El sexo entre las rosas.
Quien dice que entre ellas, no tienen sexo. Quien es capaz
de afirmar con tal rotundidad, de que no tienen amor ni sienten celos. Cuando
están llenas de espinas, quien no las coge y las entrega a una persona amada.
Entre ellas tienen sexo, solo que no lo vemos y no son las abejas, no señoras y
señores. Son cuando atrapadas por la noche y ocultas entre la Luna, juntan sus
pétalos haciendo emanar tal olor embriagador, que deja aturdido al más
seductor.
Siguen su viaje sin moverse de la tierra, que les hará arrastrarse
por la noche. Que hace invisible sus roces y sus besos, entre pétalos anda el
juego. Algunas se pintan de rojo, otras se pintan de amarillo y aunque tengan
sexo entre ellas, no se consideran lesbianas. Sino rosas, solo rosas que se ven
con el mismo derecho que el ser humano y juntan sus pétalos y entrelazan sus
tallos, en símbolo de su amor y de su unión.
Hacen el amor y no la guerra, son símbolos de paz y
prosperidad, pero entre sus espinas ocultan un oscuro secreto y es aquel que se
corte con ellas, su sangre, su mala sangre hará germinar en la tierra. Una
clase de rosa, una rosa que hará mover los vientos a su puro capricho. Haciendo
desaparecer al hombre del planeta, un planeta que consideraba solo suyo y solo
de él, cuando en verdad viven más seres, más formas de vida. Que no sabía ni
enumerarlas. Pero el destino, hizo que esa gota de sangre, esa minúscula gota
cayera al barro. Germinó una clase de rosa que su espina no hacía dolor alguno,
como la picadura de un escorpión entraba y se colaba su veneno. Sin saber
alguno, quien era dueño de él se hacía con el poder, destruyendo al prójimo.
Las demás rosas solo deseaban sexo a pleno sol, sin ocultarlo, iban a ser las
próximas dueñas de un planeta que había sido dominado por el hombre.
De que color será la rosa en cuestión? Quien sabe, a saber.
Solo se sabe, que el corazón que la bombea es negro como el tizón. Solo se sabe
eso. ni cuando será ni cuando pasará. Solo que ocurrirá y será el fin de los
días, de una paz nunca conseguida. Por culpa de las envidias y los celos, los
sentimientos rotos han hecho salir una rosa destructiva. Una rosa con tal
espina, que engaña por su falsedad e ironía. Solo eso llevará al mundo al
ocaso. Quien girará entonces de la rueda, ya no será el buey. Quien se sentará,
látigo en mano, A quien azotará para que vaya más de prisa y la rueda muela más
rápido el grano si la rosa solo le hace falta una buena tierra y un buen riego,
como también el sol de la mañana y la luna de la noche.
No caerá ninguna lágrima que haga rodar la rueda, ni caerá
ninguna lágrima que haga germinar una flor, la flor que una abeja....aquella
abeja cualquiera y olvidada haga la cópula y vuelva el hombre a correr entre
los campos de trigo sin ningún peligro. De quien tiene que ser esa lágrima sino
del ser más puro, que haga volver la esperanza a un mundo sumergido en la
desesperación. Un mundo en el que la mitad no ve a la otra mitad o se hace la
ciega o la sorda, no viendo ni sintiendo los lamentos de aquellos que no tienen
culpa, que no tienen culpa de que no germine ni una rosa de paz ni una flor de
amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario