profundo del dormir. No tiene otra manera que sea de ser yo. El
más oscuro de la noche, en esos mares oscuros de la nocturnidad, en los que uno
dormita y duerme y duerme. Ve a lo lejos a alguien, ¿eres tú?, le pregunta. Él
le responde que es él mismo, en su otra parte, aquella que le espera y le
espera para juntarse consigo mismo. Le pregunta entonces, ¿entonces, quién es esta persona? Aquella que le está esperando
sentado a la vera de su cama de hospital, que
espera el fatal desenlace, a eso le responde…
–
- ¡Esa persona no tiene
nada que decir!
Que a él no le completa como persona le
dice.
–
- Cómo ser humano, solo yo sé quién te compara y quién te
completa.
Él
le pregunta, ¿cómo puede ser eso?, dormido ya está.
Sufre, sufre, llora porque llora y ríe. Dudas…
–
- ¿Dudas de mí acaso, dudas
que sea real?, yo soy quien soy, el príncipe de las tinieblas, ese que te
compare, está ese qué es tu verdadera parte. Tú no has pensado en mí nunca,
pero yo siempre he pensado en ti, yo siempre he estado a tu lado y darle al destino
lo que te has forjado. Yo, para que tú ahora veas la vida de verdad, tienes una
sola oportunidad no lo rechaces. Transfórmate de Ser quien quieras ser, porque
tú vas a verlo, pues yo voy a hacer que tu destino sea otro que no sea la
muerte. Lo conseguirás, eres fuerte, no olvides nunca que estoy a tu lado. Que
lo que estoy escribiendo realmente te completa, soy de tu nivel. ¿Verdad que tú
luchas y que tú sueñas?, porque el amor,
el amor en verdad no entiende eso, que sea simplemente cariño y respeto.
El compañero, ajeno a lo que habla y
conversa, mira por la ventana y ve la gente pasar. Todo parece escrito y
firmado, todo parece designado al momento de nacer. Como un puñal de acero,
siente un dolor agudo dentro de sí. De espaldas y con la mirada fija en un Sol
que deslumbra, piensa en voz alta.
–
- ¡Amigo mío! ¿Qué será de
mí, si tú ya no me endulzas la vida con tu compañía? No puedo ni imaginarme,
como de triste será entrar en el comedor y no verte sentado, fumándote un
cigarrillo. No me hagas pensar, no me hagas ni imaginar, que ya no te
estrecharé entre mis brazos, que no beberé de tus cálidos besos y que seré un
muerto en vida.
Siente abrirse la puerta, entra la
autoridad médica, entra aquel que rige el destino o la noticia del saber. Se
agarra a él por la bata blanca y casi de rodillas le implora.
–
¡
- Doctor, doctor! Si hace
falta le doy sangre, si hace falta le doy la mitad de mi alma, pero tiene que
salir de esta.
El médico, no contesta, simplemente mira
al suelo mientras sujeta el historial con la mano. ¿Cuántos se le habrán
marchado?, pero no quiere decir nada, no quiere tirar la toalla y alzando la
vista al techo, y entre sollozo le dice a su compañero…
–
- No temas, que es fuerte.
Solo hay que esperar, esperar si su cuerpo no reacciona, porque lo que es su
alma, esta está dentro de tu corazón.
¿Quedarán en el recuerdo o volverán juntos
a casa?, a saber.
–
- No llores más, que tu
pena es su pena. No llores y ríe, porque él ya es libre. No hay nada que le ate
a esta vida que no seas tú. Ve para casa y rézale si quieres, que él será en tu
recuerdo. Dentro de ti, siempre albergará un corazón limpio. Pon la música a
tope y demuéstrale a los cuatro vientos, lo que era y significaba para ti.
Síguele, camina a su lado, porque tu sombra es solo un reflejo de los dos.
Escuchando una canción de rock, intenta
hacerse el fuerte y tener ánimos. Se obscurece el día y se hace de noche. No
enciende las luces del piso, pero sí lo ilumina con velas. Como si fuese una
ermita se encuentra y en ello encuentra su confort, le viene a la mente, y como
si fuese una corriente de aire, este le corre por todo el cuerpo.
Solo tiene veinticinco años y su compañero
igual, ya vivían juntos y ahora, a uno de los dos, la muerte le ha hecho una
visita y le ronda. Una visita que no esperaban, ya que habían empezado a
escribir sus vidas. Quienes mejor para relatarlas, que ellos mismos, todo por un
simple hecho. No había sido ni por la bebida ni por el tabaco, solo el que
maneja los hilos sabe la verdad. Pero ahora siente que se ha marchado, se ha
ido y el compañero ha quedado cojo y solo. Quién hará de muleta ahora que ya no
camina hacia adelante, quién le hará de soporte en una vida, en una sociedad
que ataca sin piedad a aquel que se queda triste y débil. La melancolía y el
anhelo, entran con fuerza. Nada más lejos de la realidad, solo mira una foto,
una foto dónde salen los dos. Tiempos que no volverán, tiempo es tiempo y las
horas pasan lentas para aquel que ya no volverá a ser el mismo.
–
- ¡Oye tú! Estoy aquí a tu
lado, sentado en el sofá. Recordemos viejos años, hagamos de este, un presente
que no será un instante. Recuerda, que la muerte completa no existe, solo es la
transformación y el cuerpo solo se oxida y perece.
Salta, pega un brinco. Estaba llorando alrededor
de las velas, sentado ya no. Ha pegado un brinco y de pie se encuentra, entre
la penumbra de las llamas del amor. Sí, amor porque quién pone velas es por
algo y en ellas se refleja un corazón roto por la marcha de aquel que
iluminaba.
–
- Yo soy tu amante fiel y
tu compañero leal. Te esperaré al otro lado, pero no tengas prisa, no corras y
pares tu reloj, ese sí, el que hace correr tu tiempo en este mundo. No llores,
que estoy aquí, a tu lado. En la Oscuridad del Cosmos me albergo y solo te
espero.
Le da alegría, le llena de entusiasmo, a
nadie le dirá que habla con él, será su mayor secreto. Se siente consolado y
pegando un suspiro, se dirige a la cama. Esa sí, en la que ya falta su pareja.
Pero todo esto es así, todo es relativo y abraza la almohada, la agarra con
fuerza e intenta dormir. Intenta, lo intenta y lo consigue, entrando en el
jardín de los sueños.
Viaja, viaja como aquel que solo tiene
billete de ida. Recorre el espacio y lo encuentra. En sueños, dormido le coge
de la mano y se lanzan a descubrir todo aquello que parece no ser real. Todo es
dulce, todo es amor, y es que quién dice eso de que la muerte separa a una
pareja del amor perpetuo. Él lo consigue, los dos lo consiguen y no es hasta la
mañana siguiente que no vuelve a su cama. No sabe si ha sido real o solo un
sueño, pero las sabanas están por el suelo y la almohada encima de una silla.
¿Qué habrá pasado, qué habrá sucedido? Solo piensa, solo ruega que todas las
noches sean iguales y que el recuerdo sea el presente y que este no sea un
instante.
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