domingo, 30 de octubre de 2016

                                    Los hermanos Ivanov

¿De que fueron víctimas, de que fueron culpables? Nadie lo sabe, solo se les recuerda desde las estepas rusas hasta los prados verdes de Crimea. No había centinela que les mantuviera en sus celdas, ellos siempre encontraban la manera de escapar. ¡Sorpresa, sorpresa! Era lo que se encontraban los guardias, de madrugada. Solo una puerta de rejas con la cerradura forzada  y un compañero desvanecido, ahí en el suelo.

Como fantasmas en la noche, robaron dos caballos y cabalgaron en silencio sin levantar sospecha alguna. Solo las estrellas eran testigos del hecho y eran sus guías, para poner tierra de por medio. Cuando levantó el Sol y éste apuntaba desde lo más alto, ellos dos se encontraban ya lejos de los inviernos helados de Siberia. Dos hermanos, dos personajes de delincuencia que no eran fácilmente reconocidos. En aquellos tiempos, los dibujos no reflejaban el verdadero carácter de ninguno. Caballeros y doncellas, eran en el medio mundo lo que reinaba. Pero el verdadero sentido del querer, estaba olvidado. Como saber, cuando era por hecho o por derecho. En uno era los papeles y los bienes. En el otro eran los sentimientos del corazón, los que llevaban a pasar el umbral del simple cariño.

Los dos, gemelos y con parecida voz. Se podían desdoblar y aprovecharse de la situación, con damas de más o menos estampa. Los dos se reían y sus mandíbulas se abrían en una carcajada, mientras las señoritas lloraban desconsoladamente por haber caído  en tal ruin juego. Eran unos caraduras, además de unos ladronzuelos. Capaces de entrar por la puerta de atrás, en alguna de las fiestas de la sociedad y salir por delante, bajando la escalinata de tal casona. No sin ir bien acompañado, con alguna dama a la que rendirse por una noche, haciéndoles perder la virginidad con cualquier promesa o gesto que ellos decían ser “sinceros”.

Todo funcionaba a la perfección, en muchos casos, la cubertería de plata era ya meramente substraída y vendida por unos dineros a según qué personas. Unos rublos que les venían ni al pelo para seguir disfrutando de un tacto con las damas, que se mezclaba con la juventud de los dos. No sobrepasaban los veinticinco años y ya eran buscados en varios territorios de la antigua Rusia. Ivanov, Ivanov. Ese era el apellido de los gemelos, de cuál nombres no me viene a la memoria ahora. Viajaban y viajaban, hacían de colarse en los trenes, una verdadera diversión, como si fuesen unos niños ajenos al civismo y a la educación. Hacían del viaje toda una burla y una diversión.  Bueno, esto último lo disimulaban en frente a las señoras ricas, que se le ponían delante. Se colaban en las reuniones y en las fiestas, no sin antes cerciorarse, de que podían hacerse pasar por cualquier otro invitado que no podía asistir.

“Válgame Dios”, dijo una de ellas. “Vámonos corriendo”, dijo uno de ellos. Con pies para que os quiero, se marcharon una  vez reconocidos. Los dos ladronzuelos, se escapaban de dos bellas mujeres al ser señalados por la primera. En las alforjas de los caballos, todo lo de dentro era lleno de plata ajena y todo lo que también pretendían era robar dos corazones femeninos. Dos corazones, a los que añadir a la colección de una larga tarea y para los dos hermanos, divertida. Qué más da, si era joven o princesa, lo que miraban o hacía de sus atenciones, era el dinero o la casa a la que pertenecían.

Pasaron algunas lunas y algunos soles, algunos amaneceres despiertos hasta que las campanas replicaron y la primavera llegó al corazón de uno de ellos. Una bella dama, no de estirpe ni dinero. No de estudios pero sí de orgullo bien planteado. Encontró en uno de ellos a un hombre bien plantado, del que hacer con él largos paseos. Largos y continuos en sus salidas, algunas de ellas nocturnas. Pero no por ello de alcoba, eso se lo dejó bien claro. Quien podría ser de los dos, quien podría haber caído en algo tan simple y tan difícil de encontrar, como es el amor. Quién podría haber rejuvenecido y salir herido a la vez. No por bala, no por daga. Sino por un corazón que necesita de abrigo y cariño. Se lo dejó bien claro, necesitaba ayuda, ya que era fácil en constiparse y caer en cama. Pero eso no le importaba, solo deseaba acompañarla en sus días buenos y en sus días malos. Todo aquello del juego de los bailes, pasaría a la historia. Por una vez y la única, se había comprometido sin haber cumplido los treinta. Como decírselo a su hermano, todo era ocultado, todo era enroscado de tal forma que no había manera de ser descubierto.

¿Para quién es ese mensaje de amor? Esa carta cerrada, pero no lacrada. ¿A quién pertenece? Si viene y no es el cartero quien la entrega, ¿a quién pertenece? El más mayor de los gemelos la abrió, haciéndose pasar por su hermano. Cayó en cólera, al ver que esta vez no era un juego. Aunque para él, era algo más que el simple hecho de la asociación lo que estaba en peligro. Cerrando boca, pero maldiciendo por dentro, se acercó a tomar un vaso de vodka con su querido hermano. No se dio cuenta y en uno de sus gestos, la carta fue al suelo. No se sabe si fue el color del papel o su perfume, lo que le delató. Éste le miró fijamente, en sus ojos se veía al mismísimo diablo. La recogió del suelo y al abrirla, no eran ya solo sus ojos, sino todo él eran auténticas llamaradas, de cómo tenía encendida la sangre. Quién lo iba a decir, después de tanta carrera y tanto poco sentido del amor y del respeto. Uno de ellos, el que llegó segundo al mundo, sería el primero en enamorarse de verdad. No de una señora con nombre o renombre, sino de una que necesitaba además de cuidados. Que le había abierto los ojos y ver que la vida a veces, se desvanece y no se sabe respirar cada segundo. Beso a beso, iba cayendo más en su propia maraña y ya no quería ni robar ni alejarse. Sonreía de una forma, como si los quince años hubieran aparecido de nuevo y vuelto a la verdad. Lo que es la vida, le daba una segunda oportunidad. Abrazo a abrazo, ella y él, ya eran uno.  Descubrió lo que verdaderamente es lo que le hace a uno rico. Eso, eso no es el dinero. Es la compañía de la persona, esa mujer, ya sea un poco más joven o menos que te agarre fuertemente de la mano, ocultando su fragilidad. Esa señorita o dama que no pertenece ni pertenecerá a los altos vuelos, esos a los que estaba acostumbrado tal pájaro. Que iba a acabar la relación de su hermano, en discusión alborotada en medio de una de las zonas más concurridas.

Como si fuese un juego de rol, le venían mal dadas al que era el mayor. El haber salido el primero no tenía el premio del respeto, ya que nunca él lo había tenido por nadie. Toda la gente, después de la discusión, conocía la verdadera proveniencia de los dos. No se escapó del rechazo y del adiós. Nadie le decía ni quería conversación alguna con él. Todo fue de mal en peor, todo fue lo que fue, solo el caer desde lo más alto a lo más bajo. Éste una vez descubierto, no tuvo más remedio que refugiarse en los más bajos fondos y jugándose el dinero, se acabó de jugar su futuro, llegando a mendigar por un trozo de pan o un vaso de vino. De verse en lo más alto, bailando con las más bellas damas. A verse recibiendo puntapiés de aquellos que se habían sentado a su lado o frente por frente diciendo que eran sus amigos, solo por su dinero. Viéndose en el lodo y manchado de barro, de aquel que le transformó en el ser lo que era por dentro. No podía pedir perdón y hundido en la miseria se vio.  El hermano, viendo el camino trazado por éste y viendo las orejas al lobo,  escapó con la dama una noche oscura sin Luna. Sin decir nada y teniendo cuidado, por la fragilidad de ella. Robó un carromato y callando la boca, se marcharon sin todavía saber el destino que les deparaba al final de un viaje sin destino. De la pareja no se supo mucho, solo supieron que el carromato fue quemado, cerca de alguna zona poblada. Ahí se pierden las pistas, seguramente que ella supo reconducirlo por medio del amor y del cariño. Éste, a veces se acordaba de su hermano y recordaba sus momentos felices y sin que lo viera ella y con un trago de vodka, brindaba pero callaba para no levantar sospecha alguna.

Solo una noche, sonó la alegría en la casa de la pareja. Fue el llanto de una nueva vida que venía al mundo. No podía negar que era el padre y lo celebró. El viento quiso llevarle la noticia al hermano, pero éste ya desesperado por su situación se le había ennegrecido el corazón. Solo lloró cuando uno de aquellos que eran sus amigos, le llamó por su nombre y echándole una moneda, le devolvió la sonrisa. Una sonrisa que no hacía reflejar la pobreza que arrastraba. Sin mujer y sin casa, le había gustado tanto el juego y la risa, que las carcajadas habían quedado atrás en una memoria destrozada por la bebida.




domingo, 23 de octubre de 2016

                                             Nubes de ceniza.

Él, anciano y cansado, estaba sentado en un parque, una de los tantos que existen en la ciudad. Tantos como personas de su edad hay o tantos como bancos para sentarse.

Ve como juega su nieto, niño de sus alegrías y niño de sus angustias. Se fija en sus propias manos, arrugas y manchas en la piel que ya no las puede ocultar. Por no hablar de sus huesos quebradizos, que necesitan un poco del calor otoñal.  Está absorto y el tiempo, que no es otra cosa que su propia vida, le da una oportunidad para reflexionar y no la quiere desaprovechar. Él ha sabido querer y al mismo tiempo sentir el amor de los suyos, recuerda y recuerda como ha aprovechado la vida. La suya y hacer que los demás disfrutaran de la propia e invadirles hasta el interior de sus propias almas, llegando a abrazarles incluso en la distancia.  Observar y entender que cada segundo que pasa, es uno menos que le queda en este mundo. Recuerda y recuerda como si fuera una cinta de vídeo, su propia vida. Su conciencia le quiere decir que ha hecho bien y ha hecho lo que tenía que hacer. Desde que dio sus primeros pasos hasta que ha enseñado lo mismo a su propio hijo y este a su nieto.

Mientras el niño corre, salta y juega, hace balance de su vida. Una vida de altos y bajos, pero hombre de una sola mujer. Mujer que ya no está con él y que no hay día que no la recuerde. Él sabe que le esperan, mientras tanto piensa en su hijo y en su nuera. Sin olvidar lo más importante, su nieto. Éste ahora salta y brinca por el parque. Éste que lleva parte de su sangre y que es el resultado del amor y el sentimiento de una pareja que se quiere. Necesita  el apego y el respeto de sus padres y de su abuelo. Piensa y repiensa, en la educación y el saber estar que le enseñó a su hijo Marc. Una educación basada en el trabajo diario y amor a la familia. Porque a veces, cuando cae una tormenta o llueve mucho, sólo los cimientos de la pareja pueden aguantar el aguacero. Sólo el calor del corazón, cuando late rápido, es capaz de hacer sudar al alma más fría.

Se hace un cigarrillo todo mirando el sol, sí a ese que le cuesta calentar los días de otoño. Sus manos no son frías, pero no como sus pies. Unos pies cansados de caminar y caminar por todo tipo de caminos y senderos. Como olvidar cuando se le cruzó el trabajo fijo o la mujer que tanto ama y recuerda como era de joven. Como la pasión se coló por la ventana y eran dos almas en una. Ahora lo tiene todo hecho y ha sido capaz de seguir las enseñanzas de su padre. Cómo le inculcó, el aplomo y el camino a recorrer. El no dejarse llevar por personas o caminos nada buenos. Se sentía completo y orgulloso de sí mismo y ahora cuando suenan las campanas de bronce, sabe que cada uno de cada sonido es por cada uno de sus seres queridos. Ya puede ser por su padre, su madre o su esposa. Que él no es el último y que a pesar de que se ve centenario, cree que su camino no se detiene.

Se parará, esto es verdad. Pero lo seguirán haciendo aquellos que son jóvenes o niños. Porque ha sabido traspasar las palabras de la familia y estos no tendrán parada ni descanso. Estas solamente se detienen cuando el corazón deja de querer.

Con una voz llama al niño, él se levanta y los dos hacen camino para el hogar. Sabe que es la hora y que le esperan en su casa. Vuelve dando un paseo, el pequeño le bombardea a preguntas. No tendrá más de nueve años y no para de hablar y preguntar. Él, no acostumbrado a tanto responder, le ruega que lo haga de forma más pausada. Que no sea tan ametralladora y que camine más poco a poco, que sus piernas no son las de antes y tiene miedo de caer. Para el pequeño, su abuelo es un ejemplo a seguir y él lo sabe y no lo quiere decepcionar. Le explica cosas, le habla de su abuela. Como la ha querido y que todavía está en su corazón. Cómo fue su padre de niño y que como sigue en sus pasos. No le quiere decir nada más, quiere que viva su propia infancia. Que sea feliz, que ya habrá tiempo de explicarle que es el llegar a es convertirse en un padre o abuelo. Lo que es pasar mañanas trabajando y noches despierto, por según qué razones.

Llegan a casa y puesta la mesa se sientan esperando la comida. Pasa la mano por ésta  y dando un suspiro, le sale una sonrisa. Ya puede marchar, ya se puede detener tranquilo. Los suyos ya conocen bien el camino y no tiene que tener miedo por las tormentas que caerán, el cemento está bien armado.
Su nieto no le deja, se siente tan orgulloso al lado de él.  ¿Qué pasará el día que se marche de verdad? ¿Qué será del pequeño? Grandes preguntas, que merecen pequeñas respuestas. Se siente abrigado al lado de su familia, comen y ríen y antes de irse a dormir, le pide que le cuente un cuento. El abuelo asiente con la cabeza y se dispone a contarle uno, con un final a saber…

El Sol se levanta por la mañana, sale la Luna por la noche. Ella fría y resbaladiza, zigzaguea en la tierra.  Buscar y buscar, con su propia lengua a quien darle un mordisco de muerte. Buscar y buscar, un pequeño animal, un alimento que llevarse a su cuerpo largo y colorido al mismo tiempo.

–          ¿Quién  puede decir que las serpientes no son hermosas?

¿Quién habla? Si no soy yo, el narrador. Quién puede querer tomar las riendas de esta historia y dejarme fuera. Lo pagará muy caro, se arrepentirá por siempre más.

–          ¡Yo no, narra!

La serpiente continua su camino boscoso, el reptil continúa su búsqueda y encuentra y se para. No quiere dar ninguna pista o poner en alerta a su víctima. Su lengua bífida es como un radar y sabe el lugar exacto donde está él, un conejito. Que inocentemente, se encuentra entre los matorrales a la vera de un río. Suena de fondo una música que enamora, suena y hace que la serpiente se anime y el conejo vaya quedando hipnotizado por la melodía. Se abren las nubes y dejan pasar la luz del astro rey. Todos quieren ser testigos del momento, la música hace bailar a la   serpiente. Pero no quiere darle ni una sola oportunidad, sólo se detiene en el camino y bailando, bailando mira y ve a su presa.
No escucha como se mueve la cazadora y en unos instantes será presa de esta. Se erige a menos de un metro del pequeño animal, éste con sus orejas que parecen dos parabólicas, captan el ruido y en dos segundos de reloj. Mientras una va a hacer su mordedura, él rápidamente toma impulso y se escapa, se escapa y se aleja, dejando a la serpiente con la boca en la tierra.

Ya no puede hacer nada, ella sabe que él es rápido y tendrá que esperar, esperar y que la paciencia le dé el tiempo para conseguir algo que llevarse dentro.

– ¿Cómo es posible que se me haya escapado?

Ya habla otra vez, me parece que ella tiene ganas de tomar más protagonismo en el relato. Total, si es así la dejo escribir.

Feliz es el conejo, que salta y salta de alegría. Pone voz en el bosque y gritando, gritando, dice...

–          Me he escapado de toda una serpiente. No ha podido con mi agilidad y he corrido mucho.

Esta voz y estas palabras llegan a la cabeza del reptil. Las vibraciones le hacen enfadar y esta historia ya la hace personal. Cogerá al conejo, lo jura y hace la promesa de no descansar ni retroceder, en su búsqueda. Ni por el día, ni por la noche, saca su lengua y rápidamente mueve su cuerpo y sigue el rastro dejado alegremente por él.

Llueve pero no nieva y las corrientes de agua van para abajo completas y se queda retenida, mientras su corazón late rápidamente y sin perder compás toma velocidad. No es tranquila, está enojada, sabe que si intenta pasar, verá su cuerpo por el río abajo. Mientras tanto, el conejo ríe y ríe, al otro lado, no se da cuenta de su proximidad y  continúa explicando su hazaña. No conocen el rencor que puede guardar ella misma, una serpiente y no una serpiente simple del bosque, sino uno de las más venenosas que hay. ¿Cuál? A saber. Si quiere, como quiere protagonismo que hable ella.

–          ¡Lo cogeré y le haré arrepentirse de sus palabras!

El corazón late más lentamente y su lengua lleva ahora otro ritmo. Se queda con que hay algunas ramas y puede reptar y subir. Le cuesta, la lluvia hace que resbale y caiga al río. Se ve muerta y sin su venganza cumplida, cuando es arrastrada y se enrolla a una piedra que sobresale. Es cerca de la orilla y cogiendo impulso lo consigue, está a su lado. El conejo no sabe de qué va y un servidor no puede hacer ni decir más que narrar la historia. Los animalillos intuyen  o sienten al reptil, pero como no calla no le pueden avisar. Está tan emocionado, que sólo cuando está cara a cara calla y no le sale palabra. ¿Qué hacer ahora? No puede escapar y ella se erige y sacando su lengua le habla...

–          ¡Cómo puede ser tan vanidoso! Ahora te tengo entre las cuerdas y rodeado de los tuyos. ¡Vamos, si eres tan valiente!

El pequeño conejo, mirar a su alrededor y ver todos de animales, grandes o pequeños. La Luna no es como el Sol y se esconde detrás de las nubes…

El abuelo para ahí la historia, el niño duerme ajeno a la serpiente y sin saber que pasa al final con el conejo del bosque. Se levanta y cerrando la puerta de la habitación, se dirige a hablar un rato con la pareja. Todos sentados en frente de la ventana, el anciano hace una mirada de sospecha al fuego. Éste es encendido y no les importa que pase el tiempo. Como el que escucha voces, escucha una que viene desde la mismísima madera ardiendo.

–          Daros un abrazo y juntar vuestras almas. Sois una sola luz, una de esas que abre las puertas del cielo. ¿Cuánto tiempo tenéis que esperar, para el trance de estar en los dos mundos? ¿Cuánto tiempo os llevará atravesar lo desconocido?

–          Siempre hay algo que no se conoce y hace que os renueva dentro,  vuestra capacidad para defender todo lo que es vuestro. Tomarle de las manos y si es cierto todo esto, tenéis que traer la renovación para volver a vivir.

¿Dónde está la verdad absoluta?,  esa que buscas desde que eres pequeño. Acercar la luz de la chimenea como si fuese agua y llevarla hasta el corazón de un amigo. Ésta es la verdad, si usted tiene miedo o no tiene resentimientos, se quemará dejando la misma marca del infierno. No hay nada más malo o peor que ser una persona rencorosa, porque todo ello lo llevará a comenzar siempre desde abajo.

¿Qué le pasa? Siente mucho calor y no es por la chimenea, ésta todavía es viva. Y a la vez, azul y fría. ¿Qué será? No tiene miedo, está con los suyos y éstos no lo dejan ni lo olvidarán nunca. No será sólo un cuadro en la pared. Será algo más, por esta razón deja sus textos y sus historias. La voz procede de estos y…  estará vivo mientras se leen. La voz le tiembla, pero no de miedo, si no que siente qué sale fuera de su cuerpo con un destino... Nunca se sabe.

Tiene electricidad en el alma, eres pura energía. ¿A dónde estás?  ¿Ya ha atravesado el portal?  Nunca se sabe. Él solamente sabe qué hace un momento era en su cuerpo, junto a la ventana mirando a la gente de a pie. Hacía frío y ahora tiene calor, ¿cómo puede ser eso? Cómo puede ser un alma inmortal. Entonces lo que dijeron que no era un sueño, es verdad. Pero sólo esto, la luz y la oscuridad. Una luz que no te deja ver y una oscuridad que te deja congelado.

Da vueltas por sí mismo, como si fuera el núcleo de un átomo. Da vueltas por lo más inmenso que nunca ha visto u oído. Paseo, pero no camino. Pero no veo con mis ojos. Todo lo que ha dejado en su cuerpo es como soltar la maleta y ahora se siente libre. Ve, ve más como él. Son como bolas de luz, encendidas con la vibración de sus corazones y sus sentimientos. Escucha de fondo una voz, una voz que le atrae a lo lejos. Nada importa, nada le hace recordar, que sólo va hacia la voz que suena. Dice a mí, ven a mí ven y conoce la verdad absoluta. Llora pero no le salen las lágrimas, llora y a la vez le da por reír. Es feliz, por una vez es inmensamente feliz. Siente como le abrazan los suyos y siente como un golpe en el corazón. Se para, pero ya no sabe dónde está. 

Como  forjado a piedra y fuego renace otra vez. Pero esta vez es la segunda bienvenida al mundo y este se presenta de una manera diferente. Se presenta, como si fuese incluso hubiera aprobado un curso. Aula nueva, gente nueva, incluso otro nombre. ¿Qué es todo esto? Ya sabe que es pura energía y su cuerpo es vulnerable, solo él puede defender con  inteligencia y  sabiduría que tiene ser en el mundo otra vez.

Llorar y llorar hasta que su nueva madre le da el pecho y calla, calla tomando de la fuente de la vida, bucea en uno de sus sueños. Ya no son tan maduros y adultos, son más infantiles y todo le lleva y le convence, en que está en un nuevo ciclo de vida. El que no puede ser roto, porque es infinito. Solo una nube de ceniza flota en el cielo, será su antiguo yo, será su anterior estado o cuerpo. Solo el que es poseedor de la verdad absoluta lo sabe.


                                                              Por: Francisco Sánchez                   

domingo, 16 de octubre de 2016

                                             ¿Quién eres tú?


Sembrando, sembrando. Recolectando, recolectando me encuentro y como si fuese una voz de a lo lejos me viene y me dice, me dice y me cuenta….
-       
          -  Tormenta eléctrica, miedo tembloroso escondido. Esta es mi doctrina y mi absoluta imposición. Yo soy la madre de todos y de todas, ¡qué no se me engañe! A mí no se me puede esconder nada que no pueda diluirse en el agua limpia de los ríos y pantanos. Esa soy yo, ya con mi edad y mi sabiduría. ¿Quién domina el tiempo o el clima? No podéis hacer vosotros lo que queráis, porque yo soy en armas con aquellos que se burlan de mí y yo soy en paz con aquellos que quieren vivir de mis frutos.

Como un árbol que sujeta sus hojas en otoño, así soy yo. Yo soy lo que soy, gracias…  a saber. Yo solo lo sé…
-       
-         -No se puede canalizar por donde llevarán las aguas torrenciales, que a veces hago caer para que se limpie el mal y todo aquello que está perdido. No se puede hacer sombra a donde yo no quiero y no se pueden calentar las aguas de los polos, ya sea a Norte o a Sur. Si se hace, me tendrán que rendir cuentas, porqué los humanos se piensan que lo pueden manipular todo. Yo soy quien soy, si queman o arrancan los árboles y hacen pueblos o ciudades al lado de pantanos o riachuelos, tienen que saber, que no serán ahí por mucho tiempo. Porqué mi venganza será fuerte e implacable.

Desde el otro lado de la montaña, suena más fuerte y de manera más contundente, muchos se preguntan…  ¿De dónde he salido yo? No lo sé ni yo mismo, pero estoy aquí. Con mis vientos y mis lluvias, no doy abasto i para ser sincero, aunque alguno me maldiga, yo soy feliz y me siento completamente realizado...
-         
-         -“Voy rompiendo leyes, sí esas que son tan antiguas como el amanecer. Voy rompiendo leyes y sé que conseguiré tu admiración y respeto. Tú te crees la mejor creadora y no sabes quién soy yo, si un simple humano o algo peor. Mira, alrededor de medianoche yo saldré diciendo. Yo saldré cantando a viva voz, sí en ese momento romperé el silencio y todo se desgarrará. Como si fuese el ataque de un tiburón seré yo, como las garras de un león me afianzaré en tu cuello, hiriéndote de muerte.”

Cinco segundos, que parecieron cinco horas, se prepararon las nubes y éstas cerraron el amanecer del cielo...
-       
          -Ni la luna ni el Sol pueden conmigo, ¿Cómo vas a conseguirlo tú? No, no me hagas reír que me caigo de mi silla. ¿Quién puede ser tan osado y tan ligero de ideas?

Como si rebotara un sinfín de veces, una pelota contra una pared. Así le contestó y le replicó…
-         
      -“Yo soy como soy, valiente. Pero no me riño con la cobardía, porque a veces hay que ser prudente.  Pero me siento tan capaz, que vengo y te digo, que hagas llover donde el barro es seco y quebradizo, dales una oportunidad. Ellos no saben ni de codicia ni de vanidad, deja que te demuestren de lo que está hecho el Ser Humano.”

Asustado ya, me dirijo al cobertizo y en él me encierro, mirando solo a través del ventanuco…
-         
      -Ninguno puede salir y dar la cara, porque con las nubes yo puedo esconder sus osadías y no puede ser más que una misma. Yo lo construí todo y primero fueron los seres prehistóricos, pero quisieron ser dominantes y tuve que congelar un tiempo el mundo y hacerlo de nuevo y es así como fue. Ahora me siento orgullosa y contenta de mí y el respeto que me procesan no es el que yo querría. Por eso y nada más que por eso entro en cólera y mis vientos son huracanados y las lluvias o sequías abundan por parte del planeta. Nunca ninguno puede romper mi ley, si lo hace se tendrá que someter al juicio de la verdad. ¿Quién soy yo? A saber, no tengo nombre. Solo soy la madre de todas las madres y me siento llena y orgullosa de mi carácter y mi poder. ¡La reina del cielo y la reina de la tierra! Esta soy yo, he construido ríos y montañas, donde son los seres vivos caminan y pisan el fango de donde han salido ellos mismos.

No sé, si es cierto lo que oigo o lo que veo, solo sé que soy testigo, un único testigo o quizás  abunden  más en la lejanía. Algunos que canten en rebeldía o que se sometan a la auténtica verdad, cosa que no sé yo…
-         
“     -"Como acero  fundido, nace todo lo que sale del todo. Como tornillos de un barco mercante, son de duros los inviernos y blandos y calurosos son los veranos. Pero no tergiverses mis palabras ni mis ideas. Solo es un relato o a saber.”

Con quien hago el amor por las noches y con quién peleo por las mañanas, quien es capaz de adivinar tal acertijo. Si el Sol y la Luna ya cumplen y no son de mostrarse fuera de sus horas. Solo cuando hacen un eclipse, ya sea él o ya sea ella. Son los que son, pero aquí  abajo…
-          
¡     -Ay! Aquí abajo domino yo y el Ser Humano, solo es una pieza más del tablero. Blanco o negro, pero no plano ni con abismos al final. Todo es redondo, pero de tal magnitud que parece llano.

¿Quién me oye, quién me escucha? Si estoy solo, en este amanecer oscuro y revuelto…
-         
“    -"Quien puede ser, que puede ser o cuál puede ser, quien sea capaz de doblegarme y hacer a su antojo. Yo soy desde siempre quien domina al trovador o al guerrero, al final. Como siempre, la tierra a la tierra y el polvo al polvo. Se mezcla, se junta de manera cómplice y no deja de ser algo más que circula por el afluente. ¿De qué? Del manantial de la vida, ese sí, el que todo lo enseña y todo lo esconde. De una forma que no es normal, como no es normal hablar o decir, enseñar o escribir. Describir un dibujo o una pintura o algo más sencillo, como es el entorno. ¿Quién domina a quién? ¿Quién fabrica a quién? Todos somos moldeados a semejanza de nuestros parientes. Porque el barro es barro y de él hemos nacido, porque ya lo dicen bien, ¡Donde hay agua, hay vida! Y dónde hay vida, hay esperanza. Esperanza de todo aquello que reluce y sobresale.”

Siempre recordaré y no olvidaré tal momento. Hasta lo dejaré escrito y así lo hago, para que no quede en el olvido. Lo que yo pensaba que era solo la madre y quien era entonces el padre. Como una pelea de pareja, se enfrentan entre ellos. De poder a poder, quien se hará más de querer…
-         
      -Todo lo que perece, queda por debajo del barro y del lodo. De ello es posible que nazca una flor, una flor que germine con un tallo recto o curvado, así sea de donde venga su semilla y alimento. Esa flor, le permito que viva. Le permito que florezca y que aquellas que son las abejas, hagan bien su trabajo.

Ahí es donde entro yo, yo soy como el que se dice Padre, como el que se dice ser pareja de Ella. Entre dos mundos me encuentro yo y por fin sé la verdad. Ahora cuando siembre o recolecte, sabré en todo momento que es de merecer y que es solo una “mala hierba”. Cuando vea una bonita flor, no se me ocurrirá arrancarla. Por mucho que me lo pide mi mujer y señora de mi casa, no se la llevaré. Al revés, me acercaré con ella y le demostraré cuanto la quiero. Con todos y con nadie al mismo tiempo, de testigo de mi amor.




jueves, 6 de octubre de 2016

                                            Cantar a la nocturnidad

“Dice una canción, que en la vida hay de todo y por eso estoy yo en este mundo. Dice una triste canción que no todas las personas tienen futuro. Que algunos caen en el abismo o se encierran sentados en la barra de algún bar. Cómo es posible de que no se den cuenta y sigan dando palos al agua sin llegar a remar en ninguna dirección…”

¿Esto es vida? Dime que no. Dime que hay algo detrás de esta tupida niebla, formada por tu humo y que nuestro barco encontrará un buen puerto, un buen puerto donde descansar. Dime que no remamos sin ninguna dirección. Yo no quiero acabar siendo solo el envoltorio de algo que nadie ve, dime que me apoyarás y seré visto, visto por alguien más que tú. Sentados en el bordillo de la acera, vemos pasar la gente. Deambulan de un sitio a otro, sin ningún destino predeterminado y sin amarre. Yo te sigo ahora fumando y me río a carcajadas, pienso de la que me he librado. Me siento libre gracias a ti y cuando me falte tu compañía, buscaré más. Solo trabajo por ti y para ti, para poder costearme tu capricho, ¿o es el mío? Quien sabe, a saber. Me miro las manos y tampoco me las veo tan desgastadas. Pero bueno, no es el momento de hablar de trabajo, que estamos a viernes por la noche.
Solo pienso  y deseo, que la noche sea larga. Poder disfrutar de ella, tomarme unas copas y poder decir alto y claro, que tengo un amigo leal. Un amigo que me hace reír y que sin su compañía, la noche sería aburrida. Solo aspiro a lo que aspiro y me siento feliz. Te puedo comprar, puedo conseguir que cada anochecer me acompañes y que los fines de semana sean eso, noches de luces y juergas. Donde la soledad y la tristeza no tienen cabida, ni tienen lugar.

A veces y solo a veces, te comparto y me haces ser más social. Me haces de embajador de mi persona y eso es de agradecer. Sin ti, la vida no sería lo mismo. Sin ti, me sentiría solo y la soledad es mala consejera. Por eso me río y me siento aliviado, como si la sociedad no fuera conmigo. Sé que me entiendes y te vuelvo a enrollar en papel de fumar. Hoy, a esta hora, toca descanso, toca relax. Por eso prefiero fumarte y beberme un par de copas. La lucidez y la sobriedad, la dejo para los días de trabajo. Es nuestro secreto, cuando estoy contigo ni me afeito. Porque no me miras ni me quieres por el envoltorio, sino porque te compro. ¿Pero qué de malo hay? Hoy en día todo tiene un precio, si quisiese podría comprar hasta el deseo de una mujer. Pero no lo hago, no me hace falta. Que felices somos los dos, los fines de semana son nuestros.

“¿Cómo puedes decir que eres libre y estás fuera del juego de la vida? No observas que la gente que tú dices, va cogida de la mano o van en busca de ella. Eso es el amor y el tener una familia, una descendencia te ayuda a madurar y a ser un hombre respetable. No te das cuenta, que si sigues con tu fiel amigo, acabarás tus días de forma rápida y sin saborear los besos de aquella que tiene el destino para ti. Todo el mundo se casa o se junta, no es positiva tu elección. ¿Pero quién soy yo? Yo no soy tu conciencia. A la larga llorarás, llorarás por la calles sin saber con quién ir a quién amar. La soledad mata poco a poco y yo, que soy ella, te digo que me dejes ahora que puedes Que no te me agarres, como agarras las copas y las cervezas. No tendría que decírtelo, pero ya no soporto ver cómo la gente muere lamentando a una pared vacía y diciendo que la culpa es mía…”

Nosotros dos, no somos dos extraños en el amanecer. Hemos pasado toda la noche juntos de juerga, no me puedes decir que ya no nos conocemos. Somos uña y carne, somos ya inseparables. No te consumas tan rápido, que todavía no ha acabado la noche. Aunque ya sea de día y salga el Sol, todavía tengo ganas de seguir divirtiéndome a mi manera. A mi manera un poco tóxica a lo mejor, pero es la mejor para vencer la soledad. Una soledad que me amortigua tu compañía, yo te fumo, yo te esnifo y solo tú, solo tú me conoces por dentro. Me llenas de penas y de alegrías, todo es posible. Pero al menos tengo algo, algo que los demás no tienen ni entienden, no te separes y desaparezcas. Todavía queda mecha, todavía no quiero acostarme y volver a la realidad, esa que es tan dura y tan implacable. Ayúdame, sé comprensiva y haz que no tenga pesadillas por la noche, no dejes que atraviese el portal de lo desconocido. Tengo miedo, me asusta acostarme solo, siempre solo en una cama de dos. No sé qué pasará, por eso quiero tenerte cerca. Hago caso omiso de aquella que me habla cuando no estoy contigo y estoy en la oscuridad. Solo me preocupa que será de mi cuerpo cuando éste perezca. Yo daré mi último suspiro, yo me marcharé y quedaré en el olvido. Para qué seguir con el cuento familiar si a la larga nadie se va acordar de mí…

Tú lo harías por un módico precio, la soledad seguro que pasaré a engrosar uno más en su historial. Qué más da, si nos observan y todo lo que hacemos no merece la verdad la pena. Para que construir puentes, para que después solo pasen los soldados del infortunio. Para que formar una familia, una descendencia que después seguirá su propio camino.
Me voy a dormir ahora que todavía estoy contigo, no sé a qué hora me despertaré. Pero seguro que me saludará la Luna, ella sí que es guapa y se deja ver de cara. Puedes hablarle de tú a tú y se calla, no dice nada de lo que llega a ver. Me duermo, me quedo en el Limbo y solo respiro, pero sin llegar a roncar. ¿Cómo te llamas tú? Me llamo Pedro y ¿tú? Mi nombre da igual, solo te puedo decir que estoy a tú lado todas las noches mientras duermes. Yo soy aquel con el que puedes soñar o tener pesadillas. Aquel que se sienta a tu vera, cuando estás sobrio o trabajas.
En tus sueños me meto, en tus recuerdos me arraigo. ¿Qué será, será? Dame una oportunidad de explicarme, yo soy tu mejor amigo, aquel que te divierte por las noches y te mantiene en vela de madrugada, hasta que sale el Sol y te acuestas. No olvides jamás, no me mientas nunca y te vaya a dar ahora la cordura. Bastante sereno te mantienes en las horas de trabajo y miras el reloj, deseando que suene la sirena.

Es un trabajo de poca calificación en una empresa de fabricación de juguetes, tu cometido es quitar la rebaba y meter las piezas en la caja. Pero sabes que tienes que estar atento y que, mientras trabajas no puedes perder la concentración. A veces, te dejas llevar por esos recuerdos de cuando eras un niño, pero sabes que esos momentos no volverán. Sin embargo, te acuerdas de tus padres y solo te vienen a la mente cuando eran mayores. No has tenido ningún mejor amigo que yo, ni en tu infancia ni ahora. No me falles y siempre que me compres, estaré contigo. En las duras y en las maduras, en la felicidad y en la tristeza, haciéndote descansar tus horas cuando el Sol está en lo alto. 

Quieres viajar a lo desconocido, fúmate un poco de hierba y experimentarás lo que nunca tu imaginación, ha podido llegar a ver. Fuma y sentirás la sensación de volar y flotar. Alcanzarás el cielo con la mente y podrás dibujar el arco iris en tu cerebro. No hagas caso de lo que dicen, de los que están en contra. Tú fuma y verás el séptimo cielo. Verás el otro mundo tan cerca, que te quedarás enganchado. Fuma un poco de hierba, yo te invito a la primera. Para que lo pruebes y compruebes que no te miento. Fuma un poco de hierba, mucha gente lo hace y saborea como el humo fluye por su cabeza, dejando sin acción ni reacción a tu mente. Déjate llevar y podrás navegar por los mares que nunca has visto y podrás caminar por los senderos oscuros de lo que llaman “droga”.
No hagas caso de aquellos intolerantes, no hagas caso y fuma. Fuma hasta que en el ambiente, se forme una densa “niebla” de humo. Entonces ya no tendrás escapatoria, serás enganchado a la hierba. La “niebla” no te dejará ver el horizonte y quedará tu mente tan plana y dirigida por mí…… Eso es la “droga” y sus efectos. Tú viaja ahora gratis que ya te cobraré y encima serás mío. Me pertenecerás y además ganaré dinero.

Duerme si quieres, hasta que se te pase el efecto. Después te venderé todo lo que tu cartera pueda soportar.  Que hombre más ingenuo, nadie está libre de caer. Él ya es mío. Otro más para formar la cadena…




sábado, 1 de octubre de 2016

                                         Bailando con nuestro fuego

Desde las estrellas, nos envían un haz de luz.  Desde el final del núcleo, nos hacen llegar una intensa claridad destellante. No somos los únicos seres en este Universo, en él se escucha la nítida melodía de una guitarra eléctrica, que nos invita a visitar sus casas. Son varias, las que nos hacen como una postal de su entorno. Ello es bello, ello es precioso, son como cascadas de agua. No hay peces, pero si otras formas de vida que viven como salmones, saltando y brincando de alegría.

Nos llaman por nuestro nombre de pila, nos hacen volver a nuestra infancia y recordar cuando éramos puros e inocentes. Todos recordamos, pero no todos somos capaces de hacer una regresión. Volver atrás, la luz es como la de un fluorescente y nos hace creer,  que estamos en una pequeña sala de este Universo tan grande y del que se cree que es infinito. Somos un punto en algún lugar del Cosmos, somos tan insignificantes que nos creemos importantes y nada, nada es cierto. Todo es como una obra de teatro, en la que el protagonista es uno mismo y tiene las mismas sensaciones que todo lo humano. Miedo y valor, tristeza y alegría…

Yo me acuerdo de mi nombre actual, ¿pero quién se acuerda del suyo verdadero? ¡Ese, el que tenemos como propio y que solo lo saben ellas, las estrellas!

Es muy bonito y nos hipnotiza haciendo que vayamos en su busca. Pero la mente terrícola es retorcida y no está limpia, eso hace de bloqueo entre los sistemas. No podemos avanzar, porque nadie es dueño de nadie y nosotros o quizás muchos pertenezcamos  a algún ser superior. Tenemos la costumbre de colonizar y adueñarnos de lo ajeno, explotando al que creemos inferior. Siempre nos creemos superiores y eso, eso hace que nos enfrentemos entre nosotros. Siguen ellos enviándonos señales, como si fuese un buen blues, suena y nos hace no ensuciarnos más.

Que mejor nos haría sentir,  si no es descubrir la verdadera verdad. ¡Esa, que nos haría amarnos y respetarnos de una vez por todas!

Pensamos que viajamos a una constelación desconocida, en nuestro viaje vamos preparados. Preparados por si se llega a la hostilidad, nunca se sabe, siempre hay ese punto de desconfianza. Como si hubiésemos conocido a alguien nuevo, como si fuéramos con la mirada puesta en conquistar una nueva amistad.

¿Qué es un abrazo?  Si.  No me equivoco, todos lo deseamos.  Haría soltar gran parte de nuestra energía negativa, siendo enormemente positivos.  Si este es de verdad y sincero, será como escuchar esa música que viene desde la estrellas. Un abrazo convierte a dos en uno. Dejándose ver, por muy íntimo que sea, por aquellas que nos observan.

¿Seremos observados? No. No es nada impensable y todos queremos un poco de privacidad.  Quizás y solo quizás, seamos vistos por muchos muros y muchas paredes que tengamos delante. Somos ignorantes si creemos que todo esto que nos rodea es cierto y solo lo real. Quizás y solo quizás seamos gobernados por una potente luz. Esa misma que nos manda una canción, un mensaje de bienvenida que nos asombra.

Nos llaman “amigos”, sin conocernos en absoluto. Nos llaman “amigos”, sin saber en realidad. El Ser Humano es muy voluble y a veces muy inconsciente, es así porque ese así de nacer y de vivir. Quieren nuestra amistad muy rápida y eso nos tiene que preocupar, nadie estrecha la mano a la primera, como no sea por falsedad o engaño. Pensamos y llegamos a la conclusión de que no vamos a acercarnos más a las constelaciones vecinas. No hay que fiarse, vaya que solo sea un caballo de Troya. No hay que confiarse de aquello que desconocemos, no se pueden abrir las puertas de primera a todo ello que se desconoce. Seamos precavidos y mandemos un mensaje de amistad, un mensaje de conocerse en algún punto concreto y que este no sea en nuestra casa. No se sabe, siempre hay que ser un poco desconfiado.

¿De qué estamos hechos, en cuál punto de nuestro cuerpo, albergamos nuestra alma? Solo las vibraciones nos hacen estimular nuestros sentidos, solo las imágenes son eso, imágenes. Pero los oídos, ¡ay! Los oídos son como canales que hacen vibrar, llorar o reír. ¿Quién será el que nos venga de embajador de las estrellas?

Generales de todo el planeta, unen sus mentes para poder desarrollar un sistema defensivo, por si hiciese falta. Ha tenido que venir alguien de fuera, para que se pongan todos de acuerdo y dejen atrás cosas que son más propias de una edad temprana. Maduran y alían sus países, en defensa de toda la humanidad. No saben si serán de verdad “amigos” o solo es una treta.

Dos naves salen desde sus bases respectivamente, una la americana y la otra la europea. Todos unidos, van en busca de la verdadera verdad, pero siempre precavidos. ¿Qué habrá en ese espacio o esa constelación? La señal se hace cada vez más fuerte, se escucha ya en la misma calle. Nuestros oídos dan alcance y eso nos hace despertar de un largo letargo. Un letargo que puede ser de años, como de años que hace que se descubrió el fuego. Ya no bailamos o quizás sí, alrededor de un fuego. Las danzas tribales quedaron atrás, cuando poco a poco, el hombre fue creciendo y descubriendo. Después de tal hallazgo, han venido pequeños inventos, pequeños avances. Pero en verdad, desde esa época, no se había descubierto nada igual. ¿Marcará algún tipo de final y comienzo de alguna era? Quien sabe, a saber.

No hay platillos ni nada parecido en el cielo, el espacio aéreo está cerrado. Solo se les deja a los pájaros volar en libertad y en las grandes ciudades no hay muchos, creo yo.  Es tal la vibración que se genera en el aire, que el cielo se nubla pintándose de gris y amenazador. La humanidad está asustada, la falta de costumbre de no ver más allá del horizonte, hace temblar al más valiente. Tardarán en llegar las dos naves a su destino, nadie se aparta del televisor, es algo mundial. Solo es la señal que sigue diciendo…

“Suena a golpe de Rock, una melodía que os une. Que os una y nosotros seamos vuestros aliados vecinos, solo estamos a unos años luz. Pero ya llega la señal, seguidnos, no somos ni ángeles ni demonios. Solo somos algo parecidos a vosotros, tenemos también piernas y brazos.”
El presidente de la Organización Mundial, da el visto bueno. Las dos naves tardarán un poco en llegar al lugar de encuentro, el mundo está en estado de alerta. Solo pueden ser seres de otros planetas, que quieren abrir un vínculo con nosotros. Han aprendido nuestro idioma y nuestro lenguaje, así como nuestras diferentes maneras de comunicación, ya sea de audio, imagen o escrito.  Saben y nosotros no sabemos nada, solo sabemos que existen. Que no podía ser que estuviésemos solos, como tampoco podía ser que la Tierra fuera plana. ¿Ahora, a quien se le puede seguir o creer? A quién no hace falta decirlo y sobre a quién creer, está claro que es al presente y pensar, pensar en el futuro.

A veces y solo a veces, la guerra o la paz, se baila como una canción de discoteca. ¡Cómo! Muy sencillo, hay que saber los pasos y dejarse llevar por la melodía, ésta seguro que es de amor. Si hemos sido capaces de reconciliar países en lucha, no vamos  a saber hacer lo correcto y darle una oportunidad a aquel que viene con una canción de blues. Solo depende de los que mandan, solo depende de los verdaderos protagonistas. Porque uno, solo es un mero observador y que a nadie le tiemble el pulso a la hora de estrechar la mano, como el que estrecha lazos de amistad. Qué sería de todo si no nos comunicáramos y fuésemos siempre recelosos, mirando rabiosamente por la ventana. Por ésta solo se ve la Luna, ¿de dónde vendrá tal música? No se ve nada, solo la noche en un cielo ahora lleno de estrellas, ¿de cuál será la melodía?

El mundo no es capaz de conciliar el sueño, es como si fuese un amor de juventud, un amor por carta, un amor del que no conoces su cara. Pero algo o alguien te dice que sigamos escuchando una canción de blues, donde las cuerdas de la guitarra son verdaderos embajadores y hace que nazca algo de lo que se estaba esperando, pero no llegaba. Un amor a años luz, no se dirán ni un ¡adiós!, ni un ¡hasta luego! Siempre será un ¡hola!, y un ¡hasta ahora! Hasta ahora y siempre unidos, todo por escuchar una canción de blues en algún lugar del Cosmos.