viernes, 30 de marzo de 2018


                                                 Dime un hasta luego

Son las tres de la tarde, entra tumbado en una camilla, en una de las habitaciones de la planta cinco del Hospital General. No sonríe, pero no llora, instintivamente se agarra fuertemente a la sabana, mientras le dice a su compañero…
       
                           - Dame la mano hermano, ya que soy limpio de corazón, dame la mano hermano,  ya que estoy en esta situación. Con o sin razón, solo el de no saber qué camino elegir, me llena de melancolía al ver el seguido hasta ahora .Tú no sabes qué camino seguir, ¿porqué,  no me echas una mano y me haces de guía?,  estas aguas turbias en las que no se ve el fondo del mar. Maldita sea, sí maldita sea, está soledad que me embriaga, está soledad que me acompaña y me dice día tras día que no valgo nada. Lanza una moneda al aire, pega mentalmente un disparo con la escopeta de caza. Sí, esa que estaba  ahí guardada en la Masía. Masía de renta,  pero que el disparo no haga daño a nada ni a nadie.

Hace caso, y mano sobre mano, quedan unidos en un sin querer.¡ Qué más da! Solo querían vivir y disfrutar de su juventud.
                 
                               -     Ya lo sé cariño, a nadie, al revés que abra las nubes y se alcance ver el sol. Que un rayo de este, nos ilumine toda la habitación.

¿Que se escucha, qué hay de aquello que todavía no es transparente, qué es todo aquello que no se ve totalmente?, que solo se trasluce. Pero se ve qué es todo aquello que él piensa que es o es posible hacer, pero él siempre será de mirar pasar el tiempo. Viendo el reloj, mira el calendario, enero, febrero, marzo y abril, y la 1 las 2 y las 3. Qué más da la hora que es, qué más da el día en que fue nacido, qué más da, si él se siente vivo como si fuera su primer día de vida. Solamente desea una cosa, sola una, sentirse abrazado, sentirse querido y que todo aquello que le rodea sea leve y de verdad bienvenido.

Piensa…

“Qué nada me traicione ni que nadie me embauque en aquello que yo no quiero entrar y que rápidamente quiera salir.”
       
                 -  Aviones de paja, aviones de paja arden en la pista aérea de algún lugar, ordenado  por las bombas de aquellos que se dicen portadores de la libertad. ¿Qué portador de la libertad, hace ayer caer en la miseria y el bombardeo a aquellos que no tienen culpa? No será de ellos trasluz, es un virus de muy lejos, ¿a dónde se encuentra? Yo no soy nadie, pero yo sí es todo para mí y yo no me considero nada, lo que sea será de mí…

Hubo un tiempo, no muy lejano dónde todos eran separados, en un país que dividido por  un muro, las lágrimas eran teñidas de sangre. En aquellos tiempos, en otros países había otros muros. Estos eran invisibles, estos solamente eran psicológicos y mentales, y por ello se dividía todos aquellos que se sentían libres. Todo es todo y nada es nada, pero qué más da si tardamos…
        
                -  Para por favor, te lo ruego para, no seas con el martillo de arena, no seas la punta que clavó a quién quiso decir “libre”, dime de verdad a quién crees a ti o a mí o por quién luchar. Si no es por uno mismo, todas las batallas no tienen razón alguna, si no es por la supervivencia de cada uno.

Ayer le dijeron que tenía cáncer, ayer segaron toda su vida por completo. Hoy en una cama de hospital, siente como se va. Siente como se marcha y todo por no haber tenido cuidado o cuál porqué. Quiso aquello que se trasluce, ¿qué es de aquella luz que se ve a lo lejos?, no creo que sea lo que yo creo que es. Pero bueno, si es así, ¿qué camino seguir?, el de la luz o el de la oscuridad o simplemente quedarme parado sin seguir ninguna de las dos.  Piensa y razona, ¿porque todo?, porqué ni nos creamos ni nos destruimos, simplemente nos transformamos. Ya sabemos lo que tarda la oscuridad, increíblemente está llena de incógnitas. Piensa, que mientras escucha una canción de rock o más bien una balada quién sabe.
       
               -     Dame un beso de amor, dame un beso de amor y déjame que traspase mi alma dentro de ti. Deja que nuestros alientos se mezclen en uno solo, formando así una sola alma. Yo no soy de palabras románticas, yo no sé de frases hechas para saber decirlas en un lugar y momento oportuno. Saldré de está y los dos viviremos y disfrutaremos, volaremos hasta alcanzar las nubes y veremos la lluvia caer por debajo nuestra y si no nos aliamos y sino, estás lágrimas de risa, nuestros llantos de gozo bañarán toda la ciudad. Ya sabes como soy, ya sabes quién soy, no me hagas decir más, no me hagas hablar. Habla tú si quieres y demuéstrame todo lo que me deseas y me amas.

Por el libre albedrío lucharé, por mi propia vida iré a la guerra, esa sí, la que yo solo debo plantar batalla.

Quedó en lo más profundo de un sueño, quedó en lo más profundo del dormir. No tiene otra manera que sea de ser yo. El más oscuro de la noche, en esos mares oscuros de la nocturnidad, en los que uno dormita y duerme y duerme. Ve a lo lejos a alguien, ¿eres tú?, le pregunta.  Él le responde que es él mismo, en su otra parte, aquella que le espera y le espera para juntarse consigo mismo. Le pregunta entonces, ¿entonces, quién es esta persona? Aquella que le está esperando sentado a la vera de su cama de hospital, que  espera el fatal desenlace, a eso le responde…
      
                            -     ¡Esa persona no tiene nada que decir!

Que a él no le completa como persona le dice.
     
                             -     Cómo ser humano,  solo yo sé quién te compara y quién te completa.

Él le pregunta, ¿cómo puede ser eso?, dormido ya está. Sufre, sufre, llora porque llora y ríe. Dudas…
    
                       -    ¿Dudas de mí acaso, dudas que sea real?, yo soy quien soy, el príncipe de las tinieblas, ese que te compare, está ese qué es tu verdadera parte. Tú no has pensado en mí nunca, pero yo siempre he pensado en ti, yo siempre he estado a tu lado y darle al destino lo que te has forjado. Yo, para que tú ahora veas la vida de verdad, tienes una sola oportunidad no lo rechaces. Transfórmate de Ser quien quieras ser, porque tú vas a verlo, pues yo voy a hacer que tu destino sea otro que no sea la muerte. Lo conseguirás, eres fuerte, no olvides nunca que estoy a tu lado. Que lo que estoy escribiendo realmente te completa, soy de tu nivel. ¿Verdad que tú luchas y que tú sueñas?,  porque el amor, el amor en verdad no entiende eso, que sea simplemente cariño y respeto.

El compañero, ajeno a lo que habla y conversa, mira por la ventana y ve la gente pasar. Todo parece escrito y firmado, todo parece designado al momento de nacer. Como un puñal de acero, siente un dolor agudo dentro de sí. De espaldas y con la mirada fija en un Sol que deslumbra, piensa en voz alta.
       
                    -  ¡Amigo mío! ¿Qué será de mí, si tú ya no me endulzas la vida con tu compañía? No puedo ni imaginarme, como de triste será entrar en el comedor y no verte sentado, fumándote un cigarrillo. No me hagas pensar, no me hagas ni imaginar, que ya no te estrecharé entre mis brazos, que no beberé de tus cálidos besos y que seré un muerto en vida.

Siente abrirse la puerta, entra la autoridad médica, entra aquel que rige el destino o la noticia del saber. Se agarra a él por la bata blanca y casi de rodillas le implora.
        ¡
                     -  Doctor, doctor! Si hace falta le doy sangre, si hace falta le doy la mitad de mi alma, pero tiene que salir de esta.

El médico, no contesta, simplemente mira al suelo mientras sujeta el historial con la mano. ¿Cuántos se le habrán marchado?, pero no quiere decir nada, no quiere tirar la toalla y alzando la vista al techo, y entre sollozo le dice a su compañero…
        
                     -     No temas, que es fuerte. Solo hay que esperar, esperar si su cuerpo no reacciona, porque lo que es su alma, esta está dentro de tu corazón.

¿Quedarán en el recuerdo o volverán juntos a casa?, a saber.
      
                                      -       No llores más, que tu pena es su pena. No llores y ríe, porque él ya es libre. No hay nada que le ate a esta vida que no seas tú. Ve para casa y rézale si quieres, que él será en tu recuerdo. Dentro de ti, siempre albergará un corazón limpio. Pon la música a tope y demuéstrale a los cuatro vientos, lo que era y significaba para ti. Síguele, camina a su lado, porque tu sombra es solo un reflejo de los dos.

Escuchando una canción de rock, intenta hacerse el fuerte y tener ánimos. Se obscurece el día y se hace de noche. No enciende las luces del piso, pero sí lo ilumina con velas. Como si fuese una ermita se encuentra y en ello encuentra su confort, le viene a la mente, y como si fuese una corriente de aire, este le corre por todo el cuerpo.

Solo tiene veinticinco años y su compañero igual, ya vivían juntos y ahora, a uno de los dos, la muerte le ha hecho una visita y le ronda. Una visita que no esperaban, ya que habían empezado a escribir sus vidas. Quienes mejor para relatarlas, que ellos mismos, todo por un simple hecho. No había sido ni por la bebida ni por el tabaco, solo el que maneja los hilos sabe la verdad. Pero ahora siente que se ha marchado, se ha ido y el compañero ha quedado cojo y solo. Quién hará de muleta ahora que ya no camina hacia adelante, quién le hará de soporte en una vida, en una sociedad que ataca sin piedad a aquel que se queda triste y débil. La melancolía y el anhelo, entran con fuerza. Nada más lejos de la realidad, solo mira una foto, una foto dónde salen los dos. Tiempos que no volverán, tiempo es tiempo y las horas pasan lentas para aquel que ya no volverá a ser el mismo.
       
                  -   ¡Oye tú! Estoy aquí a tu lado, sentado en el sofá. Recordemos viejos años, hagamos de este, un presente que no será un instante. Recuerda, que la muerte completa no existe, solo es la transformación y el cuerpo solo se oxida y perece.

Salta, pega un brinco. Estaba llorando alrededor de las velas, sentado ya no. Ha pegado un brinco y de pie se encuentra, entre la penumbra de las llamas del amor. Sí, amor porque quién pone velas es por algo y en ellas se refleja un corazón roto por la marcha de aquel que iluminaba.
        
                  -  Yo soy tu amante fiel y tu compañero leal. Te esperaré al otro lado, pero no tengas prisa, no corras y pares tu reloj, ese sí, el que hace correr tu tiempo en este mundo. No llores, que estoy aquí, a tu lado. En la Oscuridad del Cosmos me albergo y solo te espero.

Le da alegría, le llena de entusiasmo, a nadie le dirá que habla con él, será su mayor secreto. Se siente consolado y pegando un suspiro, se dirige a la cama. Esa sí, en la que ya falta su pareja. Pero todo esto es así, todo es relativo y abraza la almohada, la agarra con fuerza e intenta dormir. Intenta, lo intenta y lo consigue, entrando en el jardín de los sueños.

Viaja, viaja como aquel que solo tiene billete de ida. Recorre el espacio y lo encuentra. En sueños, dormido le coge de la mano y se lanzan a descubrir todo aquello que parece no ser real. Todo es dulce, todo es amor, y es que quién dice eso de que la muerte separa a una pareja del amor perpetuo. Él lo consigue, los dos lo consiguen y no es hasta la mañana siguiente que no vuelve a su cama. No sabe si ha sido real o solo un sueño, pero las sabanas están por el suelo y la almohada encima de una silla. ¿Qué habrá pasado, qué habrá sucedido? Solo piensa, solo ruega que todas las noches sean iguales y que el recuerdo sea el presente y que este no sea un instante.



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