sábado, 2 de abril de 2022

 

QUIÉN NO FUERA REY

No me da risa, pero tampoco me da pena. No me da lloros, no me da alegría, pero todo es un mero placer, Todo aquello que una vez viví a lo mejor, como reina, como princesa o a lo mejor como simple servil de aquel que llegó a ser rey y que hoy, fecha consagrada, vea su cuerpo quemar. Rayos y centellas, chasquidos de estrellas salen del fuego,  marea negra se alza del todo hacia el cielo. Todo es así el día de su muerte, todo es un recorrido desde el día de su nacimiento, nunca se puede decir que no habrá espada más rápida que la tuya ni tan afilada, que no sea capaz de cortar tu vida a ras.

Parece un cuento, parece una leyenda, pero nada más lejos de la realidad, pese a aquello que ahora os cuento para que vosotros sepáis disfrutar. En el amor y en la guerra todo se permite, en el amor y en la guerra nada se discute. Todo queda teñido de negro o todo queda teñido de rojo,  solamente dos tonos, dos notas de dolor. O de luto o de muerte,       solamente valen estos dos colores, Así que no hay discusión ninguna y aquí os cuento lo que creo que una vez viví en esta. En nuestra vida en el futuro, en aquella que quedó en el pasado o quizás esté pasando en el presente y yo tonto de mí no me doy cuenta, sea de merecer y gritar a los cuatro vientos. ¿Quién  lo sabe, quién es de verdad?, es mejor que ello os lo cuente aquel que llevo dentro y que a veces sale para mostrarse al pueblo entero.

      Dime mi amor. Que no hay nadie más como yo, que no hay nadie más que te llene de amor y de placer y que yo sea del Reino algún día. Dime mi amor que siempre estarás a mi lado hasta en las mil y una pesadillas, porque así lo juramos ante la Luna, haciéndola como testigo para que nadie caiga en como un castigo.

Todo tiene que ser así, o de rima o de prosa o simplemente de narrar alguna historia, y yo con mi espada, lucharé. Tierra a tierra, hasta que el imperio sea grande y no solamente dependa de mí astucia y fuerza bruta, sino de tu mirada también. Dicen que eres tan hermosa, que tus ojos son como los de una serpiente, ¿será verdad, que se clavan en los ojos de aquellos que te pretenden? Tú  serás mi reina, tú serás mi mujer, porque así debe de ser por los siglos de los siglos y que nuestros nietos lo vean para mi mayor regocijo. Cuando sentado en el trono me vea enriquecer, que  todo es así porque si no es por la razón, será por la fuerza, pero todo será mío como en esta época medieval de caballeros y templarios.

“Gloria para todos aquellos que dieron su vida por aquello en lo que creían, gloria para todos aquellos que lucharon en armas por algo más que una simple esperanza.”

Todo desemboca en un mar de lágrimas, todo se derrumba como un castillo de naipes, cuando yace muerto aquel que decía que era inmortal. El Reino de los sabios estaba tocado, el Reino de aquellos que tenían voz y nombre ya no estaba tan equilibrado. Aquel que se hacía decir Rey ha muerto, el funeral tiene fecha, pero no hay ni alba ni anochecer  para el entierro. Es interminable la cola de aquellos que quieren decirle el último adiós y despedirse de aquel que había sido noble con los del pueblo y salvaje con aquellos que tentaron a la muerte.

                                       “Adiós mi Rey, adiós a ti”

Quien más que hablar, escuchaba y quién más que escribir, leía. ¿Cómo olvidar aquel que yace ya en cuerpo presente?, todo el mundo espera, toda la sociedad de antaño ruega, que no desaparezca la buena voluntad de aquellos que gobiernan. Todo es así y todo tiene nombre, por eso mismo quedará bien escrito en mármol el nombre del último rey. El Consejo de sabios se reúne, ninguno tiene una voz preferente ni un voto superior, pero puede darse la causa del empate ya que son seis, son seis los que gobiernan al pueblo. Son seis los que sobre sus mentes reposan la de diez mil personas, diez mil personas que miran un futuro sin horizonte ninguno. Todo es como es, esperemos que no acabe en un baile de espadas, porque la sangre sigue siendo roja. Esperemos que el suelo no se tiñe de este dolor y color, es ya de noche en un día de una época en la que mandaba no el más inteligente sino aquel que muestra una fuerza superior y llena de temor al resto. Es de noche y la Luna alumbra por respeto, cuando reunidos acuerdan hacer unos juegos para así quién quede vencedor será el próximo rey.

Como un juego de póker será la lucha, lucha entre cuatro con un tapete de color arena, que esperan que se tiña de rojo y de gloria. Como si fuesen en una cruzada deberán luchar, como en medio de una contienda deberán jugarse la vida, así que quién sabe quién, pero no se demorará mucho y el juego se hará. El torneo entre los cuatro caballeros más nombrados de las cercanías será, porque además de ser el nuevo rey, una nueva tierra se deberá sumar, para así el Consejo de sabios saber mandar y ordenar. rey muerto, rey puesto, así es y así deberá ser.

Como un As de picas es aquel que le busca el juego a la muerte, le buscará al que se cree como un As de corazones, valioso pretendiente rey, lo que no sabe es que este As lleva al pueblo dentro de su alma. En su coraza de guerrero y caballero arrastra la muerte de todos aquellos que gozaron tentarle y faltarle el respeto, el porqué sería que era él el que en apuestas era el más superior o el más dichoso. Aquel que lleva como As de picas la sartén por el mango se bate a caballo y a espada, la lucha tenaz e interminable es aquella pelea que parecía fácil no lo es, sin duda así es que hasta el último momento aquel que lleva como As de corazones al pueblo encima, lucha sumando como energía aquella que el pueblo le vitorea pero la arena se tiñe de rojo de la sangre de aquel caballero que era tan querido por los demás. Se hace el silencio, no se escucha nada, así como si el pueblo quedará mudo, se escucha un grito de victoria por aquel que lleva como As de picas el negro luto de la muerte ajena. Victorioso, espera su próximo contrincante, este saldrá entre el As de diamantes y aquel que lleva como As de trébol, la buena suerte en sus botas, cada uno en cada lado espera el momento para luchar, cuando suene la trompeta entre ellos dos, saldrá el que luchará contra el As de picas.

El cielo se tiñe de color negro como si fuera un mal augurio y ¡ay!, que el vencedor de tal contienda suene al final la trompeta. Ya los dos a caballo galopan hasta el centro de la arena, luchan sin cuartel. Lucha sin doblegar ni romper la espada y el que tiene buen augurio tiene para siempre su buen hacer y si fuerza bruta le hacen vencedor, haciendo de aquel que iba con más de diamantes quede derrotado pero no muerto. No sabemos lo que es mejor o estar vivo y quedar renegado o ser vencido y estar muerto, en fin la cuestión es que aquel que lleva el As de picas y aquel que lleva como As de trébol sus banderas lucharán mañana por reinar en aquel Reino del que nadie habla y que todo el mundo escucha. Quién sabe la verdadera verdad, quién sabe dónde está el origen del As, pero el Consejo de los sabios ya sabe que entre ellos dos mañana nacerá el nuevo rey, aquel que tendrá el voto superior sobre los demás.

No hay ninguna duda, la Luna se alza en el cielo, los dos caballeros descansan cada uno en diferente lugar, una cena solitaria para no perder concentración y la noche se hace larga en noche cerrada y no se ven las estrellas. Así que no se puede predecir el futuro, la Luna no quiere ser testigo y no alumbra, Así que vencidos por el sueño quedan hasta que el primer rayo de Sol entra por los ventanucos de un castillo qué espera al nuevo rey. Lanzas de fuego es lo que se ve al alba, una trompeta llora de alegría al saber que alguien se sentará muy pronto en el trono real, si le desearan larga vida o será abucheado, será cuestión de tiempo, pero primero tienen que ver quién gana el torneo. Así que al apuntar alto el astro rey, los dos se encuentran cada uno por su lado y ya están situados con sus caballos preparados y las espadas afiladas. Suena de nuevo a la trompeta dando comienzo a la última lucha, choque de espadas una y otra vez choque de espadas y el sudor brota de la piel, qué le vamos a hacer solo uno puede ser el vencedor, pero ninguno de los dos hinca la rodilla. Pero hay un momento, solo un instante de gozo pasajero en el que el As de picas pierde la concentración, todo es por culpa de una mujer morena con los ojos negros, serán dos o tres segundos los que se queda como en una fijación verdadera, que no puede apartar la mirada. El que va de As de trébol no pierde la oportunidad y es de un golpe limpio o traicionero le corta el cuello, la sangre burbujea hasta que flojeándole las piernas cae al suelo. El As de trébol no puede creérselo, todo es luto por el vencido y honor y gloria para él, el gran vencedor del torneo.

      ¡Bravo!, soy el vencedor, soy el nuevo rey. Grita.

El pueblo lo clama como el nuevo rey, el pueblo no deja de elogiar su hazaña, sin darse cuenta cómo es que ella, la mujer morena corre al medio de la arena, no para decir adiós al que era como As de picas, sino para fundirse en un abrazo y un largo beso en aquel que va como As de trébol. Ahora ya tendrá un nombre, podrá elegir el que quiera ya que es el nuevo rey, Juan dice él.

      Me voy a llamar Juan, seré el rey Juan. El nuevo rey de este pequeño reino, vino para todos es mi primer decreto.

No tarda mucho en caer dormido abrazado en  los pechos de aquella bella mujer, Así es el juego, Así son los torneos, cuatro segundos fuera y lo pierdes todo, hasta la cabeza la puedes perder y nunca mejor dicho. Uno la lleva encima de los hombros a veces de adorno, pero el otro ya no es capaz de reinar y el otro ya a saber cómo todo acabó.

No hubo ni riña ni ninguna contienda, todo fluyó como la vida misma. La mujer morena, se hizo llamar Anabel y los hijos que parió a saber. Siempre lo tuvo muy claro y su marido, Juan el Grande hizo méritos y se ganó el respeto. Todo parece que iba a cumplirse tal como decían los astros, pero un cometa barrió todo lo sembrado. Y es que no hay peor espada que la lengua y esta hizo trizas su gran reinado.

De la noche a la mañana, el Consejo de los sabios quedó cegado ante tal bulo, no daban crédito a lo que escuchaban. “Juan el Grande, había traicionado a su mujer.”

      Infiel pecador, has pecado y en mancillado el nombre de la Reina.

Cuenta la historia, de que con una posadera había mantenido relaciones y ello le llevó a ser cuestionado por el Consejo. Él, para limpiar su nombre hizo apresar a la posadera y con ello el enojo de la familia en cuestión. Que no estándose tranquilos y con el honor manchado, el marido de esta, daga en mano intentó matar a uno de los hijos del Rey.

Recuerdos de un ayer lejano me vienen a la mente, historias que no pueden ser contadas, pero que yo las hago cantar y narrar, como si fuese en medio de un juglar…

“Todo no es negro o de luto, todo te devuelve la misma cara o moneda. Ya sea verdad o mentira, todo a ti se te volverá, para hacerte despertar de una noche llena de pesadillas y de sudor. Todo puede ser vengado, ya pasen los años, ya que esta se sirve fría. Cómo será la cosa que mi gran Rey, quedó desposado y sin trono y los dos hombres enviados a la guerra. Sí, esa que nunca termina, ya que siempre son los reyes de tierra ansiosos.”

 

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