Retales
de vidas afortunadas.
Camino solo por la carretera, los coches pasan
rozando el arcén. Pero no tengo miedo, me considero una persona afortunada. ¿Quién
sabe hasta dónde me llevará la carretera? Solo, paseo sin rumbo, ¿quién se
marca un destino?, solo los que tienen ilusión por la vida. Yo camino solo
porque no hay querer, no hay querer ni amor. El camino es sin rumbo fijo. Veo
pasar los coches y pienso, ellos si tienen destino. Tienen el abrigo de sus
familias, tienen el abrigo de una mujer que espera.
Alguien
vestido de “cruzado”, le susurra al oído…
–
-- Ven, acércate, no tengas miedo.
Abrázame y muéstrate tal como eres. Por una vez en tu vida, sé puro y
transparente. Ya no estás en el mundo de los vivos, aquí si quieres puedes
alcanzar las estrellas
Como si me faltase gasolina, hago un descanso.
No llevo agua, no llevo pañuelo para secarme el sudor. Un sudor provocado por
un sol, que sin descanso, se alza en lo más alto.
Destello
de Luz, oscuridad perpetua de la noche, un eclipse provocado por aquella que se
burla…
–
-- La que domina no te digo cual es,
ya lo descubrirás tu solo. Sol y luna, blanco y negro. Todo es igual, como
también el bien y el mal. ¡Qué más da!, ven, acércate y descubrirás un mundo
que parecía un sueño. Solo tú, solo tú puedes verlo. Solo tú, al estar a mi
lado podrás divisar el verdadero horizonte. Hasta donde alcanza el Sol y hasta
dónde se esconde la Luna, todo pertenece al mundo que conocemos. ¿Pero más
allá, que hay? Muchas son las preguntas y solo el que tiene la marca, te puede
responder.
Los coches no paran, yo tampoco quiero que me
recoja nadie. Ya estoy acostumbrado a caminar solo y caminar sin mediar
palabra. Dicen que siempre que haces una ruta, encuentras compañeros de viaje. Yo no quiero, yo, solo camino solo. ¿A dónde me llevará la carretera si no me
acuerdo ni adonde empecé?, voy a saber cuál es mi destino, un destino que me
lleva por un camino asfaltado y lleno de
circulación. Como si fuese de andar por un árido desierto sin agua me
encuentro, veo un oasis, veo un paraíso. Pero solo es un espejismo, ya que solo
veo una silueta gris.
–
--- No tiene el poder de la verdad
absoluta, nadie lo tiene. Ni el que dicen “todopoderoso”. Muchos se preguntarán
si existe de verdad, yo no lo sé. A saber. Lo que si es cierto es que existe la
luz y la oscuridad, el calor y el frío eterno. Solo necesitas que te guie un
poco y te demuestre que lo que digo es cierto.
¿Cuándo llegará la noche, cuando haré un parón
en el camino, dónde me hospedaré? No tengo mucho dinero y no sé dónde hay algún
albergue. Albergue para aquellos solitarios, que caminan solos. Solos, sin
ningún tipo de compañía. Para qué queremos compañía si somos caminantes sin
rumbo, para qué queremos compañía si no tenemos nada que ofrecer, solo el
llanto en el amanecer.
Cansado
de andar, cansino es el caminar solitario y se tumba y se duerme en el arcén,
haciendo oídos sordos a aquellos coches que circulan en sentido de un destino o
de un lugar de encuentro. En este rato sueña que conversa con un halcón o al
menos eso parece que es…
–
--- ¿Cuál es tu verdadero nombre? El
mío…..lo saben muchos y muchos son los que tengo. ¿Cómo te llamaban en el mundo
que conoces? Dímelo al oído, que solo yo lo sepa. Hay mares, al igual que hay
desiertos. Hay árboles altos, al igual que hay almas puras. Tú puedes ser una
de ellas, demuéstramelo para que pueda confiar
en ti.
Como en
shock entra y despierta, entonces se da cuenta que como una paloma blanca
vuela, llevando el mensaje…
–
-- Ya sé de dónde vienes, solo quiero
saber cómo eres. Muéstrate tal como piensas y no como te han conocido. Eres sincero o eres un hipócrita, eres bueno
o eres malvado. Todo depende de cómo eres, así entrarás o no en la luz o en la
oscuridad.
Lágrimas
de sal, para el viajante. Lágrimas de sal, para el caminante. Siempre hay una
dicha en el camino, solo falta darse cuenta y aprovecharla. Quién sabe si en el
camino sin rumbo, hay una rumba que nos hará bailar el baile de la vida. Quién
sabe sin el camino escuchará las trompetas de la libertad, una libertad que se
goza mejor en compañía.
–
-- ¿Tienes frío? Eso es la
conciencia, es nuestro verdadero verdugo. A nuestra conciencia no se le puede engañar. Si has sido justo,
esta te perdonará. Si has sido cruel te
convertirás en una sombra. Solo los justos entran en la luz y solo los
justos entran en la oscuridad. No lo entiendes y tienes frío. ¿Nadie te abraza,
nadie te ha querido nunca? Pues ven para acá que aquí serás bien recibido y
serás acogido. Aquí no nos quedamos solos, solos en la oscuridad.
Es de día, el cálido Sol surge y solo hace
sombra a aquellos edificios altos que sobresalen. Camino por la calle, sin
miedo, estoy a las puertas de mi bonita ciudad. No tengo nada que perder, no
tengo porque esconderme. Hay quienes lloran al vivir aquí, yo no. Si hace frío
me abrigo, si hace calor me baño en las playas de mi ciudad. Esa ciudad, que es
mi albergue, que es mi casa. En la que no me falta de nada y donde río todas
las noches, al lado de una fogata.
–
--- Déjame de mirarme, te estoy viendo
a través de los rayos telescópicos. Déjame de mirarme, me estoy cansando de tu
acoso visual. Haz lo que quieras, pero lárgate ya. Me tienes harto. Déjame de
mirarme, eres pesado. ¿No tienes nada mejor que hacer, no tienes que barrer? Barre la basura que eres, me tienes harto. Te
tienes que sentir infeliz, ¿no sabes que para saber que te vas a morir, primero
tienes que aprender a vivir? No se puede ir por los sitios, como si fueras el
sheriff de la ciudad. ¿Dónde te has dejado la estrella?, la estrella de colgao,
no vales para nada. Márchate y vive en otra parte, porque aquí solo vivo yo.
Lárgate y mira para otro lado, porque a mí me tienes frito.
Muchos
temen llegar a esta situación, porqué llorar. Solo nos queda reír, ya que aquí
no se queda ni el gato. Todo lo que construyas quedará en el olvido, porque por
mucho que queramos, solo quedaremos en el recuerdo de algunos. Las fotos se
lanzarán a la basura, como si nuestra vida no hubiera existido.
–
-- ¿No te cansas, porque no dejas de mirarme, que eres fan mío
o soy tu ídolo, no tendrás un póster con una foto mía? A lo mejor me idolatras,
pero yo no quiero saber nada de ti. No progresas, no maduras. No ves más lejos
de ti y a mí me tienes en tu punto de mira. ¿Qué quieres, dinero? No tengo ni
un duro, lárgate y déjame en paz.
Se
acerca un tren, está al lado de la estación y nadie se percata de su presencia.
Una presencia anónima y solitaria, con la única compañía de un perro. Camina
despacio, no tiene prisa. Las prisas son para aquellos, que son esclavos del
tiempo. Un tiempo, para ganar más dinero. Dinero que se va y que si no lo
tienes, no te acuerdas de él.
Las noches de juerga han pasado a la historia
y no tomaré ninguna copa contigo, con que márchate. Yo busco otro sentido a la
vida, déjame en paz. No te cansas de salir cada mañana, de solo mirarme a mí.
–
-- Te he dicho que te he visto con
mis rayos telescópicos y no eres de metal. Eres como todos, de carne y hueso,
pero de carne podrida y de huesos entumecidos por la humedad y el alcohol. Si
pudiera te echaba una cerilla para que ardieras en el infierno, olvídame que
eres tóxico. No quemes mi sangre ni la hagas arder, que bastante tengo con la
vida que me ha tocado vivir. Eres pesado, a ver si te marchas ya y me dejas
dormir en paz.
No quiero pensar que por la mañana voy a tener
tu mirada fija. Menos mal, que no hablas mucho. Porque si no recordaría tu voz.
Menos mal que mañana será diferente, menos mal que me dejarás en paz.
No deja
de mirarlo todo, de observarnos. Quien es el que nos controla a cada paso. A
quien pertenece el ojo eléctrico. Todo lo ve, todo está dentro de su radio de
acción. ¿Qué es? Un tercer ojo o
simplemente uno que tiene vista de lince y todo lo alcanza.
Solo me dan una barra de pan, en una
panadería y el café en un albergue. El
resto es buscarse la vida, pero soy muy feliz. Porque no tengo miedo, de perder
lo que nunca he tenido. Ni tengo miedo, ya que la vida es un suspiro. En un
suspiro nos conciben y en un suspiro nos vamos. Que vamos a hacer, así es la
vida. Por ese motivo, no hay que tener miedo. Si te sientes solo, solo tienes
que ir a una estación y te sentirás acompañado por la gente que va y viene. A veces me pregunto, que se siente siendo uno
observado. ¿Es que nos guía de alguna forma? Quién sabe, solo se sabe que existe y es el
ojo eléctrico. Porqué su nombre cuando no utiliza energía eléctrica o es que es
como todos, pura energía. Solo divago y solo pienso en que no para de mirarnos.
Como ojos que atraviesan las paredes sin dejarnos algún rincón de intimidad.
–
--- Madura, que ya es hora. Nada tiene
valor ni nada tiene precio. Solo tu propia vida, como tu propia alma. Tiene el
valor y el respeto, que tú quieras darle. Aquí estamos, temiendo por algo que
no tiene tanto valor. Todo lo construido o conseguido, se puede esfumar como el
humo de un cigarrillo. No pierdas el tiempo y vive, sal a la calle. Sal a la
calle, vive y disfruta. Toca la guitarra y canta si sabes, escribe para que
quede plasmado en un papel o en internet. Que todo el mundo conozca tus
inquietudes, que eso si tiene un alto valor y te tiene que llenar de orgullo.
Vive y disfruta, no te sientas solo.
No hay derecho a que nos observe ni nos mire
de esta manera. Habría que buscar su fuente de energía, si es que la tiene y
destruirla. Es solo un ojo eléctrico, el que todo lo ve. Pero quien procesa tal
información o solo lo hace por pura diversión. A saber, yo solo soy el que
escribe, no soy nadie relevante, ni nadie importante. Solo soy el que escribe.
–
--- Yo el dinero me lo jugué, porque
lo desprecio. Desprecio que las cosas materiales, tengan más valor que el
respeto entre las personas. Lloro, pero me siento consolado a la vez. Por el
pasar de la gente cada día. Yo el dinero me lo bebí y lo disfruté. Ahora
abstemio, solo bebo café y cuando amablemente me lo ofrecen. No pido ni para la
bebida ni para el juego, eso es cosa del pasado. Pasado de mi juventud, que una vez disfrutada
ha llegado la hora de madurar y analizar lo vivido y lo que viviré el resto del
tiempo que me quede en este mundo. Para mí, el reloj se ha parado en la mitad
del tiempo. Tiempo que pienso disfrutar, con los pequeños placeres, ya que no
dispongo de dinero para más. Y para qué, para fumarlo o esfumarlo. Por eso
escribo desde la puerta de la estación, en un ir y venir de la gente. Que no
vive, prisionera del dinero.
–
--- ¡Ojo eléctrico dónde estás! Yo te
buscaré para destruirte. No me gusta que me observen de esta manera y con esta
desfachatez. Te crees superior con tu mirada, si es que la tienes. Yo dudo de
que seas algo o persona. Solo serás un ojo que no procesa la información, si es
así, no deberé preocuparme. Porque solo serás eso, un ojo eléctrico.
Para muchos, una vida así es una condena. Para
muchos, el tener posesiones es indispensable, para ser feliz. No piensan en ser
ricos, como personas. No piensan en el calor humano y sentir el abrazo honesto
de un ser humano. Yo tengo muchos abrazos y todos son verdaderos. Yo tengo
algún que otro beso sincero y doy todo
mi amor, por ello. Si llueve, me refugio. Si hace sol, me
descubro ante él. Solo, en el frío de la mañana, solo, esbozaré una sonrisa y después
al anochecer, me refugiaré en unos periódicos. No paso frío, no paso hambre.
Solo siento, el no poder decir un “hasta mañana” a una persona querida. Pero
tengo muchos compañeros, a los cuales les deseo lo mejor y a ellos les digo un
“hasta luego”. No sé lo que es la soledad, solo me siento pobre de bolsillo no
de espíritu. De eso soy rico y sumamente feliz y cuando se acercan fechas
señaladas y veo que la gente se acerca al prójimo, me da un vuelco el corazón.
Porque para mí, siempre son esos días mágicos, que para la gente corriente,
solamente dura un par de semanas.
Cuando muera, vendrán muchos a despedirse de
mí. Todos iguales que yo, vendrán con sus mejores ropas. Que no serán otras que
las de cada día. Un cada día, que no cambia. Soy libre ya, con que cuando
muera, ya no me hará falta guía. Un guía que me lleve hacia esa luz de la que
tanto se habla y que la gente necesita, para sentirse libre, yo no la necesito.
Espero que tarde en llegar, soy sumamente feliz y veo que se ha parado el
tiempo en la estación de la felicidad perpetua y no me encontraré nunca solo, entre
cuatro paredes de hormigón. Solo cuando fallezca, en la oscuridad, entre las
estrellas me buscarán cuando quieran hablar conmigo.
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