viernes, 11 de marzo de 2016


                                                Llantos oscuros.

Desde los tiempos en que la mujer paría agarrada a un árbol, hasta los tiempos del amanecer de hoy. Ha llovido, ha nevado e incluso a granizado de forma que podría haber negado en una sola noche, la faz de la Tierra. Desde los tiempos en que el hombre forjaba su corazón a golpe de espada, hasta los de hoy. Han habido muchas generaciones que han hecho avanzar al hombre y a la mujer, hasta la fecha. Pero hay cosas que no cambian y eso, eso se llama esperanza, ¿si no porque? Vamos a seguir trabajando como abejas en un panal. Donde estará la abeja reina y donde estará la obrera y aquella que ayuda y protege. Porque de todos es temido su pinchazo, el aguijón de esta produce dolor y en algunos casos, cosas peores.
Pero a qué viene esta pequeña introducción, viene a ver quién descubrió que la vida sigue después de esta como un río en un mar. Llantos, llantos oscuros a plena luz del día. Quienes son los que cantan y quienes son los que escuchan y callan………

Oh! Príncipe de la oscuridad. ¿Quién es entonces tu Rey? Ese que maneja con destreza, los entresijos de lo que hay detrás de las tinieblas. Quien es tu princesa, si no es otra que la princesa del amanecer. Quien hace de faro en la oscuridad de las tinieblas, para que todos lleguemos a buen puerto y no perezcamos en un mar de dudas, que nos impida seguir para adelante y nos haga nadar para atrás, como en el que busca refugio en medio de una tempestad. Ese faro, esa luz tiene que ser tu Rey, aquel contra el que te rebelas y te vuelves inconsciente y piensas que eres un incomprendido.
¡Oh! Príncipe de la oscuridad. Quiero dormir seguro, sabiendo que tú me proteges. Quiero despertar y no caer en el letargo de la Luz. Por eso, tú que dominas la Luna y ella que domina el Sol, prometerme que ningún relámpago y que ningún trueno, hará retumbar el cielo. No es que le tema y es que está dominado por quién es y yo no creo en él. Dame fuerza y energía y con tu compañía haremos frente a esta agonía. Agonía del Ser, de qué Ser. Del de la ignorancia y de la quietud. El de quedarse de brazos cruzados, mientras se muere parte de nuestra alma. ¿Porque digo todo esto? Sinceramente no lo sé, pero la simple pasividad ante los hechos, me hacen ir hacia tu castillo. Que no es otro que la morada de todos aquellos, que se hacen llamar rebeldes. No busco ni la guerra ni la gloria, solo busco que me hagas el camino más llano. Para que pueda respirar y descansar mi corazón. Corazón agotado de ver como la injusticia invade todo lo que acapara.

Dame un trozo de papel de plata y te traeré la Luna de regalo. Dame un trozo de papel de plata y en él, esconderé tal trofeo. De quien soy yo o a quien pertenezco, después de todo el saber me lo merezco. Yo tengo una madre, yo tengo un padre y a ellos les soy fiel. Pero hay algo, pero hay alguien que me hace como si la sangre común me tirase. Yo no he encontrado querer, pero sé que estás ahí. Eres mi esperanza, eres mi única piel.
Hay algo que me hace mantener los pies en el suelo, pero la cabeza...¡Ay! La cabeza es otro cantar, está me hace divagar. Hay que ser sincero y no volar si yo no quiero. En el cantar o en el escribir, todo sale de dentro, de dentro del alma. Esa sí, esa que todos tenemos y que solo en la soledad, somos capaces de encontrarla. Porque somos dueños del aire y volamos a la vez que andamos. Esto no es una despedida, solo es un ¡hasta luego!.¿Pero con quien hablo si estoy solo? Solo mientras veo en el minutero como pasa el tiempo. El día se irá oscureciendo y aquellos espíritus, aquellos que salen solo por la noche. Andarán, caminarán a sus anchas por la avenida. Una avenida en el que solo las luces de las farolas, se mantendrán en pie.

¡Dime lo que quieras! Llámame o di de mí lo que se antoje, yo seguiré esperanzado. Yo te seguiré aguardando, como el que espera la hora de empezar a soñar. A soñar despierto y sin más luz que la de las estrellas. Estas sí que son las mejores guías y son las mayores confidentes. Si tuvieran la capacidad de hablar o de potestad. El mundo o quizás el Universo sería completamente diferente. Llámame como quieras, di que no valgo mucho. Porque todo eso es mentira, yo solo sigo esperando a aquel que me espera. Que me espera, no con ansia, pero si con incertidumbre. Porque no sé, porque ni él sabe, lo que viene después de esta lucha, llamada vida.
Por quién seré recibido, todavía es una incógnita. Pero lo que es seguro, es que haré y volaré como un murciélago en la noche oscura. Así encontraré mi camino, porque seguramente tendré la vista cansada por ser un viejo decrépito. En el cual, el único apoyo que recibo es el del bastón que me apoyo firmemente. No te digo mi edad, pero ya es de suponer de qué estoy cerca y no por ello me comen los nervios. Solo estoy tranquilo por el camino que he andado y camino que he dejado trazado para aquel que quiera seguirlo.

Dime de verdad si te acuerdas de mí o solamente me utilizaste, me utilizaste para tu fin, que no es otro que el de la rebeldía. Yo no soy una oveja en un redil, más soy un perro viejo. Que descansa entre los pastos y entre los prados de una montaña. ¿De qué montaña? A saber. Tú ya lo sabes. Esta montaña tiene un nombre, pero su nombre es de secreto. Podéis llamarla si lo deseáis “Libertad”. Libertad porque en ella se huele los arbustos de la sinceridad y los árboles son rectos y altos. Tan rectos, que por su fuerza y coraje, han sabido mantenerse firmes y yo ahora descanso en su sombra. No es un bosque ni una ladera, a lo mejor solo es un sueño y cuando despierte, me vea encerrado en mí mismo. Con las alas cortadas y sin poder salir. ¿Eso que significaría? Yo solo ahora descanso y pienso y deseo continuar en mi letargo, al menos hasta que se vaya el Sol y la Luna me vuelva a mostrar mi camino. Solo con su reflejo me basto para poder seguir la marcha.

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