sábado, 18 de abril de 2015

Compremos rosas de papel y toquemos los tambores, hoy mi hijo se ha hecho un hombre. Ya es un macho, ha estado con la mujer más deseada de la ciudad. Compremos rosas de papel, para la hermosa dama y toquemos los tambores, por mi joven hijo que hoy se ha hecho un hombre. Ya podrá decir que va adquiriendo experiencia, en el arte del amar. En el arte de llegar y  tener sexo con la mujer más deseada. Será de envidiar y de elogiar, en los locales le harán un hueco, siempre que lleve dinero. Que yo, muy orgulloso se lo presto, se lo presto sin condiciones. Porque sé que es para un buen uso, ahí no se malgasta el dinero. Ahí se adquiere la experiencia del arte del amor. Le abren las puertas y le dicen señor, a su joven edad y ya es todo un caballero. Que más da, si eres alto o bajo, gordo o flaco. Si llevas dinero, en que sea prestado. Te abrirán las puertas, diciéndote “señor”. Es un buen dinero y de un buen uso. Así cuando llegue la hora, estará suficientemente preparado y dejará prendada a cualquier chica de su edad.
Son damas que por unos dineros, te enseñan el arte y las formas. La magia que envuelve y el deseo carnal, pero sin cometer el error del amor. Compremos rosas de papel, para una dama que ha hecho un hombre a mi hijo. De papel, por ese motivo. De papel, porque ha sido y será sin amor. Las verdaderas, las que florecen y marchitan, se reservan para la señorita que tenga que ser algún día su esposa.
Se casará, que alegría! No cometerá el error de enamorarse o encapricharse por ninguna de los locales y buscará fuera, la que deba ser su pareja. La que amará y respetará, hasta que la muerte los separe. Que mujer le romperá el corazón, que mujer le quitará el sueño. Dejándole en vela por las noches y dormitado por el día. Que mujer le hará volverse loco y cantarle al oído para que nadie se entere. Para que nadie sepa, que está loco de amor.
De mientras, es joven. Que disfrute con las señoritas y damas del sexo, que hacen un buen trabajo y es un buen dinero gastado. Que disfrute, que es joven. Yo, como buen padre se lo presto. Sin condiciones y sin explicaciones, solo las que me quiera dar.
Ahora duerme, duerme después de una noche de sexo. Solo ellos dos, el dinero ha sido para la mujer más deseada. Pero mi hijo ya la ha probado y ha disfrutado, de sus caricias y buen hacer. Ahora descansa, que mañana vuelve la rutina y el trabajo. Podrás alardear y hacerte grande, ante tal maestría. Ya estás en la mirada de aquellas chicas, que ven que eres todo un hombre. Sexo sin amor, que más da. Lo importante es aprender y disfrutar del tiempo, porque el tiempo en estos casos es oro y hay que saber disfrutarlo, para poder consumar a tiempo.
Para que hablo, a cualquier padre. Le gusta ver a su hijo, convertido en un hombre. Ya sea con la chica de sus sueños o con la chica amada. Que más da. Como padre, andaré orgulloso. Contando las andanzas de mi hijo y podrán tocar los tambores, que yo seguiré comprando rosas de papel. Para la dama, que hace feliz a mi hijo. Quien sabe, si algún día lo vea convertido en padre y yo en abuelo, pero eso es otra historia.
Que mejor medicina hay que la del sexo, que le puede sentar mejor a uno y subirle el autoestima, que pasar una noche de desenfreno con la mujer deseada. No tiene ninguna foto ni le hace falta, yo le prestaré el dinero para cuando la quiera ver. La foto en la cartera, hay que reservarla para la chica que ames de verdad. Las damas del sexo, te harán disfrutar e incluso te enseñarán. Pero nada más, disfruta pero no ames, disfruta y espera tu tren o momento y no lo dejes escapar.
Descansa y sueña con la noche vivida, que por la mañana podrás alardear ante tus compañeros. Pero recuerda, que cuando verdaderamente te harás un hombre. Será el día que vivas con tu mujer en tu casa, ya hayas pasado por la iglesia o el juzgado, ya sea en pecado o delante de Dios. Que sepas, que a la mujer hay que amarla y respetarla. Entonces, me darás nietos y tú podrás enseñarles tal como yo hago contigo. Pero que sepas, que cuando salgas con la que será tu mujer, tendrás que apartarte de estos locales. Nada más que por respeto hacia ella.

Y ella lo abrazó. Lo desnudó con la mirada y le hizo el amor, al son de una canción de Rock&Roll. Tiene potencia, tiene estilo, tiene cuerpo. Él se deja llevar y disfruta del momento. No va por horas, no va por tiempo. Es puro capricho, capricho de ella. Le sale barato y eso que no es un gigoló ni tiene aspecto de serlo. Pero disfruta. Ella dice, que es como la pólvora. Pero con mecha larga y que es como la pólvora, que al explotar llega al éxtasis y disfruta, se desahoga. Y todo gratis, sin pagar ni un real.
Noche de copas, noche ganada al infierno. Un infierno que ya no le asusta, ya no le acongoja. Solo quiere disfrutar, es una noche de sexo y champagne, pero él prefiere la cerveza y hace que se la suban a la habitación. Una habitación, no muy limpia. Como el carné de ella, pero disfruta. Disfruta y le hace llegar al éxtasis, una y otra vez. Lo deja exhausto, lo deja sin fuerzas.
Ella lo ha conseguido, lo ha poseído. Ha disfrutado y ha recorrido, cada centímetro de su piel. Ahora fuma, se fuma un cigarrillo. Mientras él se viste, tiene flojas las piernas, tiene poca fuerza o le tiemblan del esfuerzo. Lo que es seguro, es que es un campeón. Ella le dice que le da su teléfono personal y que la próxima vez, será en su casa. Que no vive lejos y tendrán toda la noche. Él la mira, él la observa y se ve utilizado, no le dice que no. No se le dice que no a una proposición como esta.
Las luces parpadean, hay nuevo cliente. Hay que lavarse y vestirse, para atender a un nuevo “señor”. Todos son “señores”, todos son “caballeros” en los locales de la noche. Él en cambio, se viste y se despide, no pasará ni por la barra del bar. Se subirá en su coche y se marchará. No fuma, no ha fumado nunca. Pero ahora, haría una excepción. Necesita relajarse, necesita acomodarse en el sofá de su casa. Allí tiene cigarrillos de su hermano y le coge uno, mientras piensa y reflexiona en la noche vivida. Solo piensa, que ha sido una noche de Rock&Roll. Que ha bailado al son de la música y que ha tocado en uno de los mejores grupos de la historia. Todo por la bella dama, que le ha poseído. Todo por la señorita que le ha vaciado hasta el alma. Tardará en recuperarse? Seguramente, dormirá todo lo que queda de noche y disfrutará otra vez. Tiene su teléfono, tiene su pasaje al mundo erótico y sensual de la vida.
Pasan dos días. Él se acuerda, pero le atemoriza. Le impresiona, la noche que puede llegar a vivir si es capaz de llamar.  Guitarras eléctricas suenan al fondo y una voz le susurra “llama, llama”. Le tiembla la mano, pero llama. Llama y le dice  “quien es” y le responde “ soy tu caballo de acero”, ella se ríe pero le acepta y le hace ir esa misma tarde. Tarde, que se convierte en noche. Noche que se convierte en un cielo lleno de estrellas, que hacen de testigo de como la luna, vuelve a salir.
No se enamoran, pero se encaprichan. Quedan varios días, durante dos meses. Dos meses de lujuria en los que él pierde hasta peso. Se queda delgado, se queda vacío. Le ha absorbido, le ha consumido, hasta su último deseo carnal. Ha sido una locura, locura y desenfreno. Ella lo ha conseguido y podrá llevar su recuerdo en secreto. Seguirá trabajando, mientras las luces parpadeen. No hay descanso, es la reina. La reina de la noche.
Los clientes siguen pasando, pero no son lo mismo. Pero ella hace bien su trabajo y disimula. Todos salen contentos, pero ninguno sabe el secreto que guarda. Que guarda la reina de la noche.



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