miércoles, 22 de julio de 2015

Llueve a cántaros, la noche es oscura y fría. Yo me abrigo con una manta en el sofá, mientras que veo una película. Es de acción, bélica y como siempre se espera que ganen los “buenos”. Quienes son los “buenos” y quienes son los “malos”. Quien tiene más negro el corazón? Quien empuña primero un arma, con ansia de matar.
Los postigos de la contraventana, golpean con fuerza y me levanto. Abro la ventana y el aire y el agua, me hacen correr deprisa a cerrarlo todo. No pienso en nadie ni en nada, solo vuelvo al sofá. Para terminar de ver la película, son las diez de la noche. Pero no hay prisa, es viernes y mañana toca día de descanso. Descanso, después de una semana larga.
Escucho caer las bombas y los tiros, a través de los altavoces del televisor. Me arropo y me sitúo en posición fetal. No quiero ver más muerte, solo quiero que acabe este infierno. No sé porqué, solo es una película más. Pero yo me arropo, me abrigo con la manta y me coloco en posición fetal. Siguen cayendo las bombas, ganarán los buenos? Quien sabe. Por un momento, casi me decido a apagar el televisor.
Son las diez y media, queda menos para que acabe. Para que acabe el tormento y es que después de todo uno es masoca. Con lo fácil que es apagar o cambiar de canal, no, sigo viendo la pelicula. Mejor dicho, escuchando. Que sería de mí, si me llamaran a filas. Que sería de mí, si estuviésemos en guerra. Que sería de mí, si me dieran un fusil. No sé que pasaría, no sé que ocurriría. Solo quiero vivir en paz y en armonía con el mundo. A quien le regalaría una rosa, que mujer se puede sentir atraída hacia mi persona. Vivo solo y solo moriré. Solo estaré el día que me vaya y desaparezca. Nadie se acordará de mí, pero yo sí de las bombas y de los tiros.
La mayor victoria que puede tener la humanidad, es que no ocurra ninguna guerra. Que no ocurra ningún conflicto. Esa es la mayor de las victorias y poder construir un mundo. Un mundo donde las bombas, queden en el olvido
Son las once y ya ha terminado, como siempre ganan aquellos que se hacen decir “buenos”. Los malos quedan rezagados y aniquilados por la maquinaria bélica. Me levanto del sofá y me asiento, alargo la mano y cojo un cigarrillo. Porqué tanto sufrir, porque sí. Cuando es fácil cambiar de canal, será por canales. Ya no es como antes, que solo habían dos. Ahora hay un montón. Me siento ya tranquilo, fumando. Aspiro el humo para adentro y lo soplo para afuera. Se consume rápido, como la vida misma. Esa que parece que no acaba nunca y cuando nos damos cuenta, viene ya el de la guadaña. Pero espero que eso tarde, no me asusta la muerte. Me asusta lo que puede venir después, si es que hay algo.
Ahora dan anuncios, pero miro el reloj y me decido por acostarme. Acostarme en una cama fría y solitaria. Una cama sin compañía, no pienso y solo rezo poder dormirme rápido. Cuanto más rápido mejor, cuanto menos dure con los ojos abiertos, menos durarán los pésimos pensamientos. Doblo la almohada y sueño con un nuevo porvenir, un nuevo sueño o una nueva meta. La película me ha dado que pensar, me ha hecho reflexionar de qué iba yo a luchar. Porqué motivo empuñaría un arma y salir a la aventura de la muerte. Solo viven los héroes o solo mueren los valientes? En la película se ven muchos que perecen al ser valientes y no ponerle valor a su vida. O sí lo hacen y soy yo, el que le da poco valor. Pero no quiero agazaparme en una trinchera, al igual que lo hago en el sofá. Que dirían de mí, si me vieran. Se reirían o se enfadarían, mejor no saberlo. Solo sé, que la película a acabado y yo me siento más relajado. Mañana es sábado y continuaré mi vida como civil. No tengo ninguna obligación de hacerme con un arma y menos de ir a ninguna lucha. Todo ha sido una película de entretenimiento a la que yo le doy demasiada importancia.

Se me cierran poco a poco los ojos y me relajo, mil sueños tendré esta noche. Espero no tener ni una sola pesadilla. Dulces sueños

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