jueves, 26 de diciembre de 2019


                                          Conversaciones con Satanás


Voy caminando por el campo, solo, en medio de la noche. Huelo la hierba fresca caída en la tierra, acaba de llover,  acabo de recibir una llamada en forma de tormenta tropical en medio de todo aquello que es abierto al mundo. A veces y solo a veces, me pregunto el motivo propio de mi existencia.

Como dos perfectos extraños somos, yo me duermo caído por el cansancio y la hora de la Luna, entro en el Aurora boreal y pregunto y pregunto, mientras tanto, soñando dentro de mis sueños, bajo hacia el pueblo que hay aquí, cercano al mundo de los vivos y de aquellos que no duermen durante la noche, no tardo mucho, quizás veinte minutos o quizás media hora, qué más da. El tiempo, cuando se descansa, carece de espacio y hora, solo se dormita o se desvela, cuando algo acecha.

Tomo aire y resoplo, al mismo tiempo que pongo la mano en la maneta de la puerta del   bar. Me reconocen, saben quién soy y mi nombre. ¡Ah!, que no lo he dicho, me llamo “Nicolás”, saludo al foro y a los de la barra y con solo levantar el dedo, ya tengo la cerveza encima en la mesa que hay aquí, sí a la izquierda, al lado del lavabo. Él guarda que en otros tiempos al igual vivimos de recuerdos, todos volvemos. ¿De quién puedo hablar, a quién puedo mencionar si solo en sueños se me acerca y me acecha? Me recuerda de todo aquello que fuimos o éramos, depende, depende de la capacidad de tu mente. Me tomo una y me tomo dos, el reloj que hay colgado en la pared no funciona. El dueño dice que es por la pila que no se acuerda nunca de cambiarla, aunque yo pienso que lo hace por nuestro bien. A veces va bien que se pare el tiempo, para que uno se tome su merecido descanso. Lo malo es que no me acuerdo ya si llevo tres o llevo cuatro cervezas encima. Ya dentro de mi mundo, en el entorno que me rodea, empieza todo a variar, me empieza a cambiar la actitud y transforma ya hasta en mis pensamientos. Alguien entra por la puerta, ¿quién es?, no lo sé,  somos perfectos extraños ya hablo contigo y tú me hablas y me respondes al menos mentalmente. Capacidad en la mente en torno una, dos, pero llevo tres, no llevo cuatro cervezas cuando encima ya el mundo empieza a desvanecerse y la tarde empieza a cambiar de imagen y personajes, ¿quién está por la puerta, quién es? Nadie.
     
                                              -    Satanás tú que lo sabes todo, tú que eres portador de la verdad, dime lo que es cierto, no me mientas y no me digas que el mentir es corriente a cuentas de protegerse de algún adversario. No es posible que nazca yo, no es posible que sea yo consciente y con la conciencia de todo lo que hago. Reproductor de la verdad no soy, porque no la sé. No sé lo que hago o sí lo sé, sé que te soy leal y eso sí que lo sé. Solamente sé lo que sé, además que yo, Satanás tú lo que quieres es saber todo tú. Portal de la verdad, dime la verdad, no me mientas y se quede todo en un mentir. Tú que no rindes cuentas, cómo es posible que nazca yo, luego es posible que sea yo consciente y continente de albergar dentro de mí todo lo que hago. Lo pregunto de verdad, porque no sé si lo que hago es lo correcto, no sé yo si la gente se merece tanto. Yo solo sé que te seré leal y eso sí que lo sé, solamente quiero lo que se desea más que yo, pero no me digas que soy yo un necio, un estúpido al que le está lloviendo, adelante.

¿Realmente con quién hablo?, ahora camino por la calle a oscuras, no van las luces de las farolas y solamente voy, fumando un cigarrillo. Camino despacio, total no me espera nadie, hasta mañana a la madrugada tengo tiempo para ir a trabajo. Yo sigo escribiendo mentalmente todo aquello que me fue contado, ¿por quién?, a saber. Yo solo soy un simple escritor y narrador de pequeñas o grandes historias.
     
                         -            Ya sabes que eres pura energía, ya sabes que eres realmente quién eres, porque aunque ahora duermas, estás más que despierto. No, no lo sabes y si lo sabes ya qué más da, lo que quería lo que yo deseaba saber es si tomas el camino del mismísimo infierno, ya que ese será tu destino. Pues que la oscuridad da lo mismo, los oscuros no es lo mismo que las sombras de la noche en el abismo. Brillar como una estrella, en un negro, tan oscuro no sabes que sí puedes. Por energía ya sabes que el de que realmente tienes que estar despierto, eres tú. No, no lo sabes. Ha sido sabes ya que me has dado lo que quería, lo que hagamos tú y yo será lo que será, tardaré tiempo en esperar en el mismísimo infierno.

Pienso mientras sueño, hablo conmigo o mismo, o quizás y solo quizás hablo con el otro portal. “Yo no tengo miedo a la noche, yo no tengo miedo la oscuridad, ¡ay!,  las sombras de la noche, esas que no levantan dos palmos del suelo. A esas ya sé que las temo, porque en su día, en su tiempo, cuando estuvieron en el plano terrenal fueron malvadas y despiadadas. Alguien dice, “conversaciones con Satanás”, con quién hablo se acerca porque ya tengo rango para ello, antes de decir buenas noches, porque el tiempo corre en vuelo rasante, por  la tarde caminaba sin rumbo. Camino por el bosque sin destino, vivo solo, ya me veo conmigo mismo más de lo que aquí vas a estar, lo que diga tú serás quién serás y yo seré quién seré, no te doy más rango, nivel intenta aprender”.

Papel blanco y bolígrafo de tinta negra, no sé, antes dejarme encender una vela color azul oscuro intenso. Los puentes en la llama que sale de la vela, hace rotar la mano izquierda, que es la menos dominante. Me dispongo a escribir, no es que sea zurdo o a lo mejor soy ambidiestro. Quién lo sabe, la forma extraña en la que tengo de escribir. Cojo papel y bolígrafo, el que viene, el anunciante deja de tener temor y se me acerca. Me canaliza la energía dentro de mí, una vela todo de azul oscuro intenso antes en la llama que sale de darte. Pero está toda la vela al lado de la mano izquierda, que es la que menos manejo. “Buenas”, le digo yo, y cómo escribir no es que sea corto, a lo mejor se debe a que diestro soy y sabe todas las formas que atraen la forma que tengo de escribir. Pero yo tomo asiento enfrente de la mesa, papel en blanco escribo cuatro frases con el bolígrafo de tinta negra.

“Qué cara tienes y me cuentas, yo sigo aquí, tomando una cerveza. Hablo con la botella o hablo conmigo mismo, no me digas otra cosa que no me la creo. ¿Tú quién eres para decirme a mí que lo deseo o que dejó de hacer?, te he preguntado en un lance de qué es saber realmente por qué existo, dime de que a cuentas existo. Porque simplemente he sido un error de la naturaleza o quizás no quién lo sabe de qué caray me cuenta. Yo sigo aquí, tomando una cerveza. Hablo con la botella o habló conmigo mismo ya me dirás que otra cosa que no me ha creado, tú quieres para decirme a mí lo que es eso que deja de haberte preguntado antes, a ver el lance que es verdad. La mente me pregunta porque existo y me di cuenta que he visto algo en el cristal y por eso me he ido. Un error de la naturaleza, ahora no sé el porqué, me gusta salir por la noche, divago  porque no me queda más remedio pero yo sé realmente quién soy yo”.
       
                     -     Recuerdas en una ayer no alejado en el tiempo, cuando cruzábamos nuestras espadas en lucha, nos hemos alejado en el tiempo. Tú todavía vas con tu espada y yo cabalgando al viento, como un jinete del apocalipsis. Sabes que el mundo es así, los nacidos mueren, algunos reencarnan para seguir aprendiendo. ¿Qué es lo que harás tú?,  lo sabe el cielo oscuro de la noche perpetua. Solamente te conformas con esto, van y te traen cerveza en la barra de un bar en las afueras o la cercanía de algún pueblo o ciudad, quién sabe dónde a saber recuerdas de un ayer, no me he dejado el tiempo, que tú ibas con tu espada y yo cabalgaba, siendo sabes que el mundo se si no naces mueren de cuenta ajena. Encarna para seguir aprendiendo, que sé lo que harás, tú lo sabes a saber, solamente todas las cervezas en la barra de un bar.

¡Hola Satanás!, mi nombre no importa mucho. El tuyo sí que es importante, quiero que entres dentro de mí, me invadas. Lo haremos eléctrico a ritmo de rock, yo te pregunto, ¿qué mundo es verdaderamente lo que es? Tú que estás en la en las tinieblas, tinieblas que es un nombre que no importa mucho, de tu día depende, depende el camino hacia el infierno. Todo es relativo, estoy más que convencido ver, que todo llegará a buen puerto, no por las bellas mujeres dentro del dinero, porque eso es la próxima vida no te lo llevas de la libertad que más precio tiene que más valor tiene sino es el despertar de libertad y yo me quedo estupefacto ya me quedó entusiasmado ya mismo tiempo has traído por todo aquello creo yo con 22 años.

En esa fuera alguna vez al suelo, tenías que saber dónde nacer yo te digo nada más. Qué, ahora adivina si eres capaz, la razón de tu propia existencia, porque a mí no me faltes el respeto, de la amistad que existe detrás del todo. Como los de feo mundo es entero, el respeto es lo mayor. Dile que va de más preciado, se va al más preciado más que todo el respeto, no me vengas diciendo que soy yo. No te disfraces de energía que te entra en tu cuerpo, te invado te hago hablar y ahora escribir. Al pensar, simplemente intento que las neuronas a través de la cerveza y te digo tómate otra mi salud, tómate una a mi nombre para que ha sido de recuerdos de los tiempos de los tiempos. No vas equivocado y viene si ves que pasa es que a mí,  mis ejercicios de los como lo sé.

Pero el mundo entero, despertando mayores de que vale más preciado, se va a dar más preciado más que todo el respeto tú no me vengas diciendo que soy yo, yo si eso le dije que te entran tu cuerpo que va de viaje hablar ahora escribir mensaje simplemente a través de la cervecera digo, tómate otra vez una, a lo mejor dicho esto más de una vez.

¿Una oración a Satanás, se puede adorar a Satanás se le puede rezar?, es la gran pregunta que él no espera respuesta. ¿Se puede pedir, se puede conseguir algo, se puede satisfacer el ego, la vanidad?  Puro reto de aquella que nos alimenta el alma, yo no lo sé,  pero tú el que me lees seguro que ya estés en una quinta dimensión. Luego al saber que vuelves a nacer, una aventura en el que encontramos, diecisiete acciones. No sabe de tu amor, pero oraciones para nada se puede adorar a Satanás, si le puedes dejar es la gran pregunta. Creo que no será respuesta válida, que se puede pedir se puede conseguir de algo, se puede satisfacer del ego, la vanidad, en puro de todo aquello que pasaste y poner en venta el alma. En el saber yo no lo sé, pero tú, el que se me le sube el ego al saber que vuelves a nacer, mil y una aventura encontramos. Nos está haciendo saber tu deseo, no te quiero marear más y el que aparece todo por qué parte del mundo será el que será.             
       
                     -     ¿No querrás que te cante la canción de cuna a tu edad?,  qué es caminar conmigo o leer en un paseo en mitad de la noche oscura. Y es que convencido de aquel camino que dicen que es verdadero, eso era tu mente llena de luz, de luz pero no de verdad. Luchadores los guerreros, todos aquellos que tienen tesón, ¿tienes miedo al infierno?, van conmigo de la mano. ¿Quieres creer que me has dormido?,  demos un paseo, emite de la noche oscura y mira de que convencido estoy, de que acercarme a ti, te dicen que verdadero sentido de la luz. Pero no de verdad, no luchadores, los viajeros de todos aquellos que reten mirar al  infierno conmigo de la mano. Por eso te digo yo, que le haces un bien en preguntarme.

Fuego ascendente, lluvia en San Vicente, todo cambio, todo varía y no sé si porqué. Pero aquella mujer que acompañaba ya no existe o no existía recientemente, será que sé de nuevo o sino porque es como es, enseñando un tiempo quién fui. A lo que tienes que decir, fuego ascendente, lluvia en grande sentencia, todo cambia, todo varía y así sé el porqué. ¿Pero a que es mujer la que me acompaña?, ya no existe o no existía. Decididamente sé lo que sea, me acordaba en especial ha sido porque es como es y se ha dado tiempo de que fui yo la que la dejé de ser, aunque ahora nos llama. Que anónimo visitante de la tierra, después del mediodía vuelvo en sí y camino y camino hasta llegar a mi casa pequeña.

Corro, busco y busco y corro el secreto de la espada, si quisierais cuento que el portador seré quién seré y volver a ser las cosas como eran antes de la batalla. Vientos de guerra en la oscuridad del espacio de observación de Orión, de la galaxia de Andrómeda. Sitios para esconderse el portador y serás realmente quién soy yo, el narrador o portador o ángel que atravesado la portal del Sol mientras veo las olas, barcos con bandera negra te aportan las sombras otra vez.

El secreto mejor guardado, si alguien no soy es un demonio en una larga noche, otra vez el portal para hacer justicia de aquello que es rencoroso el Sol. Quién sabe realmente quién es el portador, ya lo conocemos ya pero a mí no me conoce, no sé hasta dónde puedo llegar, mis límites…  no tengo límites y seré yo.


sábado, 14 de diciembre de 2019


                             SMITH, MI NOMBRE ES PATRICK SMITH

Desde las cumbres rocosas del Himalaya, hasta los confines helados del polo Sur, habita o mejor dicho habitan y viven personas u otros seres vivos. Todos corren, todos saltan o todos nadan desde un lago helado, hasta un lago más cálido. Quién me lo iba a decir a mí, quién me iba a contar la historia que estoy a punto de narrar. Porque sea cierta o mentira, yo me la creí, quién sabe si vosotros, ávidos lectores os podréis a llegar a imaginar tal situación, que no es otra que la que narro…

Todo va, todo transcurre en algún lugar del mundo, en algún pequeño pueblo o en alguna gran ciudad. Son las cinco de la tarde y un niño de trece años, ávido lector, se encuentra en una  biblioteca. No es una biblioteca cualquiera, ya que no tiene escaleras, sino rampas y ascensores, por los que él, con su silla de ruedas, circula a sus anchas. Es de merecer lo que escribo, ya que no hay nadie ni nada que lo pare, él sigue como si lo de ir sentado a todos los lados, no fuese con su historia más íntima y más personal.

Patrick Smith abre un libro que está totalmente en blanco, no hay nada ni escrito ni dibujado ni impreso, ni dentro ni en la portada, nada, todo totalmente en blanco e inmaculado. A veces pienso, “este chico no está bien, no está en el mundo real, solo está en el suyo propio”, y yo me digo, “qué más da”. Solo tiene trece años, es muy normal que tenga una imaginación desbordante, que le fluyan las ideas de aquí para allá. Yo como narrador, me nutro de ello y me sirve de inspiración para contaros tales aventuras como estas.

La silla de ruedas a la que siente atado, no le impide volar tan alto como las nubes, pero se siente solo. Nadie le acompaña y se abstrae en las bibliotecas, leyendo historias, leyendo cuentos y relatos. No tiene muchos amigos, todos o a casi todos les gusta el futbol y no cuentan para nada con él. Eso le entristece, pero le hace cada vez más fuerte, aprendiendo a saber que cuándo se le acerca alguien por querer entablar amistad será o bien por saber o por pena, cosa que no desea, ya que se siente fuerte, tanto de brazos como de espíritu. A veces de una cosa, otras veces de otra, sabe y presiente, presiente y sabe que la verdadera vida está en la mente de cada uno de nosotros. Que formamos cada uno un Universo y que dentro de este, habitamos uno a la vez más grande.

Sigue con el libro con las páginas en blanco, con las manos apoyadas en la mesa, una a cada lado del libro, lo mira y solo ve el blanco del papel, no quiere escribir en él, no quiere volverle gris y tormentoso con nubes de ceniza, vaya que se estropee.

Pasa el rato, el tiempo ha acelerado más de la cuenta, son las seis y media de un viernes cualquiera, pero en su cabeza son las tres de la tarde en algún lugar del Oeste americano. No se lo piensa dos veces, mira a la derecha, mira a la izquierda y en un pispas, cerrándolo de golpe, se lo guarda en la mochila. Tira para atrás la silla de ruedas y diciendo “adiós”, sale sonriendo de la biblioteca, y es más, le da fuerte a las ruedas al verse libre a la salida. No se han dado cuenta, pero su corazón galopa como si fuese a caballo por las lejanas praderas. Su caballo no deja de ser como un carromato, pero para él solo le faltan las riendas. Eso, eso no le importa y llamando “Raso”, a su silla, sale galopando, tanto que casi atropella a la gente que va andando por el paseo.

Haciendo gestos, como si disparase al aire con una pistola imaginaria, se dirige calle abajo, hasta su casa. Llega tarde, lo sabe, su madre estaba preocupada y le planta una regañina de las que acordarse todo el resto de su vida. Quiere llevar una vida de lo más normal, pero para ella no deja de ser especial. Son las siete y cuarto, cuando entrando en su habitación cierra la puerta, haciendo del momento, un espacio ausente en el que poder evadirse. Abre el libro por el principio y hace que su imaginación se junte con el blanco de las hojas de papel. Sonríe otra vez y esta vez al verse como por arte de magia reflejado en la blanca hoja, empieza su historia o su verdadero relato. Su vida empieza a desbordarse, se ve, se ubica en los años del western, en los que robar bancos y a diligencias estaba a la orden del día, lo mismo que la horca. Tanto piensa en ello, que se ahoga de pensarlo y debe de beber un poco de agua de su pequeña botella de plástico.
  
                                   -               ¡Ups!, que cerquita he estado. Se coloca su sombrero tejano y su placa de sheriff, no le falta su arma de plástico con la que disparar al techo. ¡Vang, vang, vang!, sois todos míos, yo soy Smith, Patrick Smith.

Como empezaría una historia, no se atreve a escribir en tan blanco papel, así que dejándolo de una manera suave en la mesita, se mueve con sus jóvenes pero fuertes brazos, hasta que acaba descansando su espalda. Tumbado en la cama, echa las manos para detrás de la cabeza, empieza a soñar como el que habla solo.
     
                              -                 ¿Patrick Smith qué haces antes del peligro, Patrick Smith qué haces entre tantas mujeres y cuál  más tan bella?, cuando estés en libertad y con el traje de negro, si no es en una caja de pino, te verás encerrado entre cuatro barrotes y entonces te darás cuenta que a la gente, no se le puede atacar y robar saliendo siempre airoso. Pero esta es mi historia, mi propia verdad y una diligencia no tiene la culpa que tú seas así. Solo ante el peligro te encuentras, ¡maldito dólar!, quisiera de ti el día que no puedas cabalgar encima de un caballo. Tu caballo llamado Raso, blanco como un papel es, pero fuerte como el acero de una espada cabalga y cabalga los desiertos de Arizona.

Como el que gira de hoja, como el que lee un libro de verdad, sigue con su historia. Esa tan particular, que solo está en su cabeza. Llora, no por no poder cruzar las piernas, si no por pensar que se le cierran puertas y en las que hay, las escaleras del triunfo y del éxito, no son aptas para personas con su discapacidad. No quiere pensar en ello, se va haciendo cada vez más mayor y más va viendo su realidad, aunque no quiere dejar que la tristeza y la melancolía le invada su frágil corazón. Así que sigue con sus sueños e imaginación. Así que cierra los ojos y cerrando ahora los puños fuertemente, sigue con sus historias y sueños. Ese mundo que al menos puede correr y cabalgar no como el hombre que debería en un futuro ser, ya que sabe que el respeto y la honradez siempre tiene premio. Dispara una y otra vez, buenas capacidades tienes para ello, bueno en este caso no seas tan malo. Qué sé quién es el bueno y el malo en una casa de clase alta. A punta de pistola cualquiera roba, es el viejo truco que nunca se dice. Solo ante el peligro se encuentra, preparando es capaz de matar a una persona, qué más da quién tiene delante. tú sigue siendo quién eres.

                 -      Quién es más rápido que una bala, nadie es más rápido que una bala, qué quisiera el viento que surge en medio del desierto te puede llegar a acabar con tu vida. Qué más da lo que diga,  qué más da lo que haga, Patrick Smith seguirá cabalgando encima de su caballo y sin silla, a pelo cómo hacen los verdaderos indios del Oeste. Gracias a las que sea, él, un asaltador de diligencias viaja solo, no necesita compañía alguna. No tiene que repartir y con la mía no hay ninguna sola, recorre de forma instintiva los mejores desiertos que cruzan de un lado al otro del Oeste americano.

“Adónde tendré que ir, adónde tendré que viajar, para encontrar aquella mujer, que sea mi media naranja. Hasta adónde tendré que cabalgar, para saber de mi triunfo o mi infortunio, ya que no puedo hacer esposa alguna. Pero mi corazón me lo pide, mi alma me lo exige, como si fuese algo tan necesario como el agua de la lluvia. Solo debo tener paciencia, estoy empezando a despertar a la vida real y ello me llevará algún tiempo”.
       
                          -     No sé si tomarlo en serio o tomarlo a risa, todo quedará como una vengativa de que todo llegará a unos pasos agigantados. Cómo de caballos que le haga su amo correr sin saber de peligros, todo el real o todo es mentira quién sabe yo no lo sé, ¿tú si lo sabes?

¡Patrick a cenar!, escucha desde la lejanía, tan lejano que tarda segundos en volver en sí. Todo ha sido un sueño de niño, todo es como un juego infantil. Se incorpora acercándose la silla, con sus brazos fuertes la hace rodar y en un santiamén está en la mesa. Su madre le acaricia la cabeza, no se lo dice, no se lo comenta, pero se siente orgullosa de él y sabe o al menos intuye que no dejará de luchar, hasta hacerse con hueco en la vida. Todo es relativo, solo la tiene a ella, mujer divorciada se vuelca en la vida del chaval.

Come rápido, tanto que parece un tiburón o un león devorando, hasta tal punto que no deja ni una miga en el plato. Mira de reojo a su madre y esta, guiñándole un ojo le dice que puede ir a su habitación. Esta vez no se tumba, esta vez abre el cajón de la mesita y coge el libro, no sabe que escribir ni que título poner. Pero empieza a formar frases, que poco a poco van ocupando todo el blanco del papel. Sigue y sigue, no sabe si hacer un diario o algo inventado, pero cree, se imagina el haber encontrado su hueco y todo es empezar…

“Me reúno con aquella tribu y aquellas personas que serán libres por una eternidad, aunque siempre serás quién serás. Sí, mi nombre es Patrick me siento con las tribus indias americanas que son los verdaderos herederos de esa lejana tierra. Me siento con él, con el jefe, con el que se fuma en pipa. Me presento y me hacen un sitio en el círculo con ellos, bebo whisky,  pero que será, será de qué se le dé bien, que no lo sé. Porque por lo que he vivido, así es subsistir, levantarme todas las mañanas y a ver si va a ser de los últimos días de mi vida. Qué hacemos si no dar gracias a las estrellas y eso transforma a los indios en la gente que son. Viven a su manera porque no les queda otra y yo, porque ya están así de marcados. ¡Cambiar!, porque voy a cambiar, ya permanecer cuarenta años en esta época son muchos. Ya muchas historias podría contar y ninguna ser real, porque lo que no se dice no lo  intento esconder, para no sé advertido de ningún peligro.

Jefe apache me dice….
     
                               -        Ver esa, es morena qué está en edad para concebir, te la regalo.
    
-                             -        ¡Me quieres sorprender!, digo que pensar que las mujeres están en venta no es muy claro.

Que me conteste que no, que alguna que me quiera, que me desee y yo la desee.
      
                     -      Sea para ti eso, no se lo digo a cualquiera y menos a los tuyos. Si quieres formar familia aquí tienes la oportunidad de una familia que conmigo tú eres bien recibido. Eres ante todo ese que eres, ladrón embustero y ya veces hasta asesino. Pero es que si no matas por defensa propia acabarás debajo tierra. Otra cosa es que fueras matando por diversión, entonces no me atrevería a hacerte tal ofrecimiento.

Qué es el fuego, es verdad que eres fuego de la amistad y del respeto, ha salido de qué ha salido. De tambores y de cánticos, eso es lo único que es verdad. Millas y  millas de desierto y desde las narices, nadie puede ser rápido con el revólver. ¡Narices!, porque no me ha pedido nadie matar por dónde va a ser capaz de pasar por la horca y espérate que corto gaznate y te dejo seco. Advertido quedas, yo creo que sabes lo que te digo, si no atente a las consecuencias. Yo no sé escribir mucho,  yo no soy de letras, lo importante es que te sirva bien con las pistolas y de balas mi caballo es lo único que no te vendo.
       
                      -     Piedad, ahí viene con malas amistades, todo lo que vas hablando es mentira, simplemente de alegoría es aquello que desearía que fuera verdad. Cuánto es la historia, estoy sentado aquí el suelo duro, con aquellos que entienden de verdad que saben mi idioma o al menos por respeto lo intentan hablar.

¡A dormir!, entra en escena la madre. El niño hace caso y cerrando el libro, apaga la luz de la mesita. Se acurruca en posición fetal y entrando en el mundo de los dormidos, empieza a subir por su escalera a las nubes de la felicidad, piensa y solo piensa que en realidad son las nueve de la noche y mañana es sábado, ¡qué  bien!, dice. Mañana podré cabalgar por las llanuras americanas, mañana podré nadar hasta que me canse, por el Pacífico. En este mundo, en el de los sueños, mientras uno duerme, todo es real y todo se puede alcanzar. Hasta la bella muchacha morena que me seducía en mis pensamientos. Apago la luz de la mesita, no sin antes guardar el libro en la mesita de noche. Quién sabe lo que llegará a ser, si un libro de aventuras imaginarias o ciertamente en mi diario de la realidad postrada en una silla. Sería muy triste, aunque me siento muy orgulloso, y con ese mismo sentimiento alimento mi ego, haciendo de él algo que me fortalece, pero sin caer en la soberbia.