lunes, 28 de noviembre de 2016

                                                   Arcángel 606

Las luces del casino parpadean hipnóticamente a los ojos de los clientes “”JUEGA, JUEGA”, invitándoles a entrar y echar unas monedas. Dicen que hay premio, dicen que se harán ricos. ”JUEGA, JUEGA” Colores de billetes, como personas diferentes hay. ¿Qué será de aquel que se deje hasta el último céntimo? No se sabe, a lo mejor entra el primero en el Reino de los Cielos. Quien sabe lo que puede ocurrir. “POBRE, POBRE”.

¿Quién puede decir que no alcanzará el cielo, si este está debajo de sus pies? ¿Quién puede decir que no alcanzará su sueño? Si sus pisadas son sombras en el anochecer. No por oscuras sino porque estas se confunden entre las demás. “TODOS SOMOS MULTITUD”.  ¿Quién es, Quien es, quien da los golpes en la puerta? A saber. ¿Qué puerta? Sino la del cielo. Esa sí, esa que dicen que es la del paraíso. Pero mientras luce el Sol y la noche estas se adueñan de las mentes y uno de ellos camina por la Tierra. ¿Para qué? Para conocer a las almas que ella la pueblan y llora, llora y sufre, al ver tanto egoísmo y tanta hipocresía.

No nace sino muere parte de él, al llegar al mundo. Con un llanto, que parecía un soplo de  esperanza, hizo retumbar el planeta. Pero este se calmó y volvieron a ser los de antes. Ya no volverá, ya no regresará al Reino de los Cielos, porque se ve triste y maltrecho y solo, solo se irá hacia la oscuridad, al ver tanto engaño. En tren y en autobús viaja la multitud, en limusinas y en coches de alta gama, viajan los que se inundan del dinero ajeno. “Echad unas monedas, que yo os daré un montón de billetes”, dicen algunos desde sus cómodos asientos. Que será de aquel que no tenga control. ¿Estarás aquí tú, para darle un abrazo de consuelo?

“Quien sabe, a lo mejor soy dueño”

Estrellas que no iluminan el cielo, ya que es saboteado desde las azoteas de los locales. Luces de neón hacen que pasen y pasen, cada uno, cada cientos, para hacer una buena recaudación. ¿Qué será de aquel que despierte? Seguro que te rechazará y el que no lo haga y se juegue hasta su última moneda, te maldecirá, como si fueses un auténtico demonio y eso no lo tienes que tolerar.
Resbala una gota de sudor, resbala una gota de sangre. ¿Cómo es posible, si no eres humano? No te pierdas por favor, no quieras llegar a comprender algo que esta fuera del ser y estar. ¿Cómo saber, cuando es cierto o es mentira? No se sabe, solo una se arroja, se aventura, como si fuese una película de acción.
¡
No evites!, pero como decirte esto a ti, alma pura. Cuando todas las que te rodean  aquí, en este espacio-tiempo, son impuras y no son merecedoras de tu preocupación y menos de tu sufrimiento. Lánzate, que la vida son dos días y el último es largo y penoso. Lánzate y bebe, bebe del pozo de la vida, que esta no es salubre y está llena de lodo.

“Respeto me piden y consuelo tendrán, como si fuese su último aliento”

Si fueras solo un alma y tu cuerpo fuera solo carne y hueso, sangrarías de verdad, porque te herviría la sangre, como en un volcán en erupción. ¡Dale con el martillo, dale! Que no conseguirás romper el muro que nos separa, no conseguirás hacer nacer a aquellas que se han marchado. Porque esas ya no son de esta condición. Como un vacío en el Cosmos nos abren una puerta. Pero tú eres listo, seguro que volverás de dónde has venido y no caerás en las redes de la oscuridad.

¿De dónde vengo? ¿Qué te crees que yo me vengo? Yo no soy de esa madera ni tengo yugos de esclavitud eterna. ¿Qué te hace creer que no lo merezcan? Si como ovejas ciegas en rebaño navegan por el agua sucia y llenan de sudor la codicia.

Señalado a punta de espada, llagas en su piel de unas alas rotas al descender. No se sabe si fuiste tú el que realmente lloró, al ver al hombre solo trabajar. No viviendo en pura armonía con el prójimo y viendo como la envidia y la codicia, se adueñaba de sus almas.  No te sientas tentado, por aquel que te quiere dominar. No te sientas alentado por aquel que te quiere convencer. ¿Qué será de ti, si entras en el frío oscuro del amanecer? No seré yo, el que te diga  que no. No seré yo, el que te ate con una cuerda. Porque ni los perros, merecen ello. Vuela, vuela y alto y no desciendas. Que no es de razón tanto amor, porque el de vos no es de merecedor de tal falta de respeto. Nadie ama a nadie, con tanto amor, como el que yo te proceso.

¿Cómo saber cuándo uno es de sinceridad y honestidad, si este se ve envuelto entre sombras?

Adiós mundo, adiós. No lloraré nunca más, se me ha congelado el corazón. Este ni con la llama más ardiente, se calentará. No volveré nunca más, tienes razón quien seas. Que sepas que siempre te guardaré una gran estima y que nunca, nunca te faltará mi amor. Amor de amistad y lealtad, como aquel que busca y busca, pero solo encuentra, aprovechados burlones. Que creen que uno no es de digno cariño y respeto y se abalanzan como hienas en la noche. Como si fuese una presa que hacer de cena, para satisfacer una barriga llena de maldad.

¡Donde estás amigo, donde estás! Escucho el murmullo del mar y me parece que habla de ti, de tu llegada y de tu marcha. Pero no hablan de lo que has llegado a hacer en tu corta estancia en este mundo. No te marches todavía, que me dejas solo ante los aires de la adversidad y ya sabes que estos no son sinceros. Me hubiera gustado haber tenido en una botella de cristal, que fuera lo suficientemente limpia, como para tenerte en ella y poder conservar así tu presencia y tenerte cerca, para poderte admirar y honrarte de la manera que te mereces. No llores ahora tú, me tienes más cerca de lo que tú crees, solo tienes que elevar el pensamiento. Yo ya no estoy en el Reino de los Cielos, solo me he marchado y ahora observo con detenimiento desde el otro lado, los resultados de todo lo creado por el hombre.

Si fuera tan fácil, echar una moneda para conseguir la paz y el sosiego, ¿quién no lo haría? Yo sería el primero, pero no lo haré, porque es llamar a las puertas del infierno. Yo ya no tengo alas, pero sigo siendo quien soy. ¿Quién me recogerá ahora? ¿Quién me tenderá la mano? Si ya he sido tentado, no jugaré, no caeré. No beberé, ni una sola copa, porque esta no es de triunfo.

“Prefiero desaparecer de este lado, ellos van a donde van y no hay razón para ello.”

Se marchó, al menos dijo “adiós”. Se marchó, dejándome  solo ante una jauría de lobos hambrientos, que es ni más ni menos, que la  sociedad. Se marchó, pero yo sé, estoy esperanzado, cosa que antes no lo estaba. Sé ahora  a ciencia cierta, que iré a dónde merezca y seguiré los pasos de aquel que lloró en la Tierra, haciéndose  quebrar el alma. Partiéndose en dos, para llegar al hombre y llegar a la mujer. Quien sabe, a quien llora y a quien honra. Lo que es seguro es que a nadie rechaza y ahora uno entiende el porqué de las cosas, ahora uno entiende  el porqué uno merece ser perdonado y cuando ajusticiado, pero espero tardar en saberlo.

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