EL DUEÑO
Que
conste. Yo no soy ningún perro y si así fuere, no es de desmerecer y merecen el
mismo respeto. Ya que ellos nos brindan todo su corazón, a cambio de un techo
adónde dormir y cobijarse del duro invierno. Que conste. Solo soy un simple
narrador de historias fantásticas o no, quizás puede darse el caso de alguna
coincidencia, pues si es así no es real, lo que digo o escribo o quizás sí,
quién sabe. A saber, ni yo mismo lo sé.
Se abre la puerta cómo se abre un niño a la vida, se escucha
un escandaloso llanto para poder después este, volver a respirar tranquilo. Ya
sabe de dónde viene pero no sabe adónde va. Cuando se nace en vientre ajeno,
todo se convierte en una incógnita. Ya que si ajena es la razón, más es
aún si es porqué son de vientre de alquiler
y todo lo que proviene y nace así,
proviene del afán del amor por un lado y del dinero del otro. Por unos o
por unas, por unos euros alquilan un óvulo el que fecundar o los otros donan su
esperma por unos pocos euros. Qué será de aquel qué proviene de manera natural,
a una edad fecundado y engendrado, de manera dónde el amor es una llamada al
querer ser único.
Sea cierto o sea mentira, lo que estamos viviendo es una
utopía, todos los años lo mismo, todos los años en lo mismo. Como ver pasar las
estaciones de primavera a verano y de otoño a invierno. Todas son reales, vale
la misma adicción el sol por la playa, que la nieve por la montaña, quién será
que será todo aquello que descubrís en el transcurrir del tiempo de la vida.
Se desvanece en la niebla, se desvanece todo en mi interior,
todavía que fueron de los juegos de desenfreno que me llevan al deshielo. Qué más da, si no es
romper a llorar sino más bien es que estuvieras ciego, no creo que al final uno
era feliz provenga de dónde provenga, tal hecho, dime, hace sospechar o soy yo
que no dejo de divagar.
Tiempo era dice a mí, este día esta debacle ella no se la
creía, todos nieve, todo es blanco como el azúcar o como los mares de sal. Todo
se desvanece, todo aquello es destruido, solo yo vivo y me desvivo, no es que
me crea poderoso, es porqué no hay quien me escuche, no ha llegado nadie solo o
me lo parece, todo es una auténtica locura.
Una voz resuena desde a lo lejos, ello me pone en guardia…
–
Tú quién eres para decirme amigo qué debo hacer,
yo soy libre como el viento, yo vuelo más alto que las nubes. ¿No me crees?, fuma
un poco de esta hierba, de verdad veras a lo lejos que llegas. Todos los
desafíos no son con la espada, salvo no tengan de carne esta como la propia
lengua.
Lanzo una mirada directa al Sol, ese astro, esa estrella que
lo ilumina todo, me abrasa la vista y debo apartarla, llevándome al caos
mental. Voces y más voces escucho en la lejanía, aunque parece que cuanta más
cerca están, cuanto más lejos queda el odio y el rencor, más abrazo la armonía.
Dejo de fumar tal tóxico y me digo o me dicen, estoy y me
siento tan elevado que ya no sé el que pensar…
–
No estoy quién soy, no me digas nada más de
solamente deseo vivir, solamente deseo descubrir todo aquello que me fue
arrebatado en su día. No hay que ser de vientre de alquiler para ser de
desmerecer y quiero llegar a conocer quién es mi propia madre, aunque ello me
lleve por caminos tortuosos. Todo es aquello que descubra será nuevo para mí,
todo el mundo tiene su propia descendencia y su propia familia, ¿decidme, padre
y madre quién soy yo?
Pues sonríe amigo mío, pues a lo lejos se divisa el
horizonte. No seas tan negativo hombre, que no sea que veas que no te va a llegar a
ningún lado esos pensamientos. Luego recapacita, que como no sea para llevarte
al precipicio no existe la desesperanza, corre y corre, llueve en el camino más
tortuoso que aunque este se lo forja uno mismo, tiempo será el tiempo donde ya
a uno a cierta edad va descubriendo ciertas cosas. Cómo la que sigue, da igual
la edad que tengas, las nubes serán surcando el cielo allá donde el viento las
lleve.
–
Adónde me llevas haciendo camino que estoy ciego,
no sé realmente dónde voy solamente sé que tú eres mi guía.
Nuestra frase amigo mío, pese a que en ella no queda el amor
suficiente para descubrir la ciudad llena de gente, todo el mundo lucha. Podrá
algo que no es de ser, son las nubes en lo alto las que pueden firmar un
contrato de bienvenida y decir, desear felicidad y si deseas ser dichoso ni idea si la suerte te
sonreirá. Adónde serán los cielos rasos de la tierra, que no se divisan a lo
lejos, todo queda sin sabor alegre, esto es la nueva aura de aquello que les
mantienen despiertos, porque todo el mundo cuando nace a poco tiempo se le dice.
“Lo quiero hacer, le
quiero hacer llegar a ser alguien y
formar mi propia familia todo depende de cómo pende de un hilo, pero bueno eso
es otra historia”.
No creo en que exista ahora, no, también real, morena, alta
es aquella que te quita el sentido de la realidad completa. ¿Qué más da sí uno
es sumado por ella?, si será haciendo porque todo lo normal es como es. Baila
conmigo morena, que te llevaré al séptimo cielo, baila morena, baila conmigo,
mientras nosotros lo hacemos aquellos que nos tienen envidia ser rasgan el
cuerpo entero, todo es posible entre nosotros. Todos, es verdad no todo es
mentira, solamente sé que te veo sentada y en el olivo qué pienso para mí en el
que tú serás mía. Yo te poseeré y con ello haremos una familia, una familia de
verdad, queriéndonos cada noche y mezclando todo nuestro sudor en uno solo. Qué
más da todo lo que digamos, qué más da todos aquellos, que se diga, aunque
digan de nosotros somos lo que somos. Una sola vida nos convertimos y de ello
nacerá nuestro hijo, nacido del amor puro, aunque todos lo son, ya que aquellos
que se ven forzados a tomar tales decisiones son libres y lo hacen con las
ganas de sentirse padres y reflejados en el amor de un hijo.
Entre muros de lamentos, trepa la discordia, por lo que está
bien y lo que está mal. Por los mares de la tristeza, navegan las
incertidumbres del nacer o no nacer. Qué más da, qué es de poner en entredicho,
cuando nace un nuevo Ser. Ya sea por la mano de la ciencia o por algo de
natural él tiene al ser fecundado y engendrado, da lo mismo.
Alguien me lee,
alguien me escucha y es tal su enfado
que se me mete en mi cabeza y dice y me dice, escribe directamente en medio de
su enojo….
–
¡Mal nacidos!, de qué habláis sin tener sentido.
Yo soy lo que quiero ser y nadie me lo va arrebatar. Yo fui fecundado gracias a
la ciencia y hoy le doy las gracias a mis padres y a aquella señora que me
mantuvo durante nueve meses dentro de su vientre.
El Sol apunta alto, la Luna se esconde para no entrar en
disputa, ni se le ocurre hacer eclipsar al astro rey.
–
Perdone usted. Hablamos sin saber y sin razón,
ya que la mayoría somos fecundados en una noche de roces. Tiene razón que es
hablar sin saber el qué, perdone de nuevo.
Se pone en posición vertical y como si fuese una serpiente a
punto de morder, echa chispas y más chispas por la lengua.
–
Malditos, se creen con el derecho a opinar de
aquello que está bien o está mal, sin saber ni la razón ni la dicha que les
lleva a tomar tal decisión. El amor es el mismo, el deseo materno y paterno
igual, pero qué se habrán creído.
Despierto o despierta
del letargo del tóxico y se ve o me veo, no doy crédito a mis ojos y menos a
mis oídos. ¿Soy yo el que habla, soy yo el que escribe?, no lo sé.
Mece que mece la cuna, todo ha sido un sueño, yo ahora
sonrío al verle más feliz y sin llanto alguno. Le tapo, le arropo, estamos en
invierno y hace frío afuera. ¿Cómo es posible que me haya hablado, si es de
meses el niño?, ¿cómo es posible que sepa cómo ha sido concebido? Qué más da,
ya es nuestro hijo, lleva mi sangre y lleva el óvulo de su verdadera madre.
Aunque no hay que quitarle el valor y la responsabilidad de aquella que la
engendrado.
Una sola voz, una sola, parece como un susurro de la voz del
viento, cuando se cuela por la rendija de la ventana…
–
No lleva a ningún lado tal enfado, ya que es
navegar contracorriente. Ven, abrázate con nosotros, únete al calor de aquellos
que son concebidos a través del deseo, ya que mereces el mismo respeto y empatizamos
contigo. Ven, únete, no te aísles ahora que ya sabes de dónde provienes, porque
sigues siendo el hijo del amor y nadie es dueño de nadie. Todo el mundo tiene
derecho a volar libre, nadie, absolutamente nadie puede quitarte ese derecho.
Yo le hablo, mientras le canto una canción. Yo le llamo por
su nombre, Gabriel, se llama Gabriel. Quién sabe lo que llegará a ser, yo ya
estaré al tanto y le ayudaré en todo aquello que como padre pueda. Todos somos
bienvenidos, todos somos puros al nacer. Después, a la mayoría de edad, ya
deciden por voluntad propia, quién sabe el qué. A saber
– Solo has llorado al nacer y ahora lo haces de la misma forma, a veces hay que volver a nacer varias veces en la misma vida, para darse cuenta de lo que uno vale. Solo déjalo como un recuerdo de procedencia, pero eso sí, escarba en ello y verás el amor del sueño de una pareja de enamorados. Sigue que mece la cuna, entra su madre, su propia mujer. Aquella que por alguna circunstancia que no viene al caso ha tenido que dar este paso. Son hijos bienvenidos, aunque no sepa lo que es el parto, seguro que lo querrá como hijo suyo que es.
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