Arcángel 606
Las luces del
casino parpadean hipnóticamente a los ojos de los clientes “”JUEGA, JUEGA”,
invitándoles a entrar y echar unas monedas. Dicen que hay premio, dicen que se
harán ricos. ”JUEGA, JUEGA” Colores de billetes, como personas diferentes hay.
¿Qué será de aquel que se deje hasta el último céntimo? No se sabe, a lo mejor
entra el primero en el Reino de los Cielos. Quien sabe lo que puede ocurrir.
“POBRE, POBRE”.
¿Quién puede decir
que no alcanzará el cielo, si este está debajo de sus pies? ¿Quién puede decir
que no alcanzará su sueño? Si sus pisadas son sombras en el anochecer. No por
oscuras sino porque estas se confunden entre las demás. “TODOS SOMOS MULTITUD”.
¿Quién es, Quien es, quien da los golpes
en la puerta? A saber. ¿Qué puerta? Sino la del cielo. Esa sí, esa que dicen
que es la del paraíso. Pero mientras luce el Sol y la noche estas se adueñan de
las mentes y uno de ellos camina por la Tierra. ¿Para qué? Para conocer a las
almas que ella la pueblan y llora, llora y sufre, al ver tanto egoísmo y tanta
hipocresía.
No nace sino
muere parte de él, al llegar al mundo. Con un llanto, que parecía un soplo
de esperanza, hizo retumbar el planeta.
Pero este se calmó y volvieron a ser los de antes. Ya no volverá, ya no
regresará al Reino de los Cielos, porque se ve triste y maltrecho y solo, solo
se irá hacia la oscuridad, al ver tanto engaño. En tren y en
autobús viaja la multitud, en limusinas y en coches de alta gama, viajan los
que se inundan del dinero ajeno. “Echad unas monedas, que yo os daré un montón
de billetes”, dicen algunos desde sus cómodos asientos. Que será de aquel que
no tenga control. ¿Estarás aquí tú, para darle un abrazo de consuelo?
“Quien sabe, a lo
mejor soy dueño”
Estrellas que no
iluminan el cielo, ya que es saboteado desde las azoteas de los locales. Luces
de neón hacen que pasen y pasen, cada uno, cada cientos, para hacer una buena
recaudación. ¿Qué será de aquel que despierte? Seguro que te rechazará y el que
no lo haga y se juegue hasta su última moneda, te maldecirá, como si fueses un
auténtico demonio y eso no lo tienes que tolerar.
Resbala una gota
de sudor, resbala una gota de sangre. ¿Cómo es posible, si no eres humano? No
te pierdas por favor, no quieras llegar a comprender algo que esta fuera del
ser y estar. ¿Cómo saber, cuando es cierto o es mentira? No se sabe, solo una
se arroja, se aventura, como si fuese una película de acción.
¡
No evites!, pero
como decirte esto a ti, alma pura. Cuando todas las que te rodean aquí, en este espacio-tiempo, son impuras y
no son merecedoras de tu preocupación y menos de tu sufrimiento. Lánzate, que
la vida son dos días y el último es largo y penoso. Lánzate y bebe, bebe del
pozo de la vida, que esta no es salubre y está llena de lodo.
“Respeto me piden
y consuelo tendrán, como si fuese su último aliento”
Si fueras solo un
alma y tu cuerpo fuera solo carne y hueso, sangrarías de verdad, porque te
herviría la sangre, como en un volcán en erupción. ¡Dale con el martillo, dale!
Que no conseguirás romper el muro que nos separa, no conseguirás hacer nacer a
aquellas que se han marchado. Porque esas ya no son de esta condición. Como un
vacío en el Cosmos nos abren una puerta. Pero tú eres listo, seguro que
volverás de dónde has venido y no caerás en las redes de la oscuridad.
¿De dónde vengo?
¿Qué te crees que yo me vengo? Yo no soy de esa madera ni tengo yugos de
esclavitud eterna. ¿Qué te hace creer que no lo merezcan? Si como ovejas ciegas
en rebaño navegan por el agua sucia y llenan de sudor la codicia.
Señalado a punta
de espada, llagas en su piel de unas alas rotas al descender. No se sabe si
fuiste tú el que realmente lloró, al ver al hombre solo trabajar. No viviendo
en pura armonía con el prójimo y viendo como la envidia y la codicia, se
adueñaba de sus almas. No te sientas
tentado, por aquel que te quiere dominar. No te sientas alentado por aquel que
te quiere convencer. ¿Qué será de ti, si entras en el frío oscuro del amanecer?
No seré yo, el que te diga que no. No
seré yo, el que te ate con una cuerda. Porque ni los perros, merecen ello.
Vuela, vuela y alto y no desciendas. Que no es de razón tanto amor, porque el
de vos no es de merecedor de tal falta de respeto. Nadie ama a nadie, con tanto
amor, como el que yo te proceso.
¿Cómo saber
cuándo uno es de sinceridad y honestidad, si este se ve envuelto entre sombras?
Adiós mundo,
adiós. No lloraré nunca más, se me ha congelado el corazón. Este ni con la llama
más ardiente, se calentará. No volveré nunca más, tienes razón quien seas. Que
sepas que siempre te guardaré una gran estima y que nunca, nunca te faltará mi
amor. Amor de amistad y lealtad, como aquel que busca y busca, pero solo
encuentra, aprovechados burlones. Que creen que uno no es de digno cariño y
respeto y se abalanzan como hienas en la noche. Como si fuese una presa que
hacer de cena, para satisfacer una barriga llena de maldad.
¡Donde estás
amigo, donde estás! Escucho el murmullo del mar y me parece que habla de ti, de
tu llegada y de tu marcha. Pero no hablan de lo que has llegado a hacer en tu
corta estancia en este mundo. No te marches todavía, que me dejas solo ante los
aires de la adversidad y ya sabes que estos no son sinceros. Me hubiera gustado
haber tenido en una botella de cristal, que fuera lo suficientemente limpia,
como para tenerte en ella y poder conservar así tu presencia y tenerte cerca,
para poderte admirar y honrarte de la manera que te mereces. No llores ahora
tú, me tienes más cerca de lo que tú crees, solo tienes que elevar el
pensamiento. Yo ya no estoy en el Reino de los Cielos, solo me he marchado y
ahora observo con detenimiento desde el otro lado, los resultados de todo lo
creado por el hombre.
Si fuera tan
fácil, echar una moneda para conseguir la paz y el sosiego, ¿quién no lo haría?
Yo sería el primero, pero no lo haré, porque es llamar a las puertas del
infierno. Yo ya no tengo alas, pero sigo siendo quien soy. ¿Quién me recogerá
ahora? ¿Quién me tenderá la mano? Si ya he sido tentado, no jugaré, no caeré.
No beberé, ni una sola copa, porque esta no es de triunfo.
“Prefiero
desaparecer de este lado, ellos van a donde van y no hay razón para ello.”
Se marchó, al
menos dijo “adiós”. Se marchó, dejándome
solo ante una jauría de lobos hambrientos, que es ni más ni menos, que
la sociedad. Se marchó, pero yo sé,
estoy esperanzado, cosa que antes no lo estaba. Sé ahora a ciencia cierta, que iré a dónde merezca y
seguiré los pasos de aquel que lloró en la Tierra, haciéndose quebrar el alma. Partiéndose en dos, para
llegar al hombre y llegar a la mujer. Quien sabe, a
quien llora y a quien honra. Lo que es seguro es que a nadie rechaza y ahora
uno entiende el porqué de las cosas, ahora uno entiende el porqué uno merece ser perdonado y cuando
ajusticiado, pero espero tardar en saberlo.