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Mostrando entradas de agosto, 2021
  MINUTO CERO No dejo de ser una víctima más del cambio de la vida, no me he dado cuenta lo que he tardado en envejecer   ya que ha sido   con un ritmo vertiginoso, todo debido a lo vivido, todo debido a querer vivir intensamente. Como si fuese un ángel del cielo he caído en la tierra, como si fuese un ángel del infierno he vuelto a ella. Mis alas pesadas han quedado rotas por el descenso rápido en caída libre y en mi corazón negro como el tizón, está todavía por descubrir lo que es verdaderamente el infierno, todo así es, todo debido a lo vivido. Que no es que me arrepienta, pero a lo mejor, quizás hubiera elegido otra forma de vivir y disfrutar de una   manera más plena el amor y la diversidad. Me llamo Jack, no digo mi profesión ni te digo dónde vivo, solamente diré que vivo en una jungla de hormigón armado con ventanas huecas, como la cabeza de muchos de aquellos que se dicen señores. Ya que algunos, no todos, siguen anclados en los años 60’ y no hay quién lo...
  LA FOSA Dejo la mente en blanco y me dejo llevar por la música, es una noche de un sábado de otoño, no hace frío pero llueve. Con un papel y bolígrafo en mano, deseo escribir cierto relato, cierta historia que no hay nada más cerca de la realidad cruel y nefasta. Enciendo una vela y clamo e invoco a aquellos que un día lucharon y dieron su vida por unas ideas y también, ¡porqué no!, por intentar salvar la vida de sus familias. Fueron años de angustia para todos aquellos, que ya casi no están con nosotros y que intentaron cambiar la historia. Pero esta, cabezona y reticente hizo que ocurriera lo que ocurrió. Yo solo narro aquello que me viene a   la mente, aquella energía que me viene. Dime melancolía qué haces todavía dentro de mí, yo en su día te aparté de mi vera pero aún me sorprende tenerte aquí a mi lado. Como si fuese una lapa o una mochila que voy arrastrando por todas las calles recordando tu nombre, cómo es posible que seas así. A mí me gustaría apartarte, que d...
  El sin nombre Que será de mí si no cuento esta historia tal y como sucedió, a lo mejor es invención mía, a lo mejor en algún lugar del planeta ha sucedido tal y como lo cuento, pero todo sería mera casualidad, os lo prometo. Llueve, llueve a cantaros, parece que sea el diluvio universal, pero en fin, es de noche, una fría ya noche de finales de otoño. El agua que cae en el suelo, se mezcla con las hojas secas, haciendo que el pisar por la acera sea más que peligroso. No me pongo en el lugar de este hombre, al qué no le asusta nada ni nadie. Todo será invención mía, pero os aseguro que es así y por ese motivo os lo narro, para que veáis de lo que es capaz el ser humano, ante situaciones límites. Hace camino, pero no pone los pies en el suelo. Sueña y sueña, lanza los puños al aire, como si peleara ya en los semipesados, hasta cuándo será así de maldita mi suerte, se dice el mismo, al mismo tiempo que le da una patada a una lata vacía que hay en el suelo. Joven y tenaz es él...
  Puñales en mi corazón Nada de esto no sé sí era verdad, pero en fin, alguien me lo contó y por ello ahora lo explico y lo narro yo…. Es julio de 1986, de un día cualquiera y el calor se hace insoportable, más, trabajando como hace él en una fundición, haciendo y deshaciendo las barras de acero se forjan como si fuese su propia alma, la temperatura dentro de la nave no baja de los cuarenta. Está tal el deseo de que llegue la hora de marchar, que su última media hora se le hace eterna. Parece que el reloj de la pared central no avanza y no da tregua, pero al fin suena la sirena, suena el final de la jornada laboral. No se lo piensa dos veces y solo tirando los guantes al aire, se dirige deprisa a su Ford de una época jamás contada. No se mira ni el sudor, solo se pasa la mano por la frente y secándose las palmas en la camiseta, pone rumbo a casa. No vive lejos, en las afueras de Roseville (USA), pero hay tráfico, tanto tráfico que le hace la vuelta interminable. Al final llega,...