Puñales.
Caminando solo por la calle, una calle llena de gente pero
vacía de personas. Que habrá sido de todos aquellos, que nacían con una
ilusión. Donde estarán, todo sea vuelto tan individualista y creemos que todo
esto significa “igualdad”. Que es la igualdad sin la libertad y sin la
fraternidad. Todo esto parece que ha caído en el olvido, como si hubiese caído
por el vacío de un precipicio. No sé porqué, pero sigo caminando solo. Cuando
de golpe y sin razón alguna, un hombre me coge de la mano. Lo primero que
siento, es el rechazo de mi cuerpo, pero después le miro a los ojos y le veo
una mirada limpia y honesta…
-
¿ Porqué me hundes este puñal, en el centro de
mi corazón? No sabes que soy de hielo, de hielo que quema y te quedas pegado a
él, por toda una eternidad. Yo no tengo frío, pero el puñal se hace añicos. No
por nada y sí por todo, todo lo que toco o quien se me acerca, se rompe en mil
trozos. Yo fui concebido entre el fuego y el calor humano del amor. Pero yo, no
soy así y por eso soy dueño de la soledad. La soledad me pertenece, nadie más
tiene derecho a ella.
Sigo mi rumbo y me habla y me contesta en voz suave..
-
Quien te crees que eres, para decir tal cosa. ¿Qué
es de aquel? De aquel que cambia, como si un ángel se hubiese posado en su ventana.
Como una paloma que busca su propia libertad, así es la soledad. Esta la
llevamos todos dentro y no es de propiedad de nadie. Todos, pero todos. En
algún momento del tiempo horario, se encuentra solo. Solo, sin que nadie le
escuche ni le hable.
Me hace razonar y que hay muchos que se creen que el dinero
es la felicidad y que cada noche estrenan cama, pero siempre solos. Yo tengo
gente a mi alrededor, pero me he convertido en una figura de hielo.
-
A lo mejor es un alivio para aquellos que
necesitan el abrigo humano, cuando a uno lo que le llena, es el mar de la
oscuridad. Aquella que no te ciega y te deja ver, por los senderos de las sombras.
Sol y sombras que son aquello que no deseamos. Pero qué más da. Uno puede estar
muy acompañado y estar solo a la vez.
Me para y me pone ambas manos en los hombros y me mira, me
mira de tal manera que me penetra su mirada, hasta lo más hondo de mi alma.
-
Cierto, muy cierto. Pero es que cada uno
necesita su espacio y su tiempo. Espacio, como
rincón de meditación y tiempo, tiempo para hablar con el señor del
espejo. Yo lo hago a menudo, sobre todo cuando toca afeitado. Me veo en él y me
pregunto cómo se me ha pasado la juventud. Esa que solo se tiene una vez y que
eres capaz de tirar todos los muros. Ya sean de injusticia o intolerancia. Qué
más da, no quiero decir que esté cansado de luchar o de vivir, pero solo espero
que un puñal se me hunda en mi alma, haciéndome por los tiempos de los tiempos,
en el hombre más feliz del mundo.
Esbozamos una sonrisa a la vez, miramos a nuestro alrededor
y la gente va a lo suyo. Nadie se percata de nuestra conversación y no
escuchamos ni los coches al pasar. Estamos sordos o simplemente estamos en
nuestro espacio-tiempo.
-
El amor es el peor puñal que existe, ya que te
entra en todo el interior del corazón y al ser este engañado o sacado a la
fuerza, sangra y se desangra de pena y desconsuelo la persona en cuestión. Que será de aquellos que reciben esta clase de
puñaladas. Muchos lo llevan clavado toda la vida y ellos danzan el ritmo del amor.
Que será de aquellos que reciben puñaladas y estas no encuentren ese amor,
serán de amor frío o simplemente no conciben la amistad y el deseo. Que serán
de estas personas, a lo mejor no salen del fondo del mar, cuando este está
embravecido. Como coraje y enfado, te puede llevar a lo más lejos. A la deriva
y las estrellas se apaguen y la Luna, la Luna no te ofrezca el reflejo del Sol.
Quienes somos en verdad, somos almas y existen los ángeles y
ese es el que me ha detenido en mi marcha..
-
Puede ser verdad, pero hasta en el fondo del mar
existen estrellas. Aquellas que llamamos de mar y van a ras de suelo. A lo
mejor te ves en la oscuridad, como en lo más profundo y ahí encontrar esa
soledad que tanto añoras. ¿Qué es un océano, sin profundidad ni distancia. Que
será de verdad, todo aquello que nos separa, sino un simple mar, bañado por la
lejanía. Una lejanía hoy es salvada y que no hace falta que sea por carta.
Aunque si lo prefieres, pueden hacerlo a la antigua y mandar una y que esta sea
contestada con un buen perfume y que te recuerde el olor de esa persona que
añoras.
No sé quién es, simplemente un desconocido, que al parecer
me conoce. ¿Quién será? Da la impresión de que sea un libro abierto para
él, qué más da. A lo mejor es ese
hermano que tanto deseaba y no solo para que fuera compañero de juegos.
-
No esperes ni sirenas ni delfines que te
orienten. Unas porque lo único que buscan, es tu persona, robarte el corazón y
el alma. Los otros, porque son listos y no se acercan a aquellos que no son de
querer. Porque solo unos elegidos, pueden llegar a intuir y no caer en una red
de araña. Ese querer que pocas personas, pueden decir tenerlo y por ello
sentirse ricos. Porque todo no es el dinero y las propiedades.
Que puñales hay, hay de todos los tipos. Cada uno tiene uno
y el más peligroso se encuentra escondido en la envidia y en la rabia. Aunque
la codicia y la avaricia, también lo son. Los primeros son más grandes y más
ciegos.
-
Alguna vez he dibujado un águila en mi
imaginación y he volado con él, enganchado a sus alas. Unas alas que pueden
llevar a lo más lejano del cielo y a la vez, hacer que si ocurre una caída,
esta sea más fuerte y más dura. Pero no quiero pensar en ello, pero no puede
haber algo peor que caer y recibir un pisotón de una sociedad. Que como bien
observas, solo va a lo suyo.
Se despide apretándome con las manos en los hombros, suelto
un estornudo y cuando reacciono y levanto la vista, ya no hay nadie. Miro a mi
alrededor, me miro los bolsillos. Todo está en orden, ¿Qué habrá sido? Quizás
un ángel o quizás solo mi imaginación. Quien sabe, a saber.
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