Petunias blancas. Camino entre un jardín de petunias blancas, las voy rozando con las manos mientras canto una canción. Una canción, una oda al amor. Al amor puro y sincero. Respiro, respiro y aspiro y me llena de gozo y de alegría mi interior. Soy muy joven y todavía creo en los príncipes azules y que quien sabe si algún día, alguno rondará mi balcón. Un balcón de un piso pequeño, aunque a mí me parezca un gran castillo. Con torreones y almenas, con galerías y escondites, donde poder perderte entre sus sombras y sus sueños. Guitarra en mano, me venga como un trovador de un juglar y me ronde y me llore, me llore rogando mi perdón. Mi perdón por querer robar mi corazón, un corazón qué hoy en día sigue sin du...
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Mostrando entradas de abril, 2016
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Vida ¡Hey! Miedo. No te acerques a mí de esta forma que tiemblo, nada más escuchar tu nombre. ¡Hey! Miedo. Dime quién eres, para acercarte a mí y provocarme tal sofoco. Déjame escuchar la música del piano, ahora que me encontraba tranquilo y sosegado. No tengo que salir por nada ni por nadie en concreto. Me encuentro dentro de mi interior, como un polluelo se encuentra dentro de un huevo, pues así estoy yo. No quiero picotear, solo quiero dormir y arroparme con el plumaje de mis alas todavía quietas. Dormir y despertar dentro de unos años. Ya puede llover, ya puede nevar, que yo me siento a gusto en mi refugio. Como en un fuego a tierr...
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Quien necesita afecto. Caen las hojas de otoño, llora el cielo por el fin del verano. Ya mismo se hará de noche y oscurecerá. El Sol dejará de calentar y la Luna hará su reflejo. Mi madre me llamará, porque será la hora de en casa estar. No tengo reloj y no quiero, pero el frío me cala en los huesos. Ya empieza a refrescar y habrá que buscar abrigo para seguir en la calle. ¡Quien necesita afecto, quien necesita un abrazo! ¿Puedes ser tú? Puede ser que sea yo quien lo necesite, pero me hago el fuerte y el duro. No lloraré por nada, no lloraré por nadie. Porque nadie se lo merece, nadie es de tan buen corazón y de tanto agradecer, q...
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A la sombra de un olivo. Los vientos pueden cambiar, pueden venir del Este o del Oeste, de Sur a Norte y pueden ser que nunca susurren entre las rendijas de las ventanas, el sonido de la paz. Los ecos pueden venir de arriba o de abajo, del cielo o del mismísimo infierno. Pero es qué la paz no tiene porqué buscarse fuera, solo y solo hay que buscarla el interior de nuestros corazones. Qué tranquilidad y sosiego puede tener el sentir el aire, bajando de las montañas. El estar uno tumbado en la hierba y sentir resbalar este, por el rostro desnudo, sin ningún casco ni atuendo bélico. Unas montañas florecientes por la primavera tardía, por los sonidos de guerra que venían desde sus picos nevados. Hielo y solo frío y hielo, traen las guerras. Frío y temor, por la propia ...
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Un Sol naciente Con alambres de espino, están atadas las estrellas en el cielo. Encapotado por unas nubes negras, que no nos deja ver la verdad. Esa realidad que nos negamos a creer y es que la muerte llega cuando uno descansa. No lo hace nunca en medio de un mar agitado sino cuando todo está en calma. Que será de la verdad, cual será esa realidad que nos tiene ciegos, ciegos y esperanzados. Toma el trono me dice el Rey, ¿el rey de dónde? No es de ningún país y de ninguna bandera, es el rey de nuestro propio destino. Cuál puede ser ese, que nos tienen tan apaciguados. Tan calmados, como si fuésemos niños jugando en mitad de un parque. Hacemos montañas de arena sin el temor de que venga alguien y los d...
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Yo quiero aprender. Alex es un niño de ocho años, que observa como hacen deporte unos de su misma edad. Le gustaría jugar, le gustaría correr….Pero para él, estar sentado en una silla de ruedas, le hace muy cuesta arriba una pendiente imaginaria. Imaginaria, porque no existe tal pendiente. Observa y a veces se le humedecen los ojos, al ver correr a esos niños. Niños con discapacidad intelectual, que tienen otras pendientes. Pendientes, difícil de subir, más por la poca información que tiene la gente, que por ellos mismos. Está atardeciendo y le entra frío, su madre le acerca una manta con la que poder arroparse. Pero le ve la mirada triste y se marchan para casa. Su madre siempre atenta y ...